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Una familia de satélites "limpiadores" suizos se encargará de eliminar piezas de basura espacial que orbitan alrededor de la Tierra y que suponen una amenaza para los satélites y las naves espaciales, con los que pueden colisionar. La Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) anunció hoy la puesta en marcha del primer proyecto de satélites desorbitadores, el CleanSpaceOne, con el que pretende lanzar al espacio en el plazo de tres años un conjunto de satélites especialmente diseñados para este fin. Al menos 16.000 objetos de más de diez centímetros de diámetro y cientos de millones de pequeñas partículas orbitan a velocidades de vértigo alrededor de la Tierra, en muchos casos interponiéndose en la trayectoria de naves espaciales o satélites artificiales y amenazando su integridad física. Estos escombros galácticos son en su mayoría grandes restos de cohetes, viejos satélites ya en desuso o componentes de artefactos espaciales, como motas de polvo o trozos de pintura.
La colisión de una nave espacial o un satélite con estos residuos puede suponer un daño grave y costoso de reparar, así como la generación de más fragmentos que se acumularían en torno a la Tierra en forma de basura espacial. El astronauta y profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana Claude Nicollier reclamó la necesidad de "estar atento" a los escombros espaciales por los riesgos que conllevan y por su proliferación. El proceso mediante el que estos barrenderos espaciales desorbitarán la basura se inicia con el lanzamiento de los satélites a entre 630 y 750 kilómetros de altura para, a continuación, ir aproximándose a la órbita del objetivo que se quiere eliminar gracias a un motor ultra compacto. A una velocidad de 28.000 kilómetros por hora, el CleanSpaneOne se reunirá con el blanco de su misión y lo abrazará con una especie de gancho, inspirado en los mecanismos de agarre de animales y plantas. Una vez unidos el satélite limpiador y la pieza de basura, el primero utilizará su motor para lanzarse en compañía del otro hacia la atmósfera terrestre donde, al entrar en contacto con los gases que la forman, se desintegrarán los dos artefactos a temperaturas superiores a los 1.000 grados centígrados. El coste aproximado de la fabricación y el viaje espacial de estos satélites será de 10 millones de francos (8,3 millones de euros).
La primera víctima del CleanSpaceOne será uno de los dos primeros objetos puestos en órbita por Suiza: el Swisscube (lanzado en 2009) o el Tlsat (julio de 2010). Aunque el primer prototipo del CleanSpaceOne está destinado a ser destruido, el director del Centro Espacial Suizo, Volker Gass, aseguró que el objetivo del proyecto es "ofertar y poder vender una familia de satélites preparados para desorbitar diferentes tipos de satélites". "Las agencias espaciales están empezando a considerar necesaria la eliminación de los residuos de aparatos que envían al espacio y nosotros queremos ser pioneros en este área", señaló.
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