Rectificación necesaria y debida
En mi artículo de ayer viernes 18 de abril en La Jornada escribí que esperaba un pronunciamiento del “gobierno legítimo” o de su canciller sobre las declaraciones de Álvaro Uribe en territorio mexicano. Amigos diversos me han hecho notar que el 22 de marzo pasado Gustavo Iruegas publicó en este periódico un artículo sobre el asesinato de los estudiantes mexicanos en Ecuador: “Los internacionalistas no piden permiso”. Me encontraba yo en esas semanas fuera de México y no lo había leído. Pero esto no es excusa para mi error. Como desagravio para el autor, pido republicar aquí los párrafos finales de dicho artículo, adecuada y oportuna respuesta a los actos y las afrentas del presidente colombiano. Dicen así:
“En la práctica, el término terrorista es sólo un calificativo para el adversario. Los textos de la OEA y de la ONU obedecen a la hegemonía de Estados Unidos y no a la lógica del derecho. El delito de terrorismo internacional no es más que un artilugio que pretende cancelar el derecho de los pueblos a la rebelión. Olvidan la cancillería, la OEA y la ONU que la revolución es un atributo de la soberanía popular que no requiere la aprobación de nadie más que la del propio pueblo que la practica.
“En cuanto a los jóvenes internacionalistas mexicanos víctimas del ataque al campamento en Sucumbíos hay que decir que los muertos no temen a las investigaciones ni a las causas judiciales. Sería el colmo del cinismo que el gobierno de Colombia pidiera la extradición de Lucía y altamente improbable que el gobierno de Ecuador la entregara. Si en México el gobierno de facto intentara una bellaquería contra ella, agregaría un agravio más a la ira popular que con tanto ahínco ha cultivado. Lo único que corresponde es asegurar el pronto regreso de Lucía a México, a su familia y a su escuela. A los espurios no hay que pedirles ni comprensión ni clemencia. Pero se les exige respeto. Respeto a la conciencia personal, al compromiso social y a la actitud solidaria de nuestros jóvenes internacionalistas.
“Esta es una tesis de política exterior del gobierno legítimo de México.”
Adolfo Gilly
Kikka Roja
“En la práctica, el término terrorista es sólo un calificativo para el adversario. Los textos de la OEA y de la ONU obedecen a la hegemonía de Estados Unidos y no a la lógica del derecho. El delito de terrorismo internacional no es más que un artilugio que pretende cancelar el derecho de los pueblos a la rebelión. Olvidan la cancillería, la OEA y la ONU que la revolución es un atributo de la soberanía popular que no requiere la aprobación de nadie más que la del propio pueblo que la practica.
“En cuanto a los jóvenes internacionalistas mexicanos víctimas del ataque al campamento en Sucumbíos hay que decir que los muertos no temen a las investigaciones ni a las causas judiciales. Sería el colmo del cinismo que el gobierno de Colombia pidiera la extradición de Lucía y altamente improbable que el gobierno de Ecuador la entregara. Si en México el gobierno de facto intentara una bellaquería contra ella, agregaría un agravio más a la ira popular que con tanto ahínco ha cultivado. Lo único que corresponde es asegurar el pronto regreso de Lucía a México, a su familia y a su escuela. A los espurios no hay que pedirles ni comprensión ni clemencia. Pero se les exige respeto. Respeto a la conciencia personal, al compromiso social y a la actitud solidaria de nuestros jóvenes internacionalistas.
“Esta es una tesis de política exterior del gobierno legítimo de México.”
Adolfo Gilly
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