Lunes, 12 de Marzo de 2012
Un soldado estadounidense abrió fuego imprevistamente en una localidad de la provincia de Kandahar, sur de Afganistán, causando la muerte de al menos 17 personas, entre ellas mujeres y niños.
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Estadounidense ataca a tiros casa por casa; entre las víctimas reportan a niños y mujeres
BALANDI, AFGANISTÁN.- De casa en casa, un soldado estadounidense la emprendió a tiros el domingo contra civiles afganos mientras dormían en sus viviendas y mató a 16 personas, la mayoría mujeres y niños, un ataque que reavivó la ira contra la presencia estadounidense tras una ola de protestas mortales detonadas cuando estadounidenses quemaron ejemplares del Corán en una base militar.
El ataque amenaza con provocar otra crisis en las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán y desatar preguntas tanto en Washington como en Kabul acerca de la razón por la que las tropas estadounidenses aún combaten en Afganistán después de 10 años de conflicto y la muerte de Osama Bin Laden.
La matanza, la peor atrocidad cometida por fuerzas estadounidenses durante la guerra en Afganistán, se produjo en medio de una creciente indignación del pueblo afgano, alimentada por la quema de ejemplares del Corán el mes pasado y por un video previo que supuestamente mostraba a infantes norteamericanos orinando sobre los cadáveres de milicianos talibanes.
La quema del Corán provocó semanas de protestas violentas y ataques que dejaron unos 30 muertos, a pesar de las disculpas del presidente Barack Obama. Seis soldados estadounidenses fueron muertos por sus colegas afganos después que se conoció la quema del libro sagrado de los musulmanes, pero la violencia había empezado a amainar.
Los pobladores dijeron que el ataque del domingo comenzó hacia las tres de la mañana en dos aldeas en el distrito de Panjwai, una región rural en las afueras de Kandahar que es la cuna de los talibanes y donde las fuerzas de la coalición han luchado por el control durante años.
Los pueblos están a unos 5 mil metros de una base estadounidense en una región que fue el epicentro de la estrategia de reforzamiento militar de Obama en el sur del país a partir de 2009.
Los aldeanos describieron cómo se encogían, aterrados, mientras los disparos resonaban y el soldado acechaba casa por casa, disparando contra quienes estaban dentro. Dijeron que entró en tres viviendas en total y quemó algunos de los cuerpos. Once de los muertos eran de una sola familia y nueve de las víctimas eran niños.
Algunos residentes dijeron inicialmente que creían que había varios atacantes, considerando la carnicería.
"Un hombre no puede matar a tanta gente. Debe haber habido mucha gente involucrada", dijo Bacha Agha, del pueblo de Balandi. "Si el gobierno dice que esto es obra de una sola persona no lo aceptaremos .... Después de matar a esas personas ellos también quemaron los cuerpos".
Sin embargo, funcionarios estadounidenses dijeron creer que el atacante, identificado como un sargento del ejército de Fort Lewis, Washington, actuó solo. Los informes iniciales indicaron que regresó a la base después de los disparos y se entregó. Permanecía detenido en una base de la OTAN en Afganistán.
OBAMA EXTERNA CONDOLENCIAS
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama extendió sus condolencias de manera directa durante una conversación telefónica con el mandatario afgano Hamid Karzai, en la que ofreció una pronta investigación para esclarecer los hechos. La Casa Blanca indicó que durante la conversación Obama expresó a Karzai su conmoción por los trágicos eventos. Por separado en un comunicado, el mandatario presentó el atentado ocurrido en la provincia de Kandahar como un incidente aislado al desempeño que realizan las tropas estacionadas en Afganistán. "Este incidente es trágico y no representa el carácter excepcional de nuestras tropas y el respeto que Estados Unidos tiene por la gente de Afganistán", indicó Obama. El soldado, identificado como un sargento, salió de su base en la población de Panjwai en las primeras horas de la madrugada del domingo, y procedió a ingresar a varias casas donde disparó contra sus ocupantes. Tras el ataque, el militar retornó a la base, donde se entregó.
Obama se dijo "profundamente entristecido" por el hecho.
"Ofrezco mis condolencias a las familias y seres queridos de aquellos que perdieron sus vidas, y a la gente de Afganistán, quienes han tenido que padecer mucho sufrimiento y violencia" , indicó. El ataque ocurre en momentos de una persistente tensión después de la quema de copias del Corán en una base militar estadunidense que desató una ola de acciones contra tropas de la OTAN. (Agencias)
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