- Escribe Léperas contra mocosos, nueva colaboración con el monero El Fisgón
- Los libros no son para educar a los niños, sino para entretener: Hinojosa
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
El escritor Francisco Hinojosa Foto: Carlos Cisneros
Palabras e ilustración. Un escritor, Francisco Hinojosa, y un monero, Rafael Barajas, El Fisgón, se reúnen nuevamente para contar una historia para niños: Léperas contra mocosos, un título irreverente, en el que no hay moraleja y donde el final feliz no es el que se espera.
Hinojosa se estrenó en la literatura infantil haciendo adaptaciones de leyendas populares; llegó después A golpe de calcetín hasta que escribió La peor señora del mundo, su obra infantil más conocida y saboreada por niños y adultos y que pronto llegará a los dibujos animados por el trabajo que realiza desde hace unos años El Fisgón, monero de La Jornada. Este año el libro de la mujer más mala entre las malas cumple 15 años y desde su primera edición muchas cosas han cambiado en el terreno de la literatura infantil. De entrada, Hinojosa hace una diferencia entre libros para niños y literatura para niños: en la primera las historias están llenas de diminutivos, de moralejas, mientras que la literatura para menores está más cerca de su realidad, va directo a la acción y no a la descripción, no le teme a las palabras. La literatura infantil no son libros para aprender, subraya en entrevista, "al contrario. Hay confusión en la sociedad y en muchas escuelas, editoriales, iglesias, partidos, que piensan que los libros tienen la obligación de educar a los niños, cuando en realidad un libro debe servir para ser disfrutado. "Creo que hay que ver a los niños como los veía Freud: como perversos polimorfos. Lo importante dentro de esta concepción es que puede servir para darnos cuenta de hasta qué punto los niños disfrutan con personajes irreverentes", tal y como lo son las léperas y los mocosos de su nuevo libro.
Este tipo de personajes, como el de la señora mala, "son más cercanos a su realidad pero al mismo tiempo a su imaginación, porque ellos también están peleando, no digo nada más físicamente, sino con pleitos en su cabeza y que los sacan mediante este tipo de personajes. "Una experiencia que me gustó es que estuve en Medellín en un juego literario, visité escuelas, centros de lectura y bibliotecas en una sociedad golpeada por la violencia social y familiar. El momento en el que tenían esparcimiento era cuando leían cuentos y dentro de estos cuentos La peor señora del mundo les daba una especie de catarsis y la posibilidad de sacar ese coraje que tenían dentro al castigar al malo por medio de lo que leían en el cuento. Eso es algo que funciona." El caso de México quizá no sea tan extremo como el de Colombia "pero en nuestro país los niños también pueden combatir la violencia y los males que sufren de distintas maneras, aunque quizá no con la intensidad que se vive en Colombia, mediante un personaje de este tipo". Hinojosa, quien además es poeta, editor y ensayista, subraya que para escribir literatura para niños hay que partir del respeto al lector: "muchas veces se cree que a los niños se les puede dar cualquier cosa, que son bastante tontos y que cualquier cosa la aceptan, pero es todo lo contrario: son mucho más exigentes que los adultos, son más sinceros y, a menos que los obliguemos, un niño no lee si no le interesa". El escritor "debe transformarse de alguna forma en ese lector que es el niño; de pronto ser un poco niño. A mí eso me ha funcionado, yo me he convertido un poco en niño cuando escribo: me pongo en la cabeza de un niño, en los pantalones de un niño o la falda de una niña a la hora de escribir mis personajes y de narrar las situaciones en las que se encuentran".
Por lo pronto el autor trabaja en un nuevo reto: escribir un cuento de terror para niños, porque, dice, "no me gusta engolosinarme con una manera de decir; o pensar que ya encontré mi caminito y por ese me sigo, porque es más seguro".
Kikka Roja
Hinojosa se estrenó en la literatura infantil haciendo adaptaciones de leyendas populares; llegó después A golpe de calcetín hasta que escribió La peor señora del mundo, su obra infantil más conocida y saboreada por niños y adultos y que pronto llegará a los dibujos animados por el trabajo que realiza desde hace unos años El Fisgón, monero de La Jornada. Este año el libro de la mujer más mala entre las malas cumple 15 años y desde su primera edición muchas cosas han cambiado en el terreno de la literatura infantil. De entrada, Hinojosa hace una diferencia entre libros para niños y literatura para niños: en la primera las historias están llenas de diminutivos, de moralejas, mientras que la literatura para menores está más cerca de su realidad, va directo a la acción y no a la descripción, no le teme a las palabras. La literatura infantil no son libros para aprender, subraya en entrevista, "al contrario. Hay confusión en la sociedad y en muchas escuelas, editoriales, iglesias, partidos, que piensan que los libros tienen la obligación de educar a los niños, cuando en realidad un libro debe servir para ser disfrutado. "Creo que hay que ver a los niños como los veía Freud: como perversos polimorfos. Lo importante dentro de esta concepción es que puede servir para darnos cuenta de hasta qué punto los niños disfrutan con personajes irreverentes", tal y como lo son las léperas y los mocosos de su nuevo libro.
Este tipo de personajes, como el de la señora mala, "son más cercanos a su realidad pero al mismo tiempo a su imaginación, porque ellos también están peleando, no digo nada más físicamente, sino con pleitos en su cabeza y que los sacan mediante este tipo de personajes. "Una experiencia que me gustó es que estuve en Medellín en un juego literario, visité escuelas, centros de lectura y bibliotecas en una sociedad golpeada por la violencia social y familiar. El momento en el que tenían esparcimiento era cuando leían cuentos y dentro de estos cuentos La peor señora del mundo les daba una especie de catarsis y la posibilidad de sacar ese coraje que tenían dentro al castigar al malo por medio de lo que leían en el cuento. Eso es algo que funciona." El caso de México quizá no sea tan extremo como el de Colombia "pero en nuestro país los niños también pueden combatir la violencia y los males que sufren de distintas maneras, aunque quizá no con la intensidad que se vive en Colombia, mediante un personaje de este tipo". Hinojosa, quien además es poeta, editor y ensayista, subraya que para escribir literatura para niños hay que partir del respeto al lector: "muchas veces se cree que a los niños se les puede dar cualquier cosa, que son bastante tontos y que cualquier cosa la aceptan, pero es todo lo contrario: son mucho más exigentes que los adultos, son más sinceros y, a menos que los obliguemos, un niño no lee si no le interesa". El escritor "debe transformarse de alguna forma en ese lector que es el niño; de pronto ser un poco niño. A mí eso me ha funcionado, yo me he convertido un poco en niño cuando escribo: me pongo en la cabeza de un niño, en los pantalones de un niño o la falda de una niña a la hora de escribir mis personajes y de narrar las situaciones en las que se encuentran".
Por lo pronto el autor trabaja en un nuevo reto: escribir un cuento de terror para niños, porque, dice, "no me gusta engolosinarme con una manera de decir; o pensar que ya encontré mi caminito y por ese me sigo, porque es más seguro".
Al monero El fisgón lo encuentras en http://www.elchamuco.com.mx/
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