LOS PINCHES PANISTAS CREEN QUE LA GENTE QUE SE MANIFIESTA EN MEXICO ES "MALEDUCADA", "DELINCUENTE"," POBRE ", "HUEVONA" etc. etc. ¡PUES NO!
A VER PANISTAS DE DERECHA, BORREGOS DE MIERDA, ¿CÓMO EXPLICAN QUE LOS FRANCESES EMPIECEN A PROTESTAR?
TOMEN SU "INFLUENZA MUNDIAL", TERRORISMO DE ESTADO.
FE-CAL BIOTERRORISTA
Los participantes se sientan en hilera pegados unos a otros. Ésta es una técnica que se emplea en invasiones para resistir los intentos de desalojo. En esta época de crisis económica y con el aumento del desempleo, la cantidad de quejosos en el país galo crece y se radicaliza
Mónica Delgado / Corresponsal
París, Francia (21 mayo 2009).- "Manifestaciones o peticiones son técnicas de protesta que ya conozco, hoy quiero algo más", dice un joven sobre su presencia en el taller organizado por el colectivo "Les Désobéissants" (Los Desobedientes) en la Casa de la Juventud y la Cultura de Viry-Chatillon, un suburbio de París.
"Siento que esas acciones ya no son eficaces. Busco algo más contundente", agrega.
Como los otros 27 participantes del taller, ese "algo más" espera encontrarlo en las propuestas de este colectivo que preconiza la desobediencia civil por medio de acciones directas y desde hace dos años enseña sus técnicas. "Queremos despertar la conciencia de la gente sobre lo que no funciona y para ello estimamos necesario hacer acciones fuera de la ley", explicó Maud, miembro del colectivo y encargada ese día de dirigir el taller.
No obstante, advierte que en todas sus acciones prima la no violencia.
Para ser eficaces, el método del colectivo es llevar la acción a donde está el problema, como puede ser invadir oficinas, encadenarse a las rejas de una empresa o impedir el paso de los dirigentes. "No son técnicas nuevas, pero en Francia la acción directa y la no violencia son poco conocidas", explica Xavier Renou, uno de los fundadores del colectivo. En los talleres introductorios, como al que asistió REFORMA, los participantes debaten primero sobre el tema de la no violencia. Sólo después descubren tres técnicas de resistencia.
Los convencidos se inscriben posteriormente a los campamentos de dos días donde pueden aprender todos los secretos de la acción directa.
La metodología empieza por identificar su objetivo, asegurarse que todos los participantes estén convencidos de la necesidad de la acción y ponerse de acuerdo en la técnica de resistencia que utilizarán. Durante las acciones cada quien tiene su papel. Primero, quienes la ejercen; luego, sus "ángeles de la guardia", quienes los ayudan a sobrellevar el momento, y finalmente, los mediadores, responsables de la seguridad de la acción, vigilan que el ambiente no se caldee. En Viry-Chatillon, los participantes descubren primero la técnica del "peso muerto". El militante, acostado, distiende totalmente su cuerpo lo que aumenta aparentemente su peso. Para moverlo se necesitarán por lo menos tres personas.
"En Francia, los policías tienen prohibido arrastrar a los manifestantes. Los tienen que cargar. Nuestro objetivo es provocar que el desalojo sea más lento", explica Maud.
Otro método es "la tortuga de seis". Sentados sobre el suelo, seis militantes entrelazados de manos y pies constituyen un bloque compacto.
"Pasen las manos por debajo de las piernas", explica Maud. Cuando da la señal, los participantes que semejan los policías tratan de desprenderlos. "Es más difícil de lo que creíamos. Cuando están bien juntos no tiene uno de donde tomarlos", comenta uno de los pseudoagentes. La última técnica mostrada es el "trenecito". Sentados en hilera, pegados unos contra otros, los militantes tratan de mantenerse unidos. Al término del curso, muchos de los participantes desean inscribirse en el campamento de dos días. Otros piden cursos para reorientar las acciones de sus asociaciones. Sólo unos pocos no salen convencidos.
"Alrededor de 10 por ciento de los participantes no regresan", señala Maud.
Crece interés en militancia
El anhelo de los participantes en los talleres de "Los Desobedientes" por mostrar de manera más activa su desaprobación social está lejos de ser una excepción en Francia. En esta época de crisis económica y con el aumento del desempleo, la cantidad de quejosos crece y se radicaliza. El éxito de los cursos va en aumento. El primer año hubo menos de 30 talleres y en el segundo alrededor de 50. El número de participantes por curso pasó de una decena al principio a un promedio de 25 a 30 desde el inicio de la crisis.