Sergio Aguayo Quezada
25 Mar. 09
Y YO DIGO QUE EL GOBIERNO MEXICANO BAILA AL SON QUE LE TOCAN LOS GRINGOS, AHORA QUE YA SE VIENE LA ENTREGA DEL PETROLEO, SE INVENTAN UNA AYUDITA CONTRA EL NARCO, QUE CASUALIDAD Y QUE CONVENIENTE, UNA FARSA COMPLETA, SIEMPRE HEMOS ESTADO AGARRADOS DE LOS GHUEVOS, SIEMPRE LA TRAICION DE LOS NARCO-POLITIQUILLOS, PERO AHORA MAS CINICOS.
Buenas noticias: en defensa de sus intereses Washington aumenta su compromiso en la lucha contra el narco; en ello también influyeron acciones mexicanas que tienen como trasfondo la desaparición del complejo de inferioridad frente a ellos.
La guerra con Estados Unidos nos traumó. Con la derrota perdimos territorio, y confianza para relacionarnos como iguales con ése y otros países. Se fortaleció la xenofobia y le dimos la espalda al mundo justificándonos en el ¡cómo México no hay dos!, en el síndrome del Jamaicón Villegas o en la victimización. Y en parte por eso se suspendieron, salvo contadas excepciones, los programas de investigación sobre Estados Unidos hasta la década de los años setenta del siglo XX.
Del aislamiento se aprovecharon los gobiernos revolucionarios para autonombrarse jueces encargados de calificar como traidores a quienes lavaban fuera la ropa sucia, y evitar que los extranjeros criticaran las masacres o los fraudes electorales. Pudieron echarle candado y llave al país porque, en 1927, Plutarco Elías Calles y el embajador Dwight Morrow llegaron a un entendimiento para apoyarse mutuamente. Y a consecuencia de ello, el nacionalismo mexicano se fue transformando, frente a Estados Unidos, en el oropel que disimulaba el sometimiento en los asuntos que importaban a la potencia.
También es cierto que Washington imponía su voluntad. En 1947 y 1954 México intentó obtener mejores condiciones para los braceros frenando su contratación; Washington reaccionó abriendo las fronteras porque primero estaba el bienestar de sus granjeros. En 1979 un José López Portillo bravucón regañó en público a un azorado Jimmy Carter, pero dobló las manos cuando el país se hundió en la vorágine de la corrupción y el dispendio.
Con estos antecedentes se apreciará mejor la manera tan desigual en que nos vamos liberando de complejos. Un paréntesis: para hablarles de tú a las contrapartes, y para evitar el voluntarismo, se requiere de información muy precisa sobre los instrumentos de que dispone el país, y sobre la forma en que razonan y actúan los adversarios. La mejor arma de los débiles es la inteligencia y la información.
Como en otras dimensiones, la emancipación se inició desde la sociedad que fue abriendo fisuras al monopolio oficial sobre las relaciones con el exterior. En la década de los años sesenta se aceleró el diálogo entre académicos mexicanos y extranjeros; lógico que así fuera porque en el campo del conocimiento las jerarquías no dependen del número de divisiones o cabezas nucleares. Poco tiempo después, los narcos empezaron a competir exitosamente en los submundos de la relación. Luego fue aumentando el número de empresarios y organismos sociales que han logrado triunfar fuera.
En el caso del gobierno federal, el Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME) ha dado un recital de cómo actuar sin complejos. El IME es un organismo nacido en el 2002 que gira en la órbita de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). En su gestación se mezcló una ocurrencia de Vicente Fox con el Programa de Comunidades en el Exterior que funcionaba desde 1990 en la SRE. El IME rompió definitivamente con la indiferencia oficial hacia lo que sucede con nuestros ciudadanos en otros países. Parte integral de esa nueva actitud ha sido la espléndida defensa hecha por el gobierno federal de los mexicanos condenados a muerte, y la demanda del 2003 contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia por violaciones al derecho consular.
Estos antecedentes enmarcan la actual política federal hacia Estados Unidos. Cuando Estados Unidos canceló de manera unilateral el proyecto piloto que permitía el ingreso de nuestros camiones a ese país, el gobierno mexicano respondió imponiendo aranceles a 89 productos estadounidenses. Al mismo tiempo Felipe Calderón retó públicamente a los funcionarios y medios estadounidenses que osaron poner en duda la tesis oficial de que el Estado mexicano manda en todo el territorio. Los manotazos sobre la mesa son la mejor forma de meter temas en la agenda de Washington, una ciudad que degusta los conflictos por el poder y que respeta a quienes defienden sus intereses.
Funcionaron los gritos y los aranceles porque inesperadamente se anunció que Barack Obama nos visitará en abril por ¡48 horas! El tiempo y los recursos dedicados son los mejores indicadores de la prioridad que se tiene. A los anuncios de Janet Napolitano este martes seguirán otros compromisos en comercio y seguridad. Ya lo verán.
La emancipación mexicana es desigual. El lunes pasado, durante una intervención en Primer Plano del Canal 11, Leonardo Curzio puso como ejemplo opuesto la capitulación hecha por la Secretaría de Hacienda frente a la ilegalidad de que el gobierno de Estados Unidos sea accionista de Citibank y, por tanto, del Banco Nacional de México. Sorprende que los financieros gubernamentales no aprovecharan su sometimiento para beneficio de México.
La única forma de sacudirse la herencia de vasallaje es practicando la independencia. Veamos, con esta óptica, la migración. Si en México viven como indocumentados entre 700 mil y un millón de estadounidenses, ¿por qué no utilizarlos para defender a los 6 millones (cifra aproximada) de paisanos que viven sin papeles en Estados Unidos?
Se multiplican los indicios de que el derrotismo va desapareciendo. Ya era hora si recordamos que iniciamos la lucha por la independencia hace casi 200 años.
La Miscelánea
La sociedad también se va liberando de complejos en sus tratos con la autoridad. En agosto de 1998, Abel Montenegro empezó a trabajar en el municipio de Hermosillo, Sonora. Por sufrir de hipertensión arterial el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Sonora, ISSSTESON, le negó la afiliación condenándolo a la atención privada. Don Abel buscó, sin éxito, la intercesión de regidores, diputados y demás autoridades. Como se viola la Constitución y tratados internacionales, Sonora Ciudadana presentó, con el respaldo de Fundar, una solicitud de amparo para proteger al trabajador enfermo. Después del peregrinaje por los corredores judiciales, el pasado miércoles 18 de marzo la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió por unanimidad que es inconstitucional exigir buena salud para acceder a servicios médicos. Dados los abusos en ese terreno, las repercusiones pueden ser enormes.
Colaboró para esta columna Pilar Tavera.
Correo electrónico: saguayo@colmex.mx
kikka-roja.blogspot.com/
La guerra con Estados Unidos nos traumó. Con la derrota perdimos territorio, y confianza para relacionarnos como iguales con ése y otros países. Se fortaleció la xenofobia y le dimos la espalda al mundo justificándonos en el ¡cómo México no hay dos!, en el síndrome del Jamaicón Villegas o en la victimización. Y en parte por eso se suspendieron, salvo contadas excepciones, los programas de investigación sobre Estados Unidos hasta la década de los años setenta del siglo XX.
Del aislamiento se aprovecharon los gobiernos revolucionarios para autonombrarse jueces encargados de calificar como traidores a quienes lavaban fuera la ropa sucia, y evitar que los extranjeros criticaran las masacres o los fraudes electorales. Pudieron echarle candado y llave al país porque, en 1927, Plutarco Elías Calles y el embajador Dwight Morrow llegaron a un entendimiento para apoyarse mutuamente. Y a consecuencia de ello, el nacionalismo mexicano se fue transformando, frente a Estados Unidos, en el oropel que disimulaba el sometimiento en los asuntos que importaban a la potencia.
También es cierto que Washington imponía su voluntad. En 1947 y 1954 México intentó obtener mejores condiciones para los braceros frenando su contratación; Washington reaccionó abriendo las fronteras porque primero estaba el bienestar de sus granjeros. En 1979 un José López Portillo bravucón regañó en público a un azorado Jimmy Carter, pero dobló las manos cuando el país se hundió en la vorágine de la corrupción y el dispendio.
Con estos antecedentes se apreciará mejor la manera tan desigual en que nos vamos liberando de complejos. Un paréntesis: para hablarles de tú a las contrapartes, y para evitar el voluntarismo, se requiere de información muy precisa sobre los instrumentos de que dispone el país, y sobre la forma en que razonan y actúan los adversarios. La mejor arma de los débiles es la inteligencia y la información.
Como en otras dimensiones, la emancipación se inició desde la sociedad que fue abriendo fisuras al monopolio oficial sobre las relaciones con el exterior. En la década de los años sesenta se aceleró el diálogo entre académicos mexicanos y extranjeros; lógico que así fuera porque en el campo del conocimiento las jerarquías no dependen del número de divisiones o cabezas nucleares. Poco tiempo después, los narcos empezaron a competir exitosamente en los submundos de la relación. Luego fue aumentando el número de empresarios y organismos sociales que han logrado triunfar fuera.
En el caso del gobierno federal, el Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME) ha dado un recital de cómo actuar sin complejos. El IME es un organismo nacido en el 2002 que gira en la órbita de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). En su gestación se mezcló una ocurrencia de Vicente Fox con el Programa de Comunidades en el Exterior que funcionaba desde 1990 en la SRE. El IME rompió definitivamente con la indiferencia oficial hacia lo que sucede con nuestros ciudadanos en otros países. Parte integral de esa nueva actitud ha sido la espléndida defensa hecha por el gobierno federal de los mexicanos condenados a muerte, y la demanda del 2003 contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia por violaciones al derecho consular.
Estos antecedentes enmarcan la actual política federal hacia Estados Unidos. Cuando Estados Unidos canceló de manera unilateral el proyecto piloto que permitía el ingreso de nuestros camiones a ese país, el gobierno mexicano respondió imponiendo aranceles a 89 productos estadounidenses. Al mismo tiempo Felipe Calderón retó públicamente a los funcionarios y medios estadounidenses que osaron poner en duda la tesis oficial de que el Estado mexicano manda en todo el territorio. Los manotazos sobre la mesa son la mejor forma de meter temas en la agenda de Washington, una ciudad que degusta los conflictos por el poder y que respeta a quienes defienden sus intereses.
Funcionaron los gritos y los aranceles porque inesperadamente se anunció que Barack Obama nos visitará en abril por ¡48 horas! El tiempo y los recursos dedicados son los mejores indicadores de la prioridad que se tiene. A los anuncios de Janet Napolitano este martes seguirán otros compromisos en comercio y seguridad. Ya lo verán.
La emancipación mexicana es desigual. El lunes pasado, durante una intervención en Primer Plano del Canal 11, Leonardo Curzio puso como ejemplo opuesto la capitulación hecha por la Secretaría de Hacienda frente a la ilegalidad de que el gobierno de Estados Unidos sea accionista de Citibank y, por tanto, del Banco Nacional de México. Sorprende que los financieros gubernamentales no aprovecharan su sometimiento para beneficio de México.
La única forma de sacudirse la herencia de vasallaje es practicando la independencia. Veamos, con esta óptica, la migración. Si en México viven como indocumentados entre 700 mil y un millón de estadounidenses, ¿por qué no utilizarlos para defender a los 6 millones (cifra aproximada) de paisanos que viven sin papeles en Estados Unidos?
Se multiplican los indicios de que el derrotismo va desapareciendo. Ya era hora si recordamos que iniciamos la lucha por la independencia hace casi 200 años.
La Miscelánea
La sociedad también se va liberando de complejos en sus tratos con la autoridad. En agosto de 1998, Abel Montenegro empezó a trabajar en el municipio de Hermosillo, Sonora. Por sufrir de hipertensión arterial el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Sonora, ISSSTESON, le negó la afiliación condenándolo a la atención privada. Don Abel buscó, sin éxito, la intercesión de regidores, diputados y demás autoridades. Como se viola la Constitución y tratados internacionales, Sonora Ciudadana presentó, con el respaldo de Fundar, una solicitud de amparo para proteger al trabajador enfermo. Después del peregrinaje por los corredores judiciales, el pasado miércoles 18 de marzo la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió por unanimidad que es inconstitucional exigir buena salud para acceder a servicios médicos. Dados los abusos en ese terreno, las repercusiones pueden ser enormes.
Colaboró para esta columna Pilar Tavera.
Correo electrónico: saguayo@colmex.mx