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jueves, 7 de mayo de 2009

Avalan cobrar por espectro radioeléctrico

Avalan cobro por espectro radioeléctrico
Anteriormente el pago de derechos de uso de espectro sólo se realizaba una vez al ganar la concesión de una banda de frecuencia

Víctor Fuentes reforma.com

Ciudad de México (7 mayo 2009).- La Suprema Corte de Justicia avaló hoy el sistema de pago de derechos al Gobierno por el uso del espectro radioeléctrico, al negar parcialmente un amparo promovido por Telcel. El Pleno de la Corte declaró, por unanimidad, que son constitucionales los artículos 239 y 244-B de la Ley Federal de Derechos, que establecen pagos anuales para las empresas concesionarias de bandas de frecuencia. Para la sesión del lunes quedó pendiente resolver si es válido un artículo transitorio de la reforma legal de diciembre de 2003, que fue la que creó este sistema tributario.

Las empresas que obtuvieron concesiones entre 1995 y 2003 no estaban obligadas al pago anual de derechos, sino que hacían un sólo pago al ganar la concesión, pero el artículo transitorio las sujetó al nuevo régimen. Hasta ahora, sólo el Ministro Salvador Aguirre considera que esta medida es inconstitucional por haber afectado retroactivamente a la empresa. Telcel alegó que el sistema es inequitativo porque el artículo 239 exenta de pago a quienes subcontratan el uso de una frecuencia con el concesionario original. Los cinco ministros de la Primera Sala de la Corte sostuvieron, el 3 de septiembre de 2008, que esta exención es inconstitucional porque se traduce en un trato desigual a los contribuyentes que se encuentran en un mismo supuesto de causación.

La empresa Nextel fue la que ganó este amparo.

Sin embargo, los ministros cambiaron hoy su criterio y avalaron la exención a subcontratistas.

"Quien tiene el uso o aprovechamiento lo hace depender de la autorización que contractualmente le otorga el titular de la concesión, no cuenta con derecho exclusivo frente al Estado o terceros", explicó Genaro Góngora, autor de la sentencia.

Telcel también impugnó el artículo 244-B, que establece tarifas que varían según la región del País y el ancho de banda concesionado.

Por ejemplo, en el DF la cuota es la más cara y asciende a 11 mil 581 pesos por cada kilohertz concesionado; una empresa con dos concesiones que abarcan 20 megahertz, como Telcel, paga al Gobierno unos 230 millones de pesos anuales sólo por aprovechar el espectro radioeléctrico en la capital.

"No se pueden cobrar las mismas cuotas para todas las regiones en que está dividido el País, pues además de diferencias geográficas y de población, existen las técnicas relativas a bandas de frecuencia, ancho de banda y valor de mercado de cada banda", agregó Góngora.

Telcel pretendía que se le sujete al artículo 244-A de la ley, que no es para los concesionarios de bandas de frecuencia del espectro radioeléctrico, sino para los usuarios de redes públicas de telecomunicaciones, que aprovechan dicho espectro de manera indirecta.

Al inicio de la sesión, Góngora y José Ramón Cossío protagonizaron un enfrentamiento verbal, pues el primero sugirió que Cossío debía declararse impedido para conocer del caso por su "estrecha relación" con la empresa quejosa, tal y como hizo cuando la Corte resolvió el juicio contra la llamada Ley Televisa en 2007.

Cossío replicó que en ese caso se declaró impedido porque fue asesor de la comisión del Senado que diseñó la reforma.

"No me deja de sorprender lo errático de la memoria del Ministro Góngora", dijo Cossío, "No entiendo si lo hace con la perversidad que lo caracteriza".
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La masacre de Tepic: Pedro Zamora Briseño

La masacre de Tepic
PEDRO ZAMORA BRISEñO
La tentativa de un comando de sicarios para rescatar a Jerónimo Gámez García, El Primo, importante secuaz de los hermanos Beltrán Leyva, fue repelida por los agentes federales y el personal del Cefereso de Tepic que custodiaban al grupo de detenidos, a costa de ocho bajas mortales. En esta reconstrucción de los hechos, basada en entrevistas a testigos y en los primeros reportes entre diversas corporaciones policiacas, queda claro que no se tomaron las medidas necesarias para asegurar el trayecto.

TEPIC, NAY.- El operativo en el que murieron seis agentes federales y dos trabajadores del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 4, cuando custodiaban el traslado de nueve presuntos narcotraficantes al reclusorio, estuvo plagado de errores y omisiones que desembocaron en tragedia.
El convoy policial de seis vehículos fue atacado tres veces por alrededor de 30 sicarios provistos de armas de alto poder, al filo de las 15 horas del sábado 18 de abril, en el trayecto del aeropuerto Amado Nervo al reclusorio.
Conforme a la versión difundida esa misma noche por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, el comando armado intentó rescatar a Jerónimo Gámez García, El Primo, considerado el cerebro financiero de la organización de los hermanos Beltrán Leyva y el responsable de las negociaciones para adquirir cocaína del cártel colombiano del Valle del Norte.
Junto con Jerónimo Gámez eran trasladados Pablo Emilio Robles Hoyos, colombiano ubicado como el representante de dicho cártel en México, así como Óscar Zito Rodríguez González, Fernando Roldán Dow, Edilberto Cuevas García, Rogelio Garza Jiménez, Juan Carlos Ramírez Alanís, José Daniel Patiño Cuevas y Gosta Engberg Cuevas, todos detenidos el 29 de enero pasado.
Aunque los sicarios no lograron liberar a ninguno de los presos, en la emboscada asesinaron a los policías federales Mauricio Azazola Valle, Juan Hernández Salvador, Julio César Sánchez Rivas y Luis Antonio Ferrer Sánchez; los elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) Ángel Mauricio Méndez Montiel y Samuel Romero Sánchez; el subdirector técnico del Cefereso, Salvador Edmundo Espinoza Aldama, y Ana Luisa Huerta Ramírez, oficial de seguridad de ese centro penitenciario. Hasta el cierre de esta edición no se había informado de alguna baja causada a los pistoleros.
En entrevista con Proceso, observadores relacionados con el sistema penitenciario consideran que si se hubieran aplicado las medidas elementales de seguridad para la movilización de reos peligrosos, la emboscada habría sido descubierta y neutralizada a tiempo.
Jorge Javier Vargas López, quien fue director de Prevención y Readaptación Social del gobierno del estado en el sexenio de Celso Humberto Delgado, califica el hecho como “una masacre” propiciada por la “negligencia y el incumplimiento de las medidas de seguridad”.
Actual presidente de la Barra de Abogados de Nayarit, Vargas López señala que el traslado de los presos fue “totalmente aberrante” y exige que se investigue por las “graves omisiones” a quienes diseñaron y ordenaron el operativo en esas condiciones, pues “mandaron a la muerte a los agentes, que ni siquiera pudieron defenderse”.
Por separado, el director del Centro de Readaptación Social (Cereso) del gobierno estatal, Francisco Javier Guerrero Cervantes, sostiene:
“Tomando las medidas precautorias pudo haberse detectado a tiempo (la presencia de los sicarios) y no hubieran ocurrido las muertes, pero desgraciadamente hasta que sucede un hecho sangriento se toman medidas.”
Vargas y Guerrero coinciden en que antes del traslado de los detenidos debió haberse realizado un reconocimiento del camino y colocado puestos de vigilancia cada dos o tres kilómetros, con el fin de garantizar la seguridad del convoy.
“Lo ideal –dice Guerrero Cervantes– es hacer ese tipo de traslados por helicóptero, o planear un buen operativo por tierra alertando a todas las corporaciones policiacas, porque si se resguarda el lugar por donde van a pasar hay menos peligro, si se revisa antes y se apostan en varias partes policías estatales, municipales y elementos del Ejército, los delincuentes se van a dar cuenta de que es difícil hacer una emboscada.”
Sin embargo, añade, los responsables del traslado “desconfiaron de las demás corporaciones y les salió peor”
Jorge Javier Vargas afirma que los delincuentes fueron vistos en la zona desde días antes. “Estaban hospedados en un hotel cercano al lugar donde fueron los ataques. Iban a comer y a comprar cerveza a San Cayetano (comunidad donde ocurrió una de las balaceras). Era gente sospechosa, pero nunca fue detectada”.
A juicio de Francisco Javier Guerrero, un error del operativo fue haber enviado de la Ciudad de México a elementos de la Policía Federal y de la AFI que desconocían el terreno del recorrido.
“Eso no debe hacerse, porque ante una situación de esa naturaleza, no saben hacia dónde salir. Imaginemos si eso hubiera sido a las 10 u 11 de la noche: ahí los acaban a todos, no tenían nada de defensa”.
Para Vargas, la negligencia más importante consistió en no inspeccionar la zona antes de que el convoy saliera del aeropuerto y no haber solicitado el apoyo del Ejército ni las corporaciones locales. “Todo reo peligroso debe ser trasladado al menos con apoyo del Ejército, de lo contrario no hay ninguna seguridad”, asienta.
Además, critica que las autoridades penitenciarias hayan acudido al aeropuerto: “A nada tenían que ir el subdirector y la oficial de seguridad que fallecieron, ellos deberían haber recibido a los detenidos en la puerta del Cefereso”.
Con base en información recabada entre algunos pobladores que presenciaron los hechos, así como de policías y paramédicos que acudieron en auxilio de las víctimas, más un reporte de la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad Municipal de Tepic, es posible hacer una reconstrucción de la emboscada.

Ataques mortales

Tras la llegada del avión de la SSP federal al aeropuerto de la capital nayarita, se organizó un convoy que cerca de las 15 horas partió rumbo al Cefereso 4 Noroeste, a un costado de la carretera libre a Mazatlán.
Al frente iba una camioneta cerrada, del reclusorio, en la que eran conducidos los presos. Atrás los custodiaban agentes de la Policía Federal y de la AFI a bordo de patrullas y camionetas de la Procuraduría General de la República (PGR), la SSP federal y personal del Cefereso en vehículos del centro penitenciario.
Minutos después, luego de pasar por el balneario Los Rosales, un camión tipo Thorton se atravesó en la carretera y empezó el ataque con armas automáticas desde ambos costados.
La lentitud del camión permitió que el vehículo del Cefereso en el que iban los detenidos y dos camionetas más lo eludieran a toda velocidad, bajando por el camino de terracería ubicado a la derecha, mientras el resto de los integrantes del convoy se quedó a responder el fuego.
Sergia Benítez, propietaria del balneario Los Rosales, calcula que la balacera duró entre 15 y 20 minutos, lo que generó el pánico y ataques de histeria entre decenas de bañistas que se refugiaron atrás de una barda.
Carlos Tovar, propietario de un taller de herrería, narra que al iniciar el fuego resguardó a su hijo en un rincón, dentro de un baúl, mientras él y sus trabajadores se tiraron al piso. Considera que las hostilidades se prolongaron alrededor de 12 minutos y dice haber escuchado al menos dos detonaciones de granadas.
Cuenta que desde la mañana sus empleados habían visto vehículos sospechosos que circulaban despacio por la carretera. Luego salió a atender sus compromisos y volvió al taller cerca de las tres de la tarde. Entonces vio una camioneta estacionada en una finca cercana, usualmente deshabitada, propiedad de la familia de un militar fallecido.
Creyó que alguien de esa familia había ido de visita y estuvo a punto de ir a devolver unos objetos que le prestaron semanas antes, pero se entretuvo con un trabajo. Cuando se inició el ataque, se dio cuenta de que el vehículo en realidad era de los sicarios que aguardaban el paso del convoy.
Cuando terminó el enfrentamiento, luego de que los pistoleros huyeron a bordo de una camioneta, Tovar descubrió que una de las balas había atravesado una pared de ladrillo de su taller, muy cerca del sitio en que él y sus compañeros se encontraban tirados al suelo, en tanto que otro proyectil agujereó una olla tamalera.
A unos metros del taller quedó el cuerpo del subdirector técnico del Cefereso, dentro del vehículo en que iba.
Los trabajadores del taller no salieron de éste sino hasta que arribaron las patrullas. “Tardaron en llegar como 20 minutos después de que terminó todo, los dejaron solos. Por aquí enfrente pasaron caminando algunos de los federales, raspados y sangrantes de los brazos, parecía como si vinieran de la guerra”, describe Tovar.
En el siguiente ataque, ocurrido antes de llegar a San Cayetano, debido a los disparos a una patrulla de la Policía Federal le explotaron las llantas delanteras, pero siguió avanzando hacia el pueblo sólo con los rines hasta que el conductor, herido de muerte, se estampó y derribó una pared de la vivienda de la señora Angelina Duarte. El vehículo dio una voltereta para quedar frente a la forrajera San Cayetano.
De acuerdo con trabajadores que en ese momento descargaban un camión de pastura, algunos agentes ayudaron a varios heridos a resguardarse en ese negocio, y les indicaron que bajaran la cortina y se tiraran al piso.
En el libramiento, la camioneta que trasladaba los presos y un vehículo que todavía la custodiaba sufrieron otro ataque por parte de los sicarios que iban en su persecución. Ahí fueron heridos el comandante Juan Francisco Flores Bernal y la oficial de seguridad Ana Luisa Huerta, que instantes después falleció en el lugar.

Confusión

Los primeros reportes de los sucesos, transmitidos por radio, fueron confusos para las corporaciones locales, que no estaban enteradas del traslado de los reos, por lo que no percibieron inicialmente la gravedad de la situación.
Según el oficio 0106/09, enviado por el comandante de guardia Ramón Gerardo Medina Calleros al secretario de Seguridad Pública municipal de Tepic, Ángel Alberto Violante Garza, el primer informe recibido en esa dependencia se refirió únicamente a la volcadura de la unidad 12434 de la Policía Federal por la carretera libre a Guadalajara, a la altura del poblado de San Cayetano.
El primero en llegar a ese sitio, a bordo de la unidad P-534, fue el oficial Benigno Hernández Guerrero, quien pidió de inmediato servicios médicos de urgencia y refuerzos. Momentos después llegaron cuatro patrullas con 10 agentes más, al mando del comandante Óscar Manuel Maldonado Madero.
La camioneta se encontraba prácticamente destrozada en su parte frontal, sin las llantas delanteras, con orificios de disparos en el parabrisas, mientras que en el asiento del conductor yacía sin vida Luis Antonio Ferrer Sánchez, de 25 años, con un balazo en la frente.
En el piso, abajo del vehículo, se encontraban heridos el inspector de la Policía Federal Octavio Cabrera Pineda, de 37 años, quien iba al mando de la unidad, y los agentes Juan Carlos García Hernández, de 24 años; Alfonso López Reyes, de 32, y uno de apellido Pavón, todos ellos originarios del Distrito Federal, quienes fueron trasladados a la clínica del ISSSTE.
Para entonces ya recibían atención médica en la clínica comunitaria de San Cayetano –y algunos fueron llevados después a la clínica San Rafael– la trabajadora del Cefereso Gabriela Artemisa Ramírez García, los agentes Pedro Gómez Naya, Oliver Rocío García, Guillermo Daniel López y Mauricio Azazola Valle. Este último apareció posteriormente en la lista de los fallecidos.
Más adelante, al pasar el crucero que da a la comunidad de Pantanal, en el lugar donde se produjo el primer ataque, se encontraron tres vehículos del convoy y otro presuntamente abandonado por los sicarios.
Según el documento de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Tepic, cada una de las unidades presentaba más de 50 balazos de diferentes calibres.
Al costado derecho de la carretera, dentro de un predio, quedó inmóvil un Jeep gris, placas REP-90-66 de Nayarit. En el asiento del conductor quedó el cadáver del subdirector técnico del Cefereso, Salvador Edmundo Espinoza Aldama.
Cerca de ahí estaban las camionetas Chevrolet en las que iban los elementos de la AFI: una Astro verde, placas REE-30-33, y una Suburban roja, placas REE-30-29 de Nayarit. También había una camioneta Pontiac blanca con placas de Jalisco.
Los primeros reportes que llegaron a las oficinas de la Policía Estatal Investigadora (PEI) se referían, sin mayores detalles, al caso de una mujer herida de bala.
Un comandante de esa corporación cuenta que al llegar al libramiento, a la altura de la colonia Benito Juárez, encontró atravesado un vehículo del Cefereso con perforaciones de bala. Adentro estaba el cuerpo de Ana Luisa Huerta Ramírez, en tanto que el comandante Juan Francisco Flores Bernal sangraba del abdomen.
–¡Pida refuerzos, pida refuerzos, nos vienen siguiendo! –urgió uno de los custodios al comandante de la PEI, que sin enterarse bien de lo ocurrido solicitó ambulancias y más unidades policiacas.
Mientras tanto, uno de los directivos del Cefereso, desesperado, pedía a sus colaboradores verificar por radio si ya habían sido introducidos al reclusorio los presuntos narcotraficantes. Le dijeron que sí.
José Alberto Ayala, oficial paramédico de Protección Civil del Estado, fue uno de los encargados de llevar a los heridos al hospital. Señala que en total fueron 10 los heridos internados en las clínicas del ISSSTE y en la San Rafael, que durante la noche y al día siguiente permanecieron custodiadas por las fuerzas federales.
El domingo 19, los ocho fallecidos recibieron un homenaje de cuerpo presente en el patio del Cefereso antes de ser trasladados a sus lugares de origen. La mayoría provenían del Distrito Federal.
Ese mismo día, sigilosamente, los presos que motivaron la emboscada fueron reubicados en varios penales del país mediante un operativo aéreo. La SSP federal informó que Jerónimo Gámez fue destinado al penal de alta seguridad de El Altiplano.
El domingo por la noche, un convoy de 26 vehículos –entre ambulancias y patrullas– llevó a nueve de los heridos desde la clínica hasta el aeropuerto para su traslado a la Ciudad de México, con el fin de atenderlos allá.
El diputado Juan Antonio Echeagaray Becerra, presidente de la Comisión de Investigación Legislativa del Congreso del Estado, y el dirigente estatal del PRD, Rodrigo González Barrios, están convencidos de que ese ataque confirma la hipótesis de que las corporaciones federales están infiltradas por los cárteles.
“Los narcotraficantes tenían perfectamente delimitada la ruta, el itinerario y la identidad de los reos. Esos datos no surgieron de una simple llamada telefónica: la información fue completa y total de cómo se iban a desarrollar las cosas, y eso tuvo que haber salido de los más altos niveles”, comenta Echeagaray.
A su vez, González Barrios considera que la situación “es grave porque el enemigo está adentro”, y advierte que las investigaciones necesariamente tendrán que determinar, entre otras cosas, cómo se filtró la información.
Por lo pronto, el domingo 19 en la Ciudad de México, Rodrigo Esparza, comisionado de la Policía Federal Preventiva (PFP), deslindó a esa corporación de responsabilidad en el hecho y, en conferencia de prensa, atribuyó la coordinación del operativo a la PGR.
“La responsabilidad corrió a cargo de la PGR. La Secretaría de Seguridad Pública federal participó en la recepción en el aeropuerto y en guiarlos al internamiento en el penal federal”, enfatizó Esparza.

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Juan "Molinar Horcasitas quería más videos; actuó al estilo de la mafia": Ahumada: Proceso

"Molinar Horcasitas quería más videos; actuó al estilo de la mafia": Ahumada
LA REDACCIóN
México, D.F., 7 de mayo (apro).- El empresario Carlos Ahumada cuenta en su libro Derecho de réplica que Juan Molinar Horcasitas, actual secretario de Comunicación y Transportes, y en aquel entonces integrante del equipo de campaña del candidato presidencial panista Felipe Calderón, lo buscó en mayo del 2006 para pedirle más videos y atacar de nuevo, en la recta final de los comicios presidenciales de ese año, la figura de Andrés Manuel López Obrador, puntero en la contienda.

Así escribe es episodio que vivió desde la cárcel: "…Mi esposa Ceci tuvo contacto con el licenciado Juan Molinar Horcasitas quien, tengo entendido, en ese entonces era del equipo cercano de colaboradores de Felipe Calderón…

"La primera reunión entre ellos fue cuando Molinar le solicitó a Rosario Robles poder tener contacto conmigo y tratar de ver en qué podíamos ayudar; yo le pedí el favor a Ceci de que se reuniera con él. Esto se llevó a cabo el día 11 de mayo de 2006, en mi casa ubicada en Callejón San Antonio, en San Ángel, aunque para garantizar que no trascendiera esta entrevista, entró en la casa por la puerta ubicada sobre Gómez Farías.

"A esta primera reunión fue acompañado por Rosario Robles. Después de admirar el jardín, comentó que su interés era saber qué podía hacer el gobierno federal por nosotros a cambio de alguna información o videos que les pudieran servir para desacreditar aún más la imagen de Andrés Manuel. De esa manera nos beneficiaríamos tanto ellos como nosotros.

"Ceci le hizo saber que efectivamente había diversos asuntos del ámbito federal en los que nos podían ayudar. Juan Molinar le dijo que tenia que ver el material antes de comprometerse a nada y, por su parte, Ceci le comentó que primero tendría que hablar conmigo.

"En la segunda reunión, el 22 de mayo, Ceci le mostró algunos videos, y él manfiestó su conformidad, comprometiéndose a resolver todas y cada una de nuestras peticiones antes del 6 de junio, que era la fecha acordada con él para dar a conocer al público los nuevos videos. A ellos les urgía hacerlo, para contrarrestar la información que había surgido en esos días sobre José Ignacio Zavala, cuñado de Felipe Calderón…

"quedaron de verse tentativamente ese lunes en la tarde, lo cual no ocurrió; sólo hubo decenas de llamadas telefónicas de Ceci, preguntando si ya estaban resueltos los asuntos, porque se acercaba la cita con los medios el 6 de junio. Molinar respondía que estaban en eso, que todo saldría bien, que confiara en él, que empeñaba su palabra, que tal vez no estaría todo dispuesto enseguida, pero que él se comprometía a resolverlo.

"El 6 de junio a las 6 de mañana, balaceraron la camioneta con mis hijos y Ceci fuera de la casa. Obviamente se suspendió la difusión de los videos. A las 12 del día, Molinar llamó a Ceci para preguntarle si era verdad que no daría a conocer los videos. Ella le contestó que así era en efecto y él dijo que no estaba de acuerdo.

"Al día siguiente, Molinar citó a Ceci en las oficinas de la PGR ubicadas en San Antonio Abad, para platicar. Al llegar, la estaban esperando y la condujeron al estacionamiento. Ahí había una Suburban. La persona que guiaba a CEci le indicó que subiera al vehículo. Al haerlo, escuchó la voz de Molinar, que estaba en la última fila de asientos, de modo que Ceci no podía verlo; como eran asientos corridos, no podía girar.

"El tono de Molinar ya no era cortés ni amable. Le dijo que tenía que dar a conocer los vidoes, que él ya se había comprometido con personas muy importantes y que Ceci no podía hacerlo quedar mal. Ella le respondió que tenía mucho miedo, que acababan de balear la camioneta en la que viajaba con sus hijos y que definitivamente no los daría a conocer. Molinar, muy molesto, le dijo que ella, su espos y su familia tendrían que atenerse a las consecuencias. Así terminó el acercamiento con Juan Molinar Horcasitas, al mejor estilo de la mafia".
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Videoescándalos: "Salinas, el cerebro y Diego, el coordinador", confirma Ahumada: Proceso

Videoescándalos: "Salinas, el cerebro y Diego, el coordinador", confirma Ahumada
LA REDACCIóN
México, D.F., 6 de mayo (apro).- Carlos Ahumada revela en su libro Derecho de réplica, editado por Grijalbo, que el expresidente Carlos Salinas de Gortari le dijo que una de las cosas que había negociado con el mandatario Vicente Fox a cambio de los videos, a través de Diego Fernández de Cevallos, era la exoneración de todos los cargos que pesaban sobre su hermano Raúl, incluido el cargo de homicidio.
Cuenta también que Salinas le hizo llegar 35 millones de pesos y que esa cantidad se la entregaron Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco, Arturo Montiel, entonces gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, entonces diputado del PRI en esa misma entidad, Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi.
Afirma que la decisión de dar a conocer los videoescándalos fue Carlos Salinas de Gortari, junto con Diego Fernández de Cevallos y que también participaron Santiago Creel, Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa y el asambleísta Federico Döring, entre otros.
"Salinas fue el cerebro de los videoscándalos. Yo fui el de los videos y Diego fue el coordinador", detalla Ahumada en su libro.
En el texto que consta de 366 páginas, Ahumada asegura que Rosario Robles participó en la edición y selección de los videoescándalos y que la expresidenta nacional del PRD negoció con Salinas el pago de la deuda millonaria de ese partido, así como la modificación de un artículo de la ley para que ella pudiera participar en una elección a la jefatura de gobierno.
Asegura también que "para decepción de muchos" no hay grabaciones donde aparezcan Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador.

A continuación las partes más polémicas del capítulo titulado Videoescándalos.

Salinas

En agosto de 2003 conocí a Carlos Salinas de Gortari, a través, indirectamente, de Javier Solórzano, quien sabía del hostigamiento en mi contra. Javier me dijo que me quería presentar a Juan Collado, una persona que podía ayudar mucho, que estaba muy bien relacionado, muy conectado, que era un muy buen abogado.
Me reuní con Juan Collado, quien me dijo que Carlos Salinas me quería conocer. Ese interés despertó mi curiosidad y acepté reunirme con él. La primera vez que ví a Carlos Salinas fui con Juan Collado a su casa de Camino Santa Teresa número 480 en Tlalpan. Nos recibió en su biblioteca. Ahí nos reunimos la mayoría de las veces; otras, en un sótano que tiene una cava de vinos espectacular, con unos sillones muy acogedores, entrando en la biblioteca, del lado derecho.
En esa primera ocasión hablamos de varios temas. No recuerdo si ese día o en mi segunda visita me dijo que le quería regalar un libro de Mao Tse Tung a Rosario. Me lo dio para que se lo llevara y en una hoja me señaló una cita, que decía algo así como "para derrotar al centro, hay que empezar de afuera hacia adentro". Después me invitó varias veces con Rosario Robles.
Mucho se ha elucubrado sobre mis tratos con Carlos Salinas de Gortari. Entre otras cosas se llegó a afirmar que yo era su prestanombres, como menciona Carlos Ramos Padilla. Nunca lo fui. Se trató exclusivamente de una relación de conveniencia para ambos que duró poco tiempo; sin embargo, fue muy intensa y tuvo repercusiones políticas que hoy todos conocemos.

Londres

En septiembre de 2003 realicé un viaje a Londres para que pudieran hablar personalmente Rosario Robles y Carlos Salinas. A Salinas le interesaba mucho hablar con Rosario, y ella, después de todos los intentos que había hecho por solucionar el problema financiero que tenía el PRD ---del cual una parte muy importante era lo que me debía a mí, además de que le debía todavía a muchos prestadores de servicios, entre ellos, Televisa, y por lo cual había renunciado en agosto a la presidencia del PRD--, creía que con Carlos Salinas podía resolver ese asunto. Comenzaron a enviarse mensajes a través de mí.
Ella tenía terror de ver a Carlos Salinas en México, pero aceptó verlo fuera del país y se decidió que fuera en Inglaterra, en Londres. Cabe señalar que después de vernos con Salinas en el extranjero, Rosario y yo nos reunimos en varias ocasiones con él en México.
El 8 de septiembre de 2003 viajamos en el avión de mi propiedad, de México a Houston, donde pasamos migración. Ese mismo día viajamos de Houston a Nueva York y ahí tomamos un vuelo comercial de American Airlines a Londres. Al llegar, perdí en el taxi una cartera con dinero en efectivo y mi pasaporte, y por eso tuve que sacar otro pasaporte en Londres para regresar.
Nos hospedamos en el hotel Ritz y ya estando ahí me comuniqué con Juan Collado, porque lo habíamos acordado así con el mayor sigilo para evitar cualquier filtración. Le avisé a Juan que ya estábamos en Londres, en qué hotel estábamos, en qué habitación y al poco rato, sonó el teléfono de la habitación, era Carlos Salinas. Me dijo: "Hola, ¿cómo estás?, ¿cómo estuvo el viaje?", y nos invitó a cenar esa misma noche. Pasó por nosotros al hotel, nos pidió que estuviéramos en el lobby, y ahí nos recibió con su esposa Ana Paula. Nos saludamos, nos subimos a su coche, él mismo manejaba y fuimos a cenar a un restaurante muy bonito.
Fue una cena muy amena donde se tocaron muchísimos temas, entre ellos, inclusive, la modificación de un artículo de la ley para que Rosario pudiera, ahora por la vía de la elección, ser nuevamente jefa de Gobierno. En ese entonces Rosario ya sabía que no podría competir por la Presidencia de la República, pero consideraba, y así también lo creía yo, que tenía muchas posibilidades de presentarse a una elección por la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y ganarla, pero para eso necesitaba resolver ese escollo. Salinas se comprometió con ella a hacer todo lo que estuviera a su alcance para poder modificarlo, con los votos del PRI e inclusive con algunos diputados del PRD.
Se abordó el tema de la deuda. Salinas dijo que apoyaría en todo lo que pudiera para conseguir los recursos para pagarla; que hablaría con Manuel Andrade y con Arturo Montiel, en ese entonces gobernadores de Tabasco y Estado de México respectivamente, y con Enrique Peña Nieto, quien en aquél entonces era prácticamente un desconocido a nivel nacional. También aseguró que vería el asunto con otros mandatarios estatales y con la maestra Elba Esther Gordillo, la líder del sindicato magisterial.
Así, los temas principales que se trataron fueron el apoyo de Salinas para pagar la deuda del PRD y la modificación del artículo que impedía a Rosario presentarse a una elección por la Jefatura de Gobierno en el DF en el 2006. A cambio de su ayuda, Salinas le pedía a Rosario poder contar con su capital político y con los miembros del PRD afines a ella. Entre éstos estaban incluidos el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y su hijo Lázaro Cárdenas. Sobre esto último, Rosario no le dio una seguridad de manera absoluta y categórica, pero podríamos decir que le insinuó que sí existía la posibilidad.
Al día siguiente nos invitó a cenar nuevamente. Fuimos a otro restaurante de primera. Nosotros llegamos en un taxi, él llego por su lado con su esposa. Después de cenar, salimos los cuatro a caminar por las calles aledañas. Recuerdo que había un parque cercano desde donde se veía gran parte de la ciudad de Londres.

La Habana

A fines de septiembre, prácticamente 15 días después de que habíamos estado en Londres, viajé a Cuba para reunirme otra vez con Salinas. El jueves 25 se comunicó conmigo Adrián Ruiz, su ayudante, y me pidió reunirnos. Entonces me comunicó que Salinas nos invitaba a Rosario y a mí a La Habana el fin de semana, porque quería hablar con nosotros. Se lo dije a Rosario, aceptó y fuimos a La Habana. Llegamos el viernes 26 y nos regresamos el lunes 29.
En ese viaje seguimos la misma dinámica que en Londres. Llegando a La Habana, le hablé a Adán Ruiz y le dije que estábamos hospedados en El Nacional. Después de unos minutos, recibimos la llamada de Salinas, incitándonos a cenar a su casa. Nos indicó que tomáramos un taxi al hotel Melía y que ahí estaría un coche de tales características, con una persona de pelo canoso, bajito y que él nos llevaría. Así fue, llegamos a la entrada del hotel, ahí estaba el señor en el vehículo, y nos llevó a la casa de Salinas.
Durante la cena seguimos platicando. Los temas eran lo mismo que en Londres: la deuda del PRD, la política, la reforma del artículo constitucional. Teníamos ya un poco avanzada la madrugada, a las 3 o 4 de la mañana. Nos preguntó si queríamos dar un paseo por La Habana Vieja. El estaba bastante contento, nos fuimos en el coche, él manejando, y fuimos a dar una vuelta por La Habana Vieja. Nos iba hablando de algunos edificios, de algunas cuestiones de los cubanos, de sus relaciones con el gobierno de Cuba y especialmente con Fidel.

Salinas conoce los videos

De los viajes a Londres y Cuba surgió otra reunión, que resultó decisiva para lo que se dio en llamar los videoescándalos. Para ese entonces, noviembre de 2003, Rosario ya no tenía tanto temor de ver a Salinas en México, por lo que aceptó verlo en su casa de Camino a Santa Teresa.
Tomamos todas las precauciones del caso para que nadie se percatara de que Rosario lo vería en su casa. El día de la cita llegamos ella y yo solos, sin chofer, al estacionamiento de Perisur. A los pocos minutos llegó el ayudante de Salinas, Adán Ruiz. Se nos emparejó, abrió la puerta trasera del vehículo y Rosario se subió. A pesar de que era de noche, ella llevaba unos grandes lentes oscuros y una mascada que le cubría la cabeza. Yo me bajé, cerré su portezuela y me subí en el asiento del copiloto. Así emprendimos el trayecto de sólo unos minutos.
Al llegar a la caseta del fraccionamiento, Rosario se recostó en el asunto para ocultarse, a pesar de que Adán hizo un cambio de luces y nos dejaron pasar sin preguntar nada. Llegamos frente a la casa, se abrió la puerta automática y Adán metió el coche en el estacionamiento. Todo estaba oscuro. Nos bajamos, caminamos unos pasos y apareció Salinas. Era la misma casa donde habíamos desayunado anteriormente Raymundo Rivapalacio, Javier Solórzano y yo con Salinas, porque él me había pedido que los invitara, ya que le interesaba hablar con ellos.
Nos saludamos, entramos en la casa y nos llevó inmediatamente a su majestuosa biblioteca. Nos propuso que bajáramos a la cava, donde hay una pequeña sala muy bien decorada. Ahí nos ofreció unas exquisitas botanas y disfrutamos unos magníficos vinos franceses.
Al rato de haber iniciado la reunión, abordamos el tema por el cual íbamos: enseñarle uno de los videos de Bejarano y el de Ímaz, el cual cabe señalar había sido elegido por él de entre los muchos nombres que yo le había mencionado. Yo los llevaba en un disco compacto. Para verlos, nos pidió que pasáramos nuevamente a la biblioteca. Rosario nos dijo que fuéramos nosotros y que ella nos esperaba abajo, no quería tener nada que ver con ese tema. Su actitud era ridícula, ya que ella incluso había participado en la edición y selección del material.
Subimos. Salinas prendió su computadora, puso el disco y comenzaron a aparecer las imágenes de Bejarano en la pantalla. Debo confesar que durante el tiempo que lo traté, nunca lo vi tan emocionado: le brillaban los ojos y sonreía. Dijo algo así como: "Es muy, muy duro, devastador. Con esto están acabados". Aunque hacía todo por disimular su emoción, ésta lo sobrepasaba.
Después puso el de Carlos Ímaz, al que ya no le prestó tanta atención, aunque también le pareció muy bueno, y bajamos a reunirnos con Rosario. El había quedado totalmente complacido con la muestra que le había dado, tan lo estaba que la reunión se alargó hasta las 5 de la mañana, acompañada de varias botellas de vino francés que nos ofreció.
Esa noche, Salinas estaba muy entusiasmado, muy alegre. En repetidas ocasiones, cuando por cualquier motivo salían asuntos relacionados con Televisa o Tv Azteca, nos decía de manera muy presuntuosa: "Si quieren, ahorita le hablo al güey de Bernardo Gómez o al pendejo de Jorge Mendoza". En fin, daba a entender que estas televisoras estaban dentro de su ámbito de influencia.
A propósito de Jorge Mendoza, con él tuve una relación más bien política. Rosario y yo fuimos a desayunar varias veces a Tv Azteca y ahí se hablaba de cuestiones políticas en general.
Jorge es una persona muy agradable. En su departamento me dijo que posteriormente me presentaría a una persona muy importante, muy poderosa en México: Emilio Gamboa. Me aseguró que eran grandes amigos y que esa conexión me sería de gran utilidad. Jorge vivía en un edificio de Camino a Santa Teresa, en la planta baja. Rumbo a su domicilio, pasamos frente a la entrada del fraccionamiento donde vive Salinas y me dijo: "Ahí está el jefe" o "ahí vive el jefe" e hizo una señal como de militar cuadrándose con la mano. Se me quedó muy grabado ese gesto y recordé lo dicho por Salinas.

Rosario presidenta

En la madrugada, antes de despedirnos, surgió una de las escenas más impactantes que he visto en mi vida. Salinas le mostró su biblioteca a Rosario. Había condecoraciones y fotografías, entre otros recuerdos. Cuando llegamos a la vitrina donde conserva sus bandas presidenciales, Rosario le comentó que debía ser un gran honor y un orgullo portar la banda presidencial. Salinas inmediatamente tomó una escalerita para poder subir a abrir la vitrina y sacó una de las bandas presidenciales. Yo creía que nos la quería mostrar, y en efecto así lo hizo, pero no fue sólo eso, sino que la tomó y se la puso a Rosario cruzándole el pecho y le dijo: "Te luce muy bien".
Sé que al lector le puede resultar muy difícil creerme. Yo mismo, a pesar de la gran cantidad de vino tinto que tenía encima, no podía dar crédito a lo que veía. Quedé estupefacto. Me pareció una escena increíble y vergonzosa, me dio pena ajena. Rosario se quitó la banda presidencial y se la entregó a Adán, quien acaba de entrar en la biblioteca. Conversamos unos minutos más, nos despedimos y nos fuimos. Nos retiramos con las mismas precauciones, y como ya estaba cerrado el estacionamiento de Perisur, Adán nos llevó a la casa donde vivía Rosario en ese entonces, Reforma número 9, en San Angel.

Ciro Gómez Leyva me pregunta si Salinas me presionó después para obtener más videos. Así fue, en efecto. Incluso quería saber si tenía algo de Lázaro Cárdenas, porque me comentó que si así fuera le gustaría hablarle al padre de éste, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, y entregárselo de propia mano, pero le confirmé que yo no tenía nada. Salinas es una persona que, por lo que alcancé a conocer, tiene mucha memoria y mucho rencor. No podía superar todavía el hecho de que se dijera que él había sido un presidente ilegítimo que en 1988 le había robado cibernéticamente –con la ayuda indispensable de Manuel Bartlett—la Presidencia al ingeniero Cárdenas, quien había ganado con un amplio margen de votos en las urnas.

Enrique Peña Nieto

Hago un paréntesis para señalar que en el mes de enero de 2004 Salinas me comentó que sería muy bueno que conociera a Enrique Peña Nieto. Me dijo que lo invitara a El Independiente con cualquier pretexto, porque era un político joven, brillante y con mucho futuro. El domingo 1 de febrero de 2004 lo invité a jugar futbol en la cancha que había en las instalaciones del periódico, como ya antes, el día 18 de enero de ese mismo año, había invitado al entonces procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha. Lamentablemente, por cuestiones de último momento no pude asistir, pero Peña Nieto fue atendido por los directivos del periódico, Javier Solórzano y Raymundo Rivapalacio, quienes me comentaron días después que me había perdido de una deliciosa barbacoa que había llevado desde el Estado de México el propio Peña Nieto.

Difusión


Por todo esto, además de las amenazas concretas y directas que me había hecho René (como en el video que me dice que "ni en la Patagonia estaría seguro"), no se necesitaba ser un genio para entender que venían tras de mí. Quiero aclarar que en ese momento no pensé que todo esto incluía meterme a la cárcel; eso se me hacía algo inconcebible. Lo comenté con dos abogados de mi confianza, quienes me dieron la razón, esgrimiendo múltiples y contundentes razonamientos jurídicos.
Sin embargo, con esta inquietud, en la siguiente reunión que tuve con Carlos Salinas hice de su conocimiento toda esta situación. Debo reconocer que él mismo se alarmó y atinadamente –me imagino por la experiencia en fabricar este tipo de maquinaciones—me dijo que López Obrador seguro ya estaba enterado de los videos y que había que acelerar todos los acontecimientos que estaban programados para los próximos meses, que ya no podíamos esperar.
Había que actuar en los próximos días, porque yo ya no estaba seguro en México y tenía que poner tierra de por medio. Salinas advirtió con claridad, ya desde ese momento, que Andrés Manuel quería minimiza el efecto de los videos y la denuncia por la extorsión de que yo estaba siendo objeto por parte del GDF y el PRD, metiéndome a la cárcel y orquestando una campaña de desprestigio en mi contra, como finalmente sucedió.
Con su gran sentido político, Salinas me dijo: "Carlos, hay que dar a conocer los videos lo más pronto posible, porque Bejarano y AMLO o gente muy cercana a él ya se deben de haber enterado de algo. No saben de lo que se trata concretamente, pero quieren boicotear cualquier acción en este sentido. Despojarán de cualquier efecto mediático de trascendencia al asunto de los videos, si tú estás en un problema jurídico o concretamente en la cárcel".
A propósito de una pregunta de Jorge Fernández Menéndez, puntualizo que yo en lo personal no decidí la manera de dar a conocer los videos. Eso lo decidió Carlos Salinas. Me planteó la estrategia, junto con Diego Fernández de Cevallos. Fui testigo de las múltiples conversaciones telefónicas que ambos sostuvieron con Santiago Creel, el entonces secretario de Gobernación, así como con Ramón Martín Huerta, subsecretario de Gobierno de esa misma dependencia con el objeto de coordinar la difusión de los famosos videos, así como su posterior manejo político.
Respondiendo a Ricardo Alemán y a Carlos Ramos Padilla, fue Salinas quien dijo que era mejor darlos a conocer a través de Televisa, porque era la cadena de televisión con la mayor cobertura y audiencia. Sin embargo, manifestó que también existía la posibilidad de que los videos fueran difundidos en TV Azteca. Salinas decidió la estrategia, no la decidí yo.
En ese sentido es que puedo responder afirmativamente a un planteamiento de Ciro Gómez Leyva: sí, Salinas fue el cerebro de los videoscándalos. Yo fui el de los videos, él fue el del escándalo. En cuanto a Diego Fernández de Cevallos, él fue el coordinador.
Hago un paréntesis para hablar de una actitud que me impresionó y es el hecho de que en esos días descubrí que Diego realmente era un títere de Carlos Salinas. Respondía de tal manera a sus peticiones, a sus instrucciones, que en verdad era impactante que el presidente del Senado y coordinador de los senadores por parte del PAN, se sometiera con tanta facilidad a Salinas. No dialogaban. Salinas le deba órdenes cuando hablaban; claro, de manera amable, pero con su voz le daba órdenes.
Para ultimar la estrategia, Salinas le habló a Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa. Presencié la llamada. Primero lo saludo y luego le dijo que tenía un asunto muy importante que comentarle, que le beneficiaría mucho a Televisa y a todos en general, que más tarde se contactaría Diego con él para tratarlo con mayor detalle.
Días después tuve una reunión con Diego, concretamente el día 19 de febrero. Me dijo que ya se habían reunido con Santiago Creel y habían decidido que Federico Döring, asambleísta del PAN, fuera quien diera a conocer esos videos. Es importante aclarar que los videos se iban a dar a conocer una semana antes, o sea el día lunes 23 de febrero de 2004. Lo que retrasó su difusión fue que llegó a Televisa el video del Niño Verde, algo que no tenían contemplado.
Aclaro aquí que no fue casualidad que llegara en esos días el video del Niño Verde, Jorge Emilio González Martínez. Considero que fue un intento por parte de Bejarano y Andrés Manuel de dividir el efecto mediático demoledor que iba tener la difusión del video de Bejarano. Esto me lo comentó en una visita que me hizo al reclusorio en el año 2005, Francisco de Paula León, el padre del disidente verde Santiago León, quien difundió el video contra el Niño Verde.
Por lo anterior, Salinas, Diego y el gobierno federal, de común acuerdo con Televisa, decidieron conjuntamente dar a conocer primero el video del Niño Verde el lunes 23 de febrero y dejar que se quemara esa noticia toda la semana. De ese modo mataban dos pájaros de un tiro: ayudaban a Jorge Emilio González, que en ese entonces era senador del Partido Verde Ecologista, ya que a ellos les interesaba protegerlo, y una semana después daban a conocer mis videos, el 1 de marzo el video de Ponce y el miércoles 3 de marzo el fulminante video de René Bejarano. Es decir, se implementó toda una estrategia mediática para los fines que en ese entonces convenían al gobierno federal, a Salinas y a Televisa.
Carlos Ramos Padilla inquiere, justamente, sobre el papel que desempeñó en todo esto Bernardo Gómez. Salinas y Diego estuvieron en contacto permanente con él para coordinar la difusión de los videos. Una muestra más de este hecho fue que cuando yo estaba en Cuba, Juan Collado me habló y me dijo: "Oye, dice Salinas que le hables a Bernardo para que salgas con Joaquín López Dóriga en le noticiero de hoy en la noche, es importantísimo que salgas", y me mandaron una carta que fue la que yo leí, ese día, el 3 de marzo de 2004. Recibí además esta instrucción: "No contestes ninguna pregunta aunque te insista Joaquín, porque lo va a hacer para no verse tan obvio".
Me pidieron que le hablara por teléfono a Bernardo, lo cual hice de inmediato y al contestarme el teléfono me dijo: "Hola Carlos, ¿cómo estas? Seguramente no la estás pasando muy bien. No te preocupes, todo va a salir bien. Estamos tratando de manejar esto lo mejor posible. Te pido que le hables a Leopoldo Gómez para coordinar tu entrevista con Joaquín hoy por la noche".
Así lo hice. Le hablé a Leopoldo y a las 8 de la noche, hora de México, se realizo la comunicación con Joaquín, quien presentó en su programa de las 10:30 de la noche la plática que tuvimos, en donde yo me limité a confirmar que en días pasados había presentado ante la Procuraduría General de la República una denuncia de hechos, de la cual se podían desprender conductas ilícitas como es la extorsión por funcionarios del entonces Gobierno del Distrito Federal, Joaquín trató de hacerme preguntas y yo señalé que por el momento y por consejo de mis abogados no respondería ninguna pregunta.
¿Cómo intervino Bernardo? Hasta donde yo supe, siempre estuvo enterado de todo. Además creo, sin tener las pruebas claras y contundentes, que él fue la fuente que informó a Andrés Manuel, directamente o a través de su gente, de lo que se venía en su contra. Es decir, jugó a dos bandas. No me extraña, ya que varias veces me recomendó que dejara de ser tan idealista, que privilegiara mis intereses de empresario y que él les apostaba a todos los caballos.
Una vez decidido el medio y la fecha en que se exhibirían los videos de la corrupción, se los entregué a Diego Fernández; el de Bejarano se lo di en persona, como él mismo lo reconoció. El de Ponce se lo hice llegar a través de un colaborador mío.

¿COMPLOT?

Jorge Fernández Menéndez me pregunta si fue un complot o una decisión más individual o una revancha. No fue una revancha, fue una decisión individual que fue aprovechada o de la que sacaron beneficio grupos de poder y personas que tuvieron la manera de manejar esta información.
Contestando a Carlos Ramírez y a Ricardo Pascoe, todo lo negocié directamente con Carlos Salinas, muchas veces en presencia de Rosario Robles; con Diego Fernández de Cevallos, con Ramón Martín Huerta, con Eduardo Medina Mora, el actual procurador general de la República, en aquel entonces director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), a quien conocí en la oficina de Ramón Martín Huerta, así como con el general Macedo de la Concha, entonces procurador general de la República. Todos ellos intervinieron, formaron parte, realizaron alguna tarea en especial; pero concretamente negocié con Carlos Salinas y Diego Fernández.
¿Y por cuánto? Acordamos casi 400 millones de pesos, los cuales nunca me pagaron. Así es, nunca. Aunque parezca mentira, otra ingenuidad de mi parte. Fijamos esa cantidad porque yo consideraba que después de que se dieran a conocer públicamente los videos no tendría la oportunidad de cobrar lo que me debían tanto el GDF como el PRD. Lo único que yo pretendía era recuperar esa deuda. Necesitaba ese dinero de manera urgente, para pagar los créditos otorgados a mis empresas por Banca Afirme, en los términos que describí anteriormente, así como todos los demás compromisos comerciales que tenía en ese momento.
La deuda que dejó Rosario Robles a su salida de la presidencia del PRD se valoró en 600 millones de pesos. En su momento se señaló que en menos de una semana de redujo a 400 millones de pesos, de acuerdo al informe de los encargados de la fiscalización interna, Ricardo García Sáinz, Carlos Payán e Ifigenia Martínez, basados en los informes de auditoria encargada a despachos privados. Todos supieron que yo cubrí esa deuda. Fue parte del dinero que nunca recuperé.
A Andrés Manuel lo único que le importaba era 2006 y estuvo en campaña desde su primer día como jefe de Gobierno. A pesar de las diferencias que tenían, Rosario le creyó a Andrés Manuel y endeudó al PRD para triunfar en los comicios de 2003. En la búsqueda de este objetivo le firmó a Televisa, en la oficina de Bernardo Gómez, un pagaré de 200 millones de pesos, el cual yo rescaté.
Después de una entrevista en el programa de Joaquín López Dóriga en Televisa Chapultepec, dos personas muy amables estaban esperando a Rosario y la acompañaron a la oficina de Bernardo Gómez y ahí firmó el pagaré. Antes de firmarlo le habló a Andrés Manuel y le preguntó que si lo firmaba y él le dijo que sí. En esos 200 millones estaban incluidos 50 y tantos millones que Andrés Manuel había quedado a deber a Televisa de las elecciones de 2000.
Bernardo Gómez me lo entregó a mí porque lo pagué, sólo me faltó cubrir otros dos pagarés por un total de 15 millones de pesos. Todo lo demás lo saldé. Ese pagaré, el de 200 millones que firmó Rosario como presidenta del PRD, fue con la autorización y con el visto bueno de Andrés Manuel.
Como lo mencioné, Carlos Salinas me dio dinero a cambio de los videos. Antes de entregárselos, me hizo llegar aproximadamente 35 millones de pesos. Me los entregaron Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco, Arturo Montiel, entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, entonces diputado del PRI en el Estado de México, Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi, el boxeador y en ese entonces diputado verde. Entre todos ellos me entregaron esa cantidad de dinero. Diego Fernández me hizo un primer pago, a cuenta, por la cantidad de 33 millones el día 19 de febrero de 2004. Fue depositado de alguna de sus cuentas bancarias a Nueva Perspectiva Editores, la empresa que editaba El Independiente.
Repito que el dinero que recibí de Salinas era, por decirlo así, para comprar la deuda que el PRD tenía conmigo; pero en realidad fue más para pagar las deudas que todavía tenía el PRD que para fiarme a mí. Como lo señalé anteriormente, en su gestión como presidenta del PRD, Rosario había endeudado mucho al partido con tal de ganar las elecciones de 2003 y levantar la votación. Esta decisión la había consultado con Andrés Manuel, y les dio resultado. De 52 que tenía el PRD, en esas elecciones de 2003 obtuvo 95, prácticamente un 82 por ciento de incremento.
Además del dinero que cubriría lo que el GDF y el PRD me debían, al negociar la difusión de los videos quise obtener protección jurídica. Preveía que habría, por donde y como fuera, una persecución política disfrazada de jurídica. El tiempo me dio la razón muy pronto.
Considero que para Salinas, en lo personal y para su familia, concretamente, para su hermano Raúl, fue uno de los mejores negocios que pudieron haber hecho en su vida, por un hecho que para muchos paso desapercibido. Carlos Salinas me confió que una de las cuestiones que había negociado con el presidente Fox a cambio de los videos, a través de Diego Fernández de Cevallos, era la exoneración de todos los cargos, inclusive el de homicidio, que mantenían en ese momento a Raúl en la cárcel, además de la devolución por parte de la Procuraduría General de la República de todos sus bienes, incluyendo los millones de dólares congelados por la PGR. Y así sucedió finalmente.
Como parte de estas negociaciones, la defensa de Raúl Salinas (defensa en la que participaba, no de manera casual, quien también era mi abogado en aquel entonces, Juan Collado) interpuso el 10 de marzo de 2004 su última carta para lograr su libertad, un amparo directo, exactamente una emana después de que se diera a conocer públicamente el video de René Bejarano. Raúl fue liberado y exonerado el 14 de junio de 2005.
Es importante mencionar que entre las muchísimas pláticas que sostuve con Juan, me confió que una de las personas del gobierno federal que tenía un papel preponderante en el apoyo oficial en relación con estos asuntos, entre muchos otros, era el hoy finado José Luis Santiago Vasconcelos, en aquel entonces subprocurador de Investigación Especializada contra la Delincuencia Organizada, quien lo ayudaba con las gestiones propias de la PGR, así como la interlocución con varios magistrados y ministros de la Suprema Corte de la Nación, a fin de lograr el objetivo, de liberar a Raúl Salinas, así como en otros asuntos que litigaba Juan Collado.
Una prueba de estupenda relación que llevaba Juan Collado con el fallecido José Luis Santiago Vasconcelos, fue que en marzo de 2004 Juan comunicó por teléfono a mi esposa Cecilia con él, para que le solicitara la protección de agentes federales para ella y los niños, ante el miedo por todas las amenazas que había recibido cuando yo estaba en Cuba. Después de que Cecilia terminara la comunicación telefónica y firmara una sencilla carta, llegó una docena de agentes federales a la casa para el servicio de custodia de mis tres hijos, de ella y de la casa donde vivían.

Reacción

Respondiendo a Jorge Fernández Menéndez y a Ricardo Pascoe, anticipaba una reacción brutal de Andrés Manuel. Sabía que toda su furia y todo su poder que tenían, tanto él como toda su gente en el GDF, caería sobre mí. Por eso pensé que podría ser decisivo contar con la protección de ese grupo de personas, en quienes confiaba. No tenía la menor duda de que eran las personas más poderosas del país en ese momento. Así que busqué su protección, para poder enfrentar o contrarrestar la reacción de López Obrador. La anticipaba, pero no esperaba estar solo para afrontarla. Les pedí protección y lamentablemente fue lo primero que se les olvidó.
¿A quiénes? Al presidente de la República, Vicente Fox; al secretario de Gobernación, Santiago Creel; al procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha; al presidente del Senado, Diego Fernández de Cevallos; y a Carlos Salinas, el poder tras el poder. Todos ellos, llegado el momento, me abandonaron, me dejaron solo y pagué las consecuencias de haber confiado en ellos.
Victimas inocentes


Los panistas

Contestando a Carlos Ramos Padilla, no hice ningún acuerdo directo con el Partido Acción Nacional, ni con nadie que dijera actuar en nombre del PAN. Pero siendo que Diego Fernández de Cevallos, Santiago Creel y el presidente Vicente Fox no sólo pertenecían a ese partido sino que tenían el mayor peso específico en su cúpula dirigente, en ese sentido me parece que sí hubo un acuerdo con el PAN.

Vicente Fox

La única vez que vi a Vicente Fox fue el lunes 4 de agosto de 2003, en la semana en que renunció Rosario Robles a la presidencia del PRD. Lo vi en el departamento de Rodolfo Elizondo, hoy secretario de Turismo y en aquel entonces coordinador de Comunicación social de la Presidencia.
En esa ocasión acompañé a Rosario, que quería hacer del conocimiento al presidente Fox que se proponía renunciar a la presidencia del PRD, así como pedirle ayuda para resolver el problema económico en el que se encontraba el partido, por los compromisos contraídos por Rosario y la problemática que había generado el rompimiento de ésta con Andrés Manuel.
Le hablé ese mismo lunes en la mañana a Rodolfo. Le dije que me interesaba mucho verlo por un asunto muy importante. Me dijo que estaba en los Los Pinos y me pidió que nos viéramos en el Balmoral del hotel Presidente. Ahí le expliqué que Rosario quería reunirse con el presidente Fox, que le quería informar algo muy importante. Rodolfo me dijo: "Si, yo se lo comento, yo creo que no va haber ningún problema". Me habló a la hora o a las dos horas cuando mucho y me dijo:"si, nos vemos en mi domicilio", creo que a las 5 de la tarde.
El departamento en el que estaba viviendo en aquel entonces Rodolfo Elizondo, dicho por el mismo, se lo prestaba o rentaba Porfirio Muñoz Ledo, quien en aquel entonces estaba como embajador ante la Unión Europea en Bruselas.
Llegamos a la cita. Estaban Rodolfo Elizondo y su esposa. A los pocos minutos llegó el presidente Fox. Nos saludamos y estuvimos aproximadamente cinco minutos los cuatro, y como además era la idea y así habíamos quedado, Rodolfo y yo nos retiramos a un café que estaba prácticamente enfrente del departamento, en una esquina, y Rosario y el presidente Fox se quedaron hablando en el departamento. Pasada media hora aproximadamente, regresamos al departamento, estuvimos hablando unos cinco minutos y el presidente Fox se retiró. Rodolfo lo acompañó hasta la puerta del edificio e inmediatamente Rosario y yo nos fuimos.
Tengo entendido que Rosario efectivamente le comentó que renunciaría a la presidencia del PRD y le pidió ayuda con el problema económico. El presidente Fox le dijo que sí, pero Rosario salió de esa reunión bastante desanimada. Me comentó que el presidente estaba como ido, siempre con una pastilla en la boca, como que uno le hablaba pero parecía que no estaba ahí en la reunión. Yo mismo había notado algo parecido, en los pocos minutos que lo vi.
Al día siguiente me comuniqué con Rodolfo, quien me dijo: "No me ha dado ninguna instrucción. Si me la da, yo espero y en una semana está la disposición del dinero que se necesita para el problema del PRD". Así fueron dos o tres llamadas en los días subsiguientes. No pasó absolutamente nada, no apoyaron y Rosario terminó renunciando el sábado 9 de agosto de 2003.

Marta Sahagún y Manuel Bribiesca

Respecto a una pregunta de Ciro Gómez Leyva sobre el papel de Marta Sahagún, debo decir, en honor a la verdad, que yo nunca oí que hablaran por teléfono con ella, ni que sus hijos estuvieran relacionados en el asunto de la difusión de los videos. Sí conocí a Manuel Bribiesca, por iniciativa suya, a través de Carlos Salomón Cámara. Concertamos una cita en mi oficina en avenida Revolución.
Me dijo que él era un hombre de negocios, que tenía mucho poder, como era sabido, y que no quería hacer absolutamente nada fuera de la ley, pero que se podían hacer negocios en obra pública, concretamente en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Me habló de la construcción de carreteras. Me propuso hacer lo mismo que él ya estaba haciendo con Facopsa, una empresa dedicada a se ramo. También me mencionó algunas cuestiones en Telmex, pero a mí no me latió. Además, yo no estaba en condiciones de tener más trabajo, así que finalmente fu algo que no se dio.
A raíz de esa reunión, me acompañó, sólo una vez, a presenciar un partido del León en el palco del Nou Camp. Meses después, cuando los cubanos me pedían que dijera si se dedicaba al narcotráfico o alguna cosa así, les contestaba que no. En alguna de las grabaciones fabricadas en Cuba debo de haber dicho barbaridad y media sobre él, porque era lo que ellos me pedían que dijera; me inducían y pedían concretamente que dijera que conocía sus actividades ilícitas, pero la verdad es que yo no sé nada sobre eso, ni supe nada relacionado con ningún negocio en concreto al que él se dedicara. Lo único que supe fue lo que me comentó en esa reunión que tuve con él en mi oficina, el día 13 de mayo de 2003.
Para responder estos pasajes acerca de mi trato con los Fox y la gente vinculada a ellos, Carlos Salomón Cámara me pregunta si tuvimos contacto cuando yo ya estaba en la cárcel. Durante mucho tiempo quisimos conseguir una cita con el presidente Fox o con su esposa, sin tener éxito. Finamente la señora Marta recibió a Ceci en Los Pinos. Mi esposa llevaba una serie de temas para tratar con ella, con r elación a mi situación jurídica y carcelaria. Sin embargo, la señora Marta solamente saludó a Ceci y le indicó que la atendería su secretario particular Omar Saavedra. La pasaron a una oficina, en una de cuyas paredes colgaba un cuadro enorme, un paisaje. El amigo que acompañaba a Ceci le dijo que desde ahí estaba viendo la entrevista la primera dama. De vez en cuando sonaba un teléfono rojo y el colaborador le hacía a mi esposa las preguntas que le indicaban por el auricular. Ceci salió de esta cita con las manos vacías.


Más videos


Todos los periodistas que me enviaron preguntas quieren saber si hay más videos, quiénes aparecen en ellos y en manos de quién se encuentran actualmente. También es, desde luego, una de las inquietudes de los lectores de este libro. Puedo decir que sí hay más videos con otros personajes. Adela Micha plantea en este sentido si ese material grabado, que no ha sido revelado a la luz pública, podría sustentar la apertura de nuevos expedientes judiciales. Así es, en efecto. Esos videos darían de sobra para ello.
Respecto de su paradero, algunos los tengo guardados y otros están en manos de Juan Collado, Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos. Ellos se los robaron a mi esposa Cecilia en una manera por demás burda, vil y artera. Se llegó a manejar en la prensa que los cubanos me habían incautado los videos, pero eso nunca sucedió. Cuando me detuvieron en Cuba, sólo tenía copia de los de Bejarano e Ímaz que se difundieron públicamente.
En los días previos a mi partida a Cuba, dejé en custodia de Lidia Uribe parte de los videos. En abril de 2004 ella se los entregó a Juan Collado mientras yo me encontraba en Cuba. A mi llegada a México, Luis Molina el comentó esto a Cecilia, desgraciadamente ninguno de los tres me lo informó.

Durante los siguiente meses, Ceci les insistió a Juan y Antonio Collado para qu le devolvieran lo que Lidia les había entregado. Ponían de pretexto que ese paquete lo habían mandado a Puebla, bajo el resguardo de un militar de su confianza, y que se tenía que planificar un "operativo" para ir por ellos.
Finalmente, un sábado de julio de 2004, mientras Cecilia se encontraba visitándome en el reclusorio, los Collado junto con Karla Servín, entonces mi secretaria, fueron a Puebla y recogieron el paquete. De regreso, llegaron al a oficina de Juan en la colonia Del Valle. De ahí salió Karla, acompañada de mi cuñada Alejandra, hacia mi oficina de Revolución. A las dos cuadras se les emparejó un vehículo desde el cual unos hombres les hacían señas de que se detuvieran. Ellas decidieron regresar a la oficina de Juan a resguardarse.
Le explicaron a Juan la situación y él salió a "investigar". A su regreso, les dijo que se trataba de unos judiciales del DF y que se habían llevado el paquete y los documentos del vehículo, pero que no se preocuparan porque Antonio Collado ya se dirigía a una cita con ellos para negociar su devolución.
Durante las siguientes semanas, Cecilia suplicó a Juan que le devolviera el paquete, ya que desde el primer día resultó obvio que todo había sido montado por los Collado, por órdenes superiores, para quedárselo. Él decía que no se preocuparan, que seguían en pie las negociaciones para recuperarlos. Finalmente, ante su insistencia, Juan la amenazó: le dijo que ya no lo importunara, que ella ya sabía con quién se estaba metiendo y que estaba poniendo en riesgo su vida, la de nuestros hijos y la mía. Que no se olvidara que yo estaba en la cárcel y que ahí por tres pesos cualquiera me podía matar.
Ceci cometió el error que yo mismo había cometido. Partió del supuesto de que los Collado, siendo mis abogados, estaban de nuestra parte y defenderían y protegerían mis intereses.
Al tener en su poder algunas copias de los videos, los Collado y sus patrones Carlos Salinas y Diego Fernández, me abandonaron e incumplieron todos los acuerdos que habíamos establecido.
Yo seguí en la ignorancia hasta el 11 de noviembre de ese año, cuando se dieron a conocer públicamente los videos de Gabino Cué y Ramón Sosamontes. Del primero no recordaba habérselo entregado a Salinas o a Diego; mientras que del segundo ni siquiera sabía que existía. Ante estos hechos, Ceci me confesó la verdad y quedé destrozado. Comprendí la traición de Salinas, de Diego y de sus lacayos los Collado. Además, tuve que enfrentar, hasta el día que salí del reclusorio, la angustia y el temor constantes sobre el uso que le pudieran dar a ese material. Esta historia es más de las muchas que tuvo esta tragedia.
En cuanto a los videos que obran en mi poder, los tengo a buen resguardo. Lo único que puedo decir es que no están aquí en Argentina. ¿Qué pienso hacer con ellos? Creo que por el bien de todos, concretamente el de mis tres hijos, el de Ceci y el mío personal, lo mejor es no difundirlos.
Esos videos ya no aportarían nada en especial. Todo lo estoy comentado en este libro, sin omitir nombres. Difundirlos sería nada más alimentar el morbo. Volveríamos al circo de las banalidades, de hablar acerca de cómo estaba vestido el personaje, cómo se guardaba el dinero, si lo metía en un portafolio o en una bolsa del súper. Cuestiones triviales, intrascendentes, que distraen de la información que sí importa: la corrupción, el manejo que se le daba al poder desde el GDF. La otra parte de la historia, la del dinero del PRD, ya esta explicada aquí. Creo que insistir en ello sería aportar más al folclor que otra cosa.

El desafuero

Jorge Fernández Menéndez me pregunta en qué medida todo el efecto de los videos se tornó contraproducente con la decisión del desafuero. Yo creo que lo del desafuero fue una situación desatinada. Me acuerdo que Juan Collado me la comentó en la celda del Reclusorio Norte, unos días antes de que se diera.
Fue un asunto de soberbia por parte del gobierno federal, fue otra idea en la que nuevamente participaron Diego Fernández y Carlos Salinas porque, repito, para Carlos Salinas efectivamente el día 6 de julio de 2006 y la sucesión presidencial eran muy importantes; pero lo más importante para él, por lo menos durante todo ese tiempo que yo lo traté, era la liberación de su hermano Raúl, así me lo expresó repetidamente, y finalmente lo logró. Creo que lo del desafuero fue una maniobra más, pero que otra vez resultó inmanejable para todo mundo, fue muy complicado y creo que no esperaban que resultara así.

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Colombia: acusan a bananera de EU por los asesinatos de 57 dirigentes

Colombia: acusan a bananera de EU por los asesinatos de 57 dirigentes
Afp

Bogotá, 6 de mayo. La multinacional bananera Dole está implicada en 57 asesinatos de sindicalistas y campesinos perpetrados por grupos de ultraderecha, aseguró al periódico colombiano El Espectador el abogado estadunidense que representa a los deudos. Fueron 57 asesinatos, cuidadosamente seleccionados tras entrevistar a unas 2 mil víctimas de la violencia en la zona bananera, dijo Terry Collingsworth, representante de familias afectadas por los paramilitares en el departamento colombiano de Magdalena.

El abogado, que la semana pasada demandó a Dole en una corte de Los Angeles, sostuvo que la multinacional contrató a las Autodefensas Unidas de Colombia, pese a que el grupo fue designado organización terrorista extranjera por el Departamento de Estado. Dole calificó de falsas e infundadas las acusaciones de que financió a paramilitares entre 1997 y 2006, año en que terminó su desarme tras un proceso de paz. Mientras, siete ex rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pidieron al gobierno facilitar la liberación de Pablo Emilio Moncayo, militar que esa guerrilla prometió entregar, tras 11 años de secuestro. Nos preocupa la demora en el trámite de los detalles logísticos que concreten tan anhelada libertad, manifestaron en una declaración y urgieron a allanar los caminos que conduzcan al objetivo deseado, luego de que las FARC anunciaron en abril pasado que entregarían a Moncayo a la senadora Piedad Córdoba.

Los siete firmantes, Alan Jara, Consuelo González, Clara Rojas, Sigifredo López, Orlando Beltrán, Oscar Tulio Lizcano y Luis Eladio Pérez, todos liberados unilateralmente por las FARC entre enero de 2008 y febrero de 2009, también llamaron al gobierno, a los gobiernos latinoamericanos y la comunidad internacional a no desmayar en los esfuerzos por poner fin al sufrimiento de un número importante de servidores de la patria y sus familias, en referencia a 22 policías y militares que aún permanecen cautivos.

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La nueva manera de ir al futbol: restricciones sanitarias: ¿que son guates?

La nueva manera de ir al futbol
El GDF y la FMF confirmarán hoy las restricciones sanitarias para poder asistir a los estadios, desde la Fecha 17 del fin de semana.
El Universal
Jueves 07 de mayo de 2009
jose.parra@eluniversal.com.mx , monero Hérnandez de la Jornada

La Jornada 17 del Torneo Clausura 2009 se jugará a puerta abierta en todos los estadios del país, informó anoche Decio de María Serrano, secretario general de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). Luego de una serie de reuniones conjuntamente con el presidente del organismo, Justino Compeán, y miembros de la Secretaría de Salud y del Gobierdo del Distrito Federal, De María explicó que la buena noticia es que la gente podrá acudir a los estadios, apoyando a sus equipos, “para regresar a una situación casi normal, lo que debe de alegrarnos a todos, por el hecho de poder participar en la fiesta del futbol mexicano, en la última jornada y después, claro está, en la Liguilla”. Pese a ello, el directivo no quiso adelantar las condiciones y recomendaciones que tendrán que seguir los aficionados para regresar a los estadios, debido a que hoy, el secretario de Salud federal, José Ángel Córdova, hablará del caso específico del futbol y de otras actividades en el país.

Pero lo que es posible adelantar, de acuerdo con fuentes del del Gobierno del Distrito Federal, es que en las referidas medidas —dado que la alerta bajará de naranja a amarillo— estarán el empleo de cubrebocas y, de ser posible, guates , el lavado de manos antes de los encuentros, así como al mediotiempo y al finalizar los mismos; no compartir alimentos ni utensilios para comer, tal como adelantóEL UNIVERSAL en su edición del miércoles. Obviamente, dichas recomendaciones de inicio son para los cotejos América vs. Necaxa y Pumas vs. Monterrey, a desarrollarse en el DF, pero no se descarta que las medidas se hagan extensivas en otros escenarios del país. De María en todo momento evitó anticiparse respecto de dichas recomendaciones y solamente expuso: “Toda la población debemos seguir teniendo cuidados, cooperando y esforzándonos para hacer el trabajo que hasta hoy la sociedad ha hecho, junto con las autoridades, para seguir reduciendo esta situación”.

Después de la explicación que haga José Ángel Córdova a toda la nación, la FMF ofrecerá una conferencia para aclarar otros detalles relacionados con el regreso del público a los escenarios. Por lo pronto, el directivo dejó entrever que todos los estadios seguirán las mismas reglas y no nada más en el caso del DF. El secretario general del organismo rector del balompié nacional se mostró satisfecho porque esta situación se haya dado, lo que permite que la parte importante del campeonato recupere a los aficionados. En cuanto a la emisión de boletos y la problemática de distribuirlos en menos de dos días, el dirigente añadió: “Eso lo van a trabajar los nueve equipos con la rapidez del caso, una vez conocidas las condiciones para poder hacerlo”. (Con información de Luis Miguel Henríquez)


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Niega Enrique Peña Nieto conocer a Carlos Ahumada

Niega Peña Nieto conocer a Carlos Ahumada
El gobernador del Estado de México rechazó conocer al empresario, quien en un libro afirma que el gobernador del Estado de México le dio 35 millones de pesos por unos videos cuando era diputado del PRI.
El Universal
Ciudad de México Jueves 07 de mayo de 2009
09:11 El gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, negó conocer al empresario de origen argentino Carlos Ahumada Kurtz. En su libro "Derecho de Réplica" (Grijalbo, 2009), Ahumada Kurst afirma que recibió 35 millones de pesos como pago por los videos que fueron difundidos y que muestran actos de corrupción que involucran a funcionarios del Gobierno del DF y del Partido de la Revolución Democrática. El empresario afirma que el dinero le fue entregado por Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco, Arturo Montiel, entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, entonces diputado del PRI en el Estado de México, Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi, por ordenes de Carlos Salinas. En entrevista con W Radio, al ser cuestionado sobre las declaraciones de Ahumada en el texto, dijo que es la primer noticia que tiene del libro y sobre esta afirmación. Peña Nieto afirmó "categóricamente no conozco al señor Ahumada" y dijo que sus declaraciones están "faltos de credibilidad debido a su pasado".


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Diego Fernández de Cevallos: Lo que hice lo volvería a hacer

Lo que hice lo volvería a hacer: Fernández de Cevallos
El ex candidato presidencial rechazó que hubiera tenido relación alguna con Carlos Salinas de Gortari para coordinar la difusión de los videoescándalos en marzo de 2004.
aaay pinchurrienta coyota narco-mentirosa!
El Universal
Jueves 07 de mayo de 2009
09:11 El ex candidato presidencial, Diego Fernández de Cevallos, rechazó que hubiera tenido relación alguna con Carlos Salinas de Gortari para coordinar la estrategia de difusión de los videos que involucraron en actos de corrupción a funcionarios del Gobierno del Distrito Federal y militantes perredistas. En entrevista radiofónica, el también ex senador negó que hubiera ofrecido 400 millones de pesos a cambio de los videos grabados por Carlos Ahumada, según afirma el propio empresario en su libro "Derecho de Réplica", del que EL UNIVERSAL publica un adelanto. "Yo te puedo decir que en todo caso serán 400 millones de euros lo que le estoy debiendo, o si quiere 400 millones de pesos en oro", dijo a manera de broma, "no voy a entrar en esa polémica, estoy tranquilo, lo que hice lo volvería a hacer. "Ya lo he declarado mil veces y si él quiere por algún motivo con este libro llevar algún propósito para él o para terceros está en su derecho", aseveró el político. El 3 de marzo de 2004, se difundió un video en el que se observaba a René Bejarano, ex secretario particular y operador político de Andrés Manuel López Obrador, guardarse los fajos de billetes que le daba Ahumada en una de sus oficinas. Los videoescándalos involucraron a varios funcionarios del Gobierno del Distrito Federal, entonces encabezado por López Obrador, y a militantes perredistas como Carlos Imaz, Claudia Sheinbaum y Ramón Sosamontes. "Él puede decir lo que quiera que yo no puedo faltar en mi palabra, en todo momento yo apoyaré en lo que venga a Carlos Ahumada, lo apoyaré aunque diga de mi eso ..." El entonces senador panista, detalló que una vez que Ahumada recuperó su libertad, lo visitó y de manera afectuosa agradeció sus gestiones. "Estoy orgulloso de haber sido hombre cabal como he sido siempre en mi vida y no sólo eso, tengo docenas de cartas de Carlos Ahumada en donde me agradece muy sentidamente todo lo que yo le apoyé para que obtuviera su libertad", dijo.

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Carlos Ahumada: Me alié con los archienemigos de AMLO: el universal

Me alié con los archienemigos de AMLO
El ex presidente Carlos Salinas pagó al empresario de origen argentino Carlos Ahumada, 35 millones de pesos por los videos que comprometían a diversos políticos del PRD. El ex mandatario negoció con el gobierno de Fox, mediante Santiago Creel, la libertad de su hermano Raúl a cambio de este material.
El Universal
Jueves 07 de mayo de 2009
politica@eluniversal.com.mx
Carlos Ahumada, toma su derecho de réplica. Da su versión del escándalo político que en 2004 sacudió al país y asegura que Carlos Salinas fue el cerebro de los llamados videoescándalos. Que él fue la mente detrás de los videos y uno de los protagonistas del escándalo, y que Diego Fernández de Cevallos, jugó el papel de el coordinador y títere del ex presidente Salinas. Confiesa que todo lo negoció directamente con Carlos Salinas, muchas veces en presencia de Rosario Robles y enlista uno a uno los funcionarios, políticos, empresarios y abogados que participaron en la difusión de los videos difundidos en marzo de 2004 en los que se observaba a políticos y funcionarios cercanos al entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, recibiendo dinero del empresario mexicano de origen argentino. En su larga lista de personajes que intervinieron en lo que él mismo denomina los videoescándalos aparecen, el ex secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda; el extinto Ramón Martín Huerta, quien fuera entonces subsecretario de Gobernación; Eduardo Medina Mora, actual procurador general de la República, en aquel entonces director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen); así como con el general Rafael Macedo de la Concha, entonces procurador general de la República. Afirma que con Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos pactó recibir 400 millones de pesos, para pagar las deudas en que había incurrido para financiar campañas del PRD, sin embargo dice que nunca le pagaron esa cantidad y que lo único que recibió fueron 35 millones de pesos que le entregaron Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco, Arturo Montiel, entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, entonces diputado del PRI en el Estado de México, Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi, por ordenes de Carlos Salinas como pago por los videos que fueron difundidos Ahumada cuenta su versión de la historia a lo largo de las 375 páginas de Derecho de Réplica, un libro escrito por el empresario a partir de una serie de preguntas que le fueron realizadas por un grupo de periodistas.

“Salinas me dio dinero a cambio de los videos”

“... Sin embargo , todos los días se discutía si había un complot, si había participado Carlos Salinas, si en él estaban el presidente Vicente Fox, Santiago Creel, Diego Fernández de Cevallos, o si estaba no sé quién más. ¡Sí! Sí estuvieron todos ellos, hoy lo puedo decir: sí, estuvieron todos. Pero, insisto, eso no fue lo relevante. La primera vez que vi a Carlos Salinas fui con Juan Collado a su casa de Camino de Santa Teresa número 480 en Tlalpan… …Se abordó el tema de la deuda [que Ahumada había contraído para financiar campañas del PRD]. Salinas dijo que apoyaría en todo lo que pudiera para conseguir los recursos para pagarla; que hablaría con Roberto Andrade y Arturo Montiel, en ese entonces gobernadores de Tabasco y el Estado de México respectivamente, y con Enrique Peña Nieto, quien en aquel entonces era prácticamente un desconocido a nivel nacional. También aseguró que vería el asunto con otros mandatarios estatales y con la maestra Elba Esther Gordillo, la líder del sindicato magisterial… ….Para ponerle un alto a la extorsión [por parte de la autoridades del GDF], me había aliado con los archienemigos políticos de Andrés Manuel: Carlos Salinas, Diego Fernández de Caballos y el gobierno federal, entonces encabezado por Vicente Fox…. … [Carlos Salinas] Me planteó la estrategia, junto con Diego Fernández de Cevallos. Fui testigo de las múltiples conversaciones telefónicas que ambos sostuvieron con Santiago Creel, el entonces secretario de Gobernación, así como con Ramón Martín Huerta, subsecretario de Gobierno de esa misma dependencia, con el objeto de coordinar la difusión de los famosos videos, así como su posterior manejo político…. …Salinas fue el cerebro de los videoescándalos. Yo fui el de los videos, él fue el del escándalo. En cuanto a Diego Fernández de Cevallos, él fue el coordinador… …En esos días [durante la planeación de la estrategia a seguir para la difusión de los videos] descubrí que Diego [Fernández de Cevallos] realmente era un títere de Carlos Salinas... en verdad era impactante que el presidente del Senado y coordinador de los senadores por parte del PAN, se sometiera con tanta facilidad a Salinas. … Salinas y Diego estuvieron en contacto permanente con él [Bernardo Gómez] para coordinar la difusión de los videos … Recibí además esta instrucción (de Salinas a través de Juan Collado): “No contestes ninguna pregunta aunque te insista Joaquín [López-Doriga], porque lo va a hacer para no verse tan obvio”. …Una vez decidido el medio y la fecha en que se exhibirían los videos de la corrupción, se los entregué a Diego Fernández, el de Bejarano se lo di en persona, como él mismo lo reconoció. El de Ponce se lo hice llegar a través de un colaborador mío. …Todo lo negocié directamente con Carlos Salinas, muchas veces en presencia de Rosario Robles; con Diego Fernández de Cevallos; con Ramón Martín Huerta; con Eduardo Medina Mora, el actual procurador general de la República, en aquel entonces director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), a quien conocí en la oficina de Ramón Martín Huerta; así como con el general [Rafael] Macedo de la Concha, entonces procurador general de la República. Todos ellos intervinieron, formaron parte, realizaron alguna tarea en especial; pero concretamente negocié con Carlos Salinas y Diego Fernández... …¿Y por cuánto? Acordamos [Carlos Salinas, Fernández de Cevallos y Carlos Ahumada] casi 400 millones de pesos, los cuales nunca me pagaron… …Carlos Salinas me dio dinero a cambio de los videos. Antes de entregárselos, me hizo llegar aproximadamente 35 millones de pesos. Me los entregaron Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco, Arturo Montiel, entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, entonces diputado del PRI en el Estado de México, Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi… …Carlos Salinas me confió que una de las cuestiones que había negociado con el presidente Fox a cambio de los videos, a través de Diego Fernández de Cevallos, era la exoneración de todos los cargos, inclusive el del homicidio, que mantenían en ese momento a Raúl [Salinas] en la cárcel, además de la devolución por parte de la Procuraduría General de la República de todos sus bienes, incluyendo los millones de dólares congelados por la PGR. Y así sucedió finalmente... Raúl [Salinas] fue liberado y exonerado el 14 de junio de 2005... …Al tener en su poder algunas copias de los videos, los Collado y sus patrones Carlos Salinas y Diego Fernández, me abandonaron e incumplieron todos los acuerdos que habíamos establecidos. ...[Con relación al desafuero de AMLO] Fue un asunto de soberbia por parte del gobierno federal, fue otra idea en la que nuevamente participaron Diego Fernández y Carlos Salinas porque, repito, para Carlos Salinas efectivamente el día 6 de julio de 2006 y la sucesión presidencial eran muy importantes; pero lo más importante para él, por lo menos durante todo ese tiempo que yo lo traté, era la liberación de su hermano Raúl, así me lo expresó repetidamente, y finalmente lo logró….”

¿Por qué grabó?

Ahumada sostiene que ahogado por las deudas decidió realizar las grabaciones para garantizar la recuperación del dinero. “…. La primera reunión que grabé fue la que sostuve con Rosario Robles, regresando de Semana Santa de 2003, un lunes en la noche, y fue porque desde tiempo atrás ya venía pensando que la gente en general no honramos nuestra palabra, pero especialmente los políticos. Ese era el caso de Rosario… ….En conclusión, llegué a 400 millones de pesos de crédito, además de los intereses correspondientes. Se convirtió en una situación inmanejable. Así, ese lunes 21 de abril de 2003 comencé a grabar. Rosario confesó muchísimas cosas, inclusive, prácticamente al terminar la grabación, creo que ella percibió alguna cuestión al respecto, y me dijo: “Oye, pareces ministerio público... ¿no me grabaste verdad? Me levanté, nada más me sonreí, porque lamentablemente sí lo había hecho, y dimos por concluida la reunión…..

La deuda del PRD

En otras de las partes del libro, dentro del capítulo titulado “Videoescándalos”, Ahumada explica cómo trianguló recursos millonarios para poder financiar las campañas del Partido de la Revolución Democrática. “...El mecanismo de financiamiento para las campañas del PRD consistía en que pedía un préstamo a Banca Afirme y ese dinero se los entregaba a ellos; es decir, actuaba como puente… ...La deuda que dejó Rosario Robles a su salida de la presidencia de PRD se valoró en 600 millones de pesos. En su momento se señaló que en menos de una semana se redujo a 400 millones de pesos, de acuerdo al informe de los encargados de la fiscalización interna, Ricardo García Sáinz, Carlos Payán e Ifigenia Martínez, basados en los informes de la auditoría encargada a despachos privados. Todos supieron que yo cubrí esa deuda. Fue parte del dinero que nunca recuperé. En la búsqueda de este objetivo [triunfar en los comicios de 2003] le firmó [Rosario Robles] a Televisa, en la oficina de Bernardo Gómez, un pagaré de 200 millones de pesos, el cual yo rescaté... ...En esos 200 millones estaban incluidos 50 y tantos millones que Andrés Manuel había quedado a deber a Televisa de las elecciones de 2000”.

Las grabaciones

…Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente personal y por la experiencia que tuve que pasar, junto con las personas que más quiero, no puedo decir que las grabaciones hayan sido una buena idea… …Esos videos le dieron la vuelta al mundo. Pero resulta que ¡no pasó nada! Al final, todo era un malentendido y un complot. …Sé que muchos se sentirán decepcionados, pero debo decir que no están grabados ni Alejandro Encinas, ni Marcelo Ebrard, ni Andrés Manuel López Obrador. …Por lo general, las grabaciones fueron realizadas en mi oficina. Después hubo algunas otras, como por ejemplo, la última de Bejarano, en el Balmoral del hotel Presidente, el 13 de enero de 2004…. …Fue Salinas quien dijo que era mejor darlos a conocer a través de Televisa, porque era la cadena de televisión con la mayor cobertura y audiencia. Sin embargo, manifestó que también existía la posibilidad de que los videos fueran difundidos en TV Azteca. Salinas decidió la estrategia no la decidí yo. …Salinas le habló a Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa. Presencié la llamada. …Él [Bernardo Gómez] fue la fuente que informó a Andrés Manuel, directamente o a través de su gente, de lo que se venía en su contra. Es decir, jugó a dos bandas. …Los videos, tanto el de Gustavo Ponce —difundido el día 1 de marzo en el noticiero de Joaquín López-Dóriga— como el de René Bejarano —transmitido el miércoles 3 de marzo en el noticiero de Víctor Trujillo, Brozo—, los vi en el Reclusorio Norte…. …. Respecto a su paradero [otros videos], algunos los tengo guardados y otros están en manos de Juan Collado, Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos.

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El director de The Matrix: Larry Wachowski cambió de sexo; ahora es Lana

El director de The Matrix era casado y con hijos
El cineasta Larry Wachowski cambió de sexo; ahora es Lana
Notimex

Los Ángeles, 6 de mayo. El director de la saga The Matrix, Larry Wachowski, cambió su identidad y ahora, tras haberse sometido a una operación para cambiar de sexo, se presenta como Lana.

La vida de Lana, informó la revista Rolling Stone, comenzó la noche en que Larry conoció a Ilsa Strix en un club nocturno de bondage y sadomasoquismo. Llegó vestido de mujer exuberante, con zapatos de tacón de aguja y peluca rubia. Strix era el número central de la noche, puro cuero negro, látigos y tachas. El director de The Matrix estuvo casado durante nueve años con su novia de la adolescencia, quien se ponía muy incómoda con las salidas de su marido y su afán de ponerse ropa de mujer, y le pidió el divorcio por diferencias irreconciliables.

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