Alberto Morales / Corresponsal
El Universal Juchitán, Oaxaca Sábado 19 de abril de 2008
- Asegura gobierno de Oaxaca que se mantiene al margen de liberación de Flavio Sosa
Notimex / La Jornada On Line Publicado: 19/04/2008 21:48
El documento explica, además, que la liberación de Flavio Sosa -quien desde hace más de un año permanecía en el reclusorio regional de Cuicatlán- “es el resultado de todo un proceso judicial que tuvieron bajo su responsabilidad los jueces que conocieron de la causa”. También destaca que los mismos “actuaron de acuerdo a su criterio jurídico, basándose en diversas pruebas y actuaciones legales que se desarrollaron durante el juicio”, por lo que insistió en el respeto del gobierno estatal en “las decisiones de las instancias judiciales y criterios de los magistrados que llevaron el proceso legal”. De acuerdo con la defensa de Sosa Villavicencio, éste fue liberado por desvanecimiento de pruebas en los cuatro procesos que se seguía en su contra, por lo que no fue necesario el pago de ninguna fianza y fue puesto en libertad bajo ninguna reserva de ley.
ULISES RUIZ ORTIZ COBARDE GOBERNADOR ESPURIO, ASESINÓ Y DESAPARECIÓ A MAESTROS Y CIVILES INOCENTES, LA DETENCIÓN DE FLAVIO SOSA FUE OTRA VILEZA CONTRA LA GENTE MÁS HUMILDE.
LA POBREZA EN OAXACA NO ES SUFICIENTE PARA QUEBRAR EL ESPIRITU DE LUCHA. NADIE OLVIDARÁ EL DÍA DE LA BATALLA HERÓICA, EL PUEBLO ENTERO HIZO CORRER A LA PFP EN DESBANDADA
EL MUNDO SIGUE Y APOYA AL PUEBLO DE OAXACA PORQUE ES UN EJEMPLO DE LIBERTAD
TODOS SOMOS APPO
- El gobierno de Ulises Ruiz no aportó pruebas suficientes, determinan jueces federales
- Tras año y medio en prisión liberan al consejero de la APPO Flavio Sosa
La confabulación
Responsabilizó al presidente Felipe Calderón y al gobernador Ulises Ruiz de su seguridad, ante una eventual agresión. Sosa Villavicencio se trasladó a su domicilio en el municipio de San Bartolo Coyotepec, conurbado a la ciudad de Oaxaca, donde fue recibido por su madre, Irene Villavicencio, y su esposa, Beatriz Castañeda Pedro, así como por otros familiares y seguidores de la APPO. El consejero estatal fue detenido el 4 de diciembre de 2006 en la ciudad de México por agentes de la Policía Federal Preventiva y de la Agencia Federal de Investigación junto con su hermano Horacio y los también activistas Marcelino Coache Verano e Ignacio García Maldonado.
“Eran acusaciones insostenibles e inverosímiles, y los jueces resolvieron dejarlo en libertad porque ya no podían mantenerlo más tiempo en la cárcel”, declaró. En los tres procesos penales “las acusaciones no estaban bien sustentadas y no había ningún señalamiento para hacerlo responsable de los delitos imputados, agregó. Luego de salir de prisión, Sosa Villavicencio dijo que una de las primeras acciones que emprenderá, junto con varios compañeros suyos, será “la reconstrucción de la APPO y su transformación política”. Señaló que el movimiento social de esa entidad “no está muerto”, y que se sumará a la lucha por la soberanía petrolera y la defensa de los energéticos. “En Oaxaca, lo que se requiere es democracia, justicia y libertad. Por ello tenemos que analizar cuáles son las condiciones actuales en la entidad. Ahora vemos una simetría en el conflicto. Por un lado, existen denuncias directas en la Suprema Corte de Justicia de la Nación contra Ulises Ruiz y se empieza a plantear la posibilidad de denuncias ante el Ministerio Público y la de un juicio político en la Cámara de Diputados”, aseguró. En la noche, Héctor Pablo Ramírez Leyva, coordinador de Comunicación Social del gobierno del estado, informó que la administración de Ulises Ruiz se mantuvo al margen del fallo del Poder Judicial del estado para liberar a Sosa Villavicencio, del cual se dijo respetuoso. El Poder Ejecutivo del estado expresó que la excarcelación fue resultado de un proceso por diferentes causas y una actuación de acuerdo con criterios jurídicos con base en pruebas y actuaciones legales presentadas por la defensa.
Flavio Sosa: liberación tardía
editorial
El vocero de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), Flavio Sosa Villavicencio, fue puesto en libertad ayer tras permanecer casi 17 meses en prisión, acusado de secuestro, robo con violencia, lesiones calificadas, daños dolosos, sedición y ataques a las vías generales de comunicación. Tras su liberación, el activista anunció que se reincorporará a la lucha del movimiento magisterial y popular encabezada por la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la propia APPO.
Debe recordarse que Sosa fue capturado, junto con su hermano Horacio y los activistas Ignacio García y Marcelino Coache, el 4 de diciembre de 2006 en esta capital, a unos días de iniciada la administración de Felipe Calderón Hinojosa, en lo que constituyó un acto de traición por parte del gobierno federal, toda vez que los activistas se habían trasladado con el fin de reunirse y dialogar con representantes de la Secretaría de Gobernación.
El entorno de crispación social, la forma en fue aprehendido y las irregularidades que persistieron a lo largo de su proceso provocaron, en conjunto, que Sosa fuera considerado por amplios sectores de la opinión pública nacional e internacional como el primer preso político del gobierno calderonista, que así refrendó alianzas con personajes que desempeñaron un papel fundamental en la gestación y el estallido del conflicto oaxaqueño, como Elba Esther Gordillo y el propio gobernador de la entidad, Ulises Ruiz Ortiz. Por añadidura, la represión brutal que se dio en el contexto de ese conflicto puso en perspectiva el raquítico compromiso de la administración en turno con el respeto a las garantías individuales.
A un par de años de que se iniciaran las jornadas de violencia en la capital oaxaqueña, los gobiernos estatal y federal, lejos de remediar esa y otras circunstancias que agravian a la sociedad en su conjunto, persisten en una actitud indolente y desentendida, como si nunca hubiesen tenido lugar las expresiones de descontento popular que se aglutinaron en torno a la APPO, como si los homicidios producto de la represión policial nunca hubiesen ocurrido y como si las causas que dieron origen al conflicto en esa entidad –marginación, pobreza, falta de democracia política y sindical, corrupción, represión y cacicazgos– hubiesen sido atendidas. Por lo demás, la entidad continúa recorrida por crímenes violentos, vinculados aparentemente con causas políticas, y cuyo factor común es la impunidad y la falta de esclarecimiento. Al respecto destacan, entre otros hechos, el asesinato del luchador social de origen chatino Lauro Juárez y el de las locutoras indígenas triquis Teresa Bautista Merino y Felícitas Martínez Sánchez.
Con este telón de fondo, en forma paralela a la liberación de Flavio Sosa –un hecho por el cual cabe felicitarse– surgen nuevas interrogantes: ¿por qué se dio hasta ahora y quién resarcirá el agravio causado al activista por el tiempo que permaneció en prisión? ¿Hasta cuándo se permitirá que las cárceles mexicanas alberguen a ciudadanos detenidos por su militancia política o social? ¿En qué momento el gobierno acabará por reconocer que el conflicto en Oaxaca se mantiene latente, y que la situación en la entidad amerita atención?
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