Antonio Sandoval Martes, 29 de julio de 2008 el financiero
* El desplome bursátil en México inició cuando salió de control la inflación.
· Caída histórica de 18.5% en la BMV
A unos días de que concluya el séptimo mes del año, el Indice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registra un mes negro; las pérdidas incluso superan hasta el momento lo reportado en junio, cuando la bolsa tuvo en términos de puntos su caída mensual más importante de la historia. Así, hasta el cierre de ayer, el principal indicador de la BMV suma un retroceso de dos mil 662.65 puntos, lo que equivale a una caída de 9.05 por ciento, y se coloca en 26 mil 732.84 unidades. De mantenerse en esa tendencia al cierre de mes, la BMV superaría los descalabros del mes previo, ya que durante junio perdió 8.06 por ciento y en puntos cayó dos mil 579.98 unidades, esta última es la pérdida mensual más importante para el mercado hasta el momento.
Pero las cifras negativas son mayores, ya que considerando el punto máximo histórico de la BMV registrado el 18 de octubre del año pasado, ésta se ha derrumbado seis mil 103.28 unidades, equivalentes a una pérdida de 18.58 por ciento. Durante el año, el mercado de valores nacional retrocede 9.49 por ciento; también de mantenerse en la misma tónica, al cierre de 2008 habría interrumpido una racha de cinco años de beneficios. El mercado de valores nacional comenzó a desplomarse en junio, cuando la tasa anual de inflación empezó a ubicarse por arriba de 5.0 por ciento, lo que fue una especie de detonante para el inicio de ventas accionarias más agresivas en el mercado.
Otro factor desencadenante fueron las estimaciones locales y foráneas de menor crecimiento económico para el presente año; al respecto, es importante recordar que los mercados compran el rumor y venden la noticia, ahora en esta etapa aún está siendo castigado el mercado de valores nacional por esta expectativa; es decir, aún no hay indicios de que se detenga la caída de la BMV en el corto plazo. Un punto adicional es, sin lugar a dudas, la trayectoria negativa de los mercados de valores, especialmente los emergentes, en el presente año. Las pérdidas son generalizadas con descalabros de 44 por ciento en el caso de la bolsa de valores de China, de 15.79 por ciento en la de Rusia, de 29.27 en la de la India, de 10.98 en el caso de Brasil, de 10.64 en Argentina; y entre las industrializadas, la bolsa de valores de Japón se desploma 12.76 por ciento.
¿Leyes del mercado?
Es evidente que el desplome bursátil tiene que ver con el deterioro en las expectativas de inflación; durante junio, cuando la tasa anualizada se disparó por arriba de 7.0 por ciento, el mercado de valores empezó su debacle. Para los mercados de valores de todo el mundo, ya es claro el reflejo de una crisis global, situación que los mantendrá deprimidos en lo que resta del año. En el caso nuestro, es cierto, la BMV ha perdido menos que Nueva York, ya que el Indice Dow Jones acumula una caída de 21.41 por ciento desde su máximo de octubre del año pasado, mientras que en el caso del Nasdaq, el desplome ya es de 20.80 por ciento.
Sin embargo, tampoco es un gran consuelo considerando que nuestro mercado es altamente dependiente de cuatro o cinco emisoras que influyen totalmente en su trayectoria.
Visto desde este punto de vista, es notorio que el mercado mexicano está en un punto de mucha debilidad; y pese a que su descenso ha sido considerable, aún falta por determinar la magnitud de eventuales retrocesos en Wall Street. Desde luego, no debe perderse de vista el largo plazo en el mercado; por cinco años pagó beneficios que en muchas ocasiones superó a todas las otras opciones de inversión, ahora la BMV simplemente está en un periodo de pérdidas, tal como hasta el año pasado y durante cinco años atrás estuvo en una etapa de ganancias constantes. Lo preocupante debería ser la duración de los ajustes en otras partes del mundo, ya que dicho factor es lo que más podría pegarle a nuestro mercado de valores. La ola vendedora abarca ya dos meses, probablemente pueda recuperarse en los tres días de operaciones que le queda al mercado, pero difícilmente podrá revertir las pérdidas de julio.
La mala noticia es que en Nueva York no parece estar cerca el piso de las bolsas de valores, por lo que seguirá la mala racha para el mercado cuando menos unas semanas más.
Pero las cifras negativas son mayores, ya que considerando el punto máximo histórico de la BMV registrado el 18 de octubre del año pasado, ésta se ha derrumbado seis mil 103.28 unidades, equivalentes a una pérdida de 18.58 por ciento. Durante el año, el mercado de valores nacional retrocede 9.49 por ciento; también de mantenerse en la misma tónica, al cierre de 2008 habría interrumpido una racha de cinco años de beneficios. El mercado de valores nacional comenzó a desplomarse en junio, cuando la tasa anual de inflación empezó a ubicarse por arriba de 5.0 por ciento, lo que fue una especie de detonante para el inicio de ventas accionarias más agresivas en el mercado.
Otro factor desencadenante fueron las estimaciones locales y foráneas de menor crecimiento económico para el presente año; al respecto, es importante recordar que los mercados compran el rumor y venden la noticia, ahora en esta etapa aún está siendo castigado el mercado de valores nacional por esta expectativa; es decir, aún no hay indicios de que se detenga la caída de la BMV en el corto plazo. Un punto adicional es, sin lugar a dudas, la trayectoria negativa de los mercados de valores, especialmente los emergentes, en el presente año. Las pérdidas son generalizadas con descalabros de 44 por ciento en el caso de la bolsa de valores de China, de 15.79 por ciento en la de Rusia, de 29.27 en la de la India, de 10.98 en el caso de Brasil, de 10.64 en Argentina; y entre las industrializadas, la bolsa de valores de Japón se desploma 12.76 por ciento.
¿Leyes del mercado?
Es evidente que el desplome bursátil tiene que ver con el deterioro en las expectativas de inflación; durante junio, cuando la tasa anualizada se disparó por arriba de 7.0 por ciento, el mercado de valores empezó su debacle. Para los mercados de valores de todo el mundo, ya es claro el reflejo de una crisis global, situación que los mantendrá deprimidos en lo que resta del año. En el caso nuestro, es cierto, la BMV ha perdido menos que Nueva York, ya que el Indice Dow Jones acumula una caída de 21.41 por ciento desde su máximo de octubre del año pasado, mientras que en el caso del Nasdaq, el desplome ya es de 20.80 por ciento.
Sin embargo, tampoco es un gran consuelo considerando que nuestro mercado es altamente dependiente de cuatro o cinco emisoras que influyen totalmente en su trayectoria.
Visto desde este punto de vista, es notorio que el mercado mexicano está en un punto de mucha debilidad; y pese a que su descenso ha sido considerable, aún falta por determinar la magnitud de eventuales retrocesos en Wall Street. Desde luego, no debe perderse de vista el largo plazo en el mercado; por cinco años pagó beneficios que en muchas ocasiones superó a todas las otras opciones de inversión, ahora la BMV simplemente está en un periodo de pérdidas, tal como hasta el año pasado y durante cinco años atrás estuvo en una etapa de ganancias constantes. Lo preocupante debería ser la duración de los ajustes en otras partes del mundo, ya que dicho factor es lo que más podría pegarle a nuestro mercado de valores. La ola vendedora abarca ya dos meses, probablemente pueda recuperarse en los tres días de operaciones que le queda al mercado, pero difícilmente podrá revertir las pérdidas de julio.
La mala noticia es que en Nueva York no parece estar cerca el piso de las bolsas de valores, por lo que seguirá la mala racha para el mercado cuando menos unas semanas más.
Kikka Roja
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