El A/H1N1, ni tan letal ni tan contagioso
Aurora Parissi, directora del primer centro de bioseguridad nivel 3 en Veracruz, no lo duda: “estamos viviendo con el virus desde antes”
2009-06-04•Política
Foto: Emilio Ortiz Medina
Se mueren más personas por la influenza habitual que por el nuevo virus, señaló la doctora Aurora Parissi Crivelli, directora del Laboratorio Estatal de Salud Pública de Veracruz, quien explicó que además el A/H1N1 es menos contagioso que el ya conocido.
Entrevistada en el único laboratorio de bioseguridad nivel 3 del país, externó su convicción: “estamos viviendo con este virus desde antes y no nos habíamos dado cuenta; además, existen portadores asintomáticos, porque hemos detectado gente con presencia del virus, que no está en cama y que no cumple al ciento por ciento con la definición del caso”.
Aurora Parissi dirige este laboratorio con tecnología de punta, que está ubicado en un terreno de siete mil metros cuadrados en los que te transportas a las películas o las nuevas series de televisión, donde seres humanos con guantes y tapabocas trabajan en gabinetes con vidrios en los que sólo tienen acceso sus manos.
El mantenimiento preventivo anual asciende a un millón de pesos, ya que tiene aire direccionado, sistemas de sensores para las presiones y temperaturas, incluso cuenta con un área para animales de experimentación, que aún no está en funcionamiento.
Aquí también existen los trajes como de astronautas que hemos visto en la televisión pero de color anaranjado; sin embargo, Aurora Parissi explica que no están conectados a un sistema de oxígeno como los laboratorios de nivel 4, aunque de ser necesario se les puede conectar un tanque y quedan totalmente herméticos.
“Vivíamos con él desde antes”
Pero ni en este laboratorio de Veracruz, que es uno de los más completos del país, se tenía el panel para poder identificar al virus AH1N1.
“No teníamos la técnica montada. El sistema de vigilancia epidemiológica de influenza lo estamos trabajando desde hace como cinco años, en el cual manejamos la influenza estacional. Vacunamos entre octubre y enero. Cuando inicia esta nueva cepa sólo teníamos capacidad de identificar a las influenzas por grandes grupos”.
Recuerda que desde principios de abril se instaló un cerco sanitario en Perote, Veracruz, porque se presentaron 460 casos de gripes y neumonías. El día 8 del mismo mes, se decidió enviar las muestras de 43 enfermos a la Ciudad de México para su análisis, recordó la maestra en ciencias, Parissi Crivelli.
En ese momento, los 32 laboratorios que integran la red nacional, exceptuando el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, sólo tenían la capacidad de identificar las influenzas por grupo, A y B, o cualquier otro virus respiratorio, por lo que las muestras se tuvieron que enviar a Canadá y Atlanta.
La doctora explica que el 25 de abril les avisaron que había un caso de influenza AH1N1, que era el del niño Édgar Hernández —quien por cierto ya tiene hasta estatua.
En este trabajo también participó el doctor Hugo Zárate Amezcua, jefe de la octava jurisdicción sanitaria, quien fue precisamente el encargado de implementar el cerco sanitario en Perote y después evitar que se extendiera el contagio.
Porque, como explican ambos doctores, en Veracruz hubo un trabajo conjunto entre los médicos del laboratorio y los que se encargan de las epidemias en campo, lo que permitió una actuación muy rápida.
—¿Cómo es posible que de un virus tan contagioso sólo hubo un caso en Perote o no era tan contagioso?, se les pregunta a los doctores.
—No lo conocíamos, no conocíamos su transmisibilidad. En esa comunidad es el único caso identificado, pero con los análisis de los epidemiólogos de Veracruz se ha observado que no hay transmisión intrafamiliar, no se detecta, contesta la doctora Parissi.
—Se tenía miedo de que fuera tan transmisible como la influenza española, pero después se vio que no era tan grave, ataja Zárate Amezcua.
—Ni tiene la letalidad que se esperaba, comenta Parissi.
Finalmente, el doctor Zárate remata con la aseveración de que el virus AH1N1 “tiene una letalidad menor que la estacional y un ejemplo de ello es que en Veracruz no hubo ni un caso de defunción, incluso en el Distrito Federal, que es una gran urbe donde los contagios son más posibles, no hubo muchos casos, ni gran letalidad.
—¿Cómo es que sólo un niño se contagió?
—Estoy convencida de que estamos viviendo con este virus desde antes y no nos habíamos dado cuenta y que había portadores asíntomaticos, porque hemos detectado gente ambulatoria con presencia del virus y que no cumple al ciento por ciento la definición de caso.
Por fin preparados
A partir de la influenza, el laboratorio de Veracruz cuenta con el equipo para poder definir el tipo de influenza que se presenta y ha apoyado a otros estados de la región en el análisis de
sus muestras.
Parissi explica que se tiene una respuesta en tiempo real para distintas enfermedades. “Tenemos un laboratorio muy completo seccionado, donde podemos manejar 97 por ciento de los problemas endémicos de Veracruz, como el dengue, dengue hemorrágico, tuberculosis, lectospira y VIH”.
“Es un laboratorio de bioseguridad nivel 3, que no tiene ni el propio Distrito Federal y que cuenta con la infraestructura para manejar virus nuevos, como el ántrax y actualmente el algoritmo completo de la influenza”.
Orgullosa, Aurora Parissi muestra las instalaciones de primer mundo con que cuenta el laboratorio de Veracruz, los distintos cubículos donde trabaja el personal que fue capacitado en Canadá —informa la doctora—, sólo se pueden ver a través de los cristales o en fotografías porque se trata de áreas totalmente esterilizadas.
Pero es posible entrar al cuarto de máquinas más limpio que se pueda imaginar. En el segundo piso del laboratorio, están todos los aparatos que mantienen el laboratorio y todos van en pareja, para que si alguno falla el otro entre en acción de inmediato.
Los filtros de aire, los que mantienen la humedad, los que direccionan el aire, es todo un entramado que se mantiene como una casita de muñecas, pero en lugar de juguetes hay tubos.
Georgina Morett
Entrevistada en el único laboratorio de bioseguridad nivel 3 del país, externó su convicción: “estamos viviendo con este virus desde antes y no nos habíamos dado cuenta; además, existen portadores asintomáticos, porque hemos detectado gente con presencia del virus, que no está en cama y que no cumple al ciento por ciento con la definición del caso”.
Aurora Parissi dirige este laboratorio con tecnología de punta, que está ubicado en un terreno de siete mil metros cuadrados en los que te transportas a las películas o las nuevas series de televisión, donde seres humanos con guantes y tapabocas trabajan en gabinetes con vidrios en los que sólo tienen acceso sus manos.
El mantenimiento preventivo anual asciende a un millón de pesos, ya que tiene aire direccionado, sistemas de sensores para las presiones y temperaturas, incluso cuenta con un área para animales de experimentación, que aún no está en funcionamiento.
Aquí también existen los trajes como de astronautas que hemos visto en la televisión pero de color anaranjado; sin embargo, Aurora Parissi explica que no están conectados a un sistema de oxígeno como los laboratorios de nivel 4, aunque de ser necesario se les puede conectar un tanque y quedan totalmente herméticos.
“Vivíamos con él desde antes”
Pero ni en este laboratorio de Veracruz, que es uno de los más completos del país, se tenía el panel para poder identificar al virus AH1N1.
“No teníamos la técnica montada. El sistema de vigilancia epidemiológica de influenza lo estamos trabajando desde hace como cinco años, en el cual manejamos la influenza estacional. Vacunamos entre octubre y enero. Cuando inicia esta nueva cepa sólo teníamos capacidad de identificar a las influenzas por grandes grupos”.
Recuerda que desde principios de abril se instaló un cerco sanitario en Perote, Veracruz, porque se presentaron 460 casos de gripes y neumonías. El día 8 del mismo mes, se decidió enviar las muestras de 43 enfermos a la Ciudad de México para su análisis, recordó la maestra en ciencias, Parissi Crivelli.
En ese momento, los 32 laboratorios que integran la red nacional, exceptuando el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, sólo tenían la capacidad de identificar las influenzas por grupo, A y B, o cualquier otro virus respiratorio, por lo que las muestras se tuvieron que enviar a Canadá y Atlanta.
La doctora explica que el 25 de abril les avisaron que había un caso de influenza AH1N1, que era el del niño Édgar Hernández —quien por cierto ya tiene hasta estatua.
En este trabajo también participó el doctor Hugo Zárate Amezcua, jefe de la octava jurisdicción sanitaria, quien fue precisamente el encargado de implementar el cerco sanitario en Perote y después evitar que se extendiera el contagio.
Porque, como explican ambos doctores, en Veracruz hubo un trabajo conjunto entre los médicos del laboratorio y los que se encargan de las epidemias en campo, lo que permitió una actuación muy rápida.
—¿Cómo es posible que de un virus tan contagioso sólo hubo un caso en Perote o no era tan contagioso?, se les pregunta a los doctores.
—No lo conocíamos, no conocíamos su transmisibilidad. En esa comunidad es el único caso identificado, pero con los análisis de los epidemiólogos de Veracruz se ha observado que no hay transmisión intrafamiliar, no se detecta, contesta la doctora Parissi.
—Se tenía miedo de que fuera tan transmisible como la influenza española, pero después se vio que no era tan grave, ataja Zárate Amezcua.
—Ni tiene la letalidad que se esperaba, comenta Parissi.
Finalmente, el doctor Zárate remata con la aseveración de que el virus AH1N1 “tiene una letalidad menor que la estacional y un ejemplo de ello es que en Veracruz no hubo ni un caso de defunción, incluso en el Distrito Federal, que es una gran urbe donde los contagios son más posibles, no hubo muchos casos, ni gran letalidad.
—¿Cómo es que sólo un niño se contagió?
—Estoy convencida de que estamos viviendo con este virus desde antes y no nos habíamos dado cuenta y que había portadores asíntomaticos, porque hemos detectado gente ambulatoria con presencia del virus y que no cumple al ciento por ciento la definición de caso.
Por fin preparados
A partir de la influenza, el laboratorio de Veracruz cuenta con el equipo para poder definir el tipo de influenza que se presenta y ha apoyado a otros estados de la región en el análisis de
sus muestras.
Parissi explica que se tiene una respuesta en tiempo real para distintas enfermedades. “Tenemos un laboratorio muy completo seccionado, donde podemos manejar 97 por ciento de los problemas endémicos de Veracruz, como el dengue, dengue hemorrágico, tuberculosis, lectospira y VIH”.
“Es un laboratorio de bioseguridad nivel 3, que no tiene ni el propio Distrito Federal y que cuenta con la infraestructura para manejar virus nuevos, como el ántrax y actualmente el algoritmo completo de la influenza”.
Orgullosa, Aurora Parissi muestra las instalaciones de primer mundo con que cuenta el laboratorio de Veracruz, los distintos cubículos donde trabaja el personal que fue capacitado en Canadá —informa la doctora—, sólo se pueden ver a través de los cristales o en fotografías porque se trata de áreas totalmente esterilizadas.
Pero es posible entrar al cuarto de máquinas más limpio que se pueda imaginar. En el segundo piso del laboratorio, están todos los aparatos que mantienen el laboratorio y todos van en pareja, para que si alguno falla el otro entre en acción de inmediato.
Los filtros de aire, los que mantienen la humedad, los que direccionan el aire, es todo un entramado que se mantiene como una casita de muñecas, pero en lugar de juguetes hay tubos.
Georgina Morett
kikka-roja.blogspot.com/
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