Tabasco-Chiapas: visibilidad trágica
No menos insultante resulta reconocer que los gobiernos de Yucatán, Chiapas y otras entidades del sureste del país, han decidido ‘donar’ 37 millones anuales al Teletón.
El mismo día en que el presidente Felipe Calderón anunció la creación de un fondo de 200 millones de pesos de emergencia, en apoyo de las pequeñas y medianas empresas devastadas en Tabasco por la inundación, una comisión legislativa de la Cámara de Diputados informó que en lo que va del año, Calderón ha gastado más de 10 veces más que esa cantidad en promocionar su imagen a través de los medios electrónicos e impresos: 2 mil 650 millones de pesos en 10 meses. Y para el 2008, la Presidencia de la República planea erogar más de 3 mil 500 millones de pesos en el mismo rubro. En otras palabras, mientras a cada uno de los miles de pequeños comerciantes e industriales afectados por las inundaciones de Tabasco les corresponderá de "crédito" entre 7 mil y 10 mil pesos, cada hora, Los Pinos gasta entre 200 mil y 300 mil pesos en spots de 30 segundos en televisión para decirnos, entre otras cosas, que el gobierno federal está atento a las tragedias de los estados que han padecido las peores inundaciones de la temporada: Tabasco y Chiapas.
No menos insultante resulta reconocer que el gobierno de Yucatán, como el de Chiapas y otras entidades del sureste del país, han decidido "donarle" 37 millones de pesos anuales al Teletón, organizado por Televisa, para promover la ayuda. Menos del 10% de esa cantidad invertida para promoción efímera de la imagen de gobernantes se pudo haber invertido en la comunidad chiapaneca de Juan Grijalva, donde un cerro se desgajó arrasando a un pueblo de poco más de 600 habitantes. ¿Dónde están realmente las prioridades de los gobernantes? La visibilidad reciente de las tragedias y de los desastres provocados más por la negligencia gubernamental que por la simple "furia" de la naturaleza en Tabasco y en Chiapas, también revelan con toda su crudeza la falta absoluta de criterios elementales para destinar recursos suficientes a obras públicas indispensables para frenar estos desastres.
El corresponsal de Proceso, Armando Guzmán y el periódico La Jornada , por ejemplo, destacaron que, durante 10 años, los gobiernos de Roberto Madrazo y Manuel Andrade, ambos priistas, no informaron ni invirtieron mil 970 millones de pesos que la paraestatal Pemex le entregó al erario estatal precisamente para realizar obras de infraestructura y de protección contra las inundaciones. No se necesita ser sabio ni un investigador puntual para deducir que esos millonarios recursos fueron a parar al río de corrupción que caracterizó al madracismo y, buena parte de ese dinero sirvió también para promover la imagen del ex candidato presidencial en la televisión, antes de que todos "descubrieran" que es un tramposo contumaz, no sólo en el manejo del presupuesto, sino también en los maratones. La visibilidad de las tragedias en Tabasco y Chiapas, como ayer sucedió con las inundaciones del “Paulina” en Oaxaca, Guerrero y Veracruz, como ocurrió con los huracanes “Isidoro” y “Vilma” que anegaron Cancún y destruyeron buena parte de las playas más caras del mundo, tiene como contraparte la opacidad más escandalosa en el manejo de recursos que debieron destinarse a la protección civil y, en buena medida, fueron a parar a la vanidad personal de los gobernantes.
¿Por qué no demuestra un poco de sensatez el gobierno federal y suspende por lo menos la mitad de su presupuesto de promoción televisiva para el 2008 y lo destina a los fondos urgentes en Tabasco? Por supuesto, siempre y cuando estos fondos se administren fuera de las redes de corrupción clientelar y corporativa que es el verdadero río que se desborda siempre en el sureste.
El mismo día en que el presidente Felipe Calderón anunció la creación de un fondo de 200 millones de pesos de emergencia, en apoyo de las pequeñas y medianas empresas devastadas en Tabasco por la inundación, una comisión legislativa de la Cámara de Diputados informó que en lo que va del año, Calderón ha gastado más de 10 veces más que esa cantidad en promocionar su imagen a través de los medios electrónicos e impresos: 2 mil 650 millones de pesos en 10 meses. Y para el 2008, la Presidencia de la República planea erogar más de 3 mil 500 millones de pesos en el mismo rubro. En otras palabras, mientras a cada uno de los miles de pequeños comerciantes e industriales afectados por las inundaciones de Tabasco les corresponderá de "crédito" entre 7 mil y 10 mil pesos, cada hora, Los Pinos gasta entre 200 mil y 300 mil pesos en spots de 30 segundos en televisión para decirnos, entre otras cosas, que el gobierno federal está atento a las tragedias de los estados que han padecido las peores inundaciones de la temporada: Tabasco y Chiapas.
No menos insultante resulta reconocer que el gobierno de Yucatán, como el de Chiapas y otras entidades del sureste del país, han decidido "donarle" 37 millones de pesos anuales al Teletón, organizado por Televisa, para promover la ayuda. Menos del 10% de esa cantidad invertida para promoción efímera de la imagen de gobernantes se pudo haber invertido en la comunidad chiapaneca de Juan Grijalva, donde un cerro se desgajó arrasando a un pueblo de poco más de 600 habitantes. ¿Dónde están realmente las prioridades de los gobernantes? La visibilidad reciente de las tragedias y de los desastres provocados más por la negligencia gubernamental que por la simple "furia" de la naturaleza en Tabasco y en Chiapas, también revelan con toda su crudeza la falta absoluta de criterios elementales para destinar recursos suficientes a obras públicas indispensables para frenar estos desastres.
El corresponsal de Proceso, Armando Guzmán y el periódico La Jornada , por ejemplo, destacaron que, durante 10 años, los gobiernos de Roberto Madrazo y Manuel Andrade, ambos priistas, no informaron ni invirtieron mil 970 millones de pesos que la paraestatal Pemex le entregó al erario estatal precisamente para realizar obras de infraestructura y de protección contra las inundaciones. No se necesita ser sabio ni un investigador puntual para deducir que esos millonarios recursos fueron a parar al río de corrupción que caracterizó al madracismo y, buena parte de ese dinero sirvió también para promover la imagen del ex candidato presidencial en la televisión, antes de que todos "descubrieran" que es un tramposo contumaz, no sólo en el manejo del presupuesto, sino también en los maratones. La visibilidad de las tragedias en Tabasco y Chiapas, como ayer sucedió con las inundaciones del “Paulina” en Oaxaca, Guerrero y Veracruz, como ocurrió con los huracanes “Isidoro” y “Vilma” que anegaron Cancún y destruyeron buena parte de las playas más caras del mundo, tiene como contraparte la opacidad más escandalosa en el manejo de recursos que debieron destinarse a la protección civil y, en buena medida, fueron a parar a la vanidad personal de los gobernantes.
¿Por qué no demuestra un poco de sensatez el gobierno federal y suspende por lo menos la mitad de su presupuesto de promoción televisiva para el 2008 y lo destina a los fondos urgentes en Tabasco? Por supuesto, siempre y cuando estos fondos se administren fuera de las redes de corrupción clientelar y corporativa que es el verdadero río que se desborda siempre en el sureste.
jenarovi@yahoo.com.mx
Kikka Roja
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