Culpas panistas
Sergio Sarmiento
14 Sep. 09
"No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre".
Aixa a su hijo Boabdil
Los miembros del Consejo Nacional del PAN aprobaron por unanimidad este sábado 12 de septiembre un informe "confidencial" de una Comisión de Reflexión y Análisis de los Procesos Electorales de 2009 que encabezaba José Luis Coindreau. Hubo culpas para repartir, aunque no me parece que el informe haya captado las verdaderas causas de la derrota.
La información periodística disponible, ya que el reporte mismo no se ha hecho público, señala que los panistas atribuyen su derrota a factores como: la falta de cumplimiento de las promesas de campaña del 2006, especialmente la de crear empleos; la vinculación de algunos gobiernos panistas con el crimen organizado; la falta de operación política del Comité Ejecutivo Nacional que presidía Germán Martínez Cázares; la percepción negativa generada por las alianzas del PAN con los sindicatos del IMSS y el SNTE; la falta de mecanismos para resolver conflictos internos en el partido; la mala selección de candidatos; las acusaciones sin sustento al PRI por un supuesto apoyo al narco; la incapacidad de la Secretaría de Gobernación para evitar que los gobernadores priistas aprovecharan los recursos públicos para apoyar a su partido; y el apoyo de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, al PRI.
Supongo que algunos de estos factores tuvieron algo que ver con el mal desempeño del PAN en el 2009, pero los más importantes no han sido siquiera considerados.
Los comicios federales se llevaron a cabo en medio de la mayor crisis económica desde 1932. Pretender que el partido en el gobierno podía conservar su votación, o incluso aumentarla, era ir en contra de toda lógica política.
La votación del PAN siempre baja en las elecciones intermedias. Éste es un partido que se ha manejado como propiedad privada -financiada, por supuesto, con fondos públicos- de un grupo pequeño de políticos que no ha aceptado que se amplíen ni la militancia ni las estructuras. El PAN puede tener un buen desempeño en comicios presidenciales, cuando aumenta el número de votantes, pero no en los intermedios, cuando la gente sin partido definido, que suele sufragar por el PAN, se abstiene de acudir a las urnas.
Muchos de los 15 millones de votos que recibió Felipe Calderón el 2 de julio de 2006 no le pertenecían realmente al PAN. Millones sufragaron en contra de Andrés Manuel López Obrador, lo cual se refleja en la gran diferencia entre el voto al PAN para Presidente y para legisladores. El PAN tendría que haber trabajado mucho más para mantener estos votos en una elección en que López Obrador ya no era visto como un peligro por las clases medias.
A cambio de una reforma fiscal que no duró ni siquiera dos años, el PAN permitió en el 2007 que el PRI impusiera una reforma electoral hecha para favorecerse a sí mismo. Incluso accedió a que se modificara la Constitución para evitar que la reforma pudiera ser declarada inconstitucional por la Suprema Corte. Esta reforma priista ya no podrá revertirse. Será muy difícil que en un futuro previsible alguien tenga los votos suficientes en el Congreso para despojar al PRI, y a los partidos corporativistas en general, de las ventajas que les da la reforma.
Pegarse golpes de pecho no ayuda a ganar elecciones; pero cuando menos los panistas se muestran ya satisfechos por haber encontrado a los responsables de la derrota del 2009.
Operativo
Parece increíble que alguien se crea que el secuestro del avión de Aeroméxico del 9 de septiembre haya sido un montaje del gobierno. Las emergencias por secuestro de un avión no las ordena el gobierno sino que las inicia el piloto en vuelo. Si las autoridades hubieran desechado la alarma, se les habría justamente cuestionado por negligencia. El problema es que en nuestro país cualquier teoría de la conspiración es aceptada por inverosímil que pueda ser.
La información periodística disponible, ya que el reporte mismo no se ha hecho público, señala que los panistas atribuyen su derrota a factores como: la falta de cumplimiento de las promesas de campaña del 2006, especialmente la de crear empleos; la vinculación de algunos gobiernos panistas con el crimen organizado; la falta de operación política del Comité Ejecutivo Nacional que presidía Germán Martínez Cázares; la percepción negativa generada por las alianzas del PAN con los sindicatos del IMSS y el SNTE; la falta de mecanismos para resolver conflictos internos en el partido; la mala selección de candidatos; las acusaciones sin sustento al PRI por un supuesto apoyo al narco; la incapacidad de la Secretaría de Gobernación para evitar que los gobernadores priistas aprovecharan los recursos públicos para apoyar a su partido; y el apoyo de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, al PRI.
Supongo que algunos de estos factores tuvieron algo que ver con el mal desempeño del PAN en el 2009, pero los más importantes no han sido siquiera considerados.
Los comicios federales se llevaron a cabo en medio de la mayor crisis económica desde 1932. Pretender que el partido en el gobierno podía conservar su votación, o incluso aumentarla, era ir en contra de toda lógica política.
La votación del PAN siempre baja en las elecciones intermedias. Éste es un partido que se ha manejado como propiedad privada -financiada, por supuesto, con fondos públicos- de un grupo pequeño de políticos que no ha aceptado que se amplíen ni la militancia ni las estructuras. El PAN puede tener un buen desempeño en comicios presidenciales, cuando aumenta el número de votantes, pero no en los intermedios, cuando la gente sin partido definido, que suele sufragar por el PAN, se abstiene de acudir a las urnas.
Muchos de los 15 millones de votos que recibió Felipe Calderón el 2 de julio de 2006 no le pertenecían realmente al PAN. Millones sufragaron en contra de Andrés Manuel López Obrador, lo cual se refleja en la gran diferencia entre el voto al PAN para Presidente y para legisladores. El PAN tendría que haber trabajado mucho más para mantener estos votos en una elección en que López Obrador ya no era visto como un peligro por las clases medias.
A cambio de una reforma fiscal que no duró ni siquiera dos años, el PAN permitió en el 2007 que el PRI impusiera una reforma electoral hecha para favorecerse a sí mismo. Incluso accedió a que se modificara la Constitución para evitar que la reforma pudiera ser declarada inconstitucional por la Suprema Corte. Esta reforma priista ya no podrá revertirse. Será muy difícil que en un futuro previsible alguien tenga los votos suficientes en el Congreso para despojar al PRI, y a los partidos corporativistas en general, de las ventajas que les da la reforma.
Pegarse golpes de pecho no ayuda a ganar elecciones; pero cuando menos los panistas se muestran ya satisfechos por haber encontrado a los responsables de la derrota del 2009.
Operativo
Parece increíble que alguien se crea que el secuestro del avión de Aeroméxico del 9 de septiembre haya sido un montaje del gobierno. Las emergencias por secuestro de un avión no las ordena el gobierno sino que las inicia el piloto en vuelo. Si las autoridades hubieran desechado la alarma, se les habría justamente cuestionado por negligencia. El problema es que en nuestro país cualquier teoría de la conspiración es aceptada por inverosímil que pueda ser.
www.sergiosarmiento.com
kikka-roja.blogspot.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentarios. HOLA! deja tu mensaje ...