- Critica la falta de discusión en el Senado y San Lázaro; no se justifica la premura, dice
- La reforma al Estatuto no obliga a renovar el IEDF: Ackerman
- Llama a diputados locales a no cometer otro ugaldazo, como hicieron PAN y PRI en 2003
John Ackerman, especialista en derecho electoral e integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señaló ayer en entrevista con La Jornada que corresponderá a los asambleístas aterrizar algunas de las reformas avaladas por el Senado y la Cámara de Diputados la semana pasada. El investigador de la UNAM y especialista en derecho electoral, John Ackerman, consideró positivo que el PRD –junto con el Frente Amplio Progresista– haya obtenido una “victoria importante” al obligar al gobierno federal a debatir la reforma energética durante dos meses, pero lamentó que una parte de ese partido “haya hecho todo lo posible” para que no se discutieran las modificaciones al Estatuto de Gobierno del Distrito Federal en el Senado y en la Cámara de Diputados, donde se aprobaron con inusitada rapidez.
Ackerman, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios, detalló que corresponderá a los diputados a la Asamblea Legislativa aterrizar algunas de esas reformas avaladas, como el procedimiento para el relevo de los consejeros del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), “y es ahí donde se va a ver hasta dónde llegan los compromisos o las intencionalidades políticas de los que promovieron esos cambios. “Si resulta que se utilizan estas modificaciones para colocar a personas fieles a una corriente específica del PRD –dijo–, ahí sí ya va a ser muy sospechoso todo”, por lo que llamó a los asambleístas de esta ciudad a “no cometer otro ugaldazo –como hicieron PAN y PRI en 2003 en el Instituto Federal Electoral– al frente del IEDF”, pues de lo contrario los procesos de 2009 y 2012 tendrían, de entrada, una mancha de duda.
No hubo disposición
Durante la entrevista, el investigador universitario criticó la falta de discusión en torno a esas reformas. Incluso, citó que hay jurisprudencia dictada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación que señala que no se justifica acelerar el proceso legislativo únicamente con el propósito de cumplir con plazos determinados. “No es un pretexto suficiente el hecho de que se acerque el momento en que ya no se podrán hacer reformas electorales para dar un trato especial a reformas de ley” y, en este caso, agregó, debió haberse discutido a fondo, debió haber disposición al diálogo de esa parte del PRD que hizo todo lo posible para que no lo hubiera. Por lo que hace al proceso de relevo de los consejeros del IEDF, John Ackerman afirmó que no existe ninguna obligación en la reforma para que la ALDF remueva a uno, dos, tres o los siete consejeros actuales. “De hecho, lo recomendable es que los conserve en su lugar”.
Recordó que él fue uno de los promotores más activos de la salida de los consejeros electorales del Instituto Federal Electoral (IFE), y fue porque allá hubo una duda real, fundada, de los resultados de los comicios de 2006. “Hubo violaciones generalizadas a la ley electoral en la que la autoridad electoral hizo poco o nada, entonces el legado de ese IFE es de impunidad e incertidumbre, pero en esta ciudad las cosas fueron distintas y no hubo cuestionamiento al proceso electoral de ese año”. Citó, incluso, que el IEDF puso el ejemplo nacional e internacional al dar a conocer las boletas electorales, en un ejemplo de transparencia, lo que no ocurrió con el IFE, el cual perdió con eso legitimidad y la confianza de los ciudadanos. “Hoy no hay crisis institucional en el IEDF ni la hubo, como sí ocurrió con el IFE”. Con miras a lo que vendrá en el futuro cercano, el especialista en derecho electoral alertó que si ahora un grupo del PRD procede a destituir a los consejeros locales y dejar gente afín, “se confirmará la sospecha; ahí empezaría una etapa de crisis institucional del IEDF y terminaría siendo la copia del IFE de 2006.
–¿Qué es lo recomendable en este tema? –se le preguntó.
–Dejar a los consejeros electorales del DF por el tiempo que fueron electos y organicen los comicios de 2009 y 2012, y a la par elaborar un procedimiento ejemplar de elección de consejeros de alto perfil, de gente independiente que logre consensos y dar así un ejemplo a los diputados federales.
Por último, en torno a abrir paso a los partidos locales con las modificaciones al Estatuto de Gobierno, expresó: “no me parece mal. En principio tiene un sentido muy democrático, puede asegurar una representación más democrática en el Distrito Federal. No me parece malo.
Ackerman, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios, detalló que corresponderá a los diputados a la Asamblea Legislativa aterrizar algunas de esas reformas avaladas, como el procedimiento para el relevo de los consejeros del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), “y es ahí donde se va a ver hasta dónde llegan los compromisos o las intencionalidades políticas de los que promovieron esos cambios. “Si resulta que se utilizan estas modificaciones para colocar a personas fieles a una corriente específica del PRD –dijo–, ahí sí ya va a ser muy sospechoso todo”, por lo que llamó a los asambleístas de esta ciudad a “no cometer otro ugaldazo –como hicieron PAN y PRI en 2003 en el Instituto Federal Electoral– al frente del IEDF”, pues de lo contrario los procesos de 2009 y 2012 tendrían, de entrada, una mancha de duda.
No hubo disposición
Durante la entrevista, el investigador universitario criticó la falta de discusión en torno a esas reformas. Incluso, citó que hay jurisprudencia dictada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación que señala que no se justifica acelerar el proceso legislativo únicamente con el propósito de cumplir con plazos determinados. “No es un pretexto suficiente el hecho de que se acerque el momento en que ya no se podrán hacer reformas electorales para dar un trato especial a reformas de ley” y, en este caso, agregó, debió haberse discutido a fondo, debió haber disposición al diálogo de esa parte del PRD que hizo todo lo posible para que no lo hubiera. Por lo que hace al proceso de relevo de los consejeros del IEDF, John Ackerman afirmó que no existe ninguna obligación en la reforma para que la ALDF remueva a uno, dos, tres o los siete consejeros actuales. “De hecho, lo recomendable es que los conserve en su lugar”.
Recordó que él fue uno de los promotores más activos de la salida de los consejeros electorales del Instituto Federal Electoral (IFE), y fue porque allá hubo una duda real, fundada, de los resultados de los comicios de 2006. “Hubo violaciones generalizadas a la ley electoral en la que la autoridad electoral hizo poco o nada, entonces el legado de ese IFE es de impunidad e incertidumbre, pero en esta ciudad las cosas fueron distintas y no hubo cuestionamiento al proceso electoral de ese año”. Citó, incluso, que el IEDF puso el ejemplo nacional e internacional al dar a conocer las boletas electorales, en un ejemplo de transparencia, lo que no ocurrió con el IFE, el cual perdió con eso legitimidad y la confianza de los ciudadanos. “Hoy no hay crisis institucional en el IEDF ni la hubo, como sí ocurrió con el IFE”. Con miras a lo que vendrá en el futuro cercano, el especialista en derecho electoral alertó que si ahora un grupo del PRD procede a destituir a los consejeros locales y dejar gente afín, “se confirmará la sospecha; ahí empezaría una etapa de crisis institucional del IEDF y terminaría siendo la copia del IFE de 2006.
–¿Qué es lo recomendable en este tema? –se le preguntó.
–Dejar a los consejeros electorales del DF por el tiempo que fueron electos y organicen los comicios de 2009 y 2012, y a la par elaborar un procedimiento ejemplar de elección de consejeros de alto perfil, de gente independiente que logre consensos y dar así un ejemplo a los diputados federales.
Por último, en torno a abrir paso a los partidos locales con las modificaciones al Estatuto de Gobierno, expresó: “no me parece mal. En principio tiene un sentido muy democrático, puede asegurar una representación más democrática en el Distrito Federal. No me parece malo.
Kikka Roja