- Julia Klug ha recibido quejas de que en Oaxaca los curas estrenan a las niñas
- Integrarán ONG en apoyo a menores víctimas de abuso por sacerdotes
- Insiste en que Norberto Rivera presente las pruebas de las amenazas de muerte recibidas
Julia Klug rechaza que vaya a ser deportada, pues tiene su carta de nacionalidad mexicana Foto: Jesús Villaseca
Julia Klug, la activista que se ha manifestado en la Catedral Metropolitana en contra de las posiciones políticas del cardenal Norberto Rivera, anunció ayer la conformación de la organización no gubernamental (ONG) Mujeres violadas en su infancia en apoyo a los niños de ahora, cuyo registro, dijo, está en trámite. Aclaró que sólo busca justicia para los menores mancillados y castigo para los sacerdotes que cometen estupro. Al término de la homilía del cardenal Norberto Rivera y frente al recinto histórico, afirmó que una vez que le entreguen el registro de su asociación civil, pretende ir a la sierra de Oaxaca, donde indígenas de esa región le han denunciado que “los sacerdotes estrenan a sus niñas”. En entrevista aclaró que su movimiento será apoyado por muchos grupos y que desde Europa, Estados Unidos y Sudamérica ha recibido, a través de Internet, muestras de solidaridad en sus acciones contra las pretensiones políticas del arzobispo mexicano.
“No quiero hacerme famosa; mi protagonismo fue para romper el cerco informativo y para que se pueda defender ante la justicia a los niños mexicanos violados”, refirió al tiempo que ante los medios de comunicación reiteró que a la edad de siete años fue violada en su natal Guatemala por el padre Chemita, quien, señaló, fue asesinado en ese país hace cinco años precisamente por los abusos sexuales que cometía contra menores. En su manifestación de ayer frente a la Catedral, estuvo acompañada, entre otros, por su nieta de 10 años, quien, sostuvo, ha sido intimidada en su ambiente escolar por los señalamientos públicos y la campaña mediática que emprendieron en su contra las televisoras privadas y Rivera Carrera.
Al prelado lo volvió a retar a presentar las pruebas de la presunta amenaza de muerte que denunció, después de que fue interceptado por la activista y otros manifestantes hace un mes en su camioneta cuando salía de la Catedral Metropolitana. “Me preocupa que no limpien mi imagen que tanto han enlodado, porque las presuntas amenazas las transmitieron a escala internacional y no han querido aclarar las cosas”, señaló. Para contrarrestar “las versiones” de que será deportada, mostró su carta de nacionalidad mexicana, autorizada por Vicente Fox, y su credencial de elector. Reiteró que nunca ha militado en el Partido de la Revolución Democrática ni en la resistencia civil pacífica: “me gustaba irme a manifestar, porque se me hace justo defender mi voto contra el fraude”, puntualizó.
En su homilía de ayer, el cardenal Rivera Carrera pidió a su feligresía vivir el presente de manera intensa y dispuesta a realizar toda clase de obras buenas, así como de alentar a sus semejantes con palabras positivas.
“No quiero hacerme famosa; mi protagonismo fue para romper el cerco informativo y para que se pueda defender ante la justicia a los niños mexicanos violados”, refirió al tiempo que ante los medios de comunicación reiteró que a la edad de siete años fue violada en su natal Guatemala por el padre Chemita, quien, señaló, fue asesinado en ese país hace cinco años precisamente por los abusos sexuales que cometía contra menores. En su manifestación de ayer frente a la Catedral, estuvo acompañada, entre otros, por su nieta de 10 años, quien, sostuvo, ha sido intimidada en su ambiente escolar por los señalamientos públicos y la campaña mediática que emprendieron en su contra las televisoras privadas y Rivera Carrera.
Al prelado lo volvió a retar a presentar las pruebas de la presunta amenaza de muerte que denunció, después de que fue interceptado por la activista y otros manifestantes hace un mes en su camioneta cuando salía de la Catedral Metropolitana. “Me preocupa que no limpien mi imagen que tanto han enlodado, porque las presuntas amenazas las transmitieron a escala internacional y no han querido aclarar las cosas”, señaló. Para contrarrestar “las versiones” de que será deportada, mostró su carta de nacionalidad mexicana, autorizada por Vicente Fox, y su credencial de elector. Reiteró que nunca ha militado en el Partido de la Revolución Democrática ni en la resistencia civil pacífica: “me gustaba irme a manifestar, porque se me hace justo defender mi voto contra el fraude”, puntualizó.
En su homilía de ayer, el cardenal Rivera Carrera pidió a su feligresía vivir el presente de manera intensa y dispuesta a realizar toda clase de obras buenas, así como de alentar a sus semejantes con palabras positivas.
Kikka Roja