Joel Ortega
2009-05-16•Acentos
Miguel de la Madrid rompió la omertá en la entrevista concedida a Carmen Aristegui… para dar marcha atrás en unas cuantas horas.
Emilio Gamboa Patrón habría sido el enviado a La casa del León Rojo para convencer a De la Madrid de retractarse, según el reportaje de Víctor Ballinas y otros publicado en La Jornada, después de abandonar intempestivamente el Senado, Gamboa se dirigió a Coyoacán y obtuvo el tardío arreglo de la omertá.
Eduardo Valle, El Búho, denunció —hace quince años— en su libro El segundo disparo. La narcodemocracia mexicana (Océano)— que Emilio Gamboa Patrón daba formidable protección política al cártel del Golfo. Casi nadie le hizo caso al Búho, hoy no deja de ser inquietante el papel de Gamboa para lograr la retractación de De la Madrid de las gravísimas acusaciones que hizo contra Carlos Salinas.
En todo caso, la entrevista de Aristegui consiguió romper el principió mafioso de la omertá, pacto de silencio, clave para el funcionamiento y consolidación del poder durante y después de la presidencia imperial. Aunque esa ruptura de la omertá haya sido efímera.
Probablemente el daño sea irreparable, como dice el adagio chino: cuando una taza de porcelana se rompe, por mejor pegamento que se use para restaurarla, nunca volverá a ser igual.
Si sólo se tratara del caso De la Madrid-Salinas, con toda su gravedad y simbolismo, estaríamos ante una expresión más de los múltiples actos de vendetta ocurridos en los años recientes entre la clase política. Pero no es un caso aislado. Ni siquiera ha terminado el escándalo provocado por las revelaciones de Carlos Ahumada, donde exhibe a casi toda la cúpula del PRD; al inefable Carlos Salinas; a Vicente Fox; a Diego Fernández de Cevallos; a Santiago Creel ; a la dictadura castrista; un auténtico catálogo de la canalla.
Sumadas las acusaciones de De la Madrid a Salinas y la canalla balconeada por Ahumada, junto con decenas, cientos y acaso miles de episodios de corrupción y decadencia de la oligarquía mexicana, tanto la de Estado como la de los poderes fácticos, sin exceptuar a las élites culturales, intelectuales y las que controlan los media; más todo el aparato corporativo; todo ese mundo del poder está en franca decadencia.
Cuando este tipo de crisis no tiene salidas hacia adelante, que cambien al conjunto del sistema decadente, el costo social puede ser inmenso.
Con la ruptura de la omertá, los coletazos de los dinos pueden ser fatídicos.
Insisto: no a la partidocracia.
joeloj7168@yahoo.com.mx
kikka-roja.blogspot.com/
Emilio Gamboa Patrón habría sido el enviado a La casa del León Rojo para convencer a De la Madrid de retractarse, según el reportaje de Víctor Ballinas y otros publicado en La Jornada, después de abandonar intempestivamente el Senado, Gamboa se dirigió a Coyoacán y obtuvo el tardío arreglo de la omertá.
Eduardo Valle, El Búho, denunció —hace quince años— en su libro El segundo disparo. La narcodemocracia mexicana (Océano)— que Emilio Gamboa Patrón daba formidable protección política al cártel del Golfo. Casi nadie le hizo caso al Búho, hoy no deja de ser inquietante el papel de Gamboa para lograr la retractación de De la Madrid de las gravísimas acusaciones que hizo contra Carlos Salinas.
En todo caso, la entrevista de Aristegui consiguió romper el principió mafioso de la omertá, pacto de silencio, clave para el funcionamiento y consolidación del poder durante y después de la presidencia imperial. Aunque esa ruptura de la omertá haya sido efímera.
Probablemente el daño sea irreparable, como dice el adagio chino: cuando una taza de porcelana se rompe, por mejor pegamento que se use para restaurarla, nunca volverá a ser igual.
Si sólo se tratara del caso De la Madrid-Salinas, con toda su gravedad y simbolismo, estaríamos ante una expresión más de los múltiples actos de vendetta ocurridos en los años recientes entre la clase política. Pero no es un caso aislado. Ni siquiera ha terminado el escándalo provocado por las revelaciones de Carlos Ahumada, donde exhibe a casi toda la cúpula del PRD; al inefable Carlos Salinas; a Vicente Fox; a Diego Fernández de Cevallos; a Santiago Creel ; a la dictadura castrista; un auténtico catálogo de la canalla.
Sumadas las acusaciones de De la Madrid a Salinas y la canalla balconeada por Ahumada, junto con decenas, cientos y acaso miles de episodios de corrupción y decadencia de la oligarquía mexicana, tanto la de Estado como la de los poderes fácticos, sin exceptuar a las élites culturales, intelectuales y las que controlan los media; más todo el aparato corporativo; todo ese mundo del poder está en franca decadencia.
Cuando este tipo de crisis no tiene salidas hacia adelante, que cambien al conjunto del sistema decadente, el costo social puede ser inmenso.
Con la ruptura de la omertá, los coletazos de los dinos pueden ser fatídicos.
Insisto: no a la partidocracia.
joeloj7168@yahoo.com.mx
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