El sistema político está en crisis, podrido por dentro, y es más dañino para México simular que no pasa nada y seguir con la misma comparsa, con la comedia de siempre, advierte López Obrador Palabras del candidato a la Presidencia de la República de la Coalición por el bien de todos, Andrés Manuel López Obrador, en la Asamblea Informativa, en el Zócalo de la Ciudad de México.
México, Distrito Federal
Amigas, amigos:
Me da mucho gusto estar con ustedes una vez más. Muchas gracias a todas y a todos los aquí presentes, a la gente libre y consciente que lucha por la democracia, la justicia y la libertad. Quiero agradecer en esta ocasión, de manera especial, la presencia de compañeros que trabajaron para hacer realidad el triunfo en Chiapas, que están aquí con nosotros. Les ganamos limpiamente el 2 de julio por 125 mil votos de ventaja y les volvimos a repetir la medicina, la dosis ahora en la elección estatal. Aquí aprovecho para rendir un homenaje a todos ellos, porque así como estos compañeros libres en Chiapas y en todo México están luchando constantemente por la justicia y por la democracia y lo están haciendo fundamentalmente por convicción, no pidiendo nada a cambio, no andan buscando cargos públicos, andan buscando que en México podamos vivir con dignidad, con libertad, con justicia y con democracia. También quiero saludar a los compañeros de la “Odisea por la democracia”, que caminaron de Tijuana a esta Ciudad de México.
Hoy cumplimos 29 días en Asamblea Permanente y en resistencia civil pacífica. Por eso quiero hacer también un reconocimiento sincero a todos los que han permanecido en estos campamentos, mujeres, hombres, niños, adultos. Un reconocimiento sincero a todos por su esfuerzo y su decisión para sostener nuestro movimiento. Son ustedes el pilar de nuestra lucha y un ejemplo para millones de mexicanos. Todos ustedes han realizado un enorme sacrificio para seguir manteniendo en alto la bandera de la dignidad. Esta lucha no podría sostenerse sin la entrega desinteresada de todos ustedes. Han resistido todo, las intensas lluvias, las granizadas, el frío, las incomodidades de vivir a la intemperie. Además, han aguantado los ataques de nuestros adversarios, la incomprensión de mucha gente que no alcanza a ver lo injusto y la gravedad de la situación actual. También han soportado el desprecio de los poderosos de siempre y las calumnias de algunos medios de comunicación. Les reitero que estoy muy orgulloso de ustedes. Algún día muchos de los que ahora nos cuestionan o no nos entienden reconocerán que este movimiento ha sido por el bien del país y de todos los mexicanos, que todo este esfuerzo es para alcanzar una sociedad mejor y un México incluyente donde no haya tanta pobreza y desigualdad social, donde no haya racismo, discriminación y podamos vivir libres de temores y verdaderamente en paz con nuestra conciencia, con nosotros mismos y con el prójimo.
Por eso mi reconocimiento a todas y a todos ustedes de corazón y de manera sincera.
Estamos aquí porque defendemos una de las conquistas más importantes de la humanidad que ha costado, a lo largo de nuestra historia, muchos sacrificios al pueblo de México. Estamos aquí defendiendo el sufragio efectivo. Por eso nuestra demanda va más allá de la Presidencia de la República y se centra en evitar la consumación de un retroceso antidemocrático. En estos días de intensa movilización, de amplia participación popular, hemos ocupado los espacios públicos con imaginación y con inteligencia, construyendo una cultura democrática con la participación y la organización espontánea de los ciudadanos. A través de la palabra, la pintura, la música, el baile, la fiesta y la alegría, también hemos reafirmado nuestros ideales y el sentido mismo de la democracia. Esa es nuestra propuesta: que la población participe en el examen de los problemas de nuestro país y que participe en las soluciones. Queremos que la política deje de ser asunto de los políticos y se convierta un asunto de todos. Esta resistencia civil pacífica es al mismo tiempo una resistencia cultural porque apunta a cambiar la conciencia de nuestro pueblo. Como escribió un poeta y pintor, decía: “La resistencia comienza cuando dejamos de pensarnos como nos piensa el poder”. Esto, creo yo, se logra cuando la gente piensa y decide por sí misma hacer algo para cambiar la realidad injusta que vive. Es entonces cuando inicia algo verdaderamente nuevo. En esta ocasión, agradezco el apoyo de nuestros diputados y senadores que haciendo honor a la responsabilidad que tienen como representantes populares, como aquí lo han expresado los dos coordinadores, tanto del grupo parlamentario en el Senado como en la Cámara de Diputados, harán sentir la voz de nuestro movimiento en la Cámara de Diputados durante el informe presidencial. Les agradezco su apoyo y su respaldo. No esperábamos una actitud distinta de nuestros legisladores. Es obvio que ellos no pueden actuar como si nada pasara, como si hubiese en nuestro país normalidad política. Es obvio que ellos no podrían formar parte del coro y de la comparsa que pretende hacer creer que todo marcha bien en nuestro país.
Qué bueno que nuestros legisladores no van a aceptar la farsa y la simulación.
Qué bueno que han decidido actuar con decoro, luego de la burda ocupación militar del recinto legislativo ordenada por Vicente Fox y ejecutada por el Estado Mayor Presidencial. El Presidente Fox, en lugar de actuar como estadista, se ha comportado como jefe de una mafia, de una camarilla que entre otras fechorías, ahora pretende robarnos la elección presidencial. Estamos a unos días de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, supuestamente un poder autónomo, un tribunal constitucional, decida sobre el futuro de nuestra democracia. Esperamos que los magistrados opten por ponerse del lado de los más altos intereses de la Nación y hagan valer la voluntad popular. Como es de dominio público, las violaciones en el proceso electoral fueron muchas y aunque los magistrados rechazaron la demanda de millones de mexicanos a favor del recuento de todos los votos, tienen elementos suficientes para tomar una decisión histórica y no convalidar el fraude electoral y la imposición. Tengamos en cuenta que en el recuento parcial del 9 por ciento de las casillas que ordenó el Tribunal, quedó de manifiesto que hubo un operativo de Estado para defraudar a los votantes y manipular los resultados. Los jueces que practicaron esta diligencia judicial, y así consta en actas circunstanciadas, encontraron que en 43 por ciento de las casillas fueron introducidos votos de manera ilegal, un promedio de seis votos por urna, la mayoría en favor del candidato de la derecha. También comprobaron que en 30 por ciento de las casillas se robaron 10 sufragios en promedio, emitidos a favor del candidato presidencial de la Coalición Por el Bien de Todos. El Tribunal también encontró que se agregaron en forma artificial al candidato del PAN 1.14 votos por casilla en promedio.
Por eso podemos afirmar, de manera categórica, que nosotros ganamos la elección presidencial. La sentencia del Tribunal Electoral que ordenó la apertura parcial de los paquetes electorales, establece, leo textualmente: “el número de ciudadanos debe ser igual a las boletas depositadas en la urna y a la votación emitida”. Y textualmente precisa: “Las cifras correspondientes a las boletas depositadas en la urna y la votación total emitida deben coincidir, pues en este caso ya no se concibe la posibilidad de que en el paso de extraer las boletas y contabilizar los votos para los contendientes, merme o se incremente la suma de boletas extraídas de la urna, por lo cual, si alguna de esas cifras es mayor, se genera un indicio en el sentido de que en algún momento del escrutinio y cómputo, se sustrajeron indebidamente votos válidos o se incluyeron espurios, salvo que se demuestre lo contrario”. Esto es lo que se asienta en la propia sentencia del Tribunal, de modo que si los magistrados respetan los términos de su sentencia, tienen que reconocer que en los paquetes que se abrieron hay 71 mil 142 votos espurios, introducidos ilegalmente en las urnas, y 122 mil 262 sufragios válidos que fueron sustraídos inexplicablemente. Si el Tribunal aplica la ley electoral vigente, tiene que anular las casillas donde existen estas irregularidades. De ser así, tienen que reconocer que la Coalición Por el Bien de Todos triunfa en la elección presidencial por 526 mil votos. Es más, si se aplican los mismos criterios legales y se proyectan a la votación nacional, eliminando los votos espurios y los que fueron sustraídos con dolo, se comprueba que ganamos la Presidencia de la República por más de 2 millones de votos. Esa es nuestra ventaja real.
Pero el gobierno federal, como lo sabemos, a fin de imponer el fraude ha seguido violentando el orden legal y con una campaña en los medios de comunicación pretende convencer a los mexicanos de que ganó el candidato de la derecha. El Presidente Fox ha llegado al extremo de presionar públicamente a los magistrados y proclamar el triunfo de su candidato, dejando al Tribunal Electoral sin la posibilidad de emitir libremente su resolución. A pesar de todo esto, nosotros vamos a continuar esperando una respuesta del Tribunal apegada a las disposiciones legales. Pero también, en esta plaza pública manifiesto que de no ser así, si no se actúa con legalidad y se respetan los principios constitucionales, si no se respeta la voluntad ciudadana, se estaría cometiendo un atropello a los derechos del pueblo, que significaría una ruptura del orden constitucional y un golpe de Estado, lo cual es ofensivo e inaceptable para millones de mexicanos. Ahora bien, yo les pregunto y esta es una interrogante que va a marcar mucho el quehacer, las decisiones que se tomen en la Convención. Les pregunto: ¿qué haremos si el Tribunal convalida el fraude y respalda a los delincuentes que nos quieren robar la elección presidencial? La respuesta a esta interrogante es justamente uno de los temas a tratar en la Convención Nacional Democrática. ¿Si entendemos la importancia de la Convención, verdad? Por eso hemos convocado a esta convención, .para el próximo 16 de septiembre. Esta pregunta sobre lo que haremos, nos lleva a reflexionar, a discutir y a decidir en todos los pueblos, comunidades, municipios, barrios y colonias del país, en organizaciones civiles, sociales, sindicales y políticas, lo que vamos a tomar como decisión fundamental. En la Convención, todos debemos decidir el camino que tomaremos. Por eso hoy quiero proponer a ustedes que abramos desde ahora un gran debate nacional sobre las siguientes interrogantes: ¿Vamos a aceptar la resolución del Tribunal si ratifica la usurpación? Pero no quiero que me contesten ahora, quiero que sea materia de análisis y de discusión. También tenemos que tener en cuenta otra interrogante para resolver en definitiva en la Convención: ¿Vamos a reconocer a un presidente espurio y a un gobierno ilegítimo? Tenemos también que deliberar en estos días ampliamente, responder y, desde luego, decidir con el voto libre de todos los delegados de la Convención, si formamos, en el caso de que se convalide el fraude, si formamos un legítimo Gobierno de la República o una Coordinación Nacional de la Resistencia Civil Pacífica. Lo repito, como propuesta, van a haber muchas otras, pero entre otros asuntos que vamos a resolver en la Convención, va a estar el si constituimos un gobierno de la República o una Coordinación Nacional de la Resistencia Civil Pacífica. Ahí queda eso. Esto implica también decidir, democráticamente, si reconoceremos y ratificamos a un Presidente legítimo de los Estados Unidos Mexicanos en la Convención o si la Convención elige a un Jefe de Gobierno en Resistencia, a un encargado del Poder Ejecutivo, o a un Coordinador Nacional de la Resistencia Civil Pacífica. Todo ello mientras dure la usurpación. Creo que no se entendió. Lo voy a repetir, porque ustedes están pensando que la pregunta es si aceptamos a un gobierno espurio, pero no me estoy refiriendo a eso. Me estoy refiriendo que si se decide que en la convención se constituya un órgano de gobierno, ya sea un gobierno de la República o una Coordinación de la resistencia civil, que ese órgano que se constituya, que se elija en la Convención, tenga una representación y la representación puede ser un presidente legítimo de la República o que la Convención nombre, elija, a un jefe de gobierno de la resistencia, a un encargado del Poder Ejecutivo o a un coordinador de la resistencia civil pacífica.
¿Ahora ya se entendió?
Todo esto se va a ir aclarando. Por eso decidí hoy hacer este planteamiento para que se delibere, se discuta, se analice y se resuelva el día 16. En la Convención también tenemos que definir un Programa básico de nuestro movimiento que tendría como objetivos el combate a la pobreza, la defensa del patrimonio nacional, la lucha contra la corrupción y la impunidad, el hacer valer el derecho a la información y llevar a cabo la reforma de las instituciones políticas. Asimismo, en la Convención va a ser tema de debate si los acuerdos que tomemos en la propia Convención deben asumirse de manera voluntaria por ciudadanos libres de todas las condiciones sociales, pueblos, religiones e ideologías y si desechamos apoyos corporativos, es decir, que no se permita incondicionalidad a nadie, y respetar las decisiones que tomen partidos políticos, legisladores, gobernadores e integrantes miembros de los ayuntamientos del país
Lo explico: que los acuerdos que se tomen en la Convención sean aceptados por voluntad, que no se solicite incondicionalidad a nadie, que el que quiera adherirse, lo haga de manera voluntaria. En fin, dado el momento que estamos viviendo y los temas que habremos de discutir y aprobar, la Convención será todo un acontecimiento histórico. Conviene decir, tener en cuenta, que para transformar la vida pública de México se necesita una actitud abierta e inclusive estar dispuestos a modificar nuestra forma de pensar. Esto implica quitarnos los atavismos políticos, las telarañas que a veces tenemos en la cabeza o que nos han inculcado, para actuar como verdaderos ciudadanos y dejar de pensar como quiere el poder que pensemos. Conviene también preguntarles a nuestros adversarios, y aquí cito lo que expresó nuestro senador electo Carlos Navarrete, hay una realidad, las instituciones todo el andamiaje que se fue creando para sostener al poder, está en crisis, en ruina, no sirve para nada, por eso tenemos que plantearnos con este movimiento una transformación profunda. No es posible que la Suprema Corte esté secuestrada, tomada por un grupo y que nada más sirva para legalizar los despojos que comete el fuerte, que nada más sirve para proteger a los delincuentes de cuello blanco, que no tenga nada que ver con el pueblo. Nunca hace justicia a los mexicanos, y así casi todas las instituciones del país. Les digo a nuestros adversarios: ¿Cómo es que piden al pueblo respeto a las instituciones y a la ley, si ellos no respetan la voluntad de la gente? ¿Cómo quieren que aceptemos sin chistar lo que se dice en los medios de comunicación, cuando los medios de comunicación son usados para llevar a cabo una operación propagandística de sometimiento a favor de la derecha y del autoritarismo? ¿Cómo piden silencio y aceptación a la decisión del Tribunal, si ello implica que se consuma un golpe de Estado en nuestro país? ¿Qué, de veras creen que les vamos a seguir rindiendo pleitesía y aceptándoles todo como si fuésemos esclavos? ¡Ya no!
Les pregunto a nuestros adversarios:
¿Es legal y legítimo sólo lo que ellos ordenan y disponen? ¿Qué sólo en nuestro país es legítimo lo que deciden Carlos Salinas, Diego Fernández de Cevallos, Roberto Hernández, Vicente Fox y otros rufianes? ¿Sólo es legítimo y legal en México lo que resuelve el hampa de la política? De una vez les adelanto a ustedes, ya está pasando, que se van a burlar de nosotros, se van a reír y van a decir que estamos locos por convocar a la Convención Nacional Democrática y por decir: ya no nos importa lo que hagan no tenemos ningún respeto por sus instituciones, porque no son las instituciones del pueblo, y nosotros vamos a crear nuestras instituciones, las del pueblo, de acuerdo, de conformidad con el artículo 39 constitucional, la soberanía reside en el pueblo, el pueblo es el que manda, el pueblo tiene en todo derecho, en todo momento tiene el pueblo el inalienable derecho de cambiar la forma de su gobierno, para eso es la convención y eso es lo que vamos a hacer.
Se van a burlar, se van a reír, pero debemos de tener presente la historia. ¿Qué no los poderosos decían lo mismo, se burlaban, en los tiempos de Hidalgo y Morelos, que no decían que Hidalgo y Morelos eran herejes y los excomulgaron; qué no insultaban a Juárez y le decían indio mugroso; qué a Madero no lo acusaron de ser un iluminado, un espiritista; qué a Villa y a Zapata no los trataron de bandoleros y delincuentes; y que no ahora esos son nuestros héroes nacionales? Recordemos las palabras de Gandhi, ese gran luchador que nos dejó su ejemplo de cómo un pueblo puede vencer a través de la resistencia civil. Gandhi decía: “Primero te ignoran. Luego se ríen de ti. Después te atacan. Entonces ganas”.
Y así va a ser.
No nos comparamos con esos grandes hombres, pero hemos aprendido de su ejemplo porque sabemos de dónde venimos, conocemos la historia, esa gran maestra de la vida. La ruta hacia la Convención Nacional Democrática nos lleva a plantearnos estas interrogantes y otras más. Iniciemos pues una reflexión colectiva, iniciemos un debate nacional. Tenemos todo un reto por delante y una gran tarea por cumplir. Si logramos que nuestras propuestas se discutan en todo el país, habremos dado un paso importante. Si logramos construir con la Convención un espacio democrático y representativo, estaremos iniciando una profunda renovación de la vida pública de México.
Amigas y amigos:
Tengamos confianza en nuestras decisiones, nos asiste la razón histórica y la Nación lo necesita. Es ahora o nunca. El sistema político está en crisis, el sistema político está podrido por dentro y es más dañino para México simular que no pasa nada y seguir con la misma comparsa, con la comedia de siempre. Actuemos con decisión y firmeza. Sigamos manteniendo nuestra resistencia civil pacífica. Quienes pensaron que nos íbamos a desgastar no tomaron en cuenta que hay mexicanas y mexicanos con decoro, dispuestos a defender la dignidad y las causas justas de nuestro pueblo.
Les digo también, refrendando un compromiso, yo no voy a traicionar al pueblo de México, no voy a claudicar.
Me siento muy fortalecido por el apoyo de ustedes. Se han lanzado en estos días nuestros adversarios con todo.
¿Qué ha pasado? Ahí andan queriendo darle legitimidad al pelele candidato de la derecha con encuestas.
¿Qué ha pasado con nosotros? Aquí estamos con el apoyo de millones de mexicanos, con nuestra moral en alto, con nuestras convicciones.
Por eso no me siento solo, no estamos solos, estamos todos juntos porque queremos un México justo, democrático y libre, queremos vivir en una patria diferente, ya no queremos que haya mexicanos de primera y de segunda, no queremos que haya 50 millones de pobres que carecen hasta de lo más indispensable cuando México ocupa el cuarto lugar en multimillonarios en el mundo, ya no queremos vivir en un mar, en un océano de desigualdades.
¡Arriba los de abajo! Tiene que haber justicia e nuestro país.
De todo corazón, muchas gracias por no dejarse, muchas gracias por no rendirse.
Desde lo más profundo de la historia de nuestro país, recordamos estas palabras del Presidente Benito Juárez. El decía: “El pueblo que quiere ser libre lo será. Hidalgo enseñó que el poder de los reyes es demasiado débil cuando gobierna contra la voluntad de los pueblos”.
¡Que viva la resistencia civil pacifica!
¡Que viva la Convención Nacional Democrática!
¡Que Viva México!
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