Recesión JOSé GIL OLMOS MÉXICO, D.F., 10 de diciembre (apro).- Mientras que en Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, España, Japón y otros países se habla de recesión, en México el gobierno de Felipe Calderón trata de negarla; más que por temor al pánico que pueda generar en la población, lo que intenta es manejar política y electoralmente esta situación que le podría traer antipatía y restarle votos en las elecciones del año entrante a su partido, el PAN. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ha negado que México se encuentre en recesión, pues "técnicamente", asegura que aún no ha habido decrecimiento continuado de la actividad económica durante dos o más trimestres consecutivos, como se define a la recesión. En un reciente informe la dependencia argumentó, además, que la evolución del PIB real de México --como se mide en Estados Unidos--, ha sido en el primer trimestre de 2008 de 0.82%, en el segundo subió 0.84% y en el tercer creció 2.56%. Sin embargo, México ya expresa síntomas que hacen pensar en una recesión. Aumento del desempleo, incapacidad de generar nuevos empleos porque no hay crecimiento; aumentan los despidos; disminución del consumo; aumento en la cartera vencida de los créditos, provocada por la falta de capacidad de pago de los deudores que, a su vez, es provocada por la inflación y el aumento en tasas de interés; disminución del PIB, ya que disminuye el consumo; aumento de inventarios, sobre todo en la industria manufacturera. Un primer dato que confirma el inicio de la recesión en México es el informe que dio a conocer el IMSS: en noviembre dejaron de registrarse 200 mil plazas, que se traduce en la mayor pérdida de empleo desde hace ocho años. En este mismo sentido la firma Manpower estimó que durante el último trimestre de 2008 se perdieron más de 200 mil empleos en el país, con lo que al cierre del año se habrán creado entre 111 mil y 170 mil plazas, cuando la estimación inicial del gobierno de Calderón era la creación de un millón de empleos, esto es, cinco veces más de lo alcanzado en su segundo año de gobierno. Esta firma internacional detalló que de enero a octubre de este año se crearon 376 mil empleos en el país, que representan menos de la mitad de las 785 mil plazas del mismo lapso del año pasado. Indicó que en todo 2008 se generaron de entre 111 mil y 170 mil fuentes de trabajo, aproximadamente y para el año entrante no hay expectativa de que las empresas vayan a realizar mayores contrataciones. Según la encuesta de Manpower únicamente 15% de las empresas esperan incrementar su nómina entre enero y marzo próximos, el 17 prevé reducirla, 65% estima que no hará cambios y 3% no tiene sus planes. Otro dato que muestra la cercanía de la recesión económica es el nivel de inflación anual que el Banco de México informó en días pasados. Según esta institución en noviembre la inflación anual general alcanzó 6.23%, debido a los incrementos en los bienes y servicios administrados, así como de algunas frutas y verduras. De esta manera la inflación se elevó 1.14% el mes pasado y representó la tasa más alta para un mes similar desde 1999. Uno más lo dio el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), que al informar los Indicadores Manufacturero y no Manufacturero de noviembre pasado señaló que se ubicaron por debajo del umbral de los 50 puntos y fueron menores a la tasa anual, mostrando así uno de los síntomas de que la economía mexicana está entrando en recesión. A pesar de todos estos indicadores el gobierno de Calderón sigue insistiendo en que con la recesión económica en el mundo a México sólo "le dará un catarrito y no una pulmonía como antes". Y esto por la reforma energética recientemente aprobada y el plan de usar una buena parte del presupuesto en inversión de infraestructura, con lo cual piensan generar empleos e inyectarle dinero fresco al mercado nacional. El pasado 9 de octubre Calderón emitió un mensaje a nivel nacional en el que dio a conocer una serie de propuestas para rectificar las estimaciones para el siguiente año acerca de la economía, y sobre todo para estimular el crecimiento económico y evitar la pérdida de empleos. Las medidas, fueron: ampliar el gasto de infraestructura del gobierno; cambiar las reglas de ejercicio de ese gasto; construir una nueva refinería para Petróleos Mexicanos; impulsar de manera extraordinaria a las pequeñas y medianas empresas; y acelerar la desregulación y la desgravación arancelaria. Pero estas medidas han resultado insuficientes y la recesión ya comienza a pegar en el bolsillo familiar con el encarecimiento de los productos básicos, bajos salarios, disminución de las remesas, aumento de la pobreza y el regreso paulatino y silencioso de miles de migrantes que estaban en Estados Unidos. Ante esta realidad es un error que el gobierno calderonista intente desconocer el tamaño de la crisis económica para no comprometer su imagen ante las elecciones federales del año entrante. Es inaceptable que se trate de maquillar la realidad negando el impacto de la recesión mundial en México y es contraproducente si se busca evitar el impacto electoral porque la ciudadanía podría votar en contra del PAN al sentirse doblemente engañada. |
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