Ultraderecha religiosa y golpista contra las mujeres
I.– La reportera Cristina Galindo, enviada especial a Polonia, con destino en Varsovia, donde otro de los tentáculos de la ultraderecha más fanáticamente religiosa se extiende como parte del pulpo neoconservador del republicanismo fundamentalista de Bush, escribió que una nueva amenaza se cierne sobre Europa: la contaminación ideológica ultraderechista polaca. Se propaga, pues, desde la teocracia gubernamental de una Polonia que ha transitado de la iglesia del comunismo y, con este instinto religioso, a la intolerancia de la iglesia de El Vaticano en manos ahora del radicalismo más ortodoxo del ultraconsevadurismo.
II.– “Si los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, que desde el gobierno quieren limpiar la memoria comunista de Polonia con métodos que tienen pasmada a Europa, son controvertidos, su ministro de Educación les supera. Roman Giertych preside la Liga de las Familias Polacas, un partido populista de derechas, ultranacionalista y católico, que se ha hecho famoso por sus ideas radicales contra el aborto, los homosexuales y los musulmanes. Este político, de 36 años, hijo y nieto de políticos (todos de derecha y entregados a la fe cristiana) quiere evangelizar a Europa con su catálogo ideológico”.
III.– Y continúa la reportera: “Ave María purísima, la vida hay que mantenerla, no destruirla. Quien habla es Miroslaw Orzachowski. Ni es un sacerdote ni esto es misa, aunque pueda parecerlo. Se trata del número dos de Giertych y así empezaba su intervención en una manifestación para que se prohíba totalmente el aborto en Polonia y en la Unión Europea, que tuvo lugar esta semana en Varsovia. Al hombre no le corresponde modificar lo divino, afirmaba el diputado ante unas 3 mil personas que, con el rosario en la mano, aprovechaba los huecos entre discursos para rezar” (El País: 30/III/07).
IV.– Ultraderecha parecida está desarrollándose a la sombra del calderonismo derechista, encolerizada por la discusión del derecho, que no la obligación, de las mujeres para abortar, dentro de circunstancias y parámetros racionales de la técnica biológica-médica y sociológica para que ellas puedan interrumpir sus embarazos, conforme a sus intereses individuales y en el contexto de sus autoanálisis y asesoría para resolver el problema de los embarazos, cuando no recurren o fallan los métodos anticonceptivos.
V.– Despenalizar el aborto para que las mujeres conquisten penalmente su libertad sexual es el objetivo de la mayoría en la Asamblea de Representantes de los ciudadanos de la capital del país. Contra ese debate la ultraderecha de los gemelos mexicanos: Manuel Espino y José Espina, quienes de paso han desafiado a Calderón para que se convierta al ultraderechismo y defienda más abiertamente al derecho natural para la conservación de la vida, aunque ésta sea consecuencia de abusadores sexuales en las sacristías, ya que, además, los pedófilos del clero político necesitan niños para sus perversiones, por lo cual las mujeres deben tener hijos deseados y no deseados.
VI.– Al movilizar a sus afiliados, el partido de Acción Nacional ha pasado, de partido en los tres poderes para atacar desde dentro al Estado laico, a partido golpista con manu militari (los del fanático “Pro-Vida” hasta contaron con un batallón del Ejército para rendirle honores, más que a la bandera, al Tercer Congreso de esa mafiosa agrupación). Hay desde Los Pinos una complicidad, tras las diferencias personales entre Espino-Espina y los calderonistas, para activar a la ultraderecha religiosa con miras golpistas (y manipulaciones electorales, como las que deslegitimaron a Calderón a cambio de su victoria pírrica) y permanecer, según planes felipistas, hasta el 2030 en la cúpula presidencial.
VII.– Ya encontraron los neoconservadores radicales el pretexto para su agresividad política, al estilo nazifascista, de amenazar a quienes, como el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, promueven y están, democráticamente, de acuerdo en entregar a las mujeres como conquista, el derecho de abortar. Dejando a su vez, en plena libertad a quienes decidan lo contrario. Por eso se plantea como un derecho, como una prerrogativa, de las mujeres, dejar transcurrir el paso de la maternidad o dar marcha atrás. Es una alternativa integrada por dos derechos: el de procrear o dejar de hacerlo interrumpiendo, legalmente, el embarazo.
VIII.– Los panistas y sus acólitos con sus seguidores, minorías irracionales, ocultan, tras sus protestas, su machismo. Y quieren seguir haciendo de las mujeres esclavas del embarazo, como si éste fuera no un producto sexual que puede y de hecho sucede ser no siempre ni deseado ni querido. Y para interrumpirlo hay soluciones que por todo el mundo se han establecido, cuando la mujer, en medio de su drama personal, finalmente decide no tener descendencia, porque antes están su vida, sus intereses y las circunstancias de su entorno familiar, social, económico y del eterno femenino.
IX.– Abortar es ya un derecho humano de las mujeres, implantado y consolidado universalmente. Es unilateral, ya que entra como conquista del proceso de liberación democrática. Nada tiene que ver con cuestiones religiosas, aunque quienes practiquen una ideología semejante lo visualicen así y están también en su derecho de negarse a practicar su interrupción. Pero las mujeres que, por sus razones, objetivas y subjetivas dentro de su conciencia, no están de acuerdo con su embarazo, deben tener su derecho a cortar por lo sano una fecundación no deseada, no esperada y ya no querida. Debe quedar claro que embarazarse no es una obligación, sino un derecho de las mujeres, en el contexto de su derecho o no a la maternidad.
X.– La insolente, homicida amenaza de la ultraderecha religiosa (como su hermana: la ultraderecha polaca), de que si despenalizan el derecho a la libertad de abortar, tendrá “un costo de sangre”, implica que están dispuestos, con el apoyo presidencial, a una nueva guerra cristera. El cesarismo calderonista antidemocrático y antirrepublicano ha soltado a los gemelos Espino y Espina para, con El Yunque, atreverse a provocar un enfrentamiento desde el poder político contra lo que es una conquista de las mujeres en el contexto de las peticiones de la democracia directa.
II.– “Si los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, que desde el gobierno quieren limpiar la memoria comunista de Polonia con métodos que tienen pasmada a Europa, son controvertidos, su ministro de Educación les supera. Roman Giertych preside la Liga de las Familias Polacas, un partido populista de derechas, ultranacionalista y católico, que se ha hecho famoso por sus ideas radicales contra el aborto, los homosexuales y los musulmanes. Este político, de 36 años, hijo y nieto de políticos (todos de derecha y entregados a la fe cristiana) quiere evangelizar a Europa con su catálogo ideológico”.
III.– Y continúa la reportera: “Ave María purísima, la vida hay que mantenerla, no destruirla. Quien habla es Miroslaw Orzachowski. Ni es un sacerdote ni esto es misa, aunque pueda parecerlo. Se trata del número dos de Giertych y así empezaba su intervención en una manifestación para que se prohíba totalmente el aborto en Polonia y en la Unión Europea, que tuvo lugar esta semana en Varsovia. Al hombre no le corresponde modificar lo divino, afirmaba el diputado ante unas 3 mil personas que, con el rosario en la mano, aprovechaba los huecos entre discursos para rezar” (El País: 30/III/07).
IV.– Ultraderecha parecida está desarrollándose a la sombra del calderonismo derechista, encolerizada por la discusión del derecho, que no la obligación, de las mujeres para abortar, dentro de circunstancias y parámetros racionales de la técnica biológica-médica y sociológica para que ellas puedan interrumpir sus embarazos, conforme a sus intereses individuales y en el contexto de sus autoanálisis y asesoría para resolver el problema de los embarazos, cuando no recurren o fallan los métodos anticonceptivos.
V.– Despenalizar el aborto para que las mujeres conquisten penalmente su libertad sexual es el objetivo de la mayoría en la Asamblea de Representantes de los ciudadanos de la capital del país. Contra ese debate la ultraderecha de los gemelos mexicanos: Manuel Espino y José Espina, quienes de paso han desafiado a Calderón para que se convierta al ultraderechismo y defienda más abiertamente al derecho natural para la conservación de la vida, aunque ésta sea consecuencia de abusadores sexuales en las sacristías, ya que, además, los pedófilos del clero político necesitan niños para sus perversiones, por lo cual las mujeres deben tener hijos deseados y no deseados.
VI.– Al movilizar a sus afiliados, el partido de Acción Nacional ha pasado, de partido en los tres poderes para atacar desde dentro al Estado laico, a partido golpista con manu militari (los del fanático “Pro-Vida” hasta contaron con un batallón del Ejército para rendirle honores, más que a la bandera, al Tercer Congreso de esa mafiosa agrupación). Hay desde Los Pinos una complicidad, tras las diferencias personales entre Espino-Espina y los calderonistas, para activar a la ultraderecha religiosa con miras golpistas (y manipulaciones electorales, como las que deslegitimaron a Calderón a cambio de su victoria pírrica) y permanecer, según planes felipistas, hasta el 2030 en la cúpula presidencial.
VII.– Ya encontraron los neoconservadores radicales el pretexto para su agresividad política, al estilo nazifascista, de amenazar a quienes, como el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, promueven y están, democráticamente, de acuerdo en entregar a las mujeres como conquista, el derecho de abortar. Dejando a su vez, en plena libertad a quienes decidan lo contrario. Por eso se plantea como un derecho, como una prerrogativa, de las mujeres, dejar transcurrir el paso de la maternidad o dar marcha atrás. Es una alternativa integrada por dos derechos: el de procrear o dejar de hacerlo interrumpiendo, legalmente, el embarazo.
VIII.– Los panistas y sus acólitos con sus seguidores, minorías irracionales, ocultan, tras sus protestas, su machismo. Y quieren seguir haciendo de las mujeres esclavas del embarazo, como si éste fuera no un producto sexual que puede y de hecho sucede ser no siempre ni deseado ni querido. Y para interrumpirlo hay soluciones que por todo el mundo se han establecido, cuando la mujer, en medio de su drama personal, finalmente decide no tener descendencia, porque antes están su vida, sus intereses y las circunstancias de su entorno familiar, social, económico y del eterno femenino.
IX.– Abortar es ya un derecho humano de las mujeres, implantado y consolidado universalmente. Es unilateral, ya que entra como conquista del proceso de liberación democrática. Nada tiene que ver con cuestiones religiosas, aunque quienes practiquen una ideología semejante lo visualicen así y están también en su derecho de negarse a practicar su interrupción. Pero las mujeres que, por sus razones, objetivas y subjetivas dentro de su conciencia, no están de acuerdo con su embarazo, deben tener su derecho a cortar por lo sano una fecundación no deseada, no esperada y ya no querida. Debe quedar claro que embarazarse no es una obligación, sino un derecho de las mujeres, en el contexto de su derecho o no a la maternidad.
X.– La insolente, homicida amenaza de la ultraderecha religiosa (como su hermana: la ultraderecha polaca), de que si despenalizan el derecho a la libertad de abortar, tendrá “un costo de sangre”, implica que están dispuestos, con el apoyo presidencial, a una nueva guerra cristera. El cesarismo calderonista antidemocrático y antirrepublicano ha soltado a los gemelos Espino y Espina para, con El Yunque, atreverse a provocar un enfrentamiento desde el poder político contra lo que es una conquista de las mujeres en el contexto de las peticiones de la democracia directa.
Kikka Roja
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