por Lilia Arellano
Carpetazo a 'crimen electoral perfecto'
Como si se diera carpetazo al "crimen electoral perfecto", los integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) desecharon la última impugnación presentada por un particular contra la negativa del Instituto Federal Electoral de otorgarle acceso a las boletas de la elección presidencial del 2006, basados únicamente en el argumento de que faltó una firma autógrafa, con lo que de hecho dieron el visto bueno a los consejeros del IFE para que destruyan, quemen, entierren o trituren las boletas electorales del 2006, es decir, los únicos documentos con los que se podría demostrar si realmente Felipe Calderón ganó legal y legítimamente la Presidencia de la República. En el proceso comicial más reñido y sucio de nuestra historia, Calderón fue declarado, correcta o equivocadamente -eso tal parece que ya nunca lo sabremos- ganador de la contienda del 2 de julio por los consejeros del Instituto Federal Electoral que preside el gordillista Luis Carlos Ugalde. Después de una larga jornada en la que todo México se mantuvo en vela, siguiendo por los medios electrónicos de comunicación masiva el conteo de las elecciones presidenciales, que se realizó a través de las 130 mil 500 actas, el IFE dictaminó que el candidato oficial, el panista Felipe Calderón, ganó con un margen de apenas 0.57 puntos sobre el abanderado de la Coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, lo que provocó en la capital de la República Mexicana y en las principales ciudades del país bocinazos de festejo de unos pero, al mismo tiempo, la furia contenida de otros muchos más.
El tabasqueño López Obrador de inmediato anunció la impugnación de los resultados, que establecían una diferencia en su contra de 236 mil 006 votos de un total de 42 millones de sufragios, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por la "falta de transparencia" del proceso, las dudas sobre la actuación del árbitro de la contienda y, sobre todo, por la negativa del árbitro electoral de abrir los paquetes electorales y contar "voto por voto" cada uno de los sufragios, además de que llamó a los mexicanos a movilizarse en defensa del voto. Ante unos 500 periodistas nacionales y extranjeros, el centroizquierdista acusó que fue víctima de una "elección de Estado para favorecer con todo el aparto y los recursos del gobierno al candidato de la derecha". El abanderado de la Coalición Por el Bien de Todos denunció en ese momento que había "muchísimas" pruebas de que las autoridades electorales del IFE no actuaron con rectitud, entre las que mencionó la manera como cargaron y echaron a andar desde el domingo de la elección el Programa de Resultados Preliminares (PREP) para dar la sensación a la opinión pública nacional que el ganador era Calderón, así como la manipulación y administración del programa, además del manejo que dieron a las casillas que fueron consideradas pero no contabilizadas por el PREP, hecho del que no enteraron a nadie, por lo que no se supo de inmediato los resultados de 13 mil casillas. En suma, el IFE, en 24 horas echó a andar un operativo para acelerar todo y resolver un cómputo que requería tiempo, para dar certidumbre y transparencia al proceso por el bien del país y de la República, resumió López Obrador, quien jamás ha aceptado los resultados de las actas que computó el IFE. Calderón, por su parte, con el triunfo (¿robado?) en la bolsa, a pesar de que dos tercios de la población no votaron por él, se negó en redondo a abrir los paquetes electorales.
Manuel Espino, dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) había presionado a los consejeros electorales para impedir que se siguieran abriendo los paquetes en los consejos distritales, en una jornada sumamente difícil para los panistas, quienes veían cómo López Obrador mantenía ventaja en los cómputos distritales, lo que puso bajo sospecha, desde ahí, el manejo del Programa de Resultados Preliminares, y provocó, por lo tanto, que el triunfo de Calderón se tambaleara.
(lilia_arellano@yahoo.com)
Kikka Roja
El tabasqueño López Obrador de inmediato anunció la impugnación de los resultados, que establecían una diferencia en su contra de 236 mil 006 votos de un total de 42 millones de sufragios, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por la "falta de transparencia" del proceso, las dudas sobre la actuación del árbitro de la contienda y, sobre todo, por la negativa del árbitro electoral de abrir los paquetes electorales y contar "voto por voto" cada uno de los sufragios, además de que llamó a los mexicanos a movilizarse en defensa del voto. Ante unos 500 periodistas nacionales y extranjeros, el centroizquierdista acusó que fue víctima de una "elección de Estado para favorecer con todo el aparto y los recursos del gobierno al candidato de la derecha". El abanderado de la Coalición Por el Bien de Todos denunció en ese momento que había "muchísimas" pruebas de que las autoridades electorales del IFE no actuaron con rectitud, entre las que mencionó la manera como cargaron y echaron a andar desde el domingo de la elección el Programa de Resultados Preliminares (PREP) para dar la sensación a la opinión pública nacional que el ganador era Calderón, así como la manipulación y administración del programa, además del manejo que dieron a las casillas que fueron consideradas pero no contabilizadas por el PREP, hecho del que no enteraron a nadie, por lo que no se supo de inmediato los resultados de 13 mil casillas. En suma, el IFE, en 24 horas echó a andar un operativo para acelerar todo y resolver un cómputo que requería tiempo, para dar certidumbre y transparencia al proceso por el bien del país y de la República, resumió López Obrador, quien jamás ha aceptado los resultados de las actas que computó el IFE. Calderón, por su parte, con el triunfo (¿robado?) en la bolsa, a pesar de que dos tercios de la población no votaron por él, se negó en redondo a abrir los paquetes electorales.
Manuel Espino, dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) había presionado a los consejeros electorales para impedir que se siguieran abriendo los paquetes en los consejos distritales, en una jornada sumamente difícil para los panistas, quienes veían cómo López Obrador mantenía ventaja en los cómputos distritales, lo que puso bajo sospecha, desde ahí, el manejo del Programa de Resultados Preliminares, y provocó, por lo tanto, que el triunfo de Calderón se tambaleara.
(lilia_arellano@yahoo.com)
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