ELPAIS.com - Eva Sáiz
La cota de popularidad del presidente de Estados Unidos no termina de asentarse a ocho meses de las elecciones en ese país. Si en febrero los sondeos le daban un respiro, en marzo Barack Obama ha visto cómo la confianza en su gestión se resiente notablemente. Según la última encuesta que ha publicado hoy The New York Times/CBS, solo el 41% de los consultados aprueba su labor al frente del Gobierno. Un mes antes el porcentaje era del 50%.
Con un 47%, el número de descontentos alcanza el límite más alto desde que está en la Casa Blanca, según afirma el diario. En febrero se situó en el 41% (seis puntos por debajo). La de este diario no es la única encuesta que otorga malos resultados al presidente. El lunes, la del The Washington Post/ABC mostraba un descenso en el apoyo a Obama de cuatro puntos (del 50% hace un mes, al 46%).
La caída en los sondeos se atribuye a la subida del precio de la gasolina y a la política exterior del la Administración Obama. Solo el 40% de los consultados la apoya, lo que supone una caída de 10 puntos respecto de los datos de febrero. Es la primera vez, desde la muerte de Osama Bin Laden en mayo de 2011, que la mayoría desaprueba la gestión de EE UU fuera de sus fronteras. La encuesta, basada en entrevistas telefónicas a 1.009 personas, se realizó entre el 7 y el 11 de marzo, la misma semana en la que el presidente de Israel visitaba Estados Unidos. La postura de Obama ante la amenaza nuclear de Irán también suscita suspicacias entre los consultados. El margen (42% frente a 39%) entre quienes la valoran y quienes la censuran solo es de un 3%.
La economía y el paro siguen siendo los principales problemas del país para el 51% de los encuestados, pero tres meses de caída consecutiva en la tasa de desempleo no han sido suficientes para apuntalar la popularidad de Obama. Al parecer, los estadounidenses no perdonan el incremento constante en el precio de la gasolina, que en los últimos quince días ha subido 12 céntimos. El 54% de los consultados considera que el presidente podría hacer mucho más por contener su coste. Los candidatos a las primarias republicanas han explotado ese descontento con duros ataques a la política energética de Obama.
El presidente tampoco parece sacar rédito del desgaste de los aspirantes republicanos en su larga carrera por la nominación como candidatos de ese partido a la Casa Blanca. Las diferencias entre los que a priori aparecen como sus contrincantes más plausibles también se han reducido. Con respecto a Mitt Romney, su ventaja se reduce del 47% al 44%. Frente a Rick Santorum, pasa del 48% al 44%.
Pese a los malos resultados, el presidente mantiene la tendencia de recuperar la simpatía de grupos de votantes, como el de las mujeres, que a lo largo de 2010 se habían decantado por el partido republicano.
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