Una de las 23 lápidas prehispánicas de 550 años de antigüedad con grabados de serpiente. EFE
Muestran mitos aztecas como el nacimiento del dios de la guerra Huitzilopochtli Las piezas de tezontle muestran en sus imágenes grabadas representaciones de serpientes, personas cautivas, ornamentos y guerreros
CIUDAD DE MÉXICO (13/FEB/2012).- Un total de 23 lápidas prehispánicas de unos 550 años de antigüedad y con grabados que muestran mitos aztecas como el nacimiento del dios de la guerra Huitzilopochtli, fueron halladas por arqueólogos frente al Templo Mayor azteca, en pleno centro de Ciudad de México, informó hoy una fuente oficial. Las piezas de tezontle (piedra volcánica) muestran en sus imágenes grabadas representaciones de serpientes, personas cautivas, ornamentos y guerreros que aluden al origen de la antigua cultura mexica, explicó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Para el arqueólogo Raúl Barrera, dichos vestigios prehispánicos representan un gran valor arqueológico ya que es la primera vez que se encuentran dentro de lo que era el recinto sagrado de Tenochtitlan y se pueden mostrar "a manera de documento iconográfico un discurso que narra ciertos mitos de esta antigua civilización". El Templo Mayor fue el centro más importante de la vida religiosa de los mexicas, edificado en lo que ahora es el Zócalo de la capital mexicana y áreas circundantes. Según el investigador, los grabados se centran en los mitos del nacimiento de Huitzilopochtli y el origen de la Guerra Sagrada y fueron colocadas con dirección a lo que fue el centro de adoración de Huitzilopochtli, lo que presume que, al igual que el piso de andesita rosa y lajas de basalto, corresponden a la cuarta etapa de construcción del Templo Mayor (1440-1469).
Barrera recordó que de acuerdo con el mito del nacimiento de Huitzilopochtli, la diosa de la tierra y la fertilidad, Coatlicue, quedó embarazada mediante una pluma que entró en su vientre mientras barría, pero, molestos por ello sus hijos, los 400 guerreros surianos y la diosa Coyolxauhqui decidieron ir a la montaña de Coatepec, donde vivía Coatlicue, para matarla. La leyenda sobre el origen de la Guerra Sagrada entre los mexicas establece que durante el recorrido que éstos realizaron de Aztlán hacia el lago de Texcoco, en el Valle de México, donde edificarían su ciudad, bajaron del cielo los guerreros estelares del norte, llamados en náhuatl mimixcoas. "Ambos mitos se relacionan con el concepto de una batalla estelar, en la cual el dios de la Guerra y del Sol Huitzilopochtli, sale victorioso de la afrenta contra los 400 guerreros del sur y Coyolxauhqui, lo que dio origen a las estrellas y a la Luna", apuntó Barrera. Por su parte, la arqueóloga Lorena Vázquez Vallín detalló que otra de las imágenes grabadas en las lápidas se encontró un dardo con representación de humo hacia los lados, frente al cual se halló una punta de flecha de obsidiana. También la de un guerrero estelar ataviado que porta en una mano su chimalli (escudo) y en la otra un arma para lanzar dardos, con la cual Huitzilopochtli vence a Coyolxauhqui.
Otra de las piezas, añadió, se percibe la figura de un cautivo arrodillado con las manos atadas sobre la espalda, que posiblemente está hablando y del cual se aprecia la talla de una lágrima cayendo de su ojo. En otra de las piezas prehispánicas se observa el rostro de perfil de un decapitado que lleva un tocado de plumas y una orejera.
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