- “No vamos a dar chayotes”, truena el panista; elude mencionar nombres
- Ramírez Acuña acusa de corruptos a reporteros
- Soslaya reclamos de comunicadores sobre vigilancia a sus actividades
Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2009, p. 3
El presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña (PAN), acusó ayer a los periodistas que cubren las actividades legislativas de aceptar dinero mediante la práctica conocida como embute, y tronó: “Lo que sí, vamos a poner orden y no vamos a dar chayotes”.
Al igual que se comportó como gobernador de Jalisco, cuando para desacreditar a los reporteros decía que existen plumas ligeras, ayer el ex secretario de Gobernación desvió una solicitud de los informadores para que cese el espionaje impuesto por su jefe de prensa, Juan María Naveja.
Con el rostro descompuesto, Ramírez Acuña se negó a entregar la supuesta lista de reporteros que reciben dinero, y cuando éstos negaron esa práctica, espetó: ¡Por favor, no me digan que no!
Concluida la sesión ordinaria de ayer, los comunicadores se acercaron al presidente de la mesa directiva para pedirle cesara la vigilancia que en la sala de prensa ejercen el subdirector de Radio y Televisión, Víctor Manuel Chavarría Cruz, y Lucy Durán Moreno, encargada de entregar vales de comida aprobados por la Junta de Coordinación Política. El panista rechazó haber dado la orden de inspeccionar el trabajo reporteril.
–Entonces se lo están saltando, diputado –se le comentó.
–¡Yo cuando hago las cosas doy la cara! Yo no me escondo atrás de una pluma ni de un periódico. Doy la cara completamente y me conocen. Y si no, háblenle (sic) a Jalisco, que los respeté y los he respetado siempre a todos los señores periodistas.
No es mi instrucción que haya dado ni nunca la voy a dar. Entonces, no puedo parar lo que yo no he ordenado, ¿verdad?
Sin embargo, cuando fue gobernador de Jalisco, Ramírez Acuña aplicó una táctica de desprecio a los reporteros, a quienes desde el 14 de abril de 2006 dejó de atender en conferencias de prensa para dedicarse exclusivamente a entrevistas a modo en radio y televisión.
Desde el gobierno estatal, y a través de Naveja, pedía a los medios de comunicación quitar de la fuente a los reporteros incómodos. Como medida de presión amenazaba con dejar de comprar espacios de publicidad. Y cuando se le pidió aclarar el monto de sus ingresos, se negó a entregar los documentos, de ahí que en Jalisco se le conozca como Paco el Opaco.
El miércoles pasado, La Jornada publicó el proyecto de comunicación social de Naveja, rechazado por la Conferencia para los Trabajos Legislativos porque se enfoca exclusivamente a la difusión de las actividades de la Cámara por televisión. Ayer (jueves) se informó cómo se ejerce vigilancia a los reporteros y los detalles de una revista televisiva que Naveja pretende sea el principal mecanismo de divulgación de las actividades parlamentarias.
Ante la solicitud de frenar el seguimiento a los comunicadores, Ramírez Acuña afirmó: “No vean moros con tranchete. Lo que sí, vamos a poner orden y no vamos a dar chayotes”.
–¡Eso no lo hay! –se le dijo.
–¡Por favor, compañero! –exclamó con los ojos entrecerrados y ladeando la cabeza.
–¿De veras? –se le replicó.
–¡Por favor, compañero! ¡Por favor! No me digan que no.
–Claro que no –se le reiteró.
–No me digan que no. Vamos a poner orden en ese sentido, porque así como ustedes están pidiendo que los diputados bajen recursos y que gastemos menos, también vamos a ahorrar en mecanismos de comunicación. Lo vamos a hacer.
–No le estamos pidiendo que nos dé dinero, ni le pedimos hablar con usted por eso…
–No, no, no.
El atropellado diálogo con Ramírez Acuña, que en silencio presenció su empleado Naveja, a quien aquél veía de reojo, continuó a pesar de que el panista quiso cortarlo en varias ocasiones. Yo no he ordenado que los anden vigilando.
–Pero en lo de los sobornos, ahí sí se equivoca –se le reclamó.
–¡Pues se repartía mucho! –dijo, sin especificar más.
–Se repartía mucho, ¡eh! –volvió a acusar.
–Entonces, en términos de que haya claridad, denos la lista –se le dijo.
–No tenemos por qué. Simplemente se deja de dar y punto.
–Se equivoca, diputado.
–¿Alguna otra cosa que me quisieran decir?
–Nos están espiando.
–De eso no tengan pendiente, yo no ordené ninguna vigilancia y por supuesto que estaremos atentos a que no ocurra ninguna situación de esa naturaleza.
–¿A quiénes se les da dinero? Denos usted la lista.
–Ustedes pregunten cuál ha sido siempre mi comportamiento con medios de comunicación. Ha sido de respeto. Y nunca hemos lastimado ni lesionado a ningún medio de comunicación, ni a ningún periodista, y hoy no va a ser la excepción. ¿Qué otra cosa tienen por ahí?
–Lo que dice es muy delicado, así que denos la lista.
–¿Qué otra cosa?
–Escúchenos…
–No. ¡Ya los escuché!
–No se salga por la tangente. Si quiere poner orden o exhibir a quien quiera…
–No, no, no.
–Eso no justifica que se vigile a quién entrevistamos, y eso viene de la coordinación de comunicación, bajo su mando.
–No debe ser y les digo: no he dado ninguna instrucción de esa naturaleza. Ya les digo.
Horas antes, el desprecio del equipo de Ramírez Acuña a los reporteros se manifestó en el desayuno de los integrantes de la mesa directiva, previo a la sesión, donde Naveja afirmó a los diputados que las críticas a Francisco Ramírez Acuña tienen origen monetario.
–¿Qué son esos navajazos a Naveja? –le preguntó el vicepresidente de la mesa, Jesús Zambrano (PRD).
–Pues ya ves, ése es el precio de no querer dar lana a los medios –respondió el funcionario.
Después de ver el video con las afirmaciones de Ramírez Acuña, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Francisco Rojas Gutiérrez (PRI), se comprometió a tratar el tema con los otros coordinadores parlamentarios y buscar que haya una satisfacción a los reporteros por parte del presidente de la Cámara.
Además, el ex coordinador de comunicación social Jorge Castillo afirmó que el trasfondo de los exabruptos de Ramírez Acuña y su jefe de prensa está en que Naveja pretende desviar los 18 millones 800 mil pesos que él dejó en las arcas de la coordinación, para respaldar la imagen en televisión del ex gobernador de Jalisco por medio de una empresa productora de Guadalajara.
Desmiento que dejé una deuda de 29 millones, como dijo Naveja a los coordinadores de información de los partidos. Mi saldo fue a favor por casi 19 millones de pesos, y así está asentado en el acta de entrega-recepción de la oficina, de la que por supuesto guardo una copia, expresó finalmente.
Al igual que se comportó como gobernador de Jalisco, cuando para desacreditar a los reporteros decía que existen plumas ligeras, ayer el ex secretario de Gobernación desvió una solicitud de los informadores para que cese el espionaje impuesto por su jefe de prensa, Juan María Naveja.
Con el rostro descompuesto, Ramírez Acuña se negó a entregar la supuesta lista de reporteros que reciben dinero, y cuando éstos negaron esa práctica, espetó: ¡Por favor, no me digan que no!
Concluida la sesión ordinaria de ayer, los comunicadores se acercaron al presidente de la mesa directiva para pedirle cesara la vigilancia que en la sala de prensa ejercen el subdirector de Radio y Televisión, Víctor Manuel Chavarría Cruz, y Lucy Durán Moreno, encargada de entregar vales de comida aprobados por la Junta de Coordinación Política. El panista rechazó haber dado la orden de inspeccionar el trabajo reporteril.
–Entonces se lo están saltando, diputado –se le comentó.
–¡Yo cuando hago las cosas doy la cara! Yo no me escondo atrás de una pluma ni de un periódico. Doy la cara completamente y me conocen. Y si no, háblenle (sic) a Jalisco, que los respeté y los he respetado siempre a todos los señores periodistas.
No es mi instrucción que haya dado ni nunca la voy a dar. Entonces, no puedo parar lo que yo no he ordenado, ¿verdad?
Sin embargo, cuando fue gobernador de Jalisco, Ramírez Acuña aplicó una táctica de desprecio a los reporteros, a quienes desde el 14 de abril de 2006 dejó de atender en conferencias de prensa para dedicarse exclusivamente a entrevistas a modo en radio y televisión.
Desde el gobierno estatal, y a través de Naveja, pedía a los medios de comunicación quitar de la fuente a los reporteros incómodos. Como medida de presión amenazaba con dejar de comprar espacios de publicidad. Y cuando se le pidió aclarar el monto de sus ingresos, se negó a entregar los documentos, de ahí que en Jalisco se le conozca como Paco el Opaco.
El miércoles pasado, La Jornada publicó el proyecto de comunicación social de Naveja, rechazado por la Conferencia para los Trabajos Legislativos porque se enfoca exclusivamente a la difusión de las actividades de la Cámara por televisión. Ayer (jueves) se informó cómo se ejerce vigilancia a los reporteros y los detalles de una revista televisiva que Naveja pretende sea el principal mecanismo de divulgación de las actividades parlamentarias.
Ante la solicitud de frenar el seguimiento a los comunicadores, Ramírez Acuña afirmó: “No vean moros con tranchete. Lo que sí, vamos a poner orden y no vamos a dar chayotes”.
–¡Eso no lo hay! –se le dijo.
–¡Por favor, compañero! –exclamó con los ojos entrecerrados y ladeando la cabeza.
–¿De veras? –se le replicó.
–¡Por favor, compañero! ¡Por favor! No me digan que no.
–Claro que no –se le reiteró.
–No me digan que no. Vamos a poner orden en ese sentido, porque así como ustedes están pidiendo que los diputados bajen recursos y que gastemos menos, también vamos a ahorrar en mecanismos de comunicación. Lo vamos a hacer.
–No le estamos pidiendo que nos dé dinero, ni le pedimos hablar con usted por eso…
–No, no, no.
El atropellado diálogo con Ramírez Acuña, que en silencio presenció su empleado Naveja, a quien aquél veía de reojo, continuó a pesar de que el panista quiso cortarlo en varias ocasiones. Yo no he ordenado que los anden vigilando.
–Pero en lo de los sobornos, ahí sí se equivoca –se le reclamó.
–¡Pues se repartía mucho! –dijo, sin especificar más.
–Se repartía mucho, ¡eh! –volvió a acusar.
–Entonces, en términos de que haya claridad, denos la lista –se le dijo.
–No tenemos por qué. Simplemente se deja de dar y punto.
–Se equivoca, diputado.
–¿Alguna otra cosa que me quisieran decir?
–Nos están espiando.
–De eso no tengan pendiente, yo no ordené ninguna vigilancia y por supuesto que estaremos atentos a que no ocurra ninguna situación de esa naturaleza.
–¿A quiénes se les da dinero? Denos usted la lista.
–Ustedes pregunten cuál ha sido siempre mi comportamiento con medios de comunicación. Ha sido de respeto. Y nunca hemos lastimado ni lesionado a ningún medio de comunicación, ni a ningún periodista, y hoy no va a ser la excepción. ¿Qué otra cosa tienen por ahí?
–Lo que dice es muy delicado, así que denos la lista.
–¿Qué otra cosa?
–Escúchenos…
–No. ¡Ya los escuché!
–No se salga por la tangente. Si quiere poner orden o exhibir a quien quiera…
–No, no, no.
–Eso no justifica que se vigile a quién entrevistamos, y eso viene de la coordinación de comunicación, bajo su mando.
–No debe ser y les digo: no he dado ninguna instrucción de esa naturaleza. Ya les digo.
Horas antes, el desprecio del equipo de Ramírez Acuña a los reporteros se manifestó en el desayuno de los integrantes de la mesa directiva, previo a la sesión, donde Naveja afirmó a los diputados que las críticas a Francisco Ramírez Acuña tienen origen monetario.
–¿Qué son esos navajazos a Naveja? –le preguntó el vicepresidente de la mesa, Jesús Zambrano (PRD).
–Pues ya ves, ése es el precio de no querer dar lana a los medios –respondió el funcionario.
Después de ver el video con las afirmaciones de Ramírez Acuña, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Francisco Rojas Gutiérrez (PRI), se comprometió a tratar el tema con los otros coordinadores parlamentarios y buscar que haya una satisfacción a los reporteros por parte del presidente de la Cámara.
Además, el ex coordinador de comunicación social Jorge Castillo afirmó que el trasfondo de los exabruptos de Ramírez Acuña y su jefe de prensa está en que Naveja pretende desviar los 18 millones 800 mil pesos que él dejó en las arcas de la coordinación, para respaldar la imagen en televisión del ex gobernador de Jalisco por medio de una empresa productora de Guadalajara.
Desmiento que dejé una deuda de 29 millones, como dijo Naveja a los coordinadores de información de los partidos. Mi saldo fue a favor por casi 19 millones de pesos, y así está asentado en el acta de entrega-recepción de la oficina, de la que por supuesto guardo una copia, expresó finalmente.
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