- Calderón se lava las manos
- Avienta la pelota a la IP
- Al globero se le pasó la mano en eso de inflar cifras
Durante su campaña electoral se le hizo fácil utilizar hasta el exceso uno de los lemas ideados por el publicista carca que importó de la madre patria (léase "presidente del empleo"); ya sentado en Los Pinos explotó ese eslogan durante dos largos años, porque él sí sabía cómo hacerlo, aunque la realidad lo desmintiera cotidianamente; al reconocer oficialmente la crisis "externa" y su impacto en el ámbito laboral, en octubre de 2008, guardó la célebre frase bajo quince candados; en 2009 la mantuvo en el congelador, y ahora que México –según dice– "ya salió de la ruta de deterioro", Felipe Calderón (en una versión renovada del "y yo por qué" foxista) sencillamente se lava las manos y echa la pelota –o la culpa, si se prefiere– a la iniciativa privada en eso de generar empleo formal en el país.
Tan contento que estaba en Alemania cuente que te cuente aventuras de un épico príncipe que doblegó a los 5 del Apocalipsis en un país imaginario, y de repente que se ve en la penosa necesidad de retornar a una ingrata realidad que, terca, lo desmiente todos los días. Así, el idílico "presidente del empleo" se reunió ayer con la cúpula de uno de los organismos, el Consejo Coordinador Empresarial, que afanosamente le sacó las castañas del fuego en el proceso electoral de 2006, y a ella aventó la pelota de la generación de plazas laborales en el sector formal.
Que "otros" eran los "destructores" de las fuentes de empleo, y que él sí sabía cómo se generarían los millones de puestos de trabajo que el país requería, repitió hasta el cansancio en la campaña electoral. Pero "otros" no llegaron, y a la hora de la hora, con el michoacano el resultado en este renglón, como en tantos otros, ha sido desastroso. Entonces, urgido de reivindicación –algo por demás imposible–, el inquilino de Los Pinos, a diestra y siniestra, suelta cifras de empleo formal que son desmentidas, de inmediato, por la propia estadística oficial en la que dice sustentar sus números.
Ante la cúpula del Consejo Coordinador Empresarial, que ayer cambió mando visible, Felipe Calderón aseguró que "México alcanzó en abril pasado el mayor crecimiento en la generación de empleo en los últimos 17 años" (en Alemania dijo que en 10 años), y que, como el país "está haciendo su tarea", en el cuarto mes del presente año "se generaron 92 mil 405 nuevos empleos, con lo que el incremento acumulado en el primer cuatrimestre del año se ubicó en casi 382 mil nuevas plazas".
Ojalá fuera así, pues de eso piden, y mucho, los mexicanos, pero la estadística del IMSS (avalada por la Secretaría del Trabajo) permite concluir que si la cifra de abril proporcionada por Calderón (los 92 mil 405 puestos de trabajo) es la correcta, entonces el acumulado en el primer cuatrimestre de 2010, en lo que se refiere a empleos formales registrados en dicho Instituto, superaría los 427 mil. Así, sólo caben dos posibilidades: el inquilino de Los Pinos infló el número de plazas formales registradas, o el IMSS está rezagado en el registro por algo así como 90 mil plazas (al cierre de marzo esta institución asegura que se dieron de alta alrededor de 335 mil empleos, eventuales la mayoría de ellos; al cierre de abril, Calderón dice que esos mismos empleos llegaron a 382 mil. Entonces, ¿cuál será la cifra correcta?).
Para fortalecer aquello de que México "ya salió de la ruta de deterioro", los carismáticos secretarios del Trabajo y de Hacienda, Javier Lozano Alarcón y Ernesto Cordero, respectivamente, habrían ofrecido una conferencia de prensa ayer por la noche (la cual, por razones de horario de cierre, México SA lamentablemente no pudo gozar), en la que explicarían (y convencerían, desde luego) por qué en el propio gobierno calderonista cada quien da una cifra distinta en materia de ocupación, y por qué, también, sólo suman y nunca restan, aunque en cualquiera de los casos el discurso oficial sostiene que "ya se recuperaron todos los empleos perdidos". Pero no: ¿dónde quedó la bolita?
Pues bien, el IMSS aporta más elementos: cuando Calderón, ante lo obvio, congeló el eslogan del "presidente del empleo" (octubre de 2008) y retirarlo del machacón discurso oficial, en el registro de esta institución aparecían alrededor de 14 millones 565 mil empleos formales (permanentes y eventuales); al cierre de marzo de 2010, esa misma fuente de información documentaba 14 millones 341 mil, es decir 223 mil 513 plazas menos entre una fecha y otra, de tal suerte que no "se recuperaron todos los empleos perdidos". Dicho saldo negativo es producto de la cancelación de 350 mil 465 plazas permanentes, y la generación de 126 mil 513 plazas eventuales (fundamentalmente en el ámbito rural).
Independientemente de lo anterior, como señalamos ayer en este espacio, el déficit de empleo es escalofriante. En Alemania, el inquilino de Los Pinos presentó como posibilidad lo que 24 horas después dio como un hecho contundente. Dijo ante los empresarios germanos que "están por confirmarme, pero estamos esperando que el dato de empleo hasta el mes de abril en México, los cuatro primeros meses, fue de 380 mil nuevos empleos formales en términos netos, que es el mayor crecimiento de empleo en 10 años para un cuatrimestre".
De lo que tales empresarios no se enteraron, porque Calderón les informó parcialmente, es que en su primer trienio debieron generarse entre 3.5 y 4 millones de empleos en el sector formal de la economía, y que en los hechos tal generación no pasa de 8 a 10 por ciento de la demanda real, sin considerar los mexicanos que en ese periodo cruzaron la frontera norte. Mucho menos les comentó que cuando él se asentó en Los Pinos la tasa oficial de desempleo abierto era de 3.58 por ciento de la población económicamente activa, y que tres años después rozaba el 6 por ciento.
Lo mejor del caso, en cualquiera de los escenarios, es que la frase de campaña quedó para otros espacios, y Calderón, simple y sencillamente, ahora se lava las manos.
Las rebanadas del pastel
Cómo estará la cosa, que hasta la servil CTM y su rastrero "líder obrero", el inefable Joaquín Gamboa, alegan que al globero de Los Pinos se le pasó la mano en eso de inflar cifras laborales… Y el tipo de cambio cada día más cerca de la barrera de 13 unidades… Un solidario abrazo para Celeste Sáenz de Miera y Aguiar, por la irreparable pérdida de la señora Alicia Aguiar de Santillán.
Tan contento que estaba en Alemania cuente que te cuente aventuras de un épico príncipe que doblegó a los 5 del Apocalipsis en un país imaginario, y de repente que se ve en la penosa necesidad de retornar a una ingrata realidad que, terca, lo desmiente todos los días. Así, el idílico "presidente del empleo" se reunió ayer con la cúpula de uno de los organismos, el Consejo Coordinador Empresarial, que afanosamente le sacó las castañas del fuego en el proceso electoral de 2006, y a ella aventó la pelota de la generación de plazas laborales en el sector formal.
Que "otros" eran los "destructores" de las fuentes de empleo, y que él sí sabía cómo se generarían los millones de puestos de trabajo que el país requería, repitió hasta el cansancio en la campaña electoral. Pero "otros" no llegaron, y a la hora de la hora, con el michoacano el resultado en este renglón, como en tantos otros, ha sido desastroso. Entonces, urgido de reivindicación –algo por demás imposible–, el inquilino de Los Pinos, a diestra y siniestra, suelta cifras de empleo formal que son desmentidas, de inmediato, por la propia estadística oficial en la que dice sustentar sus números.
Ante la cúpula del Consejo Coordinador Empresarial, que ayer cambió mando visible, Felipe Calderón aseguró que "México alcanzó en abril pasado el mayor crecimiento en la generación de empleo en los últimos 17 años" (en Alemania dijo que en 10 años), y que, como el país "está haciendo su tarea", en el cuarto mes del presente año "se generaron 92 mil 405 nuevos empleos, con lo que el incremento acumulado en el primer cuatrimestre del año se ubicó en casi 382 mil nuevas plazas".
Ojalá fuera así, pues de eso piden, y mucho, los mexicanos, pero la estadística del IMSS (avalada por la Secretaría del Trabajo) permite concluir que si la cifra de abril proporcionada por Calderón (los 92 mil 405 puestos de trabajo) es la correcta, entonces el acumulado en el primer cuatrimestre de 2010, en lo que se refiere a empleos formales registrados en dicho Instituto, superaría los 427 mil. Así, sólo caben dos posibilidades: el inquilino de Los Pinos infló el número de plazas formales registradas, o el IMSS está rezagado en el registro por algo así como 90 mil plazas (al cierre de marzo esta institución asegura que se dieron de alta alrededor de 335 mil empleos, eventuales la mayoría de ellos; al cierre de abril, Calderón dice que esos mismos empleos llegaron a 382 mil. Entonces, ¿cuál será la cifra correcta?).
Para fortalecer aquello de que México "ya salió de la ruta de deterioro", los carismáticos secretarios del Trabajo y de Hacienda, Javier Lozano Alarcón y Ernesto Cordero, respectivamente, habrían ofrecido una conferencia de prensa ayer por la noche (la cual, por razones de horario de cierre, México SA lamentablemente no pudo gozar), en la que explicarían (y convencerían, desde luego) por qué en el propio gobierno calderonista cada quien da una cifra distinta en materia de ocupación, y por qué, también, sólo suman y nunca restan, aunque en cualquiera de los casos el discurso oficial sostiene que "ya se recuperaron todos los empleos perdidos". Pero no: ¿dónde quedó la bolita?
Pues bien, el IMSS aporta más elementos: cuando Calderón, ante lo obvio, congeló el eslogan del "presidente del empleo" (octubre de 2008) y retirarlo del machacón discurso oficial, en el registro de esta institución aparecían alrededor de 14 millones 565 mil empleos formales (permanentes y eventuales); al cierre de marzo de 2010, esa misma fuente de información documentaba 14 millones 341 mil, es decir 223 mil 513 plazas menos entre una fecha y otra, de tal suerte que no "se recuperaron todos los empleos perdidos". Dicho saldo negativo es producto de la cancelación de 350 mil 465 plazas permanentes, y la generación de 126 mil 513 plazas eventuales (fundamentalmente en el ámbito rural).
Independientemente de lo anterior, como señalamos ayer en este espacio, el déficit de empleo es escalofriante. En Alemania, el inquilino de Los Pinos presentó como posibilidad lo que 24 horas después dio como un hecho contundente. Dijo ante los empresarios germanos que "están por confirmarme, pero estamos esperando que el dato de empleo hasta el mes de abril en México, los cuatro primeros meses, fue de 380 mil nuevos empleos formales en términos netos, que es el mayor crecimiento de empleo en 10 años para un cuatrimestre".
De lo que tales empresarios no se enteraron, porque Calderón les informó parcialmente, es que en su primer trienio debieron generarse entre 3.5 y 4 millones de empleos en el sector formal de la economía, y que en los hechos tal generación no pasa de 8 a 10 por ciento de la demanda real, sin considerar los mexicanos que en ese periodo cruzaron la frontera norte. Mucho menos les comentó que cuando él se asentó en Los Pinos la tasa oficial de desempleo abierto era de 3.58 por ciento de la población económicamente activa, y que tres años después rozaba el 6 por ciento.
Lo mejor del caso, en cualquiera de los escenarios, es que la frase de campaña quedó para otros espacios, y Calderón, simple y sencillamente, ahora se lava las manos.
Las rebanadas del pastel
Cómo estará la cosa, que hasta la servil CTM y su rastrero "líder obrero", el inefable Joaquín Gamboa, alegan que al globero de Los Pinos se le pasó la mano en eso de inflar cifras laborales… Y el tipo de cambio cada día más cerca de la barrera de 13 unidades… Un solidario abrazo para Celeste Sáenz de Miera y Aguiar, por la irreparable pérdida de la señora Alicia Aguiar de Santillán.
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