El gobierno ha dado la espalda al campo, pero hay cientos de miles de agricultores dispuestos a defender su cultura y el cultivo del maíz, dijo Cristina Barros al iniciar ayer la feria Sin maíz no hay país, en el Zócalo de la ciudad de México, en la cual participan 67 productores de diversos estados.
El resultado de la falta de apoyo a los pequeños productores está a la vista: incremento de la migración y abandono del campo, “no porque la gente quiera irse, sino por la ineficiencia de los programas gubernamentales, ya que los beneficios sustanciales son dirigidos a los acaparadores y grandes productores”, abundó. La integrante del Grupo de Estudios Ambientales hizo un llamado a los legisladores para que “no den la espalda a los campesinos y se apresuren a aprobar la ley de soberanía alimentaria y derecho a la alimentación, a sumarse a la defensa del sector agrícola nacional e impedir que los grandes monopolios provoquen crisis similares al de la tortilla”. También pidió el respaldo legislativo y de la opinión pública para que no se permita la siembra de maíz transgénico ni se tolere que “algunos mexicanos mal nacidos empiecen a sembrar ese tipo de semilla a costa de lo que sea porque necesitan ganar dinero. No se puede permitir que, a contrapelo de la ley, se pierda el germoplasma de la planta milenaria, sustento de la cultura y alimentación de los mexicanos”.
El resultado de la falta de apoyo a los pequeños productores está a la vista: incremento de la migración y abandono del campo, “no porque la gente quiera irse, sino por la ineficiencia de los programas gubernamentales, ya que los beneficios sustanciales son dirigidos a los acaparadores y grandes productores”, abundó. La integrante del Grupo de Estudios Ambientales hizo un llamado a los legisladores para que “no den la espalda a los campesinos y se apresuren a aprobar la ley de soberanía alimentaria y derecho a la alimentación, a sumarse a la defensa del sector agrícola nacional e impedir que los grandes monopolios provoquen crisis similares al de la tortilla”. También pidió el respaldo legislativo y de la opinión pública para que no se permita la siembra de maíz transgénico ni se tolere que “algunos mexicanos mal nacidos empiecen a sembrar ese tipo de semilla a costa de lo que sea porque necesitan ganar dinero. No se puede permitir que, a contrapelo de la ley, se pierda el germoplasma de la planta milenaria, sustento de la cultura y alimentación de los mexicanos”.
Kikka Roja
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