¿Misión Imposible?
México ocupa el tercer lugar con mayor proporción de “ninis” con 24.8% de sus jóvenes entre los 15 y los 19 años de edad que no estudian ni trabajan, apenas detrás de Turquía e Israel. Foto: Cuartoscuro
En varias épocas de nuestra historia, la esperanza del grueso de los mexicanos se ha refugiado en el ámbito de lo metafísico -en la Virgen de Guadalupe, por ejemplo- y poco o nada se ha relacionado con lo de este mundo, con la acción práctica. México pareciera encontrarse hoy en uno de esos periodos, pues como colectividad los indicadores mundanos -economía, justicia, seguridad, política- son desalentadores.
Por lo anterior, una invitación para articular y exponer ante un público joven en Tijuana alguna idea alentadora y que perteneciera al aquí y ahora, tenía tonos de misión imposible, especialmente si se parte de un juicio del presente que le condena como básicamente inaceptable. Los destinatarios del mensaje era un conjunto de jóvenes entre los 20 y 25 años, que habían ya imaginado, diseñado y presentado proyectos de acciones prácticas -ecológicas, educativas, jurídicas, de vialidad, etcétera- para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades, básicamente de carácter urbano. El mensaje pretendía alentarlos a seguir en el empeño.
México ocupa el tercer lugar con mayor proporción de “ninis” con 24.8% de sus jóvenes entre los 15 y los 19 años de edad que no estudian ni trabajan, apenas detrás de Turquía e Israel. Foto: Cuartoscuro
En varias épocas de nuestra historia, la esperanza del grueso de los mexicanos se ha refugiado en el ámbito de lo metafísico -en la Virgen de Guadalupe, por ejemplo- y poco o nada se ha relacionado con lo de este mundo, con la acción práctica. México pareciera encontrarse hoy en uno de esos periodos, pues como colectividad los indicadores mundanos -economía, justicia, seguridad, política- son desalentadores.
Por lo anterior, una invitación para articular y exponer ante un público joven en Tijuana alguna idea alentadora y que perteneciera al aquí y ahora, tenía tonos de misión imposible, especialmente si se parte de un juicio del presente que le condena como básicamente inaceptable. Los destinatarios del mensaje era un conjunto de jóvenes entre los 20 y 25 años, que habían ya imaginado, diseñado y presentado proyectos de acciones prácticas -ecológicas, educativas, jurídicas, de vialidad, etcétera- para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades, básicamente de carácter urbano. El mensaje pretendía alentarlos a seguir en el empeño.