Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2009-06-04•Al Frente
Antes que Guillermo Ortiz vuelva a declarar que la crisis está a punto de tocar fondo y descubramos que se trata de un fondo falso, quiero dedicar un pequeño pero muy sentido panegírico a la banda de Radio Ibero 90.9 que, en un acto imposible, le dedicó un espléndido homenaje a una legendaria estación llamada Rock 101, que entre 1984 y 1995 transformó la manera de hacer y entender el género radiofónico. Recuperaron los slogans, las voces, los programas, las propuestas y, de paso, a los viejos conductores, creativos y rolleros rockcientoúnicos, encabezados por Luis Gerardo Salas (pueden checar la conversación que sostuvimos en el portal de MILENIO Televisión), incluyendo a Iván Ríos Gascón y a este su nada humilde tecleador, conductores de una emisión maniaca llamada Pepe El Toro es inocente.
Una experiencia perniciosa pero fabulosa que fue más allá de la nostalgia. Volver escuchar la voz y el sentimiento poético profético del gurú Jaime Pontones, no tuvo precio. Rock 101 fue un viaje generacional, vivencial, alucinante y metafísico. Un agradecimiento a Ricardo Zamora, la maestra Varkentin, al gran Manuel Venegas El Borla, y a todo el equipo de 90.9 por su hospitalidad, pero sobre todo por su idea musical de resucitar Rock 101.
Dicho lo cual, vayamos al Voto Nulo. Ya lo he dicho, me parece de flojera hacer todo el numerito burocrático que implica emitir el sufragio efectivo no reelección, para llegar al anticlimático momento de anular el voto. Claro, a menos que uses la boleta para expresar algún pensamiento rebelde, provocador, infamante que, en un eventual recuento bótox por bótox, pudiera pasar a la posteridad. Cosas como “Vamos ganando aunque no parezca”, “Chupacabras was here”, o “El coyote cojo de las nalgas pintas” o el clásico veracruzano “Yo te vi, yo te vi, yo te vi robando”.
Sin embargo he escuchado a toda la bola de plañideras que con su falso desdén quieren desprestigiar la legitimidad del Voto Nulo y que en actos de cursilería reflexiva llaman melodramáticamente a votar como si fuera esa urna la última vez.
O sea, en medio de una crisis económica de tintes bíblicos, de una profunda decepción por los partidos y los políticos, y del extravío final de la falta de credibilidad en las instituciones que van de michoacanazo en michoacanazo, todavía se atreven a exigirle a la población un ejercicio de fundamentalismo democrático.
Un sistema que conciente que en dos años sólo se sentencie a un secuestrador, no merece vivir.
O sea, hay que votar por joder y mandarlos por Aviacsa.
Una experiencia perniciosa pero fabulosa que fue más allá de la nostalgia. Volver escuchar la voz y el sentimiento poético profético del gurú Jaime Pontones, no tuvo precio. Rock 101 fue un viaje generacional, vivencial, alucinante y metafísico. Un agradecimiento a Ricardo Zamora, la maestra Varkentin, al gran Manuel Venegas El Borla, y a todo el equipo de 90.9 por su hospitalidad, pero sobre todo por su idea musical de resucitar Rock 101.
Dicho lo cual, vayamos al Voto Nulo. Ya lo he dicho, me parece de flojera hacer todo el numerito burocrático que implica emitir el sufragio efectivo no reelección, para llegar al anticlimático momento de anular el voto. Claro, a menos que uses la boleta para expresar algún pensamiento rebelde, provocador, infamante que, en un eventual recuento bótox por bótox, pudiera pasar a la posteridad. Cosas como “Vamos ganando aunque no parezca”, “Chupacabras was here”, o “El coyote cojo de las nalgas pintas” o el clásico veracruzano “Yo te vi, yo te vi, yo te vi robando”.
Sin embargo he escuchado a toda la bola de plañideras que con su falso desdén quieren desprestigiar la legitimidad del Voto Nulo y que en actos de cursilería reflexiva llaman melodramáticamente a votar como si fuera esa urna la última vez.
O sea, en medio de una crisis económica de tintes bíblicos, de una profunda decepción por los partidos y los políticos, y del extravío final de la falta de credibilidad en las instituciones que van de michoacanazo en michoacanazo, todavía se atreven a exigirle a la población un ejercicio de fundamentalismo democrático.
Un sistema que conciente que en dos años sólo se sentencie a un secuestrador, no merece vivir.
O sea, hay que votar por joder y mandarlos por Aviacsa.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com
kikka-roja.blogspot.com/
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