- Deben corregirse los errores y luego reditar dicho texto, demanda el artista plástico
- Exige Iker Larrauri a la SEP retirar del libro de sexto su obra El paso de Bering
- Autoridades, las primeras que violan las leyes; millones de niños están aprendiendo burradas
nota Karina Avilés
Luego de afirmar que en el nuevo libro de historia para sexto de primaria se alteró completamente el sentido de su obra El paso de Bering, con la consecuencia nefasta de un conocimiento falso dirigido a millones de niños que están aprendiendo burradas, el artista plástico y uno de los museógrafos más importantes del país, Iker Larrauri, exigió a la Secretaría de Educación Pública (SEP) retirar, corregir la serie de errores y, luego, reditar dicho texto.
En este ambiente de abuso, de falta de respeto a la propiedad privada, también faltan al respeto a la propiedad artística. Si uno dice, por qué hay tanto pillaje y violación de la ley en México, es porque las autoridades son las primeras que violan las leyes y abusan de los derechos de los demás, dijo.
En entrevista con este diario, Larrauri, quien ha sido reconocido por el Consejo Internacional de Museos y fue director técnico del equipo que elaboró el programa arquitectónico y de exposiciones para la planeación del nuevo Museo Nacional de Antropología (MNA), inaugurado en 1964, pidió a la dependencia encabezada por Alonso Lujambio reconocer, primero, que este atropello lo hizo sin autorización de los artistas –porque por si fuera poco, a su mural se le añadió el paisaje de la obra de otro pintor– y de manera arbitraria.
Así, reclamó a la SEP dar crédito a los dos artistas afectados, por supuesto por separado, así como realizar un análisis de la veracidad y cotejar el conocimiento científico con lo que se ofrece como enseñanza a los niños.
También adelantó que se asesorará legalmente para analizar las acciones a seguir y denunció: lo que la SEP ha hecho con El paso de Bering tiene la misma seriedad que puede tener una historieta de aventuras, en donde no hay ningún pecado sino que todo es un juego de fantasía. De una nave desciende un robot y nadie va a objetarlo, pero cuando es un libro para millones de niños, en donde lo que se les da es una información falsa, se puede actuar legalmente.
Con un trabajo que ha dejado su marca en el Museo Nacional de Kuwait, el Olímpico de Lausana, Suiza, o el Museo de La Venta, en Tabasco, y el del Centro Cultural Tijuana, entre otros, el autor de la réplica de la Cámara Secreta del Templo de las Inscripciones respondió a las preguntas de este diario.
–¿Qué tanto fue alterada su obra?
–Primero, invirtieron la escena. En mi mural, el grupo de hombres entra por la derecha y se dirige a las tierras donde se ha retirado el hielo polar de las glaciaciones anteriores... Las glaciaciones están registradas porque dejan huella en los territorios, los geólogos dicen de tal fecha a tal fecha subió o bajó el hielo. Entonces, ellos han establecido en qué fecha se hizo el poblamiento de América, porque han revisado que para que la tierra quedara descubierta había una acumulación de hielo mayor en los polos y esto descubrió el corredor que actualmente está cubierto en el Estrecho de Bering...
También modificaron el paisaje, que era el del poblamiento de América durante las grandes glaciaciones, en donde hay hielos, el paso con una entrante del mar y los primeros pobladores podían pasar caminando... Al modificar el paisaje, se le colocó otro a mi obra ¡que corresponde a otra época!
–¿Qué opinión tiene de que sea la propia dependencia educativa la que altere una ilustración de esta forma?
–Yo veo dos cosas graves: primero, la falsificación de las investigaciones hechas por los investigadores y los antropólogos; eso lo ignoran, inventan su historia y hacen una reproducción que no corresponde a lo que dice la ciencia, a lo que los investigadores han establecido. La otra es el atropello a la obra de un artista. Sin autorización alguna ni reconocimiento del crédito que legalmente se le tiene que dar a los autores, invierten la posición del mural, suprimen una serie de elementos como es este paisaje, los hielos y otros hombres que acompañan a los que aparecen en el primer plano... Alteran completamente el sentido, además de piratear las figuras.
Larrauri señala que él, junto con otros compañeros que realizaron obra para el MNA, cuando éste se inauguró en 1964, cedieron los derechos de su trabajo artístico al museo por 50 años.
Esto quiere decir que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y por tanto el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, tendrán los derechos del mural hasta el año 2014. Sin embargo, ya sea el CNCA o la SEP tendrían que defender los derechos de autor y los artistas también lo pueden exigir.
Así, Larrauri dejó en claro que cedió los derechos de autor, pero no su crédito ni tampoco el derecho a violentar su mural: “Ni la Secretaría de Educación ni nadie tiene ningún derecho a alterar una obra. El paso de Bering tiene crédito, está firmado, no pueden alegar que quién sabe quién lo pintó, porque ahí está el crédito”.
Finalmente, como si pensara en voz alta, finalizó: Claro, con tanto delincuente en nuestros días, a lo mejor se malformaron con estos libros.
En este ambiente de abuso, de falta de respeto a la propiedad privada, también faltan al respeto a la propiedad artística. Si uno dice, por qué hay tanto pillaje y violación de la ley en México, es porque las autoridades son las primeras que violan las leyes y abusan de los derechos de los demás, dijo.
En entrevista con este diario, Larrauri, quien ha sido reconocido por el Consejo Internacional de Museos y fue director técnico del equipo que elaboró el programa arquitectónico y de exposiciones para la planeación del nuevo Museo Nacional de Antropología (MNA), inaugurado en 1964, pidió a la dependencia encabezada por Alonso Lujambio reconocer, primero, que este atropello lo hizo sin autorización de los artistas –porque por si fuera poco, a su mural se le añadió el paisaje de la obra de otro pintor– y de manera arbitraria.
Así, reclamó a la SEP dar crédito a los dos artistas afectados, por supuesto por separado, así como realizar un análisis de la veracidad y cotejar el conocimiento científico con lo que se ofrece como enseñanza a los niños.
También adelantó que se asesorará legalmente para analizar las acciones a seguir y denunció: lo que la SEP ha hecho con El paso de Bering tiene la misma seriedad que puede tener una historieta de aventuras, en donde no hay ningún pecado sino que todo es un juego de fantasía. De una nave desciende un robot y nadie va a objetarlo, pero cuando es un libro para millones de niños, en donde lo que se les da es una información falsa, se puede actuar legalmente.
Con un trabajo que ha dejado su marca en el Museo Nacional de Kuwait, el Olímpico de Lausana, Suiza, o el Museo de La Venta, en Tabasco, y el del Centro Cultural Tijuana, entre otros, el autor de la réplica de la Cámara Secreta del Templo de las Inscripciones respondió a las preguntas de este diario.
–¿Qué tanto fue alterada su obra?
–Primero, invirtieron la escena. En mi mural, el grupo de hombres entra por la derecha y se dirige a las tierras donde se ha retirado el hielo polar de las glaciaciones anteriores... Las glaciaciones están registradas porque dejan huella en los territorios, los geólogos dicen de tal fecha a tal fecha subió o bajó el hielo. Entonces, ellos han establecido en qué fecha se hizo el poblamiento de América, porque han revisado que para que la tierra quedara descubierta había una acumulación de hielo mayor en los polos y esto descubrió el corredor que actualmente está cubierto en el Estrecho de Bering...
También modificaron el paisaje, que era el del poblamiento de América durante las grandes glaciaciones, en donde hay hielos, el paso con una entrante del mar y los primeros pobladores podían pasar caminando... Al modificar el paisaje, se le colocó otro a mi obra ¡que corresponde a otra época!
–¿Qué opinión tiene de que sea la propia dependencia educativa la que altere una ilustración de esta forma?
–Yo veo dos cosas graves: primero, la falsificación de las investigaciones hechas por los investigadores y los antropólogos; eso lo ignoran, inventan su historia y hacen una reproducción que no corresponde a lo que dice la ciencia, a lo que los investigadores han establecido. La otra es el atropello a la obra de un artista. Sin autorización alguna ni reconocimiento del crédito que legalmente se le tiene que dar a los autores, invierten la posición del mural, suprimen una serie de elementos como es este paisaje, los hielos y otros hombres que acompañan a los que aparecen en el primer plano... Alteran completamente el sentido, además de piratear las figuras.
Larrauri señala que él, junto con otros compañeros que realizaron obra para el MNA, cuando éste se inauguró en 1964, cedieron los derechos de su trabajo artístico al museo por 50 años.
Esto quiere decir que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y por tanto el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, tendrán los derechos del mural hasta el año 2014. Sin embargo, ya sea el CNCA o la SEP tendrían que defender los derechos de autor y los artistas también lo pueden exigir.
Así, Larrauri dejó en claro que cedió los derechos de autor, pero no su crédito ni tampoco el derecho a violentar su mural: “Ni la Secretaría de Educación ni nadie tiene ningún derecho a alterar una obra. El paso de Bering tiene crédito, está firmado, no pueden alegar que quién sabe quién lo pintó, porque ahí está el crédito”.
Finalmente, como si pensara en voz alta, finalizó: Claro, con tanto delincuente en nuestros días, a lo mejor se malformaron con estos libros.
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