- Coyolxauhqui: 30 años de reconstruir el pasado (1978-2008) incluye 90 piezas
- Vestigios del Calmecac mexica figuran en la magna exposición del Templo Mayor
- Se muestran cuatro de las siete almenas halladas debajo del actual Centro Cultural de España, informa Carlos Javier González, director del recinto
- Se inició la restauración de Tlaltecuhtli
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Algunos de los vestigios del antiguo Calmecac mexica, lugar donde se enseñaba a los hijos de los nobles en la gran Tecnochtitlán, integran el acervo de 90 piezas prehispánicas, que datan desde 1390 hasta la época colonial, que se exhiben en la magna muestra Coyolxauhqui: 30 años de reconstruir el pasado (1978-2008) que se inauguró hace unos días en el recinto del Templo Mayor.
En la exposición, explicó Carlos Javier González, director del Museo del Templo Mayor, se muestran cuatro de las siete almenas colosales halladas bajo el piso del predio ubicado en Donceles 97, mientras las otras son sometidas a trabajos de restauración. Las piezas miden 2.40 metros cada una y los especialistas suponen que esos gigantescos caracoles coronaban el techo del edificio prehispánico que estuvo enclavado en el área del centro ceremonial mexica. Las almenas, dijo González, fueron depositadas por los mexicas en ceremonia ritual debajo del piso que ahora forma parte de un anexo del Centro Cultural de la embajada de España. “Las investigaciones arrojan ciertos aspectos que relacionan a las almenas con el presumible Calmecac, que se encontraba dentro del recinto sagrado mexica, el cual estuvo dedicado a Quetzaltcóatl.”
Conchas y caracoles
Además de los enormes caracoles labrados en cerámica serán expuestas tres importantes esculturas que representan diversas deidades, las cuales fueron halladas recientemente en el contexto del Programa de Arqueología Urbana que encabeza Raúl Barrera. Durante esos trabajos arqueológicos se localizó un pozo troncocónico en el que se depositaron, en la época colonial, dos figuras de piedra que representan a dos deidades: Mictlantecuhtli y Xiuhtecutli, descubiertas el 28 de julio de 2007.
Ambas diosas están asociadas a fragmentos de cerámica mayólica, porcelana china y cerámica vidriada. La tercera pieza es un Cuauhxicalli, o recipiente de águila –sin cabeza– descubierto el 5 de octubre de 2007. La piedra de la librería Porrúa, una biznaga que fue hallada en la intersección de las calles de Argentina y Justo Sierra hace unos años, también será montada por primera vez luego de su restauración. Entre otros aspectos, la exposición Coyolxauhqui y el Templo Mayor: 30 años reconstruyendo el pasado (1978-2008) que concluirá el 31 de agosto, muestra diversos aspectos e investigaciones en torno a la deidad lunar y a los hallazgos descubiertos en la periferia del antiguo centro ceremonial tenochca. Investigaciones novedosas en torno a la arqueomalacología (conchas y caracoles), pintura mural, lapidaria tenochca y análisis de ADN en restos óseos realizados por antropólogos físicos serán compartidos al público que visite ese recinto, para de ese modo concluir los festejos por las tres décadas del hallazgo de la Coyolxauhqui y el inicio de los trabajos arqueológicos del Proyecto Templo Mayor.
En el recorrido museístico también se aprecian algunas de las ofrendas y los significados de las mismas, incluida una original presentación del monolito de Coyolxauhqui, con el esplendor de sus colores: rojo, ocre, azul, blanco y negro, con estuco como base y fondo rojo. Sobre el colosal monolito de Tlaltecuhtli, González dijo que ya se inició la fase de restauración, la cual se espera concluya dentro de un año para que enseguida la piedra sea devuelta al lugar de donde emergió después de varios siglos. En tanto, los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia continúan excavando en el predio las Ajaracas, “y hasta ahora no existe ninguna evidencia que invalide la hipótesis inicial de que ahí están los restos de un rey mexica o de altos dignatarios de esa civilización.”
Inusitada ofrenda
Carlos Javier González dijo que entre los hallazgos recientes en las Ajaracas destaca una inusitada ofrenda, donde fue depositada una piel de mono “que se ha conservado debido a las condiciones locales en esta zona”.
El horario de visita al Templo Mayor es de 9 a 17 horas, de martes a domingo.
El costo de entrada es de 48 pesos. Acceso libre para menores de 13 años de edad y mayores de 60, así como para estudiantes y maestros con credencial o tarjeta plan joven. Los domingos la entrada es gratuita para el público en general.
En la exposición, explicó Carlos Javier González, director del Museo del Templo Mayor, se muestran cuatro de las siete almenas colosales halladas bajo el piso del predio ubicado en Donceles 97, mientras las otras son sometidas a trabajos de restauración. Las piezas miden 2.40 metros cada una y los especialistas suponen que esos gigantescos caracoles coronaban el techo del edificio prehispánico que estuvo enclavado en el área del centro ceremonial mexica. Las almenas, dijo González, fueron depositadas por los mexicas en ceremonia ritual debajo del piso que ahora forma parte de un anexo del Centro Cultural de la embajada de España. “Las investigaciones arrojan ciertos aspectos que relacionan a las almenas con el presumible Calmecac, que se encontraba dentro del recinto sagrado mexica, el cual estuvo dedicado a Quetzaltcóatl.”
Conchas y caracoles
Además de los enormes caracoles labrados en cerámica serán expuestas tres importantes esculturas que representan diversas deidades, las cuales fueron halladas recientemente en el contexto del Programa de Arqueología Urbana que encabeza Raúl Barrera. Durante esos trabajos arqueológicos se localizó un pozo troncocónico en el que se depositaron, en la época colonial, dos figuras de piedra que representan a dos deidades: Mictlantecuhtli y Xiuhtecutli, descubiertas el 28 de julio de 2007.
Ambas diosas están asociadas a fragmentos de cerámica mayólica, porcelana china y cerámica vidriada. La tercera pieza es un Cuauhxicalli, o recipiente de águila –sin cabeza– descubierto el 5 de octubre de 2007. La piedra de la librería Porrúa, una biznaga que fue hallada en la intersección de las calles de Argentina y Justo Sierra hace unos años, también será montada por primera vez luego de su restauración. Entre otros aspectos, la exposición Coyolxauhqui y el Templo Mayor: 30 años reconstruyendo el pasado (1978-2008) que concluirá el 31 de agosto, muestra diversos aspectos e investigaciones en torno a la deidad lunar y a los hallazgos descubiertos en la periferia del antiguo centro ceremonial tenochca. Investigaciones novedosas en torno a la arqueomalacología (conchas y caracoles), pintura mural, lapidaria tenochca y análisis de ADN en restos óseos realizados por antropólogos físicos serán compartidos al público que visite ese recinto, para de ese modo concluir los festejos por las tres décadas del hallazgo de la Coyolxauhqui y el inicio de los trabajos arqueológicos del Proyecto Templo Mayor.
En el recorrido museístico también se aprecian algunas de las ofrendas y los significados de las mismas, incluida una original presentación del monolito de Coyolxauhqui, con el esplendor de sus colores: rojo, ocre, azul, blanco y negro, con estuco como base y fondo rojo. Sobre el colosal monolito de Tlaltecuhtli, González dijo que ya se inició la fase de restauración, la cual se espera concluya dentro de un año para que enseguida la piedra sea devuelta al lugar de donde emergió después de varios siglos. En tanto, los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia continúan excavando en el predio las Ajaracas, “y hasta ahora no existe ninguna evidencia que invalide la hipótesis inicial de que ahí están los restos de un rey mexica o de altos dignatarios de esa civilización.”
Inusitada ofrenda
Carlos Javier González dijo que entre los hallazgos recientes en las Ajaracas destaca una inusitada ofrenda, donde fue depositada una piel de mono “que se ha conservado debido a las condiciones locales en esta zona”.
El horario de visita al Templo Mayor es de 9 a 17 horas, de martes a domingo.
El costo de entrada es de 48 pesos. Acceso libre para menores de 13 años de edad y mayores de 60, así como para estudiantes y maestros con credencial o tarjeta plan joven. Los domingos la entrada es gratuita para el público en general.
Kikka Roja
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