En El desprecio como destino nuestro entrañable escritor Eduardo Galeano puso en negro sobre blanco: Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad. Es posible que el capitalismo del que habla Galeano empiece a asumir otro punto de vista, si nos atenemos al documento Global Risks Report 2011 encargado por la élite mundial que se reunió en Davos, que bien podría subtitularse Las cosas duran hasta que se acaban. Esa es quizá la principal conclusión del reporte: en breve, advierten que el derrame de la actual crisis financiera agotó la capacidad del mundo para hacer frente a nuevas crisis.
Concluyen también que la gravedad y la profundidad de los riesgos para la estabilidad mundial se han vuelto más frecuentes, mientras que resulta evidente que la idoneidad de los sistemas de gobernanza (?) para enfrentar tales problemas ha periclitado. El sinceramiento es impresionante.