Tres Reinas Guadalupe Loaeza Visita su BLOG 6 Ene. 09 Estaba yo intentando escribir mi texto del martes cuando, de pronto, escuché la inconfundible alerta de Skype; cuál no fue mi sorpresa de ver que me llamaban desde Londres. "¿Quién será?", me pregunté intrigada. De inmediato inicié la conversación y en la pantalla aparecieron tres mujeres cuarentonas. Una de ellas tenía el rostro sumamente bronceado, la más jovial era pelirroja y la que tenía el cabello muy rubio a leguas se veía que había pasado por una cirugía estética. Gracias a la claridad de la imagen, a pesar de que nos separaban 10 mil kilómetros, pude apreciar que las tres eran muy guapas y que estaban vestidas de una forma muy moderna. "¿Ya sabes lo que nos vas a pedir para mañana?", me preguntó la bronceada. Me quedé de a cuatro. ¿Quién diablos era ese trío de locas que aparecían en mi computadora? La verdad es que por más que trataba de reconocerlas, no tenía la más remota idea de quiénes se trataba. "Me temo que se equivocaron de cibernauta. No tengo el gusto de conocerlas. Así es que, si no les importa, voy a tener que colgar, porque en estos momentos me encuentro muy ocupada", les dije visiblemente molesta. -¡Híjole, acabas de llegar de vacaciones y ya estás otras vez súper histérica igualita a como te fuiste -apuntó la pelirroja echándose su enorme melena hacia sus hombros. -Agarra la onda, baby. Lo único que queremos saber es qué es lo que quieres para el 6 de enero -terció la rubia, quien a través de la imagen se veía perfectamente bien maquillada. -Pero antes quiero saber, ¿quiénes son ustedes? -Somos tus Reinas Magas. Las que sí cumplen con los deseos sobre todo respecto a los de las mujeres, de ésas que ya no creen en nada ni en nadie. Mira, yo soy Meche, ella es Gasparina y la más sexy de las tres se llama Halleberry. Somos tus amigas. No seas desconfiada. Por otro lado es normal que lo seas. A nosotras también nos decepcionaron mucho los Reyes Magos, desde que éramos muy niñas. Por eso decidimos unirnos las tres y viajar por todo el mundo atendiendo las peticiones de las mujeres desencantadas. Ahora gracias al internet y al Skype se nos ha facilitado mucho el trabajo. Desde hace una semana hemos recibido más de 534 mil correos electrónicos de muchos países, especialmente de América Latina y prácticamente a todos hemos podido contestar... -Pero yo no les he escrito... -Es cierto. Pero una amiga tuya nos dio tu Skype porque nos dijo que estabas tan escéptica que hasta te preguntabas si le ibas a festejar el 6 de enero a tus nietos y eso nos pareció muy triste. -Claro, en primer, lugar pensamos en tu nieta. Sería muy interesante que empezara a saber de nuestra existencia -agregó Halleberry. -No sé si sea tan sano... -dije. Ay, Dios mío, nunca lo hubiera dicho. Vi en la pantalla la cara de la tres. Se pusieron muy, muy enojadas. Las tres se acercaron a la pantalla y mirándome muy fijo, gritaron: -¿Qué, qué? ¿Qué no te das cuenta que estamos viviendo otros tiempos? ¿Qué no sabes que estamos en el siglo XXI? ¿Quién puede seguir creyendo en los Reyes Magos después de dos milenios? Nosotras no fomentamos la sociedad de consumo. Nosotras no presionamos a los pobres padres de familia respecto a sus pobres finanzas. Nosotras no obligamos a los papás a que sus hijos se saquen fotografías carísimas con nosotras en el monumento a la Revolución. Nosotras estamos por la felicidad y la libertad de las mamás de los niños. Nosotras estamos con la pobre de la Virgen María quien fue la que realmente sufrió y no el flojo de San José... -Calma, calma -les suplicaba al verlas tan inquietas. Pensé que para que se tranquilizaran de verdad lo mejor era pedirles de inmediato mis deseos para el 6 de enero. Me puse muy derechita en mi silla, les sugerí que tomaran papel y lápiz y empecé con mi lista de peticiones. Claro que tendrían que ver con el estilo de estas Reinas Magas, es decir tan feministas, modernas y liberadas. -Necesito por lo menos 15 mil dólares para hacerme un par de faciales y una liposucción. -Requiero un manual infalible para bajar de peso. -Una caminadora que permita lograr los efectos de haber caminado durante 10 años en un solo mes. -Y por último, un celular con tiempo aire i-li-mi-ta-do. Las tres me miraron extrañadas. Ignoro si les gustaron mis peticiones. De pronto empezaron a reírse a carcajadas. -Eres de lo más fresa -me dijo la pelirroja. -¿No te hace falta un vibrador? -me preguntó la morena. -¿No te hace falta un poco de mota? -cuestionaba muerta de la risa la rubia. Acabé por colgarles, sin despedirme. En ese momento, extrañé a mis Reyes Magos de siempre, Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque nunca me hayan traído nada. Bueno, quizá está vez sí me consideren para que vuelva a creer en ellos... Estuche de monerías. Dice don Eulalio Ferrer que es un superviviente. "El sobrevivir es el milagro de mi vida". No obstante le pesan mucho los recuerdos, especialmente los de la época en la que tuvo que huir con toda su familia a México. Qué gusto me dio ver que le hiciera Juan G. Bedoya del El País una espléndida entrevista a don Eulalio Ferrer. Ésta se publicó en la contraportada del diario. Allí en un gran título se leen las palabras de don Eulalio: "No es posible vivir con rencor en el corazón". Esto lo dice un hombre sabio, un hombre de libros, un hombre que ha vivido, sí, con el corazón en la mano. Él tenía 19 años cuando vivió la Guerra Civil y pudo escapar al exilio con lo puesto. Ahora don Eulalio ocupa un lugar privilegiado en la Academia Mexicana de la Lengua y ha tomado la decisión de publicar su primera novela a sus 88 años, después de 40 libros. Por último, don Eulalio, contó esta anécdota que le sucedió en el campo de Argeles-sur-Mer: "Antonio Machado tiritando de frío junto a su madre, acurrucada sobre él. Sentados en un banco de la plaza de Banyuls, esperan a Pepe, el hermano del poeta, que les llevará al hotelito de Colliure donde morirán poco después. 'Don Antonio iba sin abrigo y coloqué sobre sus hombros el mío, pese a necesitarlo tanto. Fue muy triste... Pero sé que no se puede vivir con rencor en el corazón'". Correo electrónico: gloaeza@yahoo.com |
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