Desacuerdo de PRI y PAN frena creación de filiales de capital privado en Pemex
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
Inclusive, el perredista Graco Ramírez saludó “la voluntad” de Acción Nacional de buscar un acuerdo “entre todos” en torno al tema de contratos, y se abrió la posibilidad de acuerdos del PRD con el PRI, para avanzar, dijo, en un esquema que no implique privatización alguna de la paraestatal.
Ayer las comisiones de Energía y de Estudios Legislativos sesionaron por la mañana y la noche, y lograron destrabar uno de los temas conflictivos, el de la participación del Congreso en la ratificación de los integrantes independientes del consejo de administración de Pemex, a cambio de que los miembros de la Comisión Nacional de Hidrocarburos no requieran el aval legislativo para su nombramiento. Por la mañana los senadores analizaron el anteproyecto de dictamen de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia del petróleo, y la fracción del PAN, a través del senador Rubén Camarillo, condicionó aprobar la creación de las empresas filiales de Pemex, contenidas en la iniciativa del PRI, a que en su capital social participen las administradoras de fondos para el retiro (Afores) y otras sociedades de inversión nacionales.
El priísta Francisco Labastida dio a conocer de inmediato el rechazo de su grupo parlamentario a ese planteamiento del PAN, que implica la participación privada en empresas filiales de Pemex, que deben constituirse, expuso, con capital estatal. Luego, en respuesta a una pregunta del perredista Arturo Núñez, definió que el PRI retirará la propuesta si no cuenta con el apoyo de algún otro partido. Ahí mismo, el perredista Pablo Gómez dejó claro que el Frente Amplio Progresista (FAP) no está de acuerdo, “de ninguna manera, en que en la ley se establezca la existencia de filiales constituidas como sociedades mercantiles, fuera del control presupuestal directo”. El también perredista Graco Ramírez expresó luego que el planteamiento del PAN revivía la propuesta de Calderón de entregar a particulares el negocio de la refinación y el transporte del petróleo. Camarillo declaró al final que sin la participación de Afores y otras sociedades de inversión en las filiales de Pemex, el PAN no votará en favor de la existencia de esas empresas, que, según la iniciativa de Manlio Fabio Beltrones, deberán ser creadas por decreto por el Ejecutivo. El punto fue eliminado del dictamen.
El perredista Pablo Gómez demandó luego que se incluya en el artículo 6 de la Ley Reglamentaria del artículo 27 en materia del petróleo que Pemex no se someterá en ningún caso a la jurisdicción de tribunales foráneos, tratándose de controversias referidas a contratos de obras y prestación de servicios en territorio nacional. El panista Fernando Elizondo respondió que si bien un gobierno no se somete a la juridicción de otro, “es muy difícil pretender que empresas extranjeras se sometan a la jurisdicción de su contrataparte”.
PRD se acerca al PAN-gobierno
Aunque en las negociaciones para dictaminar la reforma energética las propuestas de PAN y PRI se habían impuesto a las del FAP, las cosas cambiaron, a partir de la presencia de Felipe Calderón en el Senado, con motivo de la entrega de la medalla Belisario Domínguez, el pasado 7 de octubre. Ese día, la situación dio un vuelco, según fuentes del sol azteca y de Acción Nacional, y comenzó el acercamiento a través del coordinador blanquiazul, Gustavo Madero. El PRD propuso al PAN siete puntos de acuerdo, de los que Calderón retomó tres dentro de su plan anticrisis, que fueron la construcción de una refinería y librar a Pemex de los Pidiregas y del superávit primario, con el propósito de reconocerle las utilidades a la paraestatal.
Los otros cuatro puntos, que tienen que ver con el esquema de contratos, que impida todo asomo de privatización en Pemex, están a discusión. En opinión de perredistas que participan en la negociación, el gobierno federal y su partido valoraron las ventajas electorales que obtendrá el PRI y su coordinador Beltrones si todo el mérito de la reforma recae en ellos, además de los riesgos de que a través del contratismo se beneficie a empresarios ligados al tricolor. Por la noche, los senadores discutieron el anteproyecto de dictamen de la Ley Orgánica de Pemex, donde está el controvertido capítulo de contratos. Ahí Graco Ramírez propuso un nuevo esquema para acotar por completo la contratación de obras y servicios que la paraestatal lleve a cabo con particulares, con la finalidad de que no se reproduzcan figuras similares a los contratos de riesgo.
Ramírez propuso eliminar los contratos incentivados, dejar claro que no se concederá derecho alguno sobre las reservas petroleras, por lo que los contratistas no podrán registrarlas como activos propios “y la nación los registrará como parte de su patrimonio”. Asimismo, que no se otorguen contratos de exploración o producción que contemplen el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas para un contratista, entre otros. Tanto Labastida como Camarillo objetaron los planteamientos del perredista, aunque el tema quedó sujeto a negociación.
De los siete proyectos de dictamen, se logró ya el consenso en torno a tres que desde un principio no plantearon mayores problemas. Los otros cuatro siguen a discusión.
Kikka Roja