Se llama Ecofa y es una alternativa al petróleo, un eco-combustible producido a partir de la basura orgánica. Dice Francisco Angulo, su inventor, que valoró la patente en 9.000 millones de euros para no venderla, pero que ha recibido tres ofertas ESPAÑA.- Quien dijo que la necesidad agudiza el ingenio pensaba en Francisco Angulo. Vivía a 25 kilómetros de la gasolinera más cercana, demasiado lejos para su viejo cliclomotor: si iba y llenaba el depósito, cuando volvía lo tenía que volver a llenar. Así que si la moto no va a la gasolinera, que la gasolinera vaya a la moto. Se puso a estudiar cuáles son los componentes de la gasolina, cómo y por qué funciona, y a buscar un producto similar, más barato, no contaminante y orgánico; es decir, que no tuviera que ver con el petróleo. Doce años después presenta su propio combustible, el Ecofa –el nombre viene de ecológico y de las iniciales de su inventor–, un eco-combustible que se logra a partir de basura orgánica. “Cuando sabes los componentes de la gasolina, te das cuenta de que no es nada mágico y que se puede producir con otros componentes. Para producir combustible hacen falta hidrógeno y carbono, y el carbono más barato es el de la basura”, explica con seguridad, aunque no sea químico, sino informático, y todo lo que sabe se lo han enseñado los libros. “Éste es mi ‘hobby’. No soy superdotado; me gusta esto y no el fútbol. Soy raro, pero de ahí a que sea un genio... –asegura, modesto–. Me han llamado loco continuamente porque hay quien no entiende el concepto de todo el proyecto y porque las petroleras se han gastado mucho dinero para que viéramos la gasolina como algo único, indispensable e insustituible”. VALE LA PENA EL ESFUERZO Tanto esfuerzo le ha merecido la pena: hace apenas 15 días que ha presentado el invento y la petrolera Repsol se ha mostrado interesada en él. Además, una empresa murciana le va a financiar el desarrollo industrial de un proyecto hasta el momento totalmente artesanal. “Ahora obtenemos entre un litro y litro y medio de Ecofa por cada diez kilos de basura, y hemos calculado los costes en 15 céntimos el litro de combustible, aunque el precio se puede mejorar al producirlo industrialmente”, asegura encantado ahora que ve luz al final del túnel. “Todos los días he pensado en tirar la toalla. He tenido tres tiendas de informática y las he tenido que cerrar para dedicarme a esto. Los últimos años los he pasado bastante mal económicamente –asegura este joven de 31 años que aún vive en casa de sus padres–. He invertido todo en este proyecto. Los últimos cuatro coches los he dedicado a hacer pruebas. En vez de comprarme uno nuevo como la gente de mi edad, me los compraba de segunda mano y hacía pruebas con él hasta que no podía más”. MULTIMILLONARIO EN POTENCIA Sin embargo, Angulo es un multimillonario en potencia. Ha valorado su patente en 9.000 millones de euros, “con la idea de que no se vendiese, pero hemos recibido tres ofertas por este dinero. Me parece ciencia ficción, no lo veo real. Yo empecé esto por afición, para demostrar que había alternativas al petróleo, pero nunca pensé que pudiera enriquecerme”, dice, aunque aún se muestra incrédulo: “No sé si algún día ganaré dinero con esto. Es muy complicado. Los coches eléctricos, por ejemplo, se inventaron a la vez que los de gasolina y todavía no se han desarrollado”. A pesar de todo, este quijote sigue con los pies en el suelo y ni siquiera teme que alguna poderosa petrolera le compre la patente para meterla en un cajón: “Si lo hacen, con ese dinero voy a invertir en cuatro o cinco proyectos similares que tengo en mente”, advierte. LA SOLUCIÓN PARA LOS CAMIONEROS La crisis de la basura que viven en Nápoles por falta de vertederos donde tirar los desperdicios se acabaría con una planta de producción de Ecofa. “Se solucionaría un problema cada vez más preocupante, que es el de qué hacemos con la basura, por lo que además los ayuntamientos tendrían que pagar por este servicio, lo que abarataría aún más el coste”. Es una de las ventajas que explica Angulo, pero hay más: “Es un proceso biológico, se obtiene sin usar energía y se puede usar en todo tipo de vehículos”.Incluso, asegura que lo ha probado en tractores, que necesitan potencia, y ha funcionado. NO SOLUCIONA EL MUNDO PERO AYUDA “No sería la solución perfecta, pero sí una de las que se podían implantar con más rapidez para acabar con problemas como los de los camioneros o pescadores –afirma–. Y no hay que plantar cereales, como con los biocombustibles”. Angulo presenta su invento como una alternativa no sólo al petróleo, sino también a los biocombustibles, un sector que en España está al borde de la quiebra. “La situación actual de los biocarburantes habría que calificarla como crítica. Y no exagero –asegura Manuel Bustos, director general del área de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA)–. Estamos en un momento que, de no solucionarse, puede ser un fiasco industrial y económico para todas las empresas que, en función de los planes del Gobierno, se han decidido a hacer cuantiosas inversiones (entre 1.000 y 4.000 millones por empresa)”. Según datos de APPA, la media de producción de las 24 plantas de biodiésel en enero y febrero de 2008 ha sido tan sólo del 20 por ciento. “Y de las cuatro de bioetanol (sustitutivo de la gasolina), una está totalmente parada, aunque lleva meses pagando los sueldos. Estamos en números rojos, tarde o temprano tendremos que hacer suspensión de pagos”, advierte Bustos. Para la producción de biodiésel se usan, entre otros, aceite de colza, soja y palma, pero también aceites de cocina usados, como los de los restaurantes McDonald’s. QUE CONTIENE ESTE NUEVO COMBUSTIBLE El bioetanol es una mezcla de cereales y alcohol en la que se emplean incluso los restos y excedentes del vino. El Plan de Energías Renovables 2005-2010 aprobado por el Gobierno establecía un objetivo de sustitución del 5,83 por ciento del gasóleo por el biodiésel para el año 2010. Sin embargo, su implantación en 2007 era sólo del 1 por ciento. “Hace un año y medio, viendo la situación, hicimos una propuesta al Gobierno para que, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, Brasil, Alemania o el Reino Unido, hiciera obligatorio el consumo. La propuesta cayó bien en el Gobierno y hace un año el Ministerio de Industria hizo una modi_ cación de la ley para obligar el 1 de enero de 2009 a un 3,4 por ciento y el 5,83 para el 2010”, explican en APPA, donde se quejan de que pasan los meses y el Gobierno aún no ha preparado el reglamento para que se pueda aplicar esa modificación, cuando quedan seis meses para la fecha en la que tendría que entrar en vigor. “El poder político de las petroleras en España es enorme y el ministerio no se ha atrevido a sacarlo por sus presiones. Hay que ver si el Gobierno sigue adelante o sucumbe a las presiones para no incentivar el uso de los biocarburantes”, añade Bustos. BIOCOMBUSTIBLES A LA ALZA España es uno de los países de la Unión Europea que más fuerte apostaron desde el principio por el uso de biocarburantes como forma de lucha contra el cambio climático y para reducir la dependencia energética del petróleo, que en España es del 99 por ciento. El proyecto que los productores de energías renovables reclaman al Gobierno obligaba también a sustituir la gasolina por bioetanol. “Esto es lo que las petroleras se niegan a aceptar –asegura Bustos–, porque en España cada vez se vende menos gasolina (sólo el 30 por ciento del parque automovilístico la utiliza), por lo que si se incentiva el bioetanol, la gasolina está abocada a la muerte”. Y pone el ejemplo de Brasil, donde el consumo de bioetanol ya es mayor que el de gasolina. “El problema es que en España el 70 por ciento de las gasolineras las controlan tres empresas: Repsol, Cepsa y BP”, se lamenta. “Nosotros vendemos cuatro veces más cantidad de gasóleo que de biodiésel. Diez mil litros diarios frente a 2.500”, asegura José Antonio Fraile, encargado de la estación de servicio Valdebernardo, de la compañía Star Petrolium, una de las pocas que venden biodiésel en Madrid. En España apenas hay una decena de gasolineras que sirvan bioetanol. “La gente está muy poco informada: unos lo ven bueno porque creen que lleva más aditivos para que el coche ande más kilómetros; otros dicen: «Ponme de la del trigo y la cebada»”, añade Fraile. El precio de ambos combustibles en esta gasolinera es el mismo (1,299 euros el litro). “Si fuera más barato, se vendería más, seguro. Los taxistas lo usan mucho, pero la gente mayor es muy reticente”, explica Fraile, que asegura: “Como tiene aceite vegetal y es más espesa, el motor trabaja mejor, aunque también ensucia los filtros”. Una de sus clientas, Jehnny Sevilla, prefiere “el diésel de toda la vida porque creo que es mejor”. Sin embargo, Samuel Martín descuelga la manguera amarilla (color del biodiésel) de la gasolinera: “La echo porque es más limpia y la furgoneta tira más. No es por ecología, sino por el coche”. |
Kikka Roja