AFP Publicado: 29/02/2008 13:18
Gustavo Santaolalla, acompañado por su grupo Bajo Fondo, presentó su más reciente disco Mar dulce. Foto: Notimex
México, DF. “No sabemos muy bien qué tipo de música hacemos, y tampoco estamos apurados en averiguarlo”, dijo el afamado músico argentino Gustavo Santaolalla al frente del indefinible Bajo Fondo Tango Club en un recital en México, que tuvo el broche de oro con la cantante Julieta Venegas.
Un público gustoso del tango tradicional se hubiera retirado indignado del Salón Vive Cuervo al escuchar los primeros acordes de fusión entre la música rioplatense y la electrónica y, más aún, de ver a unos 3 mil jóvenes mexicanos saltando como en un recital de rock. Muchos de ellos entonan las canciones que en su formato original son las típicas del tango y gritan como si fuera un éxito como Mi Buenos Aires querido, una de las más emblemáticas y clásicas del dos por cuatro, que termina con un alto ensamble electrónico.
“Es la música, estúpido”, podría ser el lema de la banda argentino-uruguaya que con los talentosos arreglos de Santaolalla logra transformar en música electrónica al folklorista uruguayo Alfredo Zitarrosa, al rockero argentino León Gieco, a los mexicanos de Café Tacuba, a la tanguera Adriana Varela y, por supuesto, a Carlos Gardel. El ganador del Oscar por la banda sonora de Secreto en la montaña y compositor de la música de películas como Babel, Amores Perros, Diarios de motocicleta y 21 Gramos, se mueve en el escenario blandiendo su guitarra eléctrica como si fuera un debutante emocionado por una gran asistencia.
Como en los tiempos del grupo de rock Arco Iris, allá por los años 60 y 70, el multipremiado músico y productor va de aquí para allá a los saltos animando a sus músicos, que derrochan talento desde el bandoneón de Martín Ferres, el violín de Javier Casalla, el contrabajo de Gabriel Casacuberta, la batería de Adrián Sosa y el piano de Luciano Supervielle. Después apareció Julieta Venegas con De mis pasos, y una fulgurante voz que parece no entrar en su pequeña figura, tímida y a la vez potente, integrando una cercana química con el argentino, quien será el invitado de la mexicana en su MTV Unplugged, que por primera vez se filmará en México. “Llegué al Oscar, al Grammy, al Golden Globe, sin proponerme ganar un premio, nunca hice nada para obtener un galardón, siempre hice lo que mi corazón me dictaba, lo que mi necesidad artística me impulsaba”, dijo Santaolalla, quien también asesoró o produjo a los mexicanos Café Tacuba, Molotov y Fobia.
Un público gustoso del tango tradicional se hubiera retirado indignado del Salón Vive Cuervo al escuchar los primeros acordes de fusión entre la música rioplatense y la electrónica y, más aún, de ver a unos 3 mil jóvenes mexicanos saltando como en un recital de rock. Muchos de ellos entonan las canciones que en su formato original son las típicas del tango y gritan como si fuera un éxito como Mi Buenos Aires querido, una de las más emblemáticas y clásicas del dos por cuatro, que termina con un alto ensamble electrónico.
“Es la música, estúpido”, podría ser el lema de la banda argentino-uruguaya que con los talentosos arreglos de Santaolalla logra transformar en música electrónica al folklorista uruguayo Alfredo Zitarrosa, al rockero argentino León Gieco, a los mexicanos de Café Tacuba, a la tanguera Adriana Varela y, por supuesto, a Carlos Gardel. El ganador del Oscar por la banda sonora de Secreto en la montaña y compositor de la música de películas como Babel, Amores Perros, Diarios de motocicleta y 21 Gramos, se mueve en el escenario blandiendo su guitarra eléctrica como si fuera un debutante emocionado por una gran asistencia.
Como en los tiempos del grupo de rock Arco Iris, allá por los años 60 y 70, el multipremiado músico y productor va de aquí para allá a los saltos animando a sus músicos, que derrochan talento desde el bandoneón de Martín Ferres, el violín de Javier Casalla, el contrabajo de Gabriel Casacuberta, la batería de Adrián Sosa y el piano de Luciano Supervielle. Después apareció Julieta Venegas con De mis pasos, y una fulgurante voz que parece no entrar en su pequeña figura, tímida y a la vez potente, integrando una cercana química con el argentino, quien será el invitado de la mexicana en su MTV Unplugged, que por primera vez se filmará en México. “Llegué al Oscar, al Grammy, al Golden Globe, sin proponerme ganar un premio, nunca hice nada para obtener un galardón, siempre hice lo que mi corazón me dictaba, lo que mi necesidad artística me impulsaba”, dijo Santaolalla, quien también asesoró o produjo a los mexicanos Café Tacuba, Molotov y Fobia.
http://www.youtube.com/watch?v=V_xKYAYLjFs
Kikka Roja
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