La huella de Pemex
Roberto Zamarripa
9 Nov. 09
El 16 de septiembre del 2006 fueron desalojadas 500 toneladas de desechos de gasolina mexicana mezclada con sosa cáustica en 18 basureros a cielo abierto de Abidján, capital del paupérrimo Costa de Marfil en el oeste africano.
La gasolina fue vendida por Pemex, entre abril y junio del 2006, a la empresa europea afincada en Holanda y Gran Bretaña Trafigura que cargó en Texas tres barcos con 28 mil toneladas del combustible cada uno, transportado previamente en pipas desde Cadereyta a Brownsville. En aguas europeas la carga fue transferida al barco Probo Koala y a bordo fue objeto de un "lavado cáustico" para disminuir los contenidos de azufre del combustible mexicano, lo que desprendió residuos tóxicos.
Conforme el reporte del relator especial de Naciones Unidas, Okechukwu Ibeanu, una compañía marfileña de nombre Tommy hizo el trabajo sucio de tirar el 19 de agosto del 2006 los desechos tóxicos del barco de Trafigura en 18 basureros a donde acuden miles de personas para buscar comida o productos que puedan serles de utilidad.
La contaminación del ambiente, de la comida y del agua en la zona fue letal. Según el relator de la ONU, el 20 de agosto del 2006 miles de marfileños atestaron los centros de salud con diversos síntomas de envenenamiento. El saldo: 15 muertos, 69 hospitalizados de gravedad y 108 mil atendidos por servicios médicos. Las autopsias revelaron que las víctimas tenían concentraciones mortales de ácido sulfhídrico (H2S).
El periódico británico The Guardian dio seguimiento al asunto y obtuvo en septiembre pasado, tres años después de la tragedia, un informe científico donde se advertía a Trafigura de la peligrosidad de la carga pero la empresa obtuvo una orden judicial que prohibió a The Guardian difundir ese documento y cualquier información sobre el tema.
Sin embargo, el documento censurado fue divulgado en el portal Wikileaks (dedicado justamente a revelar informaciones ocultas). Al conocerlo, un parlamentario británico formuló una pregunta específica del caso de censura al ministro de Justicia británico, Jack Straw, pero el diario seguía impedido de publicar incluso lo sucedido en el Parlamento debido a la orden judicial de no comentar nada sobre el tema. Un editor de The Guardian lanzó el pasado lunes 12 de octubre a las 21:05 pm un mensaje por twitter donde daba a conocer la situación de censura. Para el mediodía del martes la palabra "Trafigura" era el término más solicitado en los buscadores de internet junto con la curiosidad de 830 mil twitteros, la mayoría de los cuales solicitaban el fin de la prohibición judicial.
Trafigura se vio obligada a revelar el documento confidencial y posteriormente fueron conocidos también correos electrónicos internos de funcionarios de Trafigura sobre la operación.
Un correo del 27 de diciembre del 2005, publicado por The Guardian, remitido por Jorge Troop a las 15:15 con el título de "More high sulfur PMI", dice que Pemex dispone del combustible que puede enviar a Brownsville y que revisa "si puede agregar la sosa cáustica localmente pero mientras tanto espera una oferta". Un siguiente correo de respuesta de Naeem Ahmed, otro presunto funcionario de Trafigura, fechado el mismo día pero a las 19:29 horas, advierte a sus jefes que "en Estados Unidos, Singapur y la propia Unión Europea, los servicios de medio ambiente no permiten deshacerse de estos residuos peligrosos" de mezcla de gasolina con alto contenido de azufre y sosa cáustica.
Trafigura compró el combustible mexicano -que consideraba como una "porquería barata"- porque según James McNicol, operador de esa empresa, les daría 7 millones de dólares de ganancias. Decidieron limpiar con sosa cáustica la "porquería" mexicana a bordo del Probo Koala, y lograron remover aproximadamente 47 por ciento de sulfuro pero destilando componentes tóxicos que luego tiraron en África.
Pemex debe aclarar su implicación en esta operación. Puede alegar que sólo vendió gasolina advirtiendo la alta cantidad de azufre que contenía pero también sabía, porque fue consultada al respecto, de las intenciones de los compradores de procesarla con lavado cáustico y sus consecuencias venenosas.
La venta a Trafigura ocurrió en el esplendor de tráficos de gasolina robada que han salpicado a mafias y funcionarios de Pemex. ¿La ganga a Trafigura fue lícita o alguien en nombre de Pemex vendió gasolina (robada) más sucia de lo normal? La huella de Pemex aparece en un crimen internacional. ¿Lo aclararán?
La gasolina fue vendida por Pemex, entre abril y junio del 2006, a la empresa europea afincada en Holanda y Gran Bretaña Trafigura que cargó en Texas tres barcos con 28 mil toneladas del combustible cada uno, transportado previamente en pipas desde Cadereyta a Brownsville. En aguas europeas la carga fue transferida al barco Probo Koala y a bordo fue objeto de un "lavado cáustico" para disminuir los contenidos de azufre del combustible mexicano, lo que desprendió residuos tóxicos.
Conforme el reporte del relator especial de Naciones Unidas, Okechukwu Ibeanu, una compañía marfileña de nombre Tommy hizo el trabajo sucio de tirar el 19 de agosto del 2006 los desechos tóxicos del barco de Trafigura en 18 basureros a donde acuden miles de personas para buscar comida o productos que puedan serles de utilidad.
La contaminación del ambiente, de la comida y del agua en la zona fue letal. Según el relator de la ONU, el 20 de agosto del 2006 miles de marfileños atestaron los centros de salud con diversos síntomas de envenenamiento. El saldo: 15 muertos, 69 hospitalizados de gravedad y 108 mil atendidos por servicios médicos. Las autopsias revelaron que las víctimas tenían concentraciones mortales de ácido sulfhídrico (H2S).
El periódico británico The Guardian dio seguimiento al asunto y obtuvo en septiembre pasado, tres años después de la tragedia, un informe científico donde se advertía a Trafigura de la peligrosidad de la carga pero la empresa obtuvo una orden judicial que prohibió a The Guardian difundir ese documento y cualquier información sobre el tema.
Sin embargo, el documento censurado fue divulgado en el portal Wikileaks (dedicado justamente a revelar informaciones ocultas). Al conocerlo, un parlamentario británico formuló una pregunta específica del caso de censura al ministro de Justicia británico, Jack Straw, pero el diario seguía impedido de publicar incluso lo sucedido en el Parlamento debido a la orden judicial de no comentar nada sobre el tema. Un editor de The Guardian lanzó el pasado lunes 12 de octubre a las 21:05 pm un mensaje por twitter donde daba a conocer la situación de censura. Para el mediodía del martes la palabra "Trafigura" era el término más solicitado en los buscadores de internet junto con la curiosidad de 830 mil twitteros, la mayoría de los cuales solicitaban el fin de la prohibición judicial.
Trafigura se vio obligada a revelar el documento confidencial y posteriormente fueron conocidos también correos electrónicos internos de funcionarios de Trafigura sobre la operación.
Un correo del 27 de diciembre del 2005, publicado por The Guardian, remitido por Jorge Troop a las 15:15 con el título de "More high sulfur PMI", dice que Pemex dispone del combustible que puede enviar a Brownsville y que revisa "si puede agregar la sosa cáustica localmente pero mientras tanto espera una oferta". Un siguiente correo de respuesta de Naeem Ahmed, otro presunto funcionario de Trafigura, fechado el mismo día pero a las 19:29 horas, advierte a sus jefes que "en Estados Unidos, Singapur y la propia Unión Europea, los servicios de medio ambiente no permiten deshacerse de estos residuos peligrosos" de mezcla de gasolina con alto contenido de azufre y sosa cáustica.
Trafigura compró el combustible mexicano -que consideraba como una "porquería barata"- porque según James McNicol, operador de esa empresa, les daría 7 millones de dólares de ganancias. Decidieron limpiar con sosa cáustica la "porquería" mexicana a bordo del Probo Koala, y lograron remover aproximadamente 47 por ciento de sulfuro pero destilando componentes tóxicos que luego tiraron en África.
Pemex debe aclarar su implicación en esta operación. Puede alegar que sólo vendió gasolina advirtiendo la alta cantidad de azufre que contenía pero también sabía, porque fue consultada al respecto, de las intenciones de los compradores de procesarla con lavado cáustico y sus consecuencias venenosas.
La venta a Trafigura ocurrió en el esplendor de tráficos de gasolina robada que han salpicado a mafias y funcionarios de Pemex. ¿La ganga a Trafigura fue lícita o alguien en nombre de Pemex vendió gasolina (robada) más sucia de lo normal? La huella de Pemex aparece en un crimen internacional. ¿Lo aclararán?
tolvanera06@yahoo.com.mx
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