La decisión del TEPJF fue un acto de justicia, sostiene Ortega
NADIE VA A VOTAR POR ESTE TRAIDORFOTO DEL SINVERGÜENZA HIPOCRITA.
JESUS ORTEGA UN PANISTA FECALISTA DENTRO DEL PRD
BIEN QUE SABE QUE ESTA DERROTADO.
Editorial
PRD: suciedad electoral legalizada
Ayer, por unanimidad, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó el fallo emitido por la Comisión Nacional de Garantías (CNG) del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el sentido de anular las elecciones internas que ese instituto político realizó el pasado 16 de marzo. De tal forma, el órgano encargado de impartir justicia electoral convalidó unos comicios marcados por el desaseo y en los que se presentaron, a decir del magistrado presidente, Flavio Galván, “diversas causales de nulidad”, para nombrar como ganador al candidato de la corriente Nueva Izquierda, Jesús Ortega, y solicitar a la CNG que entregue, a más tardar en 48 horas, la constancia que lo acredite como presidente nacional del PRD.
La resolución adoptada ayer remite de manera inevitable al fallo que el propio TEPJF emitió tras las elecciones presidenciales de julio de 2006, cuando los magistrados de la Sala Superior se negaron a efectuar un recuento total de los votos –que resultaba deseable, sensato y necesario– y decidieron dotar de validez jurídica al referido proceso electoral, a pesar de reconocer que estuvo plagado de “irregularidades graves” y que hubo violaciones flagrantes a las leyes electorales en perjuicio de uno de los candidatos por parte de representantes del poder político y empresarial. Entonces, como ahora, el TEPJF claudicó de su responsabilidad de dotar de certeza a los procesos electorales, dio la impresión de tomar partido en vez de impartir justicia y, lejos de brindar una salida a un conflicto poselectoral, lo profundizó y perpetuó.
Con semejante decisión, el tribunal electoral contribuye a la consolidación de un sistema electoral en el que las mapacherías, las trampas y las prácticas antidemocráticas resultan aceptables y ungidas de legitimidad a posteriori. No resulta sorprendente, por ello, que ante el descomunal desprestigio del TEPJF y del Instituto Federal Electoral, un creciente sector de la ciudadanía haya dejado de ver en la vía democrática y electoral un instrumento de incidencia real en las decisiones del poder público y un cauce viable para superar los enormes rezagos sociales que padece el país.
Por lo demás, la carta de naturalización que las instituciones referidas han otorgado a la marrullería electoral obligan a preguntarse de qué forma y con qué mecanismos podrían corregirse los otros vicios y corruptelas que campean en el ámbito de la administración pública.
Por lo que hace al PRD, el fallo comentado, que anula decisiones tomadas en sus instancias internas, le implicará un costo altísimo en materia de credibilidad y autoridad moral. Si para cualquier organización partidista resulta bochornoso que su dirigencia sea nombrada por una instancia del poder público, para un instituto político que se pretende opositor y el principal de izquierda en el país, tal circunstancia es necesariamente devastadora, particularmente en el contexto actual, caracterizado por la sospecha, el deterioro institucional y la pérdida de autoridad moral por parte de instituciones y partidos en general. Si la presidencia partidista emanada del fallo del TEPJF logra consolidarse en el aparato del partido, le resultará, en lo sucesivo, muy difícil recuperar el prestigio y el liderazgo ante los electores, simpatizantes y militantes, muchos de los cuales verán, en la resolución comentada, un pago por la obsecuencia ante el gobierno calderonista con que se ha conducido la corriente que encabeza el propio Jesús Ortega.
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Alma E. Muñoz
Ampliar la imagen Jesús Ortega, ayer Foto: Yazmín Ortega Cortés
Jesús Ortega afirmó que asumirá la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), como resolvió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), porque es un acto de justicia y rechazó que el resultado fuera pago al voto favorable que legisladores perredistas dieron a la reforma energética. En conferencia de prensa, tras conocerse la resolución de los magistrados, Ortega Martínez convocó a Alejandro Encinas a asumir la secretaría general del PRD, y se mostró dispuesto al diálogo con los dirigentes de los partidos Revolucionario Institucional y de Acción Nacional para impulsar reformas que ayuden al país. Anunció asimismo que analizará la posibilidad de reunirse con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. “Lo voy a evaluar con los coordinadores parlamentarios del partido y con otros dirigentes, pero de antemano digo que el diálogo no daña a nadie. Nosotros dialogamos sin hacer a un lado nuestras convicciones y nuestros principios”. Por lo pronto, indicó, en el Congreso mantendremos espacios de reflexión común y colectiva con otras fuerzas políticas, y también la comunicación con el gobierno federal, como se tuvo con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para elaborar el Presupuesto de Egresos, y como legisladores nuestros “se han reunido con el encargado de la política interior y con otros secretarios”.
–¿Y con Felipe Calderón?
–No lo tengo contemplado. Y como he dicho, reiteraremos una respuesta a su pregunta en los órganos colegiados del partido.
Jesús Ortega estuvo rodeado de colaboradores de corrientes perredistas afines a su proyecto, felices con la resolución, mientras él se mostraba conciliador y dispuesto a construir acuerdos por la unidad interna después de que, dijo, el TEPJF “garantizó el respeto al voto de los militantes perredistas, se apegó a la legalidad constitucional y a la legalidad estatutaria de nuestro partido”. Indicó, a contracorriente de las denuncias de integrantes de Izquierda Unida, respecto a que los comicios del pasado 16 de marzo estuvieron plagados de irregularidades, que el órgano electoral dio a conocer razones incontrastables desde el punto de vista jurídico de que la votación “se desarrolló con normalidad”, y celebró que aplicara “justicia” en casillas que “incorrectamente había anulado la Comisión Nacional de Garantías”, con lo cual obtuvo el triunfo. Sostuvo que Encinas le merece el mayor de sus respetos, y se comprometió a buscar un acercamiento con él, lo mismo que con Andrés Manuel López Obrador, y los partidos que junto con el suyo forman parte del Frente Amplio Progresista. A Encinas, en particular, le pidió trabajar de manera conjunta, sin conflictos, y tratar de superar sus diferencias “de manera civilizada y tolerante”.
En respuesta a los cuestionamientos que sobre el fallo dio el ex jefe de Gobierno capitalino, pidió no perder de vista que el tribunal electoral es “producto del PRD” y una institución amparada por la Constitución, por lo cual, sostuvo, “no nos hemos apartado de la legalidad”. Se mostró convencido que no habrá ruptura en el sol azteca, y señaló que las expresiones de descalificación e intolerancia en su contra no las tomará en cuenta. Insistió en que desde la dirigencia nacional impulsará la construcción de un PRD que represente a la izquierda moderna y atenta a los reclamos de la gente. Porque el partido “debe con urgencia renovarse, hacerlo desde los puntos de vista orgánico, político y programático. Necesitamos construir un PRD del siglo XXI, no de mediados del siglo pasado”.
El partido, apuntó, necesita “una renovación ética y estoy presto a contribuir, aportar y trabajar para ello”. Comentó que Jesús Zambrano, coordinador nacional de Nueva Izquierda, será el responsable de buscar el acercamiento con Encinas. Y dentro de la corriente se dijo que corresponderá al coordinador de los senadores, Carlos Navarrete, establecer el contacto con López Obrador. Antes, el presidente interino del PRD, Guadalupe Acosta, confió en que lo resuelto por el tribunal no profundice las diferencias y llamó a los diferentes grupos a trabajar por la unidad. Informó que se definirá en los próximos días el llamado a Consejo Nacional para que Ortega asuma el cargo.
PRD: suciedad electoral legalizada
Ayer, por unanimidad, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó el fallo emitido por la Comisión Nacional de Garantías (CNG) del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el sentido de anular las elecciones internas que ese instituto político realizó el pasado 16 de marzo. De tal forma, el órgano encargado de impartir justicia electoral convalidó unos comicios marcados por el desaseo y en los que se presentaron, a decir del magistrado presidente, Flavio Galván, “diversas causales de nulidad”, para nombrar como ganador al candidato de la corriente Nueva Izquierda, Jesús Ortega, y solicitar a la CNG que entregue, a más tardar en 48 horas, la constancia que lo acredite como presidente nacional del PRD.
La resolución adoptada ayer remite de manera inevitable al fallo que el propio TEPJF emitió tras las elecciones presidenciales de julio de 2006, cuando los magistrados de la Sala Superior se negaron a efectuar un recuento total de los votos –que resultaba deseable, sensato y necesario– y decidieron dotar de validez jurídica al referido proceso electoral, a pesar de reconocer que estuvo plagado de “irregularidades graves” y que hubo violaciones flagrantes a las leyes electorales en perjuicio de uno de los candidatos por parte de representantes del poder político y empresarial. Entonces, como ahora, el TEPJF claudicó de su responsabilidad de dotar de certeza a los procesos electorales, dio la impresión de tomar partido en vez de impartir justicia y, lejos de brindar una salida a un conflicto poselectoral, lo profundizó y perpetuó.
Con semejante decisión, el tribunal electoral contribuye a la consolidación de un sistema electoral en el que las mapacherías, las trampas y las prácticas antidemocráticas resultan aceptables y ungidas de legitimidad a posteriori. No resulta sorprendente, por ello, que ante el descomunal desprestigio del TEPJF y del Instituto Federal Electoral, un creciente sector de la ciudadanía haya dejado de ver en la vía democrática y electoral un instrumento de incidencia real en las decisiones del poder público y un cauce viable para superar los enormes rezagos sociales que padece el país.
Por lo demás, la carta de naturalización que las instituciones referidas han otorgado a la marrullería electoral obligan a preguntarse de qué forma y con qué mecanismos podrían corregirse los otros vicios y corruptelas que campean en el ámbito de la administración pública.
Por lo que hace al PRD, el fallo comentado, que anula decisiones tomadas en sus instancias internas, le implicará un costo altísimo en materia de credibilidad y autoridad moral. Si para cualquier organización partidista resulta bochornoso que su dirigencia sea nombrada por una instancia del poder público, para un instituto político que se pretende opositor y el principal de izquierda en el país, tal circunstancia es necesariamente devastadora, particularmente en el contexto actual, caracterizado por la sospecha, el deterioro institucional y la pérdida de autoridad moral por parte de instituciones y partidos en general. Si la presidencia partidista emanada del fallo del TEPJF logra consolidarse en el aparato del partido, le resultará, en lo sucesivo, muy difícil recuperar el prestigio y el liderazgo ante los electores, simpatizantes y militantes, muchos de los cuales verán, en la resolución comentada, un pago por la obsecuencia ante el gobierno calderonista con que se ha conducido la corriente que encabeza el propio Jesús Ortega.
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Alma E. Muñoz
Ampliar la imagen Jesús Ortega, ayer Foto: Yazmín Ortega Cortés
Jesús Ortega afirmó que asumirá la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), como resolvió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), porque es un acto de justicia y rechazó que el resultado fuera pago al voto favorable que legisladores perredistas dieron a la reforma energética. En conferencia de prensa, tras conocerse la resolución de los magistrados, Ortega Martínez convocó a Alejandro Encinas a asumir la secretaría general del PRD, y se mostró dispuesto al diálogo con los dirigentes de los partidos Revolucionario Institucional y de Acción Nacional para impulsar reformas que ayuden al país. Anunció asimismo que analizará la posibilidad de reunirse con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. “Lo voy a evaluar con los coordinadores parlamentarios del partido y con otros dirigentes, pero de antemano digo que el diálogo no daña a nadie. Nosotros dialogamos sin hacer a un lado nuestras convicciones y nuestros principios”. Por lo pronto, indicó, en el Congreso mantendremos espacios de reflexión común y colectiva con otras fuerzas políticas, y también la comunicación con el gobierno federal, como se tuvo con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para elaborar el Presupuesto de Egresos, y como legisladores nuestros “se han reunido con el encargado de la política interior y con otros secretarios”.
–¿Y con Felipe Calderón?
–No lo tengo contemplado. Y como he dicho, reiteraremos una respuesta a su pregunta en los órganos colegiados del partido.
Jesús Ortega estuvo rodeado de colaboradores de corrientes perredistas afines a su proyecto, felices con la resolución, mientras él se mostraba conciliador y dispuesto a construir acuerdos por la unidad interna después de que, dijo, el TEPJF “garantizó el respeto al voto de los militantes perredistas, se apegó a la legalidad constitucional y a la legalidad estatutaria de nuestro partido”. Indicó, a contracorriente de las denuncias de integrantes de Izquierda Unida, respecto a que los comicios del pasado 16 de marzo estuvieron plagados de irregularidades, que el órgano electoral dio a conocer razones incontrastables desde el punto de vista jurídico de que la votación “se desarrolló con normalidad”, y celebró que aplicara “justicia” en casillas que “incorrectamente había anulado la Comisión Nacional de Garantías”, con lo cual obtuvo el triunfo. Sostuvo que Encinas le merece el mayor de sus respetos, y se comprometió a buscar un acercamiento con él, lo mismo que con Andrés Manuel López Obrador, y los partidos que junto con el suyo forman parte del Frente Amplio Progresista. A Encinas, en particular, le pidió trabajar de manera conjunta, sin conflictos, y tratar de superar sus diferencias “de manera civilizada y tolerante”.
En respuesta a los cuestionamientos que sobre el fallo dio el ex jefe de Gobierno capitalino, pidió no perder de vista que el tribunal electoral es “producto del PRD” y una institución amparada por la Constitución, por lo cual, sostuvo, “no nos hemos apartado de la legalidad”. Se mostró convencido que no habrá ruptura en el sol azteca, y señaló que las expresiones de descalificación e intolerancia en su contra no las tomará en cuenta. Insistió en que desde la dirigencia nacional impulsará la construcción de un PRD que represente a la izquierda moderna y atenta a los reclamos de la gente. Porque el partido “debe con urgencia renovarse, hacerlo desde los puntos de vista orgánico, político y programático. Necesitamos construir un PRD del siglo XXI, no de mediados del siglo pasado”.
El partido, apuntó, necesita “una renovación ética y estoy presto a contribuir, aportar y trabajar para ello”. Comentó que Jesús Zambrano, coordinador nacional de Nueva Izquierda, será el responsable de buscar el acercamiento con Encinas. Y dentro de la corriente se dijo que corresponderá al coordinador de los senadores, Carlos Navarrete, establecer el contacto con López Obrador. Antes, el presidente interino del PRD, Guadalupe Acosta, confió en que lo resuelto por el tribunal no profundice las diferencias y llamó a los diferentes grupos a trabajar por la unidad. Informó que se definirá en los próximos días el llamado a Consejo Nacional para que Ortega asuma el cargo.
Kikka Roja