Bajo la Lupa
Relección de Putin e incertidumbre de la relación con EU
Alfredo Jalife-Rahme
El premier ruso, Vladimir Putin, platica con residentes de un edificio de nueve pisos en que una sección se colapsó por una explosión de gas doméstico, ayer en la ciudad de Astrakán Foto Reuters
Vienen en serie una serie de elecciones trascendentales en países relevantes que son susceptibles de definir el rumbo geoestratégico del siglo XXI: Irán, Rusia, Francia, México, Estados Unidos y China: tres superpotencias (Rusia, Estados Unidos y China), una potencia colonial en declive (Francia) y dos potencias medianas en vías de desarrollo (Irán y México, que Goldman Sachs coloca detrás de los asombrosos BRICS –Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica– como los Próximos-11: N-11).
El 4 de marzo se celebra en Rusia, una potencia eurasiática a carta cabal, una elección que será definitoria para el incipiente orden multipolar y en la que se espera sea relegido a la presidencia Vlady Putin, a quien caracterizamos como el zar geoenergético global, pese a su tropiezo en las recientes elecciones parlamentarias de su partido Rusia Unida y al intento de su asesinato (Ria Novosti, 27/2/12).
Recomiendo el artículo del geopolitólogo alemán F. William Engdahl en su portal (9/1/12), quien expone las razones por las cuales Estados Unidos desea defenestrar a Putin mediante sus ONG trasnacionales (subvencionadas por el Congreso).
Putin resucitó a Rusia del cementerio global geoestratégico después de la aciaga etapa de balcanización del muy locuaz Gorbachov (quien le hizo el juego a la Dama de hierro británica, Maggy Thatcher).
Relección de Putin e incertidumbre de la relación con EU
Alfredo Jalife-Rahme
El premier ruso, Vladimir Putin, platica con residentes de un edificio de nueve pisos en que una sección se colapsó por una explosión de gas doméstico, ayer en la ciudad de Astrakán Foto Reuters
Vienen en serie una serie de elecciones trascendentales en países relevantes que son susceptibles de definir el rumbo geoestratégico del siglo XXI: Irán, Rusia, Francia, México, Estados Unidos y China: tres superpotencias (Rusia, Estados Unidos y China), una potencia colonial en declive (Francia) y dos potencias medianas en vías de desarrollo (Irán y México, que Goldman Sachs coloca detrás de los asombrosos BRICS –Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica– como los Próximos-11: N-11).
El 4 de marzo se celebra en Rusia, una potencia eurasiática a carta cabal, una elección que será definitoria para el incipiente orden multipolar y en la que se espera sea relegido a la presidencia Vlady Putin, a quien caracterizamos como el zar geoenergético global, pese a su tropiezo en las recientes elecciones parlamentarias de su partido Rusia Unida y al intento de su asesinato (Ria Novosti, 27/2/12).
Recomiendo el artículo del geopolitólogo alemán F. William Engdahl en su portal (9/1/12), quien expone las razones por las cuales Estados Unidos desea defenestrar a Putin mediante sus ONG trasnacionales (subvencionadas por el Congreso).
Putin resucitó a Rusia del cementerio global geoestratégico después de la aciaga etapa de balcanización del muy locuaz Gorbachov (quien le hizo el juego a la Dama de hierro británica, Maggy Thatcher).