- Pueden subir tasas de interés; se frenaría el consumo y la actividad económica
- Decisión precipitada, la restricción monetaria del BdeM, dice Hacienda
- Coinciden entidades en que la economía pierde impulso como reflejo de lo que pasa en EU
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La decisión del Banco de México (BdeM) de restringir las condiciones monetarias para contener la inflación, fue considerada ''precipitada'' por el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en lo que constituye la primera divergencia pública entre las principales autoridades financieras y económicas del país en varios años. En lo que no hay divergencia entre ambas instancias es en que la economía mexicana pierde impulso. Y la primera consecuencia, estimó este lunes el banco central, es que en 2007 se generarán apenas unos 600 mil empleos, poco para un gobierno que hizo campaña ofreciendo trabajo, y en un país donde la mitad de la fuerza laboral vive de la informalidad. El lunes pasado, el Banco de México, al presentar el informe de inflación del primer trimestre de 2007, anunció un ajuste en su expectativa de crecimiento económico para este año, que ubicó entre 3 y 3.5 por ciento, un cuarto de punto menos que la considerada en enero pasado.
Durante una visita a Ottawa, Canadá, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens anunció, también el lunes, que el gobierno federal reducía de 3.6 a 3.3 por ciento el pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año. Según el banco, la causa del ajuste a la baja en el pronóstico de crecimiento económico está relacionada con una menor actividad en Estados Unidos, el principal destino de las exportaciones mexicanas. El sector manufacturero mexicano, que aporta 40 por ciento del PIB, crecerá a una tasa de 1.9 por ciento en 2007, una desaceleración notable respecto del 5 por ciento logrado en 2006. Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda, en un informe de finanzas públicas correspondiente al primer trimestre de 2007, comentó que entre enero y marzo pasados la actividad económica moderó su ritmo de expansión como consecuencia, fundamentalmente, de la desaceleración de la producción industrial estadunidense y el comportamiento del sector automotriz.
Acción prematura del banco central
En la certeza de que la economía crecerá menos de lo previsto y de que la causa está en la evolución del aparato productivo de Estados Unidos acaban las coincidencias entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda. Interrogado por la prensa, en Ottawa, sobre la decisión tomada el viernes pasado por el Banco de México de endurecer la política monetaria para contener presiones inflacionarias, Carstens respondió: ''En cierta forma, en la Secretaría de Hacienda creemos que el banco (central) se adelantó al tiempo al endurecer su política monetaria, pero sobre todo creemos que el crecimiento (económico) se reanudará en México a finales del año''. En los últimos años el crecimiento de la economía ha estado sustentado en el mercado interno y, en especial, en el consumo. Ha sido un auge de compras financiado por el crédito que será afectado, porque la decisión del banco central de endurecer la política monetaria provocará un alza en las tasas de interés. El viernes pasado, el banco central decretó un aumento de un cuarto de punto de 7 a 7.25 en la ''tasa de fondeo bancario'', indicador de referencia en el mercado de crédito. El argumento para endurecer la política monetaria fue la de contener presiones inflacionarias. La acción del banco central tiene un efecto práctico sobre las finanzas de millones de familias que tienen una deuda bancaria, en especial las que fueron contratadas a tasa variable, como las tarjetas de crédito. Con la medida pueden subir las tasas de interés, frenarse el consumo y, por extensión, la actividad económica. Ello llevaría a contener la inflación y el banco central estaría acercándose a sus objetivos de contención de precios, pero a costa de crecimiento. Algo que, de ser así, no debe gustar mucho en Hacienda. Mario Correa, analista de Scotiabank en México, explicó que ''por lo pronto'' la decisión del banco central de endurecer la política monetaria se traducirá en ''alzas importantes en las tasas de interés''. También, dijo, ''es muy probable que esta medida incremente la incertidumbre que el mercado percibe respecto a la política monetaria, lo que podría producir una tendencia de alza en las tasas durante varias semanas''.
Durante una visita a Ottawa, Canadá, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens anunció, también el lunes, que el gobierno federal reducía de 3.6 a 3.3 por ciento el pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año. Según el banco, la causa del ajuste a la baja en el pronóstico de crecimiento económico está relacionada con una menor actividad en Estados Unidos, el principal destino de las exportaciones mexicanas. El sector manufacturero mexicano, que aporta 40 por ciento del PIB, crecerá a una tasa de 1.9 por ciento en 2007, una desaceleración notable respecto del 5 por ciento logrado en 2006. Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda, en un informe de finanzas públicas correspondiente al primer trimestre de 2007, comentó que entre enero y marzo pasados la actividad económica moderó su ritmo de expansión como consecuencia, fundamentalmente, de la desaceleración de la producción industrial estadunidense y el comportamiento del sector automotriz.
Acción prematura del banco central
En la certeza de que la economía crecerá menos de lo previsto y de que la causa está en la evolución del aparato productivo de Estados Unidos acaban las coincidencias entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda. Interrogado por la prensa, en Ottawa, sobre la decisión tomada el viernes pasado por el Banco de México de endurecer la política monetaria para contener presiones inflacionarias, Carstens respondió: ''En cierta forma, en la Secretaría de Hacienda creemos que el banco (central) se adelantó al tiempo al endurecer su política monetaria, pero sobre todo creemos que el crecimiento (económico) se reanudará en México a finales del año''. En los últimos años el crecimiento de la economía ha estado sustentado en el mercado interno y, en especial, en el consumo. Ha sido un auge de compras financiado por el crédito que será afectado, porque la decisión del banco central de endurecer la política monetaria provocará un alza en las tasas de interés. El viernes pasado, el banco central decretó un aumento de un cuarto de punto de 7 a 7.25 en la ''tasa de fondeo bancario'', indicador de referencia en el mercado de crédito. El argumento para endurecer la política monetaria fue la de contener presiones inflacionarias. La acción del banco central tiene un efecto práctico sobre las finanzas de millones de familias que tienen una deuda bancaria, en especial las que fueron contratadas a tasa variable, como las tarjetas de crédito. Con la medida pueden subir las tasas de interés, frenarse el consumo y, por extensión, la actividad económica. Ello llevaría a contener la inflación y el banco central estaría acercándose a sus objetivos de contención de precios, pero a costa de crecimiento. Algo que, de ser así, no debe gustar mucho en Hacienda. Mario Correa, analista de Scotiabank en México, explicó que ''por lo pronto'' la decisión del banco central de endurecer la política monetaria se traducirá en ''alzas importantes en las tasas de interés''. También, dijo, ''es muy probable que esta medida incremente la incertidumbre que el mercado percibe respecto a la política monetaria, lo que podría producir una tendencia de alza en las tasas durante varias semanas''.
Kikka Roja