Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
De curánganos y chupacirios
Antes de soltar rienda a mi diablo jacobino, permítaseme señalar que soy padre de familia que adora y mima a su descendencia (y soy mexicano aunque no creo en la guadalupana y me repatean el futbol y la chunchaca). Lo digo para que luego un subnormal no suelte que cualquier Herodes se manga opiniones así, o que fácil es ir de hocicón cuando no se viven los altibajos de la paternidad. Pero vamos a ver, quien eso diga para desautorizar a quienes abogamos por la libertad de elección de las mujeres con respecto al aborto ya fregó a los curas, porque esos sí que no tienen –en teoría– ni idea ni permiso de sus coercitivos patrones clericales para conocer la gloria infernal de tener mocosos por allí robándonos, además de corazón y paciencia, la concentración para ponerse uno a escribir. Si hay alguien moralmente autorizado para opinar sobre la despenalización del aborto somos quienes tengamos hijos o no, pero podamos hacerlo si nos da la gana. Aquel cuya pertenencia a un falansterio verticalista como el católico le prohiba concebir, mejor quede callado porque como dijo Saramago, la tragedia del creyente es supeditar el intelecto a la fe. A que nunca se han puesto a pensar ésos que defienden la injusticia del celibato forzoso que ello hace de su iglesia, además, un enorme condón psicológico…
A propósito del encono en los medios –allí la televisión– del debate interminable en este país de talibanes católicos sobre contracepción y aborto, y del histérico renacimiento de utilerías demagógicas como estar "por la vida y contra la muerte" cuando quienes así berrean no hacen más que patentizar que están por la muerte de la inteligencia y del libre albedrío, de la inconcebible injerencia del clero y su vasta red de lamecirios agentes de la ultraderecha a los que solamente les falta el haz de flechas y los uniformes para trucar México 2007 en filonazi España1940 como Jorge Serrano Limón, Manuel Espino o Carlos María Abascal Carranza (¿alguien se acordará que Abascal es hijo del creador de la falange mexicana?), México parece definir su vocación de nación en cisma. En el momento en que el rechazo a una quinta causal (ya existían cuatro desde 1931) de no prosecución penal a la mujer que decide interrumpir su embarazo pasa de exhibir alguna inteligencia a las amenazas de "posibles hechos de sangre", y si un dicho tan estúpido y desafortunado como ése encuentra eco en la gente, el clero y los conservadores y su ceguera y su estolidez pueden darse por satisfechos: el regreso al México previo a las Leyes de Reforma será hecho consumado. Aunque la ley dice que quien amenace a un ciudadano por sus ideas es acreedor a proceso judicial.
Foto: Yazmín Ortega / archivo La Jornada |
La grey episcopal y sus logreros ejecutores operan un retroceso social largamente anhelado. Uno de esos ejecutores es, a ratos, la televisión, sea la de Azcárraga o la de Salinas Pliego. Ya una vez señalé que lo que uno encuentra en el vestíbulo de la recepción de Televisa, en sus instalaciones de Chapultepec 18, allí donde se cuecen sus principales noticieros, no es un cuadro de las tres generaciones de Azcárragas que agitan históricamente la batuta en su emporio, sino la silla que usó el extinto Wojtyla en una de sus visitas a México. Allí estaba al menos hasta hace poco, para ser venerada por empleados y visitantes.
"Refriteo" la pregunta: ¿Cómo puede haber armonía e integración social si el catolicismo mexicano porfía en un discurso recalcitrante y refractario a la divulgación de la ciencia? Norberto Rivera, como siempre pasándose por los destos el 24 Constitucional, y hoy involucrado en un juicio en Estados Unidos por cobijar con arzobispal sotana un cura pederasta y violador, se llena la boca citando pruebas científicas de que desde mórula, blastocisto o renacuajo ya se es humano. Según él, cualquier muévedo tiene alma y conciencia. Me recuerda aquellos estudios apócrifos, supuestamente solicitados por el Vaticano, que mentaba otro cura mexicano para "demostrar" la patraña, la perversa mentira de que el condón de látex era incapaz de obstruir el paso al virus del síndrome de inmunodeficiencia humana. ¿Qué científicos apoyan los dichos de Rivera?, ¿qué estudios amparan esas afirmaciones?
El aborto es un asunto de elección personal de la mujer. Guste o no. Mientras, hagamos votos para que vean la inutilidad de su escándalo, y una vez que no puedan contestar sencillas preguntas más que con usuales patrañas, curánganos y chupacirios irán por fin callando. Y nos darán un respiro de tanto cacareo inútil. Amén.
Kikka Roja
EL MEOLLO
ResponderBorrarEl aborto provocado es decidir que alguien muera para evitarse muchos problemas y seguir en una relativa comodidad. Lo puede decidir la madre, el padre, ambos u otra persona. Aquella decisión no es un derecho, sino una debilidad humana.
12 semanas o x semanas... no importa. La acción es la misma. Una vez que inicia el proceso de vida, la cual es un don, da lo mismo si es a la primera semana o a los 95 años. Es más, mientras más frágil e indefenso sea la víctima, más gravedad moral.
De alguna manera, todos somos corresponsables y participamos directa o indirectamente en tal calamidad. Más aún, si no trabajamos en favorecer la justicia, la paz y la fraternidad familiar y social.
La Iglesia jerárquica también tiene responsabilidad y culpa moral en la medida en que se ha hecho de la vista gorda en asuntos como la pobreza, la poca promoción de la mujer, los fraudes antidemocráticos... Su débil profetismo ante los usurpadores. Estos son los verdaderos problemas. La pederastia es un problema general, en donde hasta nuestro abuelo tiene que ver.
En este asunto, como en otros muchos que tienen que ver con la cotidianeidad de la población, se debiera consultar ampliamente a la comunidad para despejar y clarificar la decisión. Se supone que así debiera funcionar un país democrático, ¿no?
Se tome la decisión que se tome, si no atacamos los esenciales problemas, continuaremos con nuestras actos torpes y necrófilos. Por supuesto que para cometer estas acciones, tenemos todo el derecho.
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