PLAZA PÚBLICA Reglamento de la SCT Miguel Ángel Granados Chapa 23 Feb. 09 Mediante una controversia constitucional promovida desde San Lázaro, los jefes de las fracciones priistas en el Congreso entran en la disputa en que se determine quién hará favores a los magnates de las telecomunicaciones y de la radio y la televisión Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.comClaro que hasta un particular puede viajar en un dos por tres de Acapulco a la capital de la República, y con mayor razón está el Presidente en posibilidad de hacerlo. Pero llama la atención que mientras se hallaba en aquel puerto, de vacaciones con su familia el fin del año, el reglamento interior de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aparezca firmado por el Ejecutivo y "dado en la Residencia del Poder Ejecutivo federal en la Ciudad de México, Distrito Federal , a treinta y uno de diciembre de 2008". Una semana más tarde, el ocho de enero, ese documento fue publicado en el Diario Oficial de la Federación y entró en vigor al día siguiente. De inmediato se percibió que la publicación del ordenamiento interior de la SCT era parte del conflicto intragubernamental en torno de las telecomunicaciones y la radio y televisión, pues convirtió en facultades indelegables del secretario atribuciones asignadas a la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Legisladores priistas vieron en ese reglamento la ocasión de entrar en la disputa por la regulación de ese ramo de la vida social y económica del país, al mismo tiempo conflictivo y promisorio. En el Senado de la República se ordenó realizar un "Análisis sobre la posible inconstitucionalidad de diversas porciones" del reglamento mencionado, que serviría de base a una controversia constitucional que esa Cámara iniciaría ante la Suprema Corte de Justicia. A la estrategia de los jefes priistas en el Congreso pareció más conveniente, sin embargo, que fuera San Lázaro y no Xicoténcatl donde se buscara ejercer ese medio de control constitucional. No fue sencillo el tránsito, pues la bancadas del PAN y del PRD no veían la pertinencia de entrar en ese terreno y hasta se produjo una confusión sobre el momento de su aprobación y su contenido, pero finalmente el presidente de la mesa directiva, César Horacio Duarte, pudo el 6 de febrero iniciar la controversia ante el tribunal constitucional, que seis días más tarde, el 12 de febrero, fue admitida por la Corte -en la persona del ministro Genaro David Góngora Pimentel- sin que se obsequiara la petición de los diputados de suspender la aplicación de la norma interna. La inconstitucionalidad alegada resulta de que el reglamento, pieza jurídica de menor jerarquía que la ley, incluye disposiciones que sólo el legislador puede adoptar, lo que visto desde otro ángulo, significa una intromisión del Ejecutivo en terrenos que son propios del Congreso. "Las partes reputadas inconstitucionales -se lee en el análisis que fundó la demanda de controversia ante la Corte- son en su mayoría las relativas a las facultades en materia de radiodifusión (radio y televisión abiertas) donde las reformas de 2006 a las leyes federales de telecomunicaciones y de radio y televisión confirieron a la Comisión Federal de Telecomunicaciones amplias atribuciones en dicho rubro". El reglamento no fue una sorpresa para los sujetos regulados, algunos de los cuales se opusieron a que personalmente el secretario ejerza funciones que la reforma de 2006 atribuyó a la Cofetel, pero que la sentencia de la Corte de mayo de 2007 dejó sin efectos al declarar inconstitucionales los principales preceptos de esa reforma. De dicha sentencia se desprende que la Cofetel es un órgano desconcentrado de la SCT y por lo tanto está sujeta al titular de la misma. Ante la Comisión federal de mejora regulatoria (Cofemer), el duopolio de la televisión abierta y "su" Cámara, la de la industria de radio y televisión, objetaron el reglamento pero no pudieron hacer que se modificara, por lo cual ahora lo impugnan de nuevo vía la controversia constitucional iniciada por la Cámara, que de este modo se alínea a los intereses de los magnates de la televisión abierta, que así sacan las castañas con la mano del gato. El reglamento reconoce en la Cofetel, como órgano desconcentrado de la SCT, la capacidad de "regular, promover y supervisar el desarrollo eficiente y la cobertura social amplia de las telecomunicaciones y la radiodifusión", pero al mismo tiempo otorga al secretario facultades indelegables en esas materias que lo hacen el zar de tales actividades: "Otorgar las concesiones y permisos en materia de radiodifusión y resolver, en su caso, sobre su prórroga, refrendo o modificación, así como declarar administrativamente su caducidad, nulidad, rescisión o revocación", "Aprobar el Cuadro nacional de distribución de frecuencias, así como los programas sobre la ocupación de posiciones orbitales geoestacionarias y órbitas satelitales con sus correspondientes modalidades de uso y coberturas geográficas que serán materia de licitación pública", "Aprobar los programas sobre bandas de frecuencias del espectro radioeléctrico para usos determinados y de concesionamiento de frecuencias de radiodifusión, así como declarar desiertos los procedimientos concesionarios previstos para el otorgamiento del uso, aprovechamiento o explotación de bandas de frecuencias para el servicio de radiodifusión", "Resolver respecto del cambio o rescate de frecuencias atribuidas a servicios de telecomunicaciones y radiodifusión" y "Aprobar las tarifas de los servicios de telecomunicaciones cuando lo prevean los títulos de concesión y permisos correspondientes" (Artículo 5º, fracciones de la XVIII a la XXII). Más que el celo legislativo por preservar intactas comarcas en que el Ejecutivo no debe entrometerse, lo que se ventila es quién queda bien con los poderes fácticos. Cajón de Sastre Comienza hoy la última semana de febrero y no se ha determinado la fecha en que el presidente de la República entregará los premios nacionales de ciencias y artes. Durante los gobiernos priistas, tales preseas se entregaban el 20 de noviembre o en una fecha proximísima a esa fecha emblemática del "régimen de la Revolución Mexicana". Con Fox en la Presidencia se buscó atenuar el nexo entre esos galardones y la efemérides revolucionaria. A ese propósito político se añadió, sin embargo, el descuido por la vida cultural en los regímenes panistas y por ello, tres meses después de anunciados los nombres de quienes recibirían las distinciones correspondientes a 2008 no sólo no se produce su entrega sino ni siquiera se ha comunicado a los recipiendarios que lo serán. |
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