¿DETENER A LOS PODERES FÁCTICOS (oligarquia)? FORTALECIENDO AL ESTADO

AMLO: SE ACOTAN O DETIENEN FORTALECIENDO AL ESTADO, UN PRESIDENTE LEGAL Y LEGÍTIMO, ELIMINANDO LA CORRUPCIÓN. VOTANDO POR AMLO 2012

EL PODER DEL PUEBLO, DEMOCRACIA.

¿Detener a los poderes fácticos?
Miguel González Compeán | Opinión
2011-05-13

Otras veces ya, he hablado de cómo los poderes fácticos son una pieza que no debe perderse de vista en nuestro país. Influyen en la sociedad, en el gobierno, en el Congreso. Los poderes fácticos son una realidad, negarlos, es querer tapar el sol con un dedo y dejar de lado actores importantes y con gran influencia. Su influencia es tanto y más que inciden en lugares donde no hay capacidad institucional para contenerlos. Los intereses económicos encuentran los huecos institucionales y, muchas veces, abusan de aquellos espacios más vulnerables. Un caso se ha planteado con ocasión de esto, un caso que muestra cómo, en nuestro país, nos hemos tardado en darle más importancia al interés colectivo. La historia es la siguiente.



En el año de 2007, en el mes de febrero, para ser más precisos, se aprobó el Plan de Desarrollo Urbano en el Municipio de Tulum, Quintana Roo, mismo que englobaba, también, la importante zona arqueológica de la región. El Plan buscaba conservar cerca de ocho mil hectáreas. Una de las metas es que no se permitiera la creación de nuevos desarrollos turísticos en el parque nacional. A pesar de ello, en el Plan de Desarrollo Urbano se reconocía que una parte considerable del territorio del parque nacional se encontraban en litigio. Si se llegaba reconocer la posesión de particulares, existía la posibilidad de obtener un permiso para poder construir, sin importar el lugar. Esto, de facto, trasladaba la decisión, primero a los tribunales locales y posteriormente a los federales y con ello, tomar la decisión de lo que se debía hacer con ese terreno que, en ocasiones, incluía zonas arqueológicas.

Una vez establecido este escenario, pasaría un año para que la Semarnat reaccionara frente al asunto. La Semarnat presentó una controversia constitucional en contra del plan del municipio de Tulum. La controversia fue admitida. Fue entonces cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación decretó la suspensión del programa para evitar cualquier afectación, directa o indirecta, al parque de Tulum. Pasarían tres años, para que la Suprema Corte revisara el asunto. Durante la discusión, se decidió invalidar el programa por considerar que la regulación del parque y de la zona de monumentos es competencia única y exclusiva de la Federación. Además, se invalidaron los actos del Cabildo Municipal, por invasión de atribuciones federales también en materia de medio ambiente y cultura, aunque hay que destacar que sí se planteaba una coordinación entre los tres niveles de gobierno para la regulación de los predios que se encuentran en la zona de reserva ecológica.

Sin embargo, la discusión no paró ahí. El ministro presidente Silva Meza hizo hincapié en la importancia de la protección a parques nacionales y áreas naturales protegidas, condición suficiente, para que los excluya de desarrollos urbanos. En sus propias palabras: “La protección no va a cambiar, ni la jurisdicción federal va a desaparecer porque se presenten títulos privados de propiedad”. Y las palabras del ministro presidente llevaban un destinatario muy preciso: los poderes fácticos que habían encontrado, en la legislación municipal, un hueco institucional propicio para sus propia conveniencia. Esa frase: cada quien lleva agua a su molino, cabe en este sentido, pero me pregunto, ¿a costa de qué?

El tema no es menor. Pues no sólo se trata de la protección a parques nacionales y áreas naturales protegidas, también se toca el tema de las facultades y capacidades que poseen los municipios para defender o apropiarse de una visión nacional y de mayor envergadura, aunque provengan de ámbitos más pequeños. Porque, al final del día, no se puede negar que por falta de capacidad institucional en los municipios, y por huecos en el mismo aparato institucional, los intereses económicos se cuelen para buscar su propio beneficio por encima del beneficio de todos. Ya va siendo hora de arreglar estas cuestiones que, si bien saltan en ejemplos como el Tulum, se dan en otros municipios de otros estados y que, sin la intervención federal, bien podrían pasar inadvertidos. Qué bueno que por intervención federal, se defienda el patrimonio por encima de intereses económicos específicos. México es de todos los mexicanos. Ojalá los poderes fácticos, que tanta injerencia tienen en las diferentes esferas de nuestro país, lo entiendan algún día. Yo no sé usted, pero nuestro país también es rico por su diversidad natural y cultural, ya es tiempo de defender esas esferas que, a veces, parecen invisibles.

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