Una investigación de más de 10 años puso al descubierto una operación de tráfico intercontinental en la que cocaína colombiana llegaba a la capital de Nuevo León para de ahí ser enviada a Europa. La investigación que reveló la existencia de esa red multinacional –el Operativo Monterrey– fue llevada a cabo por las policías estadounidense e italiana, al margen de la mexicana, y mostró que un par de delincuentes italianos apellidados Gerardi –presuntamente al servicio de la Cosa Nostra– usaban una empresa fachada de fabricación de hornos para transportar la droga cuyo destino final eran las ciudades de Nápoles y Palermo, cunas de dos de las mafias italianas más fuertes
domingo, 27 de mayo de 2012
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