PRD: La tragedia de Sísifo Álvaro delgado México, D.F., 27 de marzo (apro).- El Partido de la Revolución Democrática (PRD), en sus casi dos décadas de existencia, está marcado por el mito de Sísifo: condenado a llevar en sus espaldas una gran roca hasta la cima de una montaña, ésta cae al vacío cuando casi llega a la cumbre y debe repetir esta acción una y otra vez, hasta el infinito. Es nítida la metáfora de la tragedia: El eterno retorno de lo mismo. Lo ocurrido antes, durante y después de las elecciones del 16 de marzo en el PRD es, también, el permanente retorno de la misma conducta de degradación de las cúpulas de un partido político que poco o nada han hecho y menos aún pueden ofrecer en el futuro para impulsar la auténtica democratización del país, sobre todo para darle viabilidad a la necesaria y urgente lucha por la justicia para más de la mitad de los mexicanos instalados en la infamia de la pobreza. La extrema irresponsabilidad de quienes dirigen y aspiran a dirigir las siglas de ese partido a nivel nacional y en todos los estados --es preciso recordar que se efectuaron elecciones concurrentes en todos las entidades, además para integrar delegados al Congreso Nacional y consejeros nacionales: ¡83 mil candidatos!-- han ofendido a quienes legítimamente, con auténtica convicción, acudieron a emitir su voto y a quienes actuaron cabalmente como funcionarios electorales. Pero la irresponsabilidad de los dirigentes perredistas ofende, también, a los ciudadanos apartidistas que, aun con todas las dudas que tiene en el PRD, lo veían como contrapeso a las acciones coordinadas de panistas y priistas, en una coyuntura como la actual, cuando está en marcha la apertura de la inversión privada en el mejor negocio que tiene la nación: El petróleo. Después del espectáculo protagonizado por las facciones en disputa, en un torneo de expresiones belicosas, los votos legítimos parecieran tener el mismo valor que los espurios y, en su conjunto, la elección fue un “lodazal”, según el dictamen de Cuauhtémoc Cárdenas, el fundador del PRD quien, al mismo tiempo que era empleado de Vicente Fox, hacía campaña por Felipe Calderón, militantes ambos del partido que nació para combatir a su padre. En realidad, salvo personajes, la elección del PRD fue igual a las que se han efectuado desde que este partido se fundó, en 1989, con una variedad de orígenes que, en sí mismo, pudo haber sido una virtud, pero se envileció por una escasa y aun inexistente visión de Estado, a la que se antepusieron --como hasta ahora-- la lógica de facción y el desprecio a la ética y a la normatividad interna. Protagonista central en la disputa por el control del PRD, a la que sólo le ha faltado conquistar la presidencia formal, Jesús Ortega ha tenido sucesivas incursiones marcadas, siempre, por acusaciones de prácticas de defraudación y alianzas sospechosas fuera del perredismo. En 1996, ya como líder de Nueva Izquierda, Ortega se lanzó por la presidencia del PRD y perdió ante Andrés Manuel López Obrador, con quien pactó la Secretaría General. También buscó el máximo cargo en la elección de 1999, cuando jugó frente a Amalia García y se anuló la elección por sucia, y después, en el 2002, cuando contendió contra Rosario Robles. Tras esas elecciones, y luego de feroces cruces de acusaciones, el discurso fue el mismo: Olvidar las irregularidades conforme al reparto de posiciones entre las corrientes internas, las mismas que supuestamente desaparecerían cuando estalló, en 2004, el escándalo del financiamiento del empresario argentino Carlos Ahumada a perredistas como René Bejarano y Lázaro Cárdenas Batel, con el contubernio de Robles, transformada ahora en pontífice de la moralidad de la izquierda. Ahora los discursos de Ortega y Alejandro Encinas --y de sus respectivas facciones-- son los mismos tras la reproducción de conductas y prácticas deleznables que, en efecto, han sido expuestas en la radio y la televisión con un insólito despliegue, algo que a nadie debe extrañar en el contexto nacional. Esta elección del PRD ha servido, también, para soslayar un problema que no termina de asumirse en México en toda su dimensión: Las enclenques prácticas democráticas en todos los partidos políticos, aun en los que quieren asumirse como distintos a los tres hegemónicos, y en general en la sociedad mexicana. En el semanario Proceso se han descrito, a detalle, las acciones de defraudación electoral en el PRI, sobre todo cuando hicieron un intento de darle a las bases la posibilidad de elegir a su candidato presidencial, en 1999 --cuya elección fue un “cochinero”, según la expresión de priistas--, y los panistas han tenido comportamientos análogos, como en el 2005, también en su primera elección abierta, cuando mediante mapacherías se impuso Calderón. En ambos partidos, pese a las pruebas, las prácticas de defraudación electoral han quedado impunes y esto, como en el PRD, sólo ha estimulado la comisión, ya sistemática, de acciones deleznables. Vaya, hasta las formaciones noveles se presentan conductas que riñen con la democracia: El Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina celebró comicios internos el mismo día que el PRD y en ellos tomaron parte golpeadores, y el Partido Solidaridad, que nació del Movimiento de Participación Solidaria –que falsamente se le hizo llamar “partido humanista”--, recurrió a la compra de conciencias para reunir la membresía requerida en las asambleas que están en trámite de verificación en el Instituto Federal Electoral. Lo grave de lo que acontece en el PRD es, entonces, no sólo la reproducción del mito de Sísifo, de suyo trágico para una porción amplia de los ciudadanos que decidirán, en todo caso, abstenerse que dar su apoyo a un partido que no se respeta a sí mismo, sino que ya está siendo usado como coartada por los defraudadores electorales de la derecha para descalificar, de antemano, cualquier denuncia en este sentido. Esto es lo más peligroso en la disputa electoral, ya en curso, para renovar la Cámara de Diputados y seis gubernaturas el próximo año: Podrán cometerse cualquier cantidad de actos de defraudación, como ya ocurrió en elecciones posteriores al 2006, y los reclamos no tendrán ningún efecto, igual que ocurrió con los que hizo el PAN tras cada elección que perdió el año pasado. ¿Y el IFE con su nuevo presidente, Leonardo Valdés? Ya se ve: Tratando de quedar bien con todos, sin rumbo, sin autoridad. Apuntes El silencio de Calderón sobre el asesinato de cuatro ciudadanos mexicanos en Ecuador a manos de soldados de Colombia no es sólo una insolencia para el dolor de las familias de los jóvenes, sino la claudicación de una responsabilidad institucional de protección a connacionales que son víctimas de abusos, como los indocumentados en Estados Unidos. Calderón, con su apocada conducta, convalida el aserto --de tufo fascista-- de que los jóvenes se merecían las vejaciones y el asesinato por estar junto a un grupo guerrillero. Es la mentalidad militarista, que todo criminaliza, y que se traduce --también-- en uniformar de soldados y dar armas de juguete a los niños, a prepararlos para matar a sus semejantes. Comentarios: delgado@proceso.com.mx |
Kikka Roja
Lázaro Cárdenas Batel RATA DE DOS PATAS
ResponderBorrarRATA DE DOS PATAS
DEVUELVE A MICHOACAN LO QUE TE HAS ROBADO
Lázaro Cárdenas Batel
Saqueó Michoacán por más de tres mil millones de pesos
El gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel,
saquea las arcas de la entidad al otorgar contratos fantasmas
a la constructora Consorcio Industrial, empresa propiedad
de Félix Cantú Aguilar que defrauda al fisco, opera
ilegalmente y tiene suspensión de actividades.
Por cada contrato, Cárdenas Batel recibe una jugosa
comisión del 85 por ciento, a través de una ingeniosa
triangulación bancaria en la que la empresa se queda con
el 15 por ciento restante del dinero sin realizar ninguna
obra.
Lo saqueado hasta el momento por el mandatario
michoacano a la entidad que gobierna es de casi tres mil
millones de pesos, cifra que desvió de recursos destinados
a educación, seguridad y desarrollo social.
Parte del fraude y atraco a las arcas del gobierno de
Michoacán consiste en pagar millonarias sumas a la
constructora Consorcio Industrial por supuestas obras
que realiza y que en realidad son hechas por el gobierno
Federal, es decir la compañía de Cantú Aguilar las hace
suyas sin meter las manos.
De esta manera, Lázaro Cárdenas Batel, a quien le que quedan
escasos días como mandatario estatal, hace efectivo
aquello del “año de Hidalgo”, convierte al presupuesto
michoacano en su “caja chica” y se retira del cargo con
muchos millones de pesos, resultado de los ilícitos negocios
con la mencionada constructora.
La empresa constructora, propiedad de Félix Cantú
Aguilar, tiene en sus fraudulentas operaciones como
“cerebro” a su contador público Raúl Rosas Morales,
quien a su vez es protegido por los funcionarios de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público Juan Hernández
y Víctor Manuel Reyes, quienes “tapan” las evasiones fiscales.
Por estos dos funcionarios y Rosas Morales es que
Consorcio Industrial, que agrupa a 20 empresas, sigue
operando, no obstante tener problemas legales por evadir
al fisco y la suspensión de actividades presentada ante la SHCP.
Por su carácter al margen de la ley, la totalidad de los
contratos que consiguen los “venden” a otras compañías.
A pesar de su carácter ilegal, la empresa propiedad de
Cantú Aguilar sigue operando y prueba de ello son los
contratos que de manera ilícita le otorgó el gobernador de
Michoacán –unomásuno tiene pruebas en su poder—,
quien a cambio se benefició con varios millones de pesos Sin embargo,
Consorcio Internacional no paga el
Impuesto al Valor Agregado (IVA) y por consiguiente el
Impuesto a la Renta, lo que constituye un grave delito
en perjuicio de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público y del gobierno Federal mismo.
En otra negociación ilegal, el gobierno del
Distrito Federal le otorgó a la empresa una serie de
contratos para obras, tras ganar un concurso,
según trascendió. Lo insólito de todo esto, al igual
que como ocurrió en Michoacán, es que Consorcio
Industrial no tiene maquinaria para realizar los
trabajos.
Lo mismo ocurrió con la paraestatal Petróleos
Mexicanos que le concedió contratos por 2 millones de
dólares y 21 millones de pesos.
TRIANGULAN Y “LAVAN” DINERO
Para que el gobernador de Michoacán, Lázaro
Cárdenas Batel y la empresa de Félix Cantú Aguilar
reciban las millonarias sumas saqueadas a las arcas
del gobierno michoacano, utilizan
una ingeniosa triangulación
en la que el dinero es “lavado”
o “blanqueado”.
La triangulación consiste en
que el dinero propiedad del
gobierno del estado que se paga al Consorcio industrial
por las supuestas obras, es depositado en
Interacciones que a su vez las devuelve a las cuentas
personales del mandatario, del propietario de la compañía
y al gobierno local.
Se sabe que incluso hay cuentas en el extranjero y
que algunas de ellas están firmadas por familiares,
como Gabriel Cárdenas Cornish, primo hermano del
mandatario.
AMISTAD CARDENAS-CANTU
La relación entre el gobernador de Michoacán,
Lázaro Cárdenas Batel y el propietario de Consorcio
Internacional, Félix Cantú Aguilar, data desde la juventud
de sus padres, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y
Félix Cantú Ayala.
Al respecto, cabe destacar que Cantú Ayala tiene
cuentas pendientes con la justicia por burlar al fisco y
actualmente está prófugo, según se sabe.
Es precisamente por la amistad de sus padres que
Cárdenas Batel en complicidad con Cantú Aguilar
idean el desfalco al gobierno del estado de
Michoacán.
La empresa Consorcio Industrial S.A. de C.V. formaliza
con el estado de Michoacán sus contratos el 4 de
junio de 2004.
Sobre el aviso de suspensión de operaciones, esta
sucede el 19 de junio de 2006.
CARDENAS DEBE SER INVESTIGADO
Sobre el desfalco a las arcas del gobierno de
Michoacán, gente que conoce el asunto demanda que
se investigue a Lázaro Cárdenas Batel por el presunto
ilícito antes mencionado.
Señalan que el todavía gobernador hizo efectivo el
“Año de Hidalgo” al apoderarse de esta manera de
varios millones de pesos que eran para educación,
seguridad y desarrollo social.
Piden que el gobernador electo, al homosexual de Leonel Godoy inicie su
Gestión con una auditoria para que, de haber responsabilidades,
se haga justicia.