- Seis países de AL buscan impulsar el Banco del Sur y un Fondo Monetario del Sur
- Llegó la hora de bajar la cortina del Banco Mundial: altermundistas
- Sus políticas reprodujeron la pobreza y la exclusión; los países que las siguieron se hundieron en la miseria, destaca el líder del comité por la anulación de la deuda del tercer mundo
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Activistas por los derechos humanos protestaron en Washington contra el presidente colombiano Alvaro Uribe, a las afueras de Centro para el Progreso de América. Con el apoyo del presidente estadunidense George W. Bush, Uribe intenta convencer a los legisladores de ese país para que aprueben más ayuda militar y para el combate al narcotráfico en Colombia y apoyen el acuerdo comercial bilateral Foto: Reuters. ''Llegó la hora de bajar la cortina del Banco Mundial". Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), organización con sede en Bélgica -y una de las más sólidas del movimiento altermundista-, dice a La Jornada: ''El Banco Mundial atraviesa el peor periodo de su historia. Esto ocurre al mismo tiempo que varios gobiernos de Latinoamérica organizan la construcción de un Banco del Sur'', iniciativa de la que este jueves se revelarán los primeros detalles de su operación. ''¿Y si el golpe de gracia estuviera cerca?'', se pregunta Toussaint. Responde: ''El camino está trazado y ya se han arrojado algunas piedras a las tranquilas aguas del pantano neoliberal'', comenta a este diario desde Ecuador, donde hoy jueves se hará el anuncio sobre el inicio de conformación del Banco del Sur, una iniciativa lanzada por Venezuela en marzo pasado.
Toussaint forma parte de un pequeño grupo de expertos que en estos momentos trabaja de manera directa con los gobiernos de seis países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela) en la conformación de la estrategia del Banco del Sur, que será dada a conocer el jueves. Desde la presidencia del CADTM, el especialista ha pugnado desde hace varios años por la anulación de la deuda del tercer mundo, entre otros, con el argumento de que ese pasivo ha sido pagado varias veces. También ha impulsado la iniciativa de que se realice una auditoría a la deuda del mundo en desarrollo, pues los préstamos muchas veces han ido a parar a la cuenta de algún gobernante corrupto, con la complacencia política del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El lunes pasado, Venezuela anunció que saldría del FMI y el Banco Mundial. La semana anterior, el gobierno de Ecuador expulsó al representante en Quito de este último organismo. En los últimos dos años, otros países latinoamericanos han llevado al mínimo su relación con estos organismos, incluso pagando por anticipado sus deudas. ''Llegó la hora de bajar la cortina del Banco Mundial", insiste Toussaint cuando pasa revista a estos hechos y comenta la idea de los seis países latinoamericanos de crear dos instancias que sustituyan en la región al FMI y al Banco Mundial.
Lista de infamias
''El Banco Mundial atraviesa el peor periodo de su historia. Más débil que nunca, rechazado por un número creciente de movimientos sociales, desacreditado por el nepotismo descarado de su presidente Paul Wolfowitz, sufre, al mismo tiempo, los ataques de varios gobiernos de Latinoamérica que están organizando la construcción de un Banco del Sur, con una ideología radicalmente diferente'', comenta. La desestabilización del Banco Mundial está producida por el fracaso de su actuación desde hace 60 años, pero también el banco debe rendir cuentas sobre muchas cuestiones. Para nombrar apenas algunas, interviene Damien Millet, presidente del CADTM Francia:
Durante la guerra fría, el Banco Mundial utilizó el endeudamiento con un objetivo geopolítico y además sostuvo, sistemáticamente, a los aliados del bloque occidental, en particular a los regímenes dictatoriales de la familia Somoza en Nicaragua; Augusto Pinochet en Chile; Mobutu Sese Seko en Zaire; Suharto en Indonesia; Rafael Videla en Argentina; Ferdinando Marcos en Filipinas, y el régimen de apartheid en Sudáfrica. ''Fueron regímenes que violaron los derechos humanos y robaron sumas considerables. Y esta política continúa, ya que el banco apoya actualmente a regímenes como los de Deby en el Chad, Sassou Nguesso en el Congo, Biya en Camerún, Musharraf en Pakistán''. Abunda en el listado: el Banco Mundial, a finales de los años sesenta del siglo anterior, transfirió a numerosos países africanos que acababan de independizarse, como Mauritania, Gabón, Congo-Kinshasa, Nigeria, Kenya, Zambia, entre otros, las deudas contraídas por las ex metrópolis para sus planes colonizadores, en total violación del derecho internacional.
''Después de la crisis de la deuda de 1982 -que golpeó especialmente a México- el Banco Mundial sostuvo las políticas de ajuste estructural promovidas por las grandes potencias y el FMI, que condujeron a una drástica reducción de los presupuestos sociales, a la supresión de subvenciones a los productos básicos, a las privatizaciones masivas, a una fiscalidad que agrava las desigualdades, a una liberalización forzada de la economía. Además de poner a los productores locales en situación de competencia totalmente desleal por parte de las grandes multinacionales. Todas estas medidas deterioraron terriblemente las condiciones de vida de las poblaciones y conllevan una verdadera colonización económica'', dice Millet, autor de L'Afrique sans dette.
Situación explosiva
El Banco Mundial sigue una política que reproduce la pobreza y la exclusión en lugar de combatirla. Los países que aplicaron al pie de la letra sus pretendidos remedios se hundieron en la miseria. En Africa, la cantidad de personas que deben sobrevivir con menos de un dólar por día se duplicó desde 1981, más de 200 millones de personas padecen hambre, y en 20 países africanos la esperanza de vida está por debajo de los 45 años, indica. Retoma Toussaint: ''En estas condiciones, la situación se ha vuelto explosiva. Lo que acaba de pasar puede encender la mecha. El actual presidente del banco, Paul Wolfowitz, ha reconocido haber intervenido personalmente en la concesión a su novia de un fuerte aumento salarial (¡de 45 por ciento!). Se lo dijo a un comité ad hoc del Banco Mundial en el marco de una investigación por violación de las normas internas''. Por lo tanto, considera, sólo se puede pensar en una salida: la disolución del Banco Mundial y su reemplazo, enmarcado en una nueva arquitectura institucional internacional. Propone la creación de un fondo mundial de desarrollo, en el sistema de Naciones Unidas, que podría estar relacionado con bancos regionales de desarrollo del sur, dirigidos directamente por los gobiernos del sur, con funcionamiento democrático y transparente.
Para el presidente del CADTM, el camino está trazado y ''ya se han arrojado algunas piedras a las tranquilas aguas del pantano neoliberal'', dice en relación con las acciones anunciadas por Venezuela, las tomadas por Ecuador y las llevadas a cabo antes por otras naciones de la región. ''Varios países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela) están en vías de sentar las bases de dos instituciones fundamentalmente nuevas: un Fondo Monetario del Sur y un Banco del Sur. Diferentes expertos, entre ellos varios miembros del CADTM, participan en las discusiones que apuntan a una verdadera modificación de las relaciones de fuerza mundiales, sobre los escombros del Banco Mundial'', indica Toussaint.
Toussaint forma parte de un pequeño grupo de expertos que en estos momentos trabaja de manera directa con los gobiernos de seis países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela) en la conformación de la estrategia del Banco del Sur, que será dada a conocer el jueves. Desde la presidencia del CADTM, el especialista ha pugnado desde hace varios años por la anulación de la deuda del tercer mundo, entre otros, con el argumento de que ese pasivo ha sido pagado varias veces. También ha impulsado la iniciativa de que se realice una auditoría a la deuda del mundo en desarrollo, pues los préstamos muchas veces han ido a parar a la cuenta de algún gobernante corrupto, con la complacencia política del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El lunes pasado, Venezuela anunció que saldría del FMI y el Banco Mundial. La semana anterior, el gobierno de Ecuador expulsó al representante en Quito de este último organismo. En los últimos dos años, otros países latinoamericanos han llevado al mínimo su relación con estos organismos, incluso pagando por anticipado sus deudas. ''Llegó la hora de bajar la cortina del Banco Mundial", insiste Toussaint cuando pasa revista a estos hechos y comenta la idea de los seis países latinoamericanos de crear dos instancias que sustituyan en la región al FMI y al Banco Mundial.
Lista de infamias
''El Banco Mundial atraviesa el peor periodo de su historia. Más débil que nunca, rechazado por un número creciente de movimientos sociales, desacreditado por el nepotismo descarado de su presidente Paul Wolfowitz, sufre, al mismo tiempo, los ataques de varios gobiernos de Latinoamérica que están organizando la construcción de un Banco del Sur, con una ideología radicalmente diferente'', comenta. La desestabilización del Banco Mundial está producida por el fracaso de su actuación desde hace 60 años, pero también el banco debe rendir cuentas sobre muchas cuestiones. Para nombrar apenas algunas, interviene Damien Millet, presidente del CADTM Francia:
Durante la guerra fría, el Banco Mundial utilizó el endeudamiento con un objetivo geopolítico y además sostuvo, sistemáticamente, a los aliados del bloque occidental, en particular a los regímenes dictatoriales de la familia Somoza en Nicaragua; Augusto Pinochet en Chile; Mobutu Sese Seko en Zaire; Suharto en Indonesia; Rafael Videla en Argentina; Ferdinando Marcos en Filipinas, y el régimen de apartheid en Sudáfrica. ''Fueron regímenes que violaron los derechos humanos y robaron sumas considerables. Y esta política continúa, ya que el banco apoya actualmente a regímenes como los de Deby en el Chad, Sassou Nguesso en el Congo, Biya en Camerún, Musharraf en Pakistán''. Abunda en el listado: el Banco Mundial, a finales de los años sesenta del siglo anterior, transfirió a numerosos países africanos que acababan de independizarse, como Mauritania, Gabón, Congo-Kinshasa, Nigeria, Kenya, Zambia, entre otros, las deudas contraídas por las ex metrópolis para sus planes colonizadores, en total violación del derecho internacional.
''Después de la crisis de la deuda de 1982 -que golpeó especialmente a México- el Banco Mundial sostuvo las políticas de ajuste estructural promovidas por las grandes potencias y el FMI, que condujeron a una drástica reducción de los presupuestos sociales, a la supresión de subvenciones a los productos básicos, a las privatizaciones masivas, a una fiscalidad que agrava las desigualdades, a una liberalización forzada de la economía. Además de poner a los productores locales en situación de competencia totalmente desleal por parte de las grandes multinacionales. Todas estas medidas deterioraron terriblemente las condiciones de vida de las poblaciones y conllevan una verdadera colonización económica'', dice Millet, autor de L'Afrique sans dette.
Situación explosiva
El Banco Mundial sigue una política que reproduce la pobreza y la exclusión en lugar de combatirla. Los países que aplicaron al pie de la letra sus pretendidos remedios se hundieron en la miseria. En Africa, la cantidad de personas que deben sobrevivir con menos de un dólar por día se duplicó desde 1981, más de 200 millones de personas padecen hambre, y en 20 países africanos la esperanza de vida está por debajo de los 45 años, indica. Retoma Toussaint: ''En estas condiciones, la situación se ha vuelto explosiva. Lo que acaba de pasar puede encender la mecha. El actual presidente del banco, Paul Wolfowitz, ha reconocido haber intervenido personalmente en la concesión a su novia de un fuerte aumento salarial (¡de 45 por ciento!). Se lo dijo a un comité ad hoc del Banco Mundial en el marco de una investigación por violación de las normas internas''. Por lo tanto, considera, sólo se puede pensar en una salida: la disolución del Banco Mundial y su reemplazo, enmarcado en una nueva arquitectura institucional internacional. Propone la creación de un fondo mundial de desarrollo, en el sistema de Naciones Unidas, que podría estar relacionado con bancos regionales de desarrollo del sur, dirigidos directamente por los gobiernos del sur, con funcionamiento democrático y transparente.
Para el presidente del CADTM, el camino está trazado y ''ya se han arrojado algunas piedras a las tranquilas aguas del pantano neoliberal'', dice en relación con las acciones anunciadas por Venezuela, las tomadas por Ecuador y las llevadas a cabo antes por otras naciones de la región. ''Varios países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela) están en vías de sentar las bases de dos instituciones fundamentalmente nuevas: un Fondo Monetario del Sur y un Banco del Sur. Diferentes expertos, entre ellos varios miembros del CADTM, participan en las discusiones que apuntan a una verdadera modificación de las relaciones de fuerza mundiales, sobre los escombros del Banco Mundial'', indica Toussaint.
Kikka Roja