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23 de febrero de 2012.- El afamado escritor analizó que la doctrina estratégica de Irán es defensiva y ha sido diseñada para disuadir cualquiera invasión contra su integridad territorial
El lingüista y analista político estadounidense, Noam Chomsky, ha criticado las alegaciones de su país sobre el programa energético de carácter nuclear de Irán, a la vez que ha calificado a Israel como “la amenaza más importante para la seguridad mundial”. En un artículo publicado en el diario británico The Guardian, Chomsky ha enfatizado que la doctrina estratégica de Irán es defensiva y ha sido diseñada para disuadir cualquiera invasión contra su integridad territorial. En este sentido, el afamado escritor ha puesto de relieve que pese a las propagandas anti-iraníes lanzadas por los políticos occidentales, los resultados de las encuestas realizadas en Europa demuestran que los encuestados consideran a Israel como una amenaza para la paz del Oriente Medio y el Norte de África. “Antes de las masivas campañas propagandísticas de los últimos años en Estados Unidos, la mayoría de los ciudadanos [oriundos de ese país], como la mayoría de las naciones del mundo, creían que Irán, en calidad del signatario del Tratado de No Proliferación (TNP), tiene el derecho de llevar a cabo el enriquecimiento de uranio, e incluso, hoy en día, una gran mayoría [en el mundo] enfatiza en las soluciones pacíficas para el programa nuclear de Irán”, ha subrayado.
De acuerdo con el politólogo estadounidense, Washington y Tel Aviv han extendido una ola de “iranofobia”, puesto que temen la extensión de la influencia del país persa en la región, especialmente, en sus vecinos como Irak y Afganistán. Estados Unidos, Israel (poseedor de unas 200 ojivas nucleares) y algunos de sus aliados acusan a Irán de intentar desarrollar tecnología nuclear con fines militares y utilizan este pretexto para que impongan sanciones internacionales y unilaterales contra el país persa. Por su parte, Irán, en calidad de Estado miembro de la AIEA (International Atomic Energy Agency) y signatario del TNP (Tratado de NO Proliferación Nuclear), además de rechazar de forma rotunda tales acusaciones, defiende su derecho soberano a desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos.
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