Ampliar la imagen Guadalupe Acosta, durante su discurso de despedida como líder interino del PRD, ayer en el teatro Venustiano Carranza Foto: José Antonio López El bloque Nueva Izquierda-Alternativa Democrática Nacional (NI-ADN) consumó ayer el control del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la etapa en que Jesús Ortega Martínez será su presidente. En el inicio del séptimo Consejo Nacional garantizó, al aplicar su mayoría, el manejo de este órgano para permitir que hoy Ortega tome protesta. La imposición se dio mediante el nombramiento del presidente de la mesa directiva y de dos secretarios de ese consejo, mientras Izquierda Unida demostró sus diferendos en la búsqueda personal de posiciones dentro de los órganos directivos del partido. Su comportamiento fue interpretado por NI-ADN como intento por postergar la asunción de Ortega. Pero el control que asumió del consejo Jesús Zambrano frenó esa estrategia, con lo cual aseguró a su compañero en la coordinación nacional de Nueva Izquierda su primer acto multitudinario como presidente nacional del PRD, convocado para este domingo a las 10 de la mañana en la explanada de la delegación Venustiano Carranza. Esperan la participación de 10 mil personas, que desde ayer comenzaron a ser movilizadas. Tan sólo ADN, anticipó el senador Héctor Bautista, trasladará unas 3 mil personas del estado de México para el festejo que se planea “esté bien vestido”, como aseguró Zambrano, y no se descarta la contratación de juegos pirotécnicos, así como cañones de confeti. Ayer hubo dos sesiones de Consejo Nacional. La primera, para nombrar a los 15 consejeros eméritos que restaban para la integración del séptimo Consejo Nacional, y escuchar el discurso de despedida de Guadalupe Acosta Naranjo como presidente interino. Éste reprochó a los partidos del Trabajo y Convergencia negociar su propia alianza electoral para 2009, cuando hace dos años el PRD les “otorgó abiertamente” 12 por ciento de la votación total y “la mayor bancada que hayan tenido por la vía uninominal”. Aseguró que el partido tiene posibilidad de ganar la Presidencia de la República en 2012: “que nadie dé por muerto al PRD, que nadie dé por acabada a la izquierda mexicana”. Tras decretarse un receso para consensuar la lista de los eméritos que posteriormente sería aprobada, la negociación se trasladó a un restaurante aledaño al cine Venustiano Carranza, donde se reúnen los perredistas, y en cuya marquesina se anuncia el ciclo “Mujeres insumisas”. Consejeros Allí, representantes de NI-ADN y de Izquierda Unida modificaron la propuesta que previamente Acosta preparó. De ésta se consideraron inobjetables: Amalia Solórzano, Ifigenia Martínez y Arnoldo Martínez Verdugo. Y para los nombramientos restantes se acordó que los primeros designarían a siete y los encinistas a cinco. NI-ADN nombraron a Graco Ramírez Garrido Abreu, Graciela Rojas, Jorge Calderón, Valentín González, Camilo Valenzuela, Miguel Moreno Brizuela y Alfonso Ramírez Cuéllar. En tanto que IU designó a Iván García Solís, Pedro Delgado Salgado, Jesús Martín del Campo, Audomaro Ahumada y el joven secretario de gobierno del PRD capitalino, Manuel Oropeza. Como este último bloque dejó fuera al secretario general de Gobierno del Distrito Federal, José Ángel Ávila, cuya inclusión en la lista fue negociada previamente por el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, con Jesús Ortega, NI-ADN sacrificaron a Martínez Verdugo. La negociación fue cuestionada por Gerardo Unzueta, quien reprochó a los pocos consejeros presentes en la votación no tomar en cuenta la larga trayectoria de varios perredistas. Y su pregunta fue: “¿Por qué me demeritaron?” Se decretó un segundo receso para instalar el séptimo Consejo Nacional, que se retrasó dos horas, mientras las corrientes intentaron otro acuerdo sobre la integración de la mesa directiva de ese órgano. Resolvieron que la presidencia y dos secretarías serían para NI-ADN, mientras la vicepresidencia y una secretaría para IU. Después de las 6 de la tarde, Camilo Valenzuela Fierro, presidente de la mesa directiva del sexto Consejo Nacional, comenzó a urgir a los consejeros que tomarían protesta a sumarse al pleno. Solícito, se acercó a Zambrano para preguntarle: “¿Qué hago? Usted diga”, al enterarse de que él repetiría en el cargo. Zambrano le pedía paciencia. Porque en ese momento, por teléfono, discutía primero con Ricardo Ruiz y después mediante mensajes de texto en el celular apresuró a Dolores Padierna Luna para entregar sus propuestas, luego de rechazarle a David Cervantes Peredo y Agustín González, porque “no son consejeros”. Como Izquierda Unida no se presentaba, se inició en el cine Venustiano Carranza el pleno del consejo en tercera llamada y, cuando se tomaba protesta a sus nuevos integrantes, los dirigentes encinistas empezaron a llegar. Apareció también Ricardo Ruiz, quien provocó una escisión en ese bloque cuando, según la versión de Padierna, les dijo a sus compañeros que él se quedaría con la presidencia de la mesa en un acuerdo con Zambrano, quien lo negó: “Lo que hizo Ruiz fue pedirme ‘déjanos la presidencia y la vicepresidencia’, y yo le dije ‘no, no, no’. Me dijo que su propuesta era que (José Antonio) Rueda se quedara en la presidencia.” Discusión aprovechada IU se enfrascó en una nueva discusión, aprovechada por Camilo Valenzuela para dar la palabra a Héctor Bautista, quien presentó la integración parcial de la mesa directiva del consejo: presidente, Valenzuela; secretarios, Pável Jarero y Rogelia González. Molesta, Padierna dio la orden de abandonar la sala de cine a los integrantes de su corriente, IDN. Acusó a Ricardo Ruiz y advirtió que pelearán 50 por ciento de los cargos en la Comisión Política y el secretariado, y cuestionó el nombramiento de Valenzuela: “le están pagando toda la bola de cochinadas que les avaló. Ése es su premio”. El bloque NI-ADN contempla votar hoy la integración de la Comisión Política Nacional y del secretariado, y se anticipó que una vez Ortega asuma la presidencia, con Hortensia Aragón como secretaria general, iniciará un recorrido por los distritos electorales federales. La apuesta de NI es obtener para 2009 entre 20 y 22 por ciento de la votación para diputados federales, con lo cual tendrían entre 90 y 105, mientras PT y Convergencia lograrían de 4 a 6 por ciento. También se planteó que la elección de candidatos sea un tercio de base militante, en otro tanto intervenga Andrés Manuel López Obrador, y otro tercio a externos. |
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