Durante cinco años, cuando estuvo en Los Pinos al lado de su esposo Vicente Fox, Marta Sahagún tuvo una clave presupuestal asignada por el mandatario. Por medio de ésta –la número 112-2– en ese período dispuso de 14 millones 367 mil 325 pesos, que destinó a montar y acondicionar su oficina con pisos de mármol, baño de marfil, accesorios de plata y arreglos florales. Tales fueron sus “gastos de orden social” y “de protocolo”. Ese derroche con cargo al erario federal fue equivalente, por ejemplo, a todo lo que invirtió recientemente la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la rehabilitación de 960 viviendas de familias pobres en Manzanillo, Colima. Así mismo, la consorte de Fox tenía en su despacho dos sistemas de televisión de paga –Cablevisión y Sky–, además de un teléfono satelital, contaba con servicio de mensajería personal para comprar esencias corporales en tiendas de Polanco, y en 2004 firmó un contrato con la empresa Medialog para que le proporcionara asesoría especializada en medios de comunicación, por la que pagó 458 mil pesos. En mayo de 2002, Sahagún pagó 40 mil pesos por la impresión de tarjetas personales (“Con los atentos saludos de...”), y en noviembre siguiente 46 mil 839 pesos por 2 mil hojas membretadas tamaño carta en una sola tinta. Cuando viajó a Santo Domingo, República Dominicana, para acudir a la XII Conferencia de Esposas, Damas y Representantes de Jefes de Estado entre el 15 y 17 de octubre de 2003, Sahagún llevó regalos especiales para sus padres: 29 mascadas de seda –de 90 centímetros cada una– adquiridas en Pineda Covalín, firma de accesorios utilizada a menudo por intelectuales y por la clase política mexicana. Estas prendas se caracterizan por su finura y el estampado de imágenes del arte y de la artesanía mexicana. Antes de partir a ese encuentro, también compró dos bolsas estilo cartera, rebozos de seda, envolturas de yute y cajas artesanales, lo que implicó un desembolso de 15 mil 194 pesos, tomados de la partida “gastos de orden social”. Por ese entonces –el otoño de 2003–, la consorte presidencial se hacía acompañar por la fotógrafa Judith Pérez Reséndiz en algunos recorridos por el país. En 17 expedientes obtenidos mediante la Ley Federal de Transparencia –cada uno con más de 800 facturas– consta que, de 2002 a 2005, el pago por el servicio de teléfonos de oficina, celulares y localizadores Nextel de los colaboradores de Sahagún fue de 3 millones 420 mil 400 pesos. La manutención del despacho de Sahagún, por el que pasaron empresarios, políticos, secretarios de Estado y dueños de medios de comunicación, también causó al erario una erogación de 2 millones 148 mil 695 pesos para boletos de avión y viáticos de sus colaboradores más cercanos, quienes la acompañaron en las 155 giras por el país y el extranjero, así como a varias de las visitas dominicales de la entonces pareja presidencial al rancho San Cristóbal. El promedio de gasto diario destinado a la oficina de la primera dama fue de mil 986 pesos, esto en un país en el cual el salario mínimo es de 50.57 pesos diarios y donde –por ejemplo— una viuda pensionada de Aduanas sólo percibe 2 mil 600 pesos al mes. Los gastos del despacho que ocupó Sahagún no se habían revelado. Proceso consiguió las facturas mediante una petición de acceso a la información pública enviada a Los Pinos el 7 de junio pasado. El gobierno de Felipe Calderón entregó 17 gruesos expedientes la primera semana de agosto, por lo que no hubo necesidad de recurrir al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI). Sin embargo, la erogación de los 14 millones 367 mil 325 pesos representa sólo una hebra del complejo enredo contable que significó el paso de la pareja Fox-Sahagún por Los Pinos. A esta cantidad deben agregarse 386 mil pesos que gastó Marta Sahagún en la compra de vestuario y accesorios personales en junio de 2004, así como otros 11 millones 149 mil pesos dilapidados en sus 155 giras nacionales e internacionales. En suma: 25 millones 902 mil 325 pesos. Aun así, todavía falta saber a cuánto ascendió el sueldo de los 38 funcionarios que tuvo a su servicio, quienes estaban en la nómina general de la Presidencia. La casa Cárdenas Luego de su boda en Los Pinos, Marta Sahagún dejó los escritorios de Comunicación Social para despachar desde la Casa Lázaro Cárdenas, inmueble en el cual tomaron sus decisiones los mandatarios del priato. A partir de que se casó con el presidente, Sahagún comenzó a despachar en ese simbólico lugar, mientras que Fox lo hizo en la Casa Miguel Alemán. Como vivienda utilizaron una de las cabañas destinadas antaño a los visitantes especiales, aunque costosamente remodeladas por sus nuevos ocupantes. En mayo de 2002 –un año y 10 meses después de su matrimonio– Marta Sahagún emprendió la remodelación de la Casa Lázaro Cárdenas. El 15 de mayo el gobierno pagó 3 mil 450 pesos a la empresa Decorados y Mantenimiento San Rafael por lavar y pulir el mármol del despacho privado y las nuevas oficinas de la primera dama, según consta en la factura anexa a uno de los archivos sobre gastos de papelería y mantenimiento de computadoras. Luego vino la obra más grande. En octubre de 2004, la empresa Marba cobró 159 mil 482 pesos a la Presidencia de la República por cambiar la cancelería, colocar persianas horizontales, instalar falsos plafones y readaptar completamente la planta alta de la casa donde despachaba Marta Sahagún. Al igual que en los otros casos mencionados, el comprobante de gastos apareció junto con otras cuentas de papelería, mantenimiento de computadoras y equipo de oficina. No existe constancia de que, por lo menos en el caso de Marba, haya existido alguna licitación. El taller Cortinas Elegantes se encargó del retapizado de las sillas y sillones de la oficina, así como de la sala de juntas donde Sahagún se reunía con su primer círculo para diseñar la agenda mensual y planear sus giras. La factura fue por 6 mil 400 pesos. El 30 de septiembre, la misma firma se encargó de retapizar un sofá en tela Báltico ocre, por lo que cobró 2 mil 415 pesos. Cortinas Elegantes se ubica en la avenida Parque Lira 21-A, cerca de Los Pinos. Siempre la plata Hasta ahora no era del conocimiento público, pero Marta Sahagún de Fox tenía un gusto especial por la plata. Entre 2003 y 2005 desembolsó alrededor de 50 mil pesos por varios objetos de ese material para decorar su despacho, según consta en un paquete de facturas emitidas por las prestigiadas firmas TANE, ubicada en la avenida Presidente Mazarik, en Polanco, y Plata Villa, que tiene sucursales en la Zona Rosa y en Polanco. TANE es una firma especializada en el manejo de la plata, cuyos productos son especiales “tanto por su impecable manufactura como por su proceso de fabricación”, según su página electrónica. El 16 de mayo de 2004 en Plata Villa, sucursal Polanco, se facturó a nombre de la Presidencia de la República una bombonera por 2 mil 886 pesos. Según la publicidad de esta marca, los productos que maneja son puramente mexicanos. En esta misma tienda, el 18 de septiembre de 2004, la oficina de la primera dama pagó 7 mil 360 pesos por una caja modelo ByBlós de 15 por 15 centímetros grabada con texto, una placa con tornillos grabada y unas conchas modelo balear. Otra factura del mismo establecimiento, fechada el 22 de septiembre, demuestra la compra de dos calabazas, una jícara cincelada, un centro para mesa de leones y tres guajes cincelados, todo por 7 mil 590 pesos. En TANE, la esposa de Vicente Fox ordenó comprar unos aretes “tipo nudo de ocho mariposas” con valor de 10 mil 602 pesos. Esta factura quedó clasificada en el rubro “gastos para ceremonial del titular del Poder Ejecutivo Federal”. El gusto por la plata de Sahagún benefició igual a TANE y Plata Villa. En 2003, por ejemplo, compró en la primera tres charolas de plata por 3 mil 821 pesos y, en 2004, adquirió en la segunda un juego de escritorio por 5 mil 175 pesos, así como un centro de “hoja larga” con un valor de 4 mil 950 pesos. Los justificantes, catalogados a veces como “gastos de orden social” y otras como “gastos de protocolo”, aparecieron entre las cuentas de la oficina de la primera dama. Según los lineamientos presupuestales de Hacienda, estos rubros sólo puede utilizarlos el presidente de la República, pero se canalizaron a la Casa Lázaro Cárdenas durante el sexenio foxista. Fondos maquillados Marta Sahagún también siente un placer especial por las plantas y flores naturales. Entre 2003 y 2006, su oficina ordenó la compra de diversos tipos de arreglos por un monto total de 353 mil pesos. Según consta en algunas de las facturas, durante los dos últimos años del foxismo el despacho de la primera dama estaba adornado con alcatraces, mientras que en la sala de juntas había rosas. Las decenas de comprobantes sobre este tipo de gasto obtenidas por Proceso demuestran que los arreglos florales se utilizaban indistintamente para eventos públicos y privados –encabezados por la propia Sahagún– y que la empresa ganadora de la licitación fue Diseños Aramel. Este reportero hizo una primera búsqueda de los propietarios o representantes de esta compañía en el Registro Público del Comercio en la Ciudad de México, pero hasta el cierre de esta edición –el viernes 5– no localizó ningún dato concreto. Antes de 2004 las compras de arreglos florales se realizaban discretamente y en las facturas no se especificaba la utilidad de los pedidos. No obstante, debido a la presión pública generada por el gasto en el vestuario de la primera dama se registraron cambios en la contabilidad. En el caso de las flores, por ejemplo, existen registros como el de una factura correspondiente a marzo de 2004, donde se detalla que los arreglos florales redondos con alcatraces y un islote chico con plantas –entre otros arreglos comprados ese día– fueron utilizados en una entrevista de Marta Sahagún en el programa de televisión En contexto, y para una reunión privada con Adriana González, esposa del entonces gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, todo con un costo de 5 mil 200 pesos. En mayo de 2005, por mil 950 pesos se compraron seis arreglos florales redondos con rosas para una entrevista otorgada al diario Reforma. Y así sucesivamente. Ante estas circunstancias, el personal encargado de las cuentas de Sahagún tuvo que incluir en las notas justificaciones como esta: “Ofrendas fúnebres para Mariana Levy (la conductora de televisión asesinada durante un asalto) y para la Tere Z. Bustamente, con un precio de 2 mil 500 pesos”. Las cosas habían comenzado a cambiar, al menos en la comprobación de los gastos. El 16 de noviembre de 2005, Proceso publicó un reportaje sobre el desmantelamiento de la oficina de la Casa Lázaro Cárdenas, creada oficialmente en agosto de 2003, cuando se dio a conocer una reestructuración administrativa en la Presidencia. No obstante, Marta Sahagún siguió adelante con sus compras. Para ello se emprendió en la Presidencia un movimiento contable a fin de borrar la denominación de la oficina de la primera dama en la gran mayoría de los justificantes de gastos y distribuir sus necesidades de dinero en diferentes rubros. Del análisis de cientos de registros se desprende que los viáticos a nombre de los colaboradores de Sahagún (como su inseparable asistente Claudia Calvin y su operadora logística Rebeca Moreno) se cargaron desde entonces a un “subfondo” vinculado a la secretaría particular del Presidente, encabezada por Emilio Goicoechea Luna. Por otro lado, para la manutención de la oficina, que seguía operando –muestra de ellos los cientos de facturas de restaurantes, teléfonos celulares, televisión de paga, electricidad, material de oficina y pago por estacionamientos– se cubrían con un “fondo rotatorio” asignado a la Dirección de Programación y Presupuesto de la Presidencia. Existen también evidencias de que los servicios de mensajería y paquetería de la Casa Lázaro Cárdenas fueron utilizados para fines personales. Según una factura obtenida por este reportero, el 8 de marzo de 2004 de un establecimiento ubicado en la calle Hegel 406, esquina con Presidente Mazarik, se envió en calidad de urgente un paquete de 12 kilos de ropa a nombre de la señora Beatriz Sahagún de Ávalos, hermana de Marta. En la carátula de la relación de gastos 01338, el recibo de este envío apareció intercalado en una lista de pasajes nacionales, restaurantes, teléfonos celulares y gastos de oficina. Estafeta, mensajería que prestó servicio a la Presidencia, trasladó durante 2003 al menos dos paquetes desde la avenida Mazarik –en la cual se encuentran las tiendas de ropa y perfumería preferidas de la señora– hasta la Casa Lázaro Cárdenas, en Los Pinos. Tan sólo en el período 2002-2006, el equipo de la primera dama derrochó 1 millón 991 mil pesos en teléfonos celulares, radiolocalizadores y un teléfono satelital. También gastó al menos 100 mil pesos en televisión de paga y unos 131 mil pesos más en mensajería, nacional e internacional. Entre las miles de facturas consultadas por Proceso apareció una cuenta bancaria del banco Santander Mexicano a nombre de la oficina de la primera dama. Hay registro de transacciones financieras registradas de enero a agosto de 2002, en la época en que se casaron Marta Sahagún y Vicente Fox. En el estado de cuenta correspondiente a agosto de 2002 se especificó que hubo abonos y depósitos por 8 mil 762 pesos, mientras que los cargos y retiros alcanzaron 13 mil 296 pesos. El saldo final era de 7 mil pesos. No obstante, a lo largo de todo el expediente no volvieron a aparecer rastros de esta chequera. |
Kikka Roja