Al mediodía del lunes 24 de julio los rostros de quienes han sido los compañeros más cercanos de Andrés Manuel López Obrador en los últimos seis meses mostraban signos de extrañeza. El candidato presidencial del PAN –les aseguraba López Obrador–, quiere negociar. |
Por Fátima Monterrosa
–Ofrece cinco secretarías de Estado –le dijo el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal a su equipo más cercano y a integrantes de la Comisión Política de la Coalición por el Bien de Todos, reunidos ese día en la casa de campaña de la colonia Roma en la ciudad de México. –¡Se imaginan! ¡Creen que vamos a vender nuestro voto! ¡Nuestra dignidad..! Nosotros no estamos luchando por obtener el poder por el poder –soltaría el tabasqueño a su grupo. Y todos los presentes, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís, Ricardo Monreal, Jesús Ortega, Horacio Duarte, los dirigentes nacionales del PRD, PT y Convergencia, Leonel Cota, Alberto Anaya y Dante Delgado, se sumarían a las expresiones de rechazo que manifestaba el candidato presidencial: ¡Aquí no se negocia ninguna elección! Otro más agregaría que tendrían que llegar hasta el final para exigir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que se cuente “voto por voto”. Andrés Manuel expresaba a su equipo que la oferta de Calderón dejaba en claro que “se encuentran temerosos, porque saben lo que hicieron, que van a perder ante los tribunales y por eso están tratando de negociar. Saben que se pasaron… pero aquí no hay negociación –dejó en claro la advertencia de López Obrador a su gente más cercana. Pero no faltó quien le dijera a López Obrador que quizás valdría la pena valorar la propuesta del candidato presidencial del PAN y no desperdiciar el capital político y social que se había alcanzado. –No hay que dilapidar lo que se ha logrado Andrés Manuel –expresó uno de los presentes.
Y agregó: –Tú estas joven y hay otra posibilidad para que participes en la próxima elección. –¡Esta es la elección que yo gané! ¡No estoy pensando en otros seis años! –dejó en claro.
En ese momento concluyó de manera abrupta la reunión. Después se conocerían más detalles de la propuesta de negociación que ofreció Felipe Calderón a Andrés Manuel López Obrador. Tres colaboradores presentes en la reunión confirmarían lo que dijo el tabasqueño: que a través de Josefina Vázquez Mota y Florencio Salazar Adame, el equipo del candidato panista había hecho contacto con Ricardo Monreal y Manuel Camacho Solís para hacerles la propuesta de cogobierno. La oferta de Calderón, que fue rechazada por el candidato del PRD, PT y Convergencia, era: escoger dos secretarías de Estado, las que quisiera, incluida la de Gobernación y tres secretarías más, pero éstas estarían condicionadas a que se las asignaran el propio candidato del PAN y su equipo. Previo a este asunto, en la reunión del PRD los integrantes de la Comisión Política de la Coalición habían analizado las acciones de resistencia civil que se iniciarán en la tercera manifestación en el Zócalo capitalino el 30 de julio. En el encuentro se plantearon las distintas posibilidades y acciones que se realizarían y entre ellas se discutió la eventual convocatoria para invitar a la gente a quedarse en plantón indefinido en la ciudad de México e iniciar un ayuno colectivo.
El intercambio de cartas
Ante la propuesta de negociación y para confirmar que su única postura es el recuento de votos, López Obrador decidió enviar el mismo lunes, después de concluir la reunión con su equipo, una carta al candidato del PAN, donde le pide que acepte el recuento de los votos que se emitieron el 2 de julio. César Yáñez acudió a la casa de campaña del candidato panista para entregar la misiva del ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México. En la carta, el tabasqueño expresó que si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordena el recuento: “Yo ofrezco el compromiso de aceptar los resultados si a ustedes les favorecen”. En el escrito, López Obrador se comprometió a que no convocaría a más movilizaciones, pero también le pide a Calderón que en caso de que el fallo emitido le sea favorable a él, el panista lo acepte. “Me comprometo a no convocar movilizaciones para impedir que tome posesión del cargo de presidente de la República”, destacó López Obrador, posteriormente, en una entrevista de radio. Señaló que el objetivo de enviar la carta a Calderón era para formalizar el llamado de que acepte el recuento de votos para que no quede duda de quién ganó la elección. El candidato del PAN defendió su postura a través de una carta de respuesta que envió al tabasqueño. “Los mexicanos ya votamos. La verdadera defensa de la democracia consiste en el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas y a las instituciones responsables de organizar y calificar el proceso electoral. Respetar el voto es respetar a México”, respondió a López Obrador.
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Ante la actitud asumida por el candidato de la Coalición Por el Bien de Todos, de rechazar su propuesta de negociación, Calderón realizó reuniones con empresarios y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo. En el encuentro con la cúpula magisterial, la maestra chiapaneca llamó “presidente electo” a Calderón. La primera en cuestionarla fue la prensa, que ese día le recordó a Elba que aún faltaba la calificación del Tribunal. Pero la maestra, un día después, se mantuvo en su posición, y en una carta enviada a los magistrados del Tribuna Electoral del Poder Judicial de la Federación, les explicaría que su expresión: “Fue una valoración política y no una opinión jurídica”. Pero sin desdecirse afirmó: “Asumo que el pueblo de México ya definió con su voto mayoritario quién deberá ser su presidente los próximos seis años y por eso lo dije y lo sostengo”.
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Las expresiones de Elba Esther Gordillo tuvieron una rápida respuesta de López Obrador, quien aseguró a una televisora estadunidense que él es el presidente México. “Yo soy el presidente de México por voluntad de la mayoría de los mexicanos”. Ante las cámaras de Univisión rechazó buscar la candidatura presidencial de 2012, en caso de que las autoridades electorales no validen su triunfo. –Yo ya no podría –dijo López Obrador. –¿O sea que éste es su último chance? –Porque en México no se permite la reelección y por convicción yo estoy en contra de la reelección –respondió López Obrador soltando una carcajada, y añadió: –Yo ya soy presidente, ¿sí? No nos adelantemos, o sea, yo por convicción estoy en contra de la reelección. –Pero por lo que me acaba de decir, ¿usted se siente presidente? –Yo gané la elección presidencial. Ante las declaraciones de López Obrador, Felipe Calderón reiteró su llamado al diálogo a todas las fuerzas políticas para construir un proyecto común.
–Ofrece cinco secretarías de Estado –le dijo el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal a su equipo más cercano y a integrantes de la Comisión Política de la Coalición por el Bien de Todos, reunidos ese día en la casa de campaña de la colonia Roma en la ciudad de México. –¡Se imaginan! ¡Creen que vamos a vender nuestro voto! ¡Nuestra dignidad..! Nosotros no estamos luchando por obtener el poder por el poder –soltaría el tabasqueño a su grupo. Y todos los presentes, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís, Ricardo Monreal, Jesús Ortega, Horacio Duarte, los dirigentes nacionales del PRD, PT y Convergencia, Leonel Cota, Alberto Anaya y Dante Delgado, se sumarían a las expresiones de rechazo que manifestaba el candidato presidencial: ¡Aquí no se negocia ninguna elección! Otro más agregaría que tendrían que llegar hasta el final para exigir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que se cuente “voto por voto”. Andrés Manuel expresaba a su equipo que la oferta de Calderón dejaba en claro que “se encuentran temerosos, porque saben lo que hicieron, que van a perder ante los tribunales y por eso están tratando de negociar. Saben que se pasaron… pero aquí no hay negociación –dejó en claro la advertencia de López Obrador a su gente más cercana. Pero no faltó quien le dijera a López Obrador que quizás valdría la pena valorar la propuesta del candidato presidencial del PAN y no desperdiciar el capital político y social que se había alcanzado. –No hay que dilapidar lo que se ha logrado Andrés Manuel –expresó uno de los presentes.
Y agregó: –Tú estas joven y hay otra posibilidad para que participes en la próxima elección. –¡Esta es la elección que yo gané! ¡No estoy pensando en otros seis años! –dejó en claro.
En ese momento concluyó de manera abrupta la reunión. Después se conocerían más detalles de la propuesta de negociación que ofreció Felipe Calderón a Andrés Manuel López Obrador. Tres colaboradores presentes en la reunión confirmarían lo que dijo el tabasqueño: que a través de Josefina Vázquez Mota y Florencio Salazar Adame, el equipo del candidato panista había hecho contacto con Ricardo Monreal y Manuel Camacho Solís para hacerles la propuesta de cogobierno. La oferta de Calderón, que fue rechazada por el candidato del PRD, PT y Convergencia, era: escoger dos secretarías de Estado, las que quisiera, incluida la de Gobernación y tres secretarías más, pero éstas estarían condicionadas a que se las asignaran el propio candidato del PAN y su equipo. Previo a este asunto, en la reunión del PRD los integrantes de la Comisión Política de la Coalición habían analizado las acciones de resistencia civil que se iniciarán en la tercera manifestación en el Zócalo capitalino el 30 de julio. En el encuentro se plantearon las distintas posibilidades y acciones que se realizarían y entre ellas se discutió la eventual convocatoria para invitar a la gente a quedarse en plantón indefinido en la ciudad de México e iniciar un ayuno colectivo.
El intercambio de cartas
Ante la propuesta de negociación y para confirmar que su única postura es el recuento de votos, López Obrador decidió enviar el mismo lunes, después de concluir la reunión con su equipo, una carta al candidato del PAN, donde le pide que acepte el recuento de los votos que se emitieron el 2 de julio. César Yáñez acudió a la casa de campaña del candidato panista para entregar la misiva del ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México. En la carta, el tabasqueño expresó que si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordena el recuento: “Yo ofrezco el compromiso de aceptar los resultados si a ustedes les favorecen”. En el escrito, López Obrador se comprometió a que no convocaría a más movilizaciones, pero también le pide a Calderón que en caso de que el fallo emitido le sea favorable a él, el panista lo acepte. “Me comprometo a no convocar movilizaciones para impedir que tome posesión del cargo de presidente de la República”, destacó López Obrador, posteriormente, en una entrevista de radio. Señaló que el objetivo de enviar la carta a Calderón era para formalizar el llamado de que acepte el recuento de votos para que no quede duda de quién ganó la elección. El candidato del PAN defendió su postura a través de una carta de respuesta que envió al tabasqueño. “Los mexicanos ya votamos. La verdadera defensa de la democracia consiste en el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas y a las instituciones responsables de organizar y calificar el proceso electoral. Respetar el voto es respetar a México”, respondió a López Obrador.
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Ante la actitud asumida por el candidato de la Coalición Por el Bien de Todos, de rechazar su propuesta de negociación, Calderón realizó reuniones con empresarios y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo. En el encuentro con la cúpula magisterial, la maestra chiapaneca llamó “presidente electo” a Calderón. La primera en cuestionarla fue la prensa, que ese día le recordó a Elba que aún faltaba la calificación del Tribunal. Pero la maestra, un día después, se mantuvo en su posición, y en una carta enviada a los magistrados del Tribuna Electoral del Poder Judicial de la Federación, les explicaría que su expresión: “Fue una valoración política y no una opinión jurídica”. Pero sin desdecirse afirmó: “Asumo que el pueblo de México ya definió con su voto mayoritario quién deberá ser su presidente los próximos seis años y por eso lo dije y lo sostengo”.
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Las expresiones de Elba Esther Gordillo tuvieron una rápida respuesta de López Obrador, quien aseguró a una televisora estadunidense que él es el presidente México. “Yo soy el presidente de México por voluntad de la mayoría de los mexicanos”. Ante las cámaras de Univisión rechazó buscar la candidatura presidencial de 2012, en caso de que las autoridades electorales no validen su triunfo. –Yo ya no podría –dijo López Obrador. –¿O sea que éste es su último chance? –Porque en México no se permite la reelección y por convicción yo estoy en contra de la reelección –respondió López Obrador soltando una carcajada, y añadió: –Yo ya soy presidente, ¿sí? No nos adelantemos, o sea, yo por convicción estoy en contra de la reelección. –Pero por lo que me acaba de decir, ¿usted se siente presidente? –Yo gané la elección presidencial. Ante las declaraciones de López Obrador, Felipe Calderón reiteró su llamado al diálogo a todas las fuerzas políticas para construir un proyecto común.
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