- ¡Triunfamos!, decía Navarrete, quien se había quejado de que no se le consultó para tomar la tribuna
- La larga noche de la crisis legislativa dejó ver el tamaño real de cada actor
- Iniciaremos otra etapa de lucha... no podemos confiarnos, advertencia al gobierno en el Senado
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La larga noche de la crisis legislativa, la que dejó ver el tamaño real de cada uno de sus actores, consolidó los recursos energéticos nacionales como el asunto medular del país y del interés de todos. Y se logró a fuerza de pura terquedad. Era el propósito.
Siendo así, cómo podrán explicar –Germán Martínez, primero que nadie– que en el Frente Amplio Progresista (FAP) tuviera ayer tal actitud de júbilo y de victoria. ¿Pues no decían los lectores de noticias que la única intención verdadera de los que tomaron las tribunas del Congreso era sumergir el país en el caos?
Quién sabe. Cada cual estará haciendo, ya mismo, su balance de estas dos semanas.
Y si se conserva un ápice de autocrítica, el gobierno federal deberá asumir –o tal vez lo hizo desde un principio– que él mismo y su explosión de entusiasmo anticipado –al asegurar que este mismo mes se aprobaría su iniciativa energética– propiciaron, de hecho, la instrucción de tomar la tribuna.
Arrancaron amplio esquema de discusión del tema petrolero
Así, los del FAP no sólo arrancaron al PRI, al PAN, al gobierno, un esquema amplio para la discusión pública del tema del petróleo. También obtuvieron –como fue su empeño hasta el final, hasta cerca de la una de la madrugada de este viernes– “asegurar que no se dé un proceso en frío, de dictaminación”, como resumió el presidente de la Junta de Coordinación Política, Manlio Fabio Beltrones, cuando se encaminaba a hacer el anuncio formal del acuerdo.
Qué caras pondrán, entonces, cuando –como se anticipa– mañana domingo se selle la renovación del pacto mutuo de alianza entre los legisladores del FAP y su indiscutible líder político, Andrés Manuel López Obrador. Ellos, diputados y senadores, encabezarán la marcha que partirá del Ángel de la Independencia. Será la reconciliación pública. Y para certificarlo, ayer mismo quedó afinado el discurso que se leerá en nombre de quienes a lo largo de 15 días no se movieron de las cámaras legislativas. Esa encomienda quedó en manos del nayarita Francisco Javier Castellón y de la tabasqueña Rosalinda López, en apariencia con filiaciones distintas al interior del PRD.
Pero este viernes la historia se escribía en la felicidad reflejada en dos rostros: los de Rosario Ibarra y Alejandro González Yáñez. Su expresión resumía la dimensión de la osadía y del triunfo. Ella, la vieja luchadora social, ratificaba con su inquebrantable presencia en el salón de plenos a lo largo de estas semanas, la validez de la resistencia como método de lucha. Y él, quien se convirtió en negociador fundamental para conjurar en la recta final cualquier posibilidad de albazo legislativo en agosto, levantaba el pulgar. Caminaba, como el resto de los coordinadores del FAP y de los senadores que se presentaron a la caída del telón, sin molestarse por la nube de fotógrafos y reporteros que les bloqueaban el paso. Y qué decir de Javier González Garza, quien lo mismo levantaba el puño que lo convertía en “V” de la victoria cuando se cantaba el Himno Nacional en señal de epílogo de “aquí está su tribuna”, todavía en el Senado. Eso sí, y como a lo largo de estos días, no estuvieron en el pleno todos los que llegaron por las siglas de los partidos que integran el FAP. Porque la senadora de Tlaxcala, Minerva Hernández, nunca tuvo convicción de resistencia y, acaso, dicen todos los testimonios, se le vio hace unos días por aquí, cuando Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, vino a reunirse con la Comisión de Hacienda del Senado. Y en la misma actitud ubicaron al guerrerense David Jiménez Rumbo.
Los protagonistas de Xicoténcatl
El mismo senador que hace 15 días aseguró, en tono resuelto, desde el micrófono: “aquí nos quedamos”, ayer no estuvo. Y aquel que entonces se llamó “secuestrado”, este viernes sólo habló del triunfo de la “prudencia, la mediación política y la responsabilidad”. Y el que amagó con que no habría diálogo mientras la tribuna estuviera tomada, ahora se congratuló de que hubieran prosperado los acuerdos “sobre las visiones radicales o extremas”. Finalmente, el que se quejó de no haber sido consultado por sus compañeros del FAP cuando iniciaron la acción de protesta, ayer exclamó: ¡triunfamos, triunfamos! Así se vieron este viernes, al caer el telón, los actores de una obra en la que hace dos semanas otro muy distinto había sido su rol y hasta su lugar en la marquesina.
En orden de aparición: Ricardo Monreal, quien esta semana anunció por lo menos tres veces, de manera fallida, el fin de la ocupación de la tribuna, este viernes no estuvo. Agotamiento se aventuró como razón de su notoria ausencia. Manlio Fabio Beltrones, poderoso presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y coordinador de los senadores del PRI, segunda fuerza en el recinto legislativo, buscaba mostrarse ecuánime y ratificar su vocación negociadora. Santiago Creel Miranda, presidente del Senado y coordinador de la bancada del PAN, luchaba por reprimir su alivio al superar la crisis legislativa que vivió en medio de una gran presión. Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD y, contra viento y marea, el negociador y vocero del FAP. El interlocutor que, desde ayer, anunció al gobierno: “iniciaremos otra etapa de lucha, porque no podemos confiarnos...”.
Pero este viernes la historia se escribía en la felicidad reflejada en dos rostros: los de Rosario Ibarra y Alejandro González Yáñez. Su expresión resumía la dimensión de la osadía y del triunfo. Ella, la vieja luchadora social, ratificaba con su inquebrantable presencia en el salón de plenos a lo largo de estas semanas, la validez de la resistencia como método de lucha. Y él, quien se convirtió en negociador fundamental para conjurar en la recta final cualquier posibilidad de albazo legislativo en agosto, levantaba el pulgar. Caminaba, como el resto de los coordinadores del FAP y de los senadores que se presentaron a la caída del telón, sin molestarse por la nube de fotógrafos y reporteros que les bloqueaban el paso. Y qué decir de Javier González Garza, quien lo mismo levantaba el puño que lo convertía en “V” de la victoria cuando se cantaba el Himno Nacional en señal de epílogo de “aquí está su tribuna”, todavía en el Senado. Eso sí, y como a lo largo de estos días, no estuvieron en el pleno todos los que llegaron por las siglas de los partidos que integran el FAP. Porque la senadora de Tlaxcala, Minerva Hernández, nunca tuvo convicción de resistencia y, acaso, dicen todos los testimonios, se le vio hace unos días por aquí, cuando Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, vino a reunirse con la Comisión de Hacienda del Senado. Y en la misma actitud ubicaron al guerrerense David Jiménez Rumbo.
Los protagonistas de Xicoténcatl
El mismo senador que hace 15 días aseguró, en tono resuelto, desde el micrófono: “aquí nos quedamos”, ayer no estuvo. Y aquel que entonces se llamó “secuestrado”, este viernes sólo habló del triunfo de la “prudencia, la mediación política y la responsabilidad”. Y el que amagó con que no habría diálogo mientras la tribuna estuviera tomada, ahora se congratuló de que hubieran prosperado los acuerdos “sobre las visiones radicales o extremas”. Finalmente, el que se quejó de no haber sido consultado por sus compañeros del FAP cuando iniciaron la acción de protesta, ayer exclamó: ¡triunfamos, triunfamos! Así se vieron este viernes, al caer el telón, los actores de una obra en la que hace dos semanas otro muy distinto había sido su rol y hasta su lugar en la marquesina.
En orden de aparición: Ricardo Monreal, quien esta semana anunció por lo menos tres veces, de manera fallida, el fin de la ocupación de la tribuna, este viernes no estuvo. Agotamiento se aventuró como razón de su notoria ausencia. Manlio Fabio Beltrones, poderoso presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y coordinador de los senadores del PRI, segunda fuerza en el recinto legislativo, buscaba mostrarse ecuánime y ratificar su vocación negociadora. Santiago Creel Miranda, presidente del Senado y coordinador de la bancada del PAN, luchaba por reprimir su alivio al superar la crisis legislativa que vivió en medio de una gran presión. Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD y, contra viento y marea, el negociador y vocero del FAP. El interlocutor que, desde ayer, anunció al gobierno: “iniciaremos otra etapa de lucha, porque no podemos confiarnos...”.
PRIISTAS Y PANISTAS JUNTO CON RUTH ZAVALETA Y LOS CHUCHOS DEL PRD SON LOS TRAIDORES A LA PATRIA Y DEBEMOS TENERLOS VIGILADOS, DICEN MUCHAS MENTIRAS Y ESTUPIDECES
LA PEOR DE TODOS:
RUTH ZAVALETA "LOS SACERDOTES EN LAS ELECCIONES" , ESO ES ALTA TRAICIÓN
RUTH ZAVALETA: ALBAZO EN LOS "ESTATUTOS DEL GOBIERNO DEL DF"
Kikka Roja
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