VIDEO: Rolando Villazon, Nino Machaidze: Romeo en Salzburgo sin Netrebko

Rolando Villazon & Nino Machaidze, O nuit divine!

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Villazón encarna a Romeo en Salzburgo sin Netrebko
El tenor franco-mexicano Rolando Villazón estuvo acompañado de una prometedora cantante de 25 años, la georgiana Nino Machaidze.
AFP Publicado: 03/08/2008 20:11 Alzburgo.

El tenor franco-mexicano Rolando Villazón sedujo la noche del sábado a los espectadores del Festival de Salzburgo en un Romeo y Julieta de Gounod, sin la soprano austro-rusa Anna Netrebko, pero acompañado de una prometedora cantante de 25 años, la georgiana Nino Machaidze. Después de una Traviata de Verdi particularmente glamorosa en 2005, el público de Salzburgo esperaba el regreso del dúo Netrebko-Villazón como protagonistas de Romeo y Julieta (1867), célebre obra francesa del siglo XIX que curiosamente nunca se había programado en el más importante de los festivales líricos. Pero Anna Netrebko, que ya encarnó, embarazada, a una Julieta hace dos meses (en Capuletos y Montescos de Bellini, su debut en la Ópera de París), tuvo que renunciar a la de Gounod en Salzburgo porque se encuentra embarazada de siete meses. Su reemplazante es aún una desconocida en el mundo lírico, pero no debería serlo por mucho tiempo. Nino Machaidze mostró una voz menos pulposa y más metálica que "la Netrebko", pero no se arredró ante las piruetas vocales de su vals ("Quiero vivir"), ni ante sus cuatro dúos de amor con un Romeo que le saca 11 años de edad. Rolando Villazón tuvo una entrada en materia prudente, con agudos poco brillantes y mal proyectados, que hacían pensar que todavía no está recuperado del todo de los problemas vocales que le obligaron a guardar un largo reposo a finales de 2007 y empeñaron algunas de sus actuaciones a principios de 2008. Pero los dos últimos actos hicieron justicia a este músico refinado a la par que buen actor, dotado con un timbre tenebroso particularmente sugestivo. Su francés, que sacrifica las consonantes al legato, es perfectible y obliga al espectador francófono a buscar los subtítulos (en alemán e inglés). Todos los papeles secundarios están muy bien servidos, con menciones particulares para el Hermano Lorenzo del bajo ruso Mijaíl Petrenko y el Conde Capuleto del barítono bajo alemán Falk Struckmann, dos modelos de dicción. Para su debut lírico en Europa, el norteamericano Bartlett Sher propone una puesta en escena seria y clásicas según los cánones de Salzburgo, pegada al libreto de Barbier y Carré inspirado en la tragedia de Shakespeare, autor que conoce bien. El mágico Tiovivo de las Rocas (Felsenreitschule) y sus arcadas excavadas en la roca ofrecen al californiano un marco mineral y cargado de historia bastante ideal para contar el drama de los amantes de Verona, sacrificados en el altar de los odios familiares con atavíos renacentistas. El vasto escenario se anima con las escenas de grupo, que no carecen de elegancia (baile de máscaras, batalla en presencia de dos familias) pero tiene una estética un tanto pasada de moda.

La fosa aporta tensión dramática bajo la dirección amplia y vitaminada del canadiense Yannick Nézet-Séguin, que a sus 33 años debuta con buen pie en el festival. El quebequés defiende esta música con pasión al frente de la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, cuyo compromiso muestra a las claras que no toma esta música a la ligera. Al final de las arias, el director aplaude a sus cantantes con entusiasmo cuando no frenesí, se arriesga a transformar el espectáculo en una sucesión de movimientos cantados más que en un gran momento de teatro lírico, peligro inherente de hecho a la propia partitura de Gounod. El espectáculo tendrá otras ocho presentaciones del 6 al 25 de agosto en Salzburgo.

Kikka Roja