CAMPAMENTOS RESISTENCIA CIVIL CIUDAD DE MEXICOROCIO GONZALEZ Y ERIKA DUARTE
Vecinos de Polanco nos traen comida y cobijas, indica una habitante de Tlalpan
Aflora la solidaridad en torno a los campamentos de la resistencia civil
Una empresa dona diariamente 700 kilos de tortilla; se sirven hasta 7 mil comidas
-Algunas veces traemos los guisados ya hechos y otras los hacemos aquí. Si nos va bien traemos carne y ponemos frijoles, casi siempre hay huevo para el desayuno y café para pasar la noche -comenta María Eugenia Pérez, quien todos los días se traslada desde el pueblo de Tepepan, en Xochimilco, al campamento instalado a unos pasos del zoológico de Chapultepec, para dotar de alimentos a sus compañeros. "Desde allá venimos con nuestro tambache, pero estamos aquí porque creemos que podemos lograr un mejor país para nuestros hijos", dice. Para llegar, explicó, toma dos microbuses y hace dos transbordos en el Metro. Cada quien trae lo que puede, y "lo que es seguro es que nadie nos paga nada, al contrario, tenemos que poner de nuestro bolsillo. Imagínese, ¿quién podría sostener todo esto sin el apoyo de la colectividad?", pregunta esta mujer, quien agrega: "nos duele que nos digan que estamos aquí por dinero, sólo con el afán de desacreditar el movimiento".
El sábado, una señora que tiene una carnicería en Milpa Alta trajo 40 kilos de longaniza, que fueron repartidos en todos los campamentos, y al otro día también donaron costales de cocoles, relata María Eugenia. En el campamento de Tlalpan, Maricela platica que vecinos de Polanco llegan a preguntar qué necesitan. "Nos traen de todo, no sólo comida, también cobijas. Hay una familia que tiene una purificadora de agua, y nos traen los garrafones sin cobrarnos nada". Añade que incluso "hay quienes llegan a desayunar o comer con nosotros y nos dan un donativo".
En general, los campamentos asentados del Zócalo a la fuente de Petróleos tienen sus propias cocinas, habilitadas con una parrilla, mesas y huacales donde hay todo tipo de legumbres, verduras, fruta, pan, agua embotellada y jugos y refrescos de la cooperativa Pascual Boing. Algunos también cuentan con su propio centro de acopio de víveres, pero otros van al día. En esos casos, el campamento central, ubicado en la glorieta de la Diana Cazadora, reparte las tres comidas diarias que se mandan a hacer afuera de los campamentos. Javier López, uno de los encargados de la comisión de alimentación, precisa que diariamente se entregan alrededor de 3 mil desayunos y 5 mil comidas, aunque los fines de semana la cifra llega a 7 mil.
Niños que venden chicles vienen a comer
Entre las 4 y 5 de la tarde "es la hora pico, pero hay ocasiones que a las 7 de la noche se siguen preparando y sirviendo alimentos para quienes permanecen en el campamento, o para aquellos que vienen directo de sus trabajos y se incorporan para hacer la guardia nocturna", indican los jóvenes mientras sirven el mismo platillo a los niños de entre 5 y 7 años que venden chicles en la Alameda y se acercan a pedir comida."Aquí no se le niega el alimento a nadie, porque este movimiento también es humanitario; no importa si la gente pertenece a este campamento o si no está en ninguno. Por igual, se le da de comer a todos, hasta donde alcance", expresan los simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos, quienes se muestran sorprendidos ante la solidaridad de la gente y de organizaciones que llegan a donar víveres, como es el caso de la empresa Nuestro Maíz, que diariamente reparte cerca de 700 kilos de tortilla, aunque los fines de semana llega a una tonelada. Mientras unos se organizan para asistir a su trabajo y prestar su servicio en el comedor, como Ismael y Alejandra, otros están aquí de tiempo completo, como Herminia López, quien hace casi tres semanas decidió dejar encargado a sus hijas el restaurante que tiene en Garibaldi, para preparar los alimentos en el campamento de la delegación Cuauhtémoc, adonde llega diariamente a las 9 de la mañana y se marcha después de las 11 de la noche, luego de servir la cena.
PARA MAS QUE MI PRIMO MI HERMANO ISRAEL
ESCUCHANDO UNA MESA DE ANALISIS POLITICO, COMENTABAN QUE LOS CANADIENSES VEN CONMOVEDORA HASTA LAS LAGRIMAS, LA RESISTENCIA CIVIL DE LOS MEXICANOS, QUE MUCHOS PAISES YA QUISIERAN UN MOVIMIENTO POLITICO-CULTURAL COMO EL NUESTRO. SI PIENSAS QUE EL MOVIMIENTO, SOLO SE QUEDA EN EL PASEO DE LA REFORMA, PIENSALO 2 VECES PORQUE LA VERDAD MÉXICO ESTÁ LLENO DE ESPERANZA Y HARTA QUERENCIA, LO BUENO DE LA RADICALIZACION Y POLARIZACION ES QUE LA GENTE SE POLITIZÓ, NO IMPORTA COMO VOTARON, EL MIEDO QUEDÓ ATRAS, TODOS QUEREMOS SABER QUE PASÓ, QUE FUE LO QUE NOS HICIERON, NOMAS TENEMOS QUE GANARLE AL ODIO, LA FUERZA DEL ODIO ES COMO DE RÁFAGA, PRENDE CON FUERZA PERO SE EXTINGUE FÁCIL, ¿Y CON QUE? CON LO MISMO CON QUE LE QUITAMOS LA MUINA A LOS NIÑOS, CON JUSTICIA HARTA DULZURA Y GENEROSIDAD, ASI QUE A OFRECERLE A LOS EMPRESARIO RABIOSOS, UN NEGOCIO MUY BUENO, NUESTRA FORMA DE SER Y NUESTRA CULTURA, PORQUE MUCHOS POR CONVICCIÓN DEJAREMOS DE SER CONSUMIDORES CAUTIVOS. ¡¡ COMO PEXICO NO HAY 2 CHINGAOS !!
El viernes, dirigentes perredistas organizaron una marcha de lámparas a medianoche El rumor de un desalojo reaviva la organización en los campamentos El temor a una acción policiaca federal no impide las actividades políticas y culturalesANGEL BOLAÑOS, JOSEFINA QUINTERO Y GABRIELA ROMERO
Lectura y partidas de ajedrez amenizadas por trovadores, en carpas de simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos Foto José Carlo González
Bajo las lonas de la carpa de Tlalpan, al grito de "¡El que no baile es panista!", suena una cumbia y ocho parejas de jóvenes bailan. Mientras, no lejos de ahí, bares y restaurantes parecen no resentir el bloqueo, pues lucen llenos tanto el Hard Rock Live, en Reforma, como el Yushan, el Lipstick, el Tarará, en Madero, y restaurantes aledaños, como El Chiringuito, Puerto Madero y Big Red, en Presidente Masaryk. En el campamento de la delegación Benito Juárez, Sebastián, estudiante de la UNAM, muestra su tienda. Autodidacta en resistencia civil, como la mayoría aquí, aprendió que si no se está habituado el sleeping no basta para dormir sobre concreto.
Instrumentos básicos de resistencia: una colchoneta, una cobija, un pants, para dormir cómodo, un desinfectante de manos, dentífrico, una botella de agua, elemento que aquí "realmente aprendes a valorar", y "unos calcetines de repuesto, por que si te mojas con la lluvia hay que cambiarse rápido para no enfermarse". Hay tiendas individuales o de pareja, pero también hay "vecindades", donde se acomodan hasta 10 personas, y ahí es más difícil pasar la noche, por los mosquitos, el frío y los ronquidos, pero hay también quienes se quedan a la intemperie, sin más protección que una cobija y cartones debajo, para amortiguar el suelo. Aquí, a pesar del temor a ser desalojados, los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se mantienen firmes en su demanda de que se cuente voto por voto. Por la mañana se pasa revista de lo acontecido en la noche: dos palomazos que unos jóvenes trasnochados arrojaron desde su auto al campamento de Tláhuac, que al estallar asustaron a más de uno; algunas mentadas de madre con el claxon en los cruces de Reforma con Insurgentes y el Circuito Interior. Ya de día, de nuevo en los campamentos corre el rumor de que el desalojo podría ocurrir la madrugada del domingo o del lunes, aprovechando el regreso a clases. Pero siguen los programas culturales, talleres, competencias de ajedrez y la elaboración de Amlitos de plastilina; también hay que preparar la comida y aprovechar los pocos rayos de sol del día, que está nublado, para poner a secar cobijas sobre algunas sillas. En tanto, en una manta en Reforma e Insurgentes se lee: "En estas avenidas está garantizado el derecho al libre tránsito a cualquier persona; los que no pueden pasar son los autos, que no tienen derechos humanos".
<>Desmiente Segob posibilidad de desalojo en Reforma
Señala el procurador capitalino, Bernardo Bátiz, que de acuerdo con la unidad de Gobierno de la dependencia, no se tiene ninguna decisión encaminada a retirar a los simpatizantes de López Obrador que se instalaron en plantón permanente desde hace cuatro semanas
Alejandra Martínez El UniversalEl procurador capitalino, Bernardo Bátis, informó que la Secretaría de Gobernación desmintió la posibilidad de implementar un desalojo en los campamentos ubicados en el Zócalo y sobre el Paseo de la Reforma. Dijo que de acuerdo con la unidad de Gobierno de la dependencia, no se tiene ninguna decisión encaminada a retirar a los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador que se instalaron en plantón permanente desde hace cuatro semanas. Dijo que dicha área comunicó formalmente a la secretaría de gobierno del local que no hay la intención de retirar a quienes están de plantón como se ha rumorado en los últimos días, lo anterior luego de que la semana pasada, el jefe de gobierno electo, Marcelo Ebrard, aseguró que elementos de la Policía Federal Preventiva estaban amedrentando a los simpatizantes de López Obrador recomendándoles que dejaran el menor número de personas en los campamentos ante la inminencia de un desalojo. Por otro lado, Batís indicó que no tiene información sobre las negociaciones con la coalición Por el Bien de Todos encaminadas a liberar algunas de las glorietas que se ubican sobre Reforma a fin de aligerar el tráfico vehicular, de manera particular en La Palma, el Ángel de la Independencia y la Diana Cazadora.
CORO MONUMENTAL "LA PARIA ES NUESTRA VOZ"
LA CULTURA PRESENTE EN LA RESISTENCIA CIVIL PACIFICA
En el pétreo mausoleo miles de personas escucharon himnos de Luther King y Gandhi . Surgen coro de pejeviejitos antitanquetas y el ''monumento a la revolución pacífica'' El concierto fue ideado por la actriz Jesusa Rodríguez, conducido por el director de orquesta Eduardo García Barrios y reforzado por la soprano Regina Orozco y varios cantantes de óperaJAIME AVILES
Después de construir una nueva y "poderosa herramienta de resistencia", es decir, un maravilloso coro de pejeviejitos que "pronto va a cantar quizá frente a las tanquetas que lanzan agua", el movimiento ciudadano que apoya a Andrés Manuel López Obrador le cambió ligeramente el nombre al Monumento a la Revolución, que desde ayer se llama a la "revolución pacífica". Así lo proclamó, al menos, una gigantesca manta blanca en letras negras, que apareció sobre la base de la cúpula del esperpéntico mausoleo, diciendo ''revolución pacífica'', mientras en la explanada que lo rodea miles de personas entonaban o escuchaban con deleite un himno compuesto con palabras de Martin Luther King y Mahatma Gandhi, en apoyo a la demanda de voto por voto y casilla por casilla. Con lágrimas en las pupilas, vibrando de emoción por la música de Arturo Márquez, el público miraba el aire gris de la plaza llenarse de pétalos de rosa y papelitos disparados a chorros, mientras el sol de las cinco de la tarde pujaba para volver a salir entre las nubes y larguísimas lenguas de tela blanca descendían desde la cima de la gigantesca mesa de patas de piedra ondulando, mecidas por el viento, hacia la izquierda, hacia la izquierda, como señalando el rumbo que quiere agarrar el país.
Soñé que soñando estaba
Fue el debut del coro monumental de los pejeviejitos, ideado por Súper Jesusa Rodríguez, conducido por el gran director de orquesta que es Eduardo García Barrios y reforzado por la soprano Regina Orozco y un selecto grupo de cantantes de ópera que todavía son alumnos del Conservatorio Nacional, a todos los cuales hicieron contrapunto, leyendo los recitativos con dolorosa intensidad, la preciosa actriz que es Dolores Heredia y el galanazo Daniel Giménez Cacho. Pero mientras del fondo de cientos de gargantas brotaban las sílabas del poema cortadas con estruendo o rebotando como ecos de rayos por los cielos crepusculares de la épica -"¡Soñé/ que soñando esta-ba-a-á!/ un sueño que yo soné!/ y en el sueño desperté!/ desperté soñando que no soña-ba-a-á/ aunque al soñar sollozaba/ porque soñando querí-a-a-á!/ que aquel sueño que tenía/ fuera ensoñación feliz!/ el sueño de mi país/ es un sueño todaví-i-i-aaaaa!"-, soldados de la Policía Federal Preventiva, armados hasta los dientes, colocaron un cerco de vallas de alambre en torno de la Secretaría de Gobernación, donde no había nadie, absolutamente nadie, pero tampoco nada, excepto el Reloj Chino de Bucareli y el miedo pánico de la agonizante administración de Vicente Fox. Algunos instantes después, desde la cúpula del Monumento a la Revolución empezaron a descolgarse atletas vestidos como caballeros águila, mientras -no se sabe dónde- en la cúpula de la Iglesia católica el cardenal Norberto Rivera Carrera tomaba la decisión de apresurar la conclusión de la misa de domingo a las 12 en la Catedral Metropolitana, en respuesta al sorpresivo mitin efectuado ayer a esa hora, dentro del atrio del templo, por un nutrido grupo de la organización Mujeres de Andrés, que irrumpieron con carteles de repudio al fraude electoral del 2 de julio y de rechazo a la complaciente postura del purpurado frente a la crisis política del país.
"Norberto Rivera: si Jesús viniera de la Catedral te corriera", expresaba una de las cartulinas. Los gritos de las mujeres -"¡voto por voto, casilla por casilla!"- causaron profundo malestar entre los feligreses que rezaban en la nave central, pero también provocaron alarma en el campamento de López Obrador en el Zócalo capitalino, de donde salió casi corriendo Gerardo Fernández Noroña, vocero del Partido de la Revolución Democrática, con un altavoz en la mano para dirigirse a la Catedral y suplicar a las combativas mujeres que por favor no mezclaran la religión con la política. En esos momentos, López Obrador acababa de iniciar un discurso que se prolongaría 55 minutos, y que era más bien un balance y una reflexión acerca de lo que ha ocurrido en estas siete semanas de lucha después de las elecciones, y un resumen de los peligros que acechan a la democracia mexicana si se consuma la imposición de un presidente espurio, y a la vez un repaso de las maniobras foxistas que se sucedieron a lo largo del sexenio y una comparación con otras etapas de la historia nacional, aciagas como ésta, de las que el país salió más fortalecido gracias al pueblo.
Mensaje al ingeniero
Decenas de miles personas atendían lo que una señora definió como "clase de historia", pero en diversas regiones de la plaza las cartulinas que domingo a domingo han venido registrando la evolución del conflicto y aportando comentarios a los hechos más significativos de cada semana, en esta ocasión traían mensajes para el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien el pasado miércoles reapareció en los medios de comunicación y dijo palabras escépticas respecto al movimiento de resistencia civil, que no le gustaron nada a la gente. Dos ejemplos: "Cuauhtémoc, allá tú, con tu PAN te lo comas", y otro, aún más severo, que borró el parentesco del ex líder moral del PRD con el general Lázaro Cárdenas del Río: "Cuauhtémoc Solórzano, qué lástima me das". Otros, por su parte, ligaban su nombre completo a la palabra "traidor". Uno específicamente contrastaba dos épocas: "2006 no es 1988, López Obrador no es un traidor como el Cuatemochas". Opera en resistencia
Asesores de López Obrador consultados por este cronista reconocieron que el mitin de ayer, básicamente, era para demostrar una vez más la cohesión del movimiento, que sigue al alza: de todas partes, en efecto, llegan informes de pequeños actos de resistencia civil en cines de Polanco, supermercados de Ciudad Satélite, puentes del Periférico, pero también desde los diversos estados, como el que se registró la mañana del viernes en Mazatlán, donde los pejeseguidores cerraron el aeropuerto Rafael Buelna. No era, en cambio, un acto de masas para anunciar nuevas medidas de lucha. Por eso, terminado el discurso de López Obrador, la gente se fue a comer antes de reunirse en el Monumento a la Revolución, donde pasadas las 4 de la tarde, una compacta muchedumbre atestiguó el último ensayo del coro de los pejeviejitos que terminó barrido por un momentáneo chubasco. El público no dudó en guarecerse bajo el fallido arco del triunfo de la Revolución Mexicana, que se quedó en esa cosa horrible que es, pero desde el micrófono Jesusa lanzó una profecía: "Se va a despejar el cielo en señal de que muy pronto se abrirá una etapa luminosa en la historia del país" y, dicho y hecho, la lluvia se fue y la gente se acercó de nuevo al escenario donde Lech Zavadka, el gran contralto mexicano-polaco, y los tres tenores que son Marco Talavera, Héctor Palacios y Gerardo Villalobos, así como las mezzosopranos Lénika Reyes y Haina Elgueta, y las sopranos Yésica Urrutia y Regina Orozco rompieron a cantar la primera parte del concierto, el clásico Tengo un sueño, de Martin Luther King, al que siguieron los Aforismos del sueño, de Gandhi, y la síntesis de ambos textos, llamada Sueños, momento cumbre de la estremecedora pieza compuesta por el joven maestro Arturo Márquez y ejecutada por una orquesta sinfónica que tocó desde el carrete de una cinta bajo la batuta del virtuoso Ganso, Eduardo García Barrios. Después, los alumnos del conservatorio se lucieron dando una gala de ópera con un repertorio integrado por Ma pensiero, del Nabuco, del Pepe Verdi; las dos arias más famosas de la Carmen, de Bizet; el dueto de los pájaros de La flauta mágica, de Mozart; el diálogo más conocido de Sansón y Dalila, así como canzonetas napolitanas, fragmentos de zarzuelas, el Ridi, pagliaccio, y por supuesto el O sole mío, y de postre un popurrí de rancheras inmortales al que se incorporó todo el público. Y fue en ese momento, culminada la orgía espiritual, cuando Jesusa comprendió, y lo dijo, que el movimiento acababa de construir una formidable herramienta para seguir resistiendo: ese coro que, auguró pensando quizá en las tanquetas de San Lázaro, "pronto va a cantar en lugares muy pero muy interesantes..."